Tras recibir las malas noticias que llegaban de las Termopilas, la flota griega se dirigió a la isla de Salamina, justo enfrente del puerto del Pireo, a 7 kilometros de Atenas.
Ante la proximidad de la flota y el ejercito terrestre persa, los ciudadanos atenienses estaban siendo evacuados hacia Troezen (en el sur) y las islas de Agina y Salamina.
La decisión de abandonar Atenas a los persas había sido tomada por los ciudadanos atenienses por votación popular en asamblea.
Los atenienses enviaron una delegación a consultar al oráculo de Delfos sobre que decisión tomar. El procedimiento usual era hacer la pregunta a la sacerdotisa sagrada de Apolo (Phytia), que normalmente contestaba con una serie de palabras ininteligibles, que eran interpretadas por los sacerdotes.
Pero en esta ocasion, la phytia no espero a que la delegación hiciera su pregunta, salió a su encuentro diciendo “ miserables,¿ por qué os sentáis ?.Abandonad vuestros hogares y su ciudadela rocosa y huid hasta los confines de la tierra. “
A los enviados atenienses esta respuesta no les satisfizo, así que se tomaron la libertad de preguntar de nuevo.Con un buen donativo,cualquiera podia preguntar al oraculo las veces que quisiera.La segunda respuesta fue mas esperanzadora. Apolo les indico (a través de la pythia ) que no debían enfrentarse al ejercito terrestre persa, sino que debían esperar en salamina y enfrentarse allí a la flota persa.
No todos los atenienses evacuaron la ciudad. Los tesoreros y sacerdotes de los diferentes cultos de la Acrópolis no querían ponérselo fácil a los persas, y decidieron permanecer allí. Construyeron empalizadas de madera alrededor de la Acrópolis y confiaron en resistir allí el ataque persa.
Los persas llegaron a principios de septiembre del 480 a .c y saquearon la ciudad. Atacaron la Acropolis,mataron a todos sus defensores, saquearon los templos y después los quemaron.
Jerjes envió parte de su ejército para saquear Focia y el santuario de Delfos, pero cuando la caballería persa se acercaba a Delfos sucedió una tormenta, un rayo cayó sobre el acantilado y desprendió varias rocas, que cayeron sobre los persas, matando a varios. Jerjes lo interpreto como un aviso de los dioses griegos y desistió de asaltar el santuario.
Mientras se producía la evacuación de los atenienses, la flota griega esperaba en la bahía del lado este de Salamina. Los estrategos discutían si debían trasladar las tropas a una zona mejor defendible, como el istmo de Corinto, una estrecha porción de tierra que podía ser fuertemente fortificada. Cuando las noticias de lo que había pasado en las termopilas llegaron, los espartanos y otras polis del Peloponeso, que acababan de finalizar los festivales olipicos,se dirigieron al istmo y comenzaron a construir un muro de lado a lado.
Pero los persas no les dieron mucho tiempo.La flota persa llego y se estaciono en la bahía de Phaleron,al este de salamina.Los persas, después de la batalla de artemisos y de sufrir varias tormentas, aún disponían de alrededor de 700 naves, mientras que los griegos tenían unas 300.
La mayoría de los comandantes griegos optaban por abandonar Salamina antes de que los griegos les cercaran, y al final de muchas discusiones consiguieron convencer a Eurybiades,el espartano que estaba al mando de la flota, que ordeno preparar la salida durante la noche.
Pero volvió a cambiar de opinión, y la flota siguió fondeada en salamina, preparada para el combate con los persas.
Cada flota sabia de la posición de la otra, pero ninguna realizo ningún movimiento. Los persas vigilaban que los griegos no trataran de escapar.Y los griegos trataban de encontrar una ruta de escape segura.
Jerjes hizo el primer movimiento. Envió a 200 barcos egipcios al oeste de salamina para cortar la previsible ruta de escape de los griegos. Envió otro grupo para controlar la parte sur de la isla, mientras que el grueso de la flota persa se introdujo en el estrecho que separaba Salamina del continente, dirigiéndose directamente contra la posición griega.
Una pequeña fuerza de infantería persa ocupo la pequeña isla de Psyttaleia en previsión de que algunos barcos quedaran allí varados tras la batalla que se aproximaba.
Los persas esperaban sacar a los griegos del estrecho canal que ocupaban, para obligarlos a combatir en aguas abiertas, donde su superioridad en número haría la diferencia.
Los griegos recibieron un informe de estos movimientos persas, gracias a la deserción de un barco de la polis de Tenos.Los griegos se dieron cuenta que ya no era posible retirarse sin luchar, ya sea contra el grueso de la flota persa en el este, o contra los barcos egipcios en el oeste.
Temistocles,el comandante de las naves atenienses, amenazó con abandonar la coalición griega, llevándose sus barcos y rindiéndose a los persas, si no se atacaba de inmediato.
Eurybiades no tuvo más remedio que cambiar de opinión y acepto liderar la flota griega en la batalla.
Jerjes instalo su puesto de observación en el continente, justo enfrente de la ciudad e salamina, con una buena vista de la isla de Psyttaleia, esperando disfrutar de una fácil victoria.
Pero lo que vio fue un desastre naval de su ejército justo delante de sus ojos.
Pero lo que vio fue un desastre naval de su ejército justo delante de sus ojos.
Los barcos de los diferentes grupos étnicos que componían la flota de jerjes se alineaban en varias filas de profundidad, con los fenicios a la derecha, al lado del continente y los jonios a la izquierda, cercanos a la isla de salamina..Según avanzaban por el estrecho canal, los barcos se vieron obligados a acercarse unos a otros, lo que provoco un tremendo caos y la pérdida completa de la formación de ataque. Se metieron en un cuello de botella.La fuerte marea de la zona hizo aun mas difícil para la armada persa el mantener la cohesión.
Temistocles conocía perfectamente las condiciones marítimas de la zona, y había anticipado a la perfección lo que iba a pasar a la armada persa.
Los barcos griegos cargaron contra los primeros barcos persas. Los comandantes de estos primeros barcos optaron por dar la vuelta y retirarse, chocando con los restantes barcos que les seguían. Esto causo una confusión aun mayor entre las naves persas.
70 barcos corintios guarnecían la retaguardia de la flota griega, en previsión de la aparición de los 200 barcos egipcios.
Un grupo de hoplitas griegos, al mando de Aristeides,un general ateniense, embarcó en unos pequeños botes y ataco al contingente de infantería persa que se encontraba en la isla de Psyttaleia.Justo delante de la vista de Jerjes, los hoplitas masacraron a los persas, incluido un sobrino del propio jerjes.A lo largo de toda la costa de Salamina,naufragos persas fueron localizados y rápidamente eliminados por los hoplitas y los mismos ciudadanos de la isla.
Los barcos fenicios habían sido los menos afortunados, ya que les toco enfrentarse a los barcos atenienses, siendo claramente derrotados.Las tripulaciones fenicias abandonaban sus barcos y se dirigían a tierra, desembarcando justo donde jerjes tenía su puesto de observación. Y trataban de excusar su fracaso acusando a los barcos jonios de traición.
Al final del dia,la flota persa se retiro en confusión a la bahía de Phaleron,después de perder más de 200 naves en la batalla y haber fracasado en su intento de expulsar a los griegos de la isla de salamina.
Los griegos perdieron solo 40 barcos.La inesperada victoria fue interpretada por los griegos como un acto de infinito poder de sus dioses ; apariciones divinas durante el combate, un rayo de potentísima luz procedente del santuario de Deméter en Eleusis y el sonido de coros cantando ancones épicas sagradas.