La tercera legión había
conseguido romper el frente, haciendo retroceder a la infantería brucia,
tarentina y lucania, abriendo un gran hueco en el centro, de un kilómetro de ancho.
Pero los romanos no aprovecharon
la oportunidad, y no enviaron tropas hacia ambos lados, para atacar por el
flanco a las falanges macedonias y epirotas. En aquella época, la legión romana
aun no tenía la estructura de mando lo suficientemente flexible para que una legión
supiera de inmediato lo que hacia otra legión en el campo de batalla.
Al mismo tiempo,Pirro tuvo
conocimiento que un contingente de 4.000 guerreros daunios, aliados de los romanos,
estaban atacando su campamento.
Tenía que actuar rápido. Envió a
su caballería de reserva contra la 3ª legion, que seguía presionando en el centro.
Y envió a parte de sus elefantes a su campamento, que aunque no pudieron evitar
el saqueo y el incendio del campamento, consiguieron poner en fuga a los
daunios.
En el centro, la caballería de Pirro había conseguido detener el avance de la 3ª legion.Viendo que se había
llegado a un empate tactico, los comandantes romanos decidieron retirar su infantería a
una zona boscosa, para tratar de reorganizarse allí, mientras su caballería
intentaba que los elefantes de Pirro no se acercaran.
Cuando cayó la noche, ambos
bandos se retiraron a sus campamentos. Pero los epirotas y aliados se dieron
cuenta entonces que su campamento había ardido, lo que les obligo a pasar la
noche a la intemperie y sin prácticamente suministros. Muchos de los heridos
del ejercito de Pirro murieron allí, esa misma noche, ya que no pudieron recibir
la ayuda que necesitaban para sobrevivir.
La batalla había terminado. Para Plutarco,
la victoria había sido de Pirro, con 6.000 muertos romanos y 3.500 epirotas.
Frontino y otros historiadores romanos afirmaron que la victoria había sido romana,
con 20.000 muertos epirotas y 5.000 romanos.
Lo único cierto es que los
romanos se habian retirado al otro lado del rio, y Pirro había quedado dueño del campo
de batalla. Aunque había sufrido la muerte de muchos de sus compañeros y comandantes,
y el mismo rey había sido gravemente herido en un brazo.
Debido al incendio de su
campamento y la pérdida de sus suministros, Pirro y su ejército se vieron obligado
a abandonar el campo de batalla y se dirigieron a Tarento, a pasar el invierno
mientras esperaba la llegada de refuerzos desde Epiro.
Y debido a sus grandes pérdidas,
los romanos no lo persiguieron, y se quedaron pasando el invierno en
campamentos repartidos por toda Apulia.
Cada vez, la situación parecía
mas clara. Comparado con Roma, a Pirro le faltaban recursos militares, y la
coalición de pueblos italianos que lideraba no podía compararse con la poderosa
coalición que había reunido Roma. El genio militar de Pirro podía darle la
victoria, como en Heraclea y Asculum, pero con cada triunfo se iban agotando
sus fuerzas.
Pirro había prometido no
abandonar a sus aliados en Italia hasta haber terminado con la amenaza de Roma.
Pero sabía que allí no le quedaba mucho que hacer, con los recursos que disponía.
Necesitaba un pretexto para abandonar Italia y continuar la lucha contra los romanos
en otro sitio. Y ese pretexto lo encontró en Sicilia.
Sicilia parecía haber recuperado
la fuerza y la unión de la época de Dionisio de Siracusa.
Agatocles, un siracusano de gran
habilidad y con mucho dinero (gracias a un afortunado matrimonio) había puesto
orden en Siracusa, tras un periodo turbulento de constantes enfrentamientos
entre demócratas y oligarcas.
Al mando de un ejército de mercenarios,
había combatido en el sur de Italia al servicio de diversas ciudades.
A su regreso a Siracusa fue
ascendido al mando del ejército de la ciudad. No perdió la oportunidad, dio un golpe
de estado y se convirtió en el tirano de Siracusa.
Presionado militarmente por las
ciudades cartaginesas de Sicilia, Agatocles llevo la guerra hasta africa, donde
casi conquista Cartago.
Cuando allí murió su hijo, se dirigió de nuevo a Sicilia, donde derroto en un par de
ocasiones a los cartagineses, y luego, con el apoyo de los mercenarios
mamertinos, volvió a atacar el sur de Italia.
Agatocles había muerto el año 289
a.c., y las ciudades griegas de Sicilia perdieron gran parte de su poder,
pasando a ser gobernadas por tiranos incapaces. Los cartagineses, instalados en
la parte oeste de la isla, comenzaron a extender sus dominios hacia el este, la
parte griega.
Tras la rendición de Agrigento a
los cartagineses, la mayor ciudad griega de Sicilia, Siracusa, acosada por
disidencias internas, llamo en su auxilio a Pirro, ofreciéndole la soberanía
sobre el territorio siracusano a cambio de enfrentarse a los cartagineses.
En el año 288 a.c., un grupo de mercenarios originario de la Campania italiana,
los mamertinos, que habían servido a las órdenes de Agatocles, ocuparon la
ciudad griega de Messana (actual Messina, al noroeste de Sicilia, en el estrecho
el mismo nombre) asesinando a la población masculina y tomando a las mujeres
como esclavas.
Al mismo tiempo, un grupo de
soldados romanos, originarios también de campania, se amotinaron y ocuparon la
ciudad de Reghium, justo al otro lado del estrecho de Messina.
En el 280 a.c., el ejercito
romano termino con la rebelión de los amotinados en Reghium.El estrecho de Messina
era utilizado como ruta de paso por los mercantes que accedían a Roma desde el
mediterraneo oriental. A Roma le interesaba mucho tener bajo su control los
dos lados del estrecho.
Mientras, los nemertinos
saqueaban y devastaban los territorios aledaños a Messena.Y chocaron con los
intereses de la ciudad griega de Siracusa.
Hieron II, el tirano de Siracusa en
aquella época derroto a los mamertinos en la llanura de Mylae, en el rio Longanus, y a continuacion, puso sitio a Messena.
Los mamertinos, seguros de su
derrota ante los siracusanos, llamaron en su auxilio a cartagineses y romanos.
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