Viene de aquí:
Tras el fallido asalto del día 13
de junio, los líderes de la cruzada habían aprendido la lección, y las
siguientes semanas fueron dedicadas a la
construcción de catapultas y escalas del tamaño necesario. Pero la escasez de
agua seguía siendo un problema, agravado por el intenso calor de junio y la llegada
del calido viento siroco racheado desde el Mediterráneo.
Los cruzados se veían obligados a
desplazar destacamentos de aguadores al rio Jordán, sufriendo a menudo
emboscadas que terminaban con cuantiosas bajas y el regreso al campamento
cruzado con los odres vacios.
La inactividad de gran parte de las tropas llevo a nuevas disensiones.Practicamente todos los lideres cruzados se
habían sentido ofendidos cuando Tancredo haia colocado su estandarte en la iglesia
de la Natividad de Belen.Consideraban que el carácter sagrado del lugar era tan
alto que nadie podía apropiarse de él, ni siquiera simbólicamente. Al mismo
tiempo, auqnue aun no habían tomado la ciudad ya hacían planes sobre el futuro, y
algunos comenzaban a postularse para convertirse en rey de Jerusalén.
Comenzaron a producirse deserciones,
al principio individualmente, hasta que una compañía de infantería entera
afirmó que se dirigía al rio Jordán para renovar el sacramente del bautismo. Al
llegar al rio se escondieron tras las hojas de palma de la orilla durante unas horas, y al
caer la noche, marcharon hacia Jaffa, en donde esperaban encontrar transporte
para Europa.No se volvio a a saber nada de ellos,se ignora si lograron su proposito de desertar o fueron atrapados o muertos por partidas de soldados fatimidas que solian acosar a los pequeños grupos de cruzados.
A principios de julio se confirmo
la salida de Egipto de un poderoso ejercito fatimida.En algo menos de un mes
llegaría a Jerusalen.No se podia esperar más tiempo para lanzar el asalto definitivo
sobre la ciudad.La moral de la tropa estaba muy baja, pero al igual que en Antioquia,
una nueva visión “divina” vino en ayuda
de los cruzados.
La mañana del 6 de julio, un
monje provenzal, Pedro Desiderio, anuncio a quien quiso oírle que la noche
anterior se le había aparecido el espíritu del obispo Ademar de Puy, fallecido
hacia un año.
El fallecido obispo, tras
deplorar el comportamiento de los cruzados y el egoísmo de sus lideres, habia
ordenado al ejército al completo un ayuno severo. A continuacion, todos los cruzados
debían iniciar una procesión alrededor de la ciudad, descalzos como “ángeles y apóstoles”.
Si lo hacían con "sincero arrepentimiento
en sus corazones y propósito de enmienda", la ciudad caería en sus manos al
noveno día.
Pedro Desiderio ya había protagonizado
anteriormente algunas otras visiones, que no habían convencido a nadie. Pero
frente a las murallas de Jerusalén los
cruzados necesitaban una señal de su dios y una indicacion para proceder correctamente.Y no habia mejores palabras que les reconfortara que las de su respetado obispo Ademar.Aunque estuviera muerto.
Las instrucciones del fallecido
obispo Ademar a través de Pedro Desiderio fueron seguidas escrupulosamente. Se
ordeno inmediatamente un ayuno completo, y dos días después, los centinelas
egipcios y sudaneses de la guarnición de Jerusalén asistían asombrados a la a procesión.
En cabeza marchaban los obispos y
demás clérigos, portando cruces y otras reliquias, después marchaban los líderes
de la cruzada, seguidos por los jinetes, y al final, los soldados de infantería
y los peregrinos civiles.
La procesión había comenzado en las
cercanías del campamento de Raimundo, en Monte Sion, frente a la iglesia del sepulcro de Santa María (en donde según los cristianos
ortodoxos se encontraría la tumba de la virgen María), y se dirigió hacia la
iglesia de san Esteban. Desde allí siguieron el valle de Josafat hasta el monte
de los Olivos. Allí, Pedro el ermitaño y los capellanes de los distintos
contingentes cruzados sermonearon a los cruzados, tanto que hasta Raimundo y Tancredo olvidaron momentáneamente su
profunda enemistad y juraron trabajar juntos hasta que el objetivo de la cruzada
se hubiera completado.
Tras los discursos de los líderes
animando a los soldados para la batalla que se avecinaba, la procesión regresó
hacia la iglesia del sepulcro de Santa Maria, para de nuevo dirigirse al monte
de los Olivos,donde los participantes de dispersaron y volvieron a sus quehaceres diarios.
Pero la guarnición de Jerusalén no
estaba nada impresionada. Comenzaron a colgar de las murallas cruces robadas de
las iglesias de la ciudad, escupiendo y orinando sobre ellas. Entre los
cruzados comenzó a correr el rumor de que los musulmanes estaban atacando
físicamente la basílica del Santo Sepulcro, arrojando piedras, barro y
excrementos sobre sus paredes.
Los rumores exacerbaron aun
mas a los cruzados, que juraron tomar
justa venganza sobre los defensores, a los que denominaron “sirvientes del
diablo”.
Los siguientes dos días, la
actividad en los campamentos cruzados fue frenetica.Se terminaron de construir
dos enormes torres de asedio, que superaban la altura de las murallas a las
que se iban a enfrentar. Una se coloco frente a la muralla del norte, y la otra
en monte Sion, aunque las dos iban a
permanecer oculta hasta el momento del asalto, que se iba a realizar desde los
dos lados de la ciudad. Se construyo otra torre más pequeña, que se colocó frente a la esquina noroeste de la muralla, y que iba a servir de señuelo. El ataque de diversion comenzaría allí, y los cruzados esperaban que la mayoría de los defensores se
desplazarían hacia allí, dejando las otras zonas de la muralla poco defendidas.
La muralla en si media más de 4 kilómetros
, tenía una altura de 15 metros y un ancho de más de tres, y rodeaba un área
de unas 86 hectareas.Presentaba una extrema dificultad para cualquier atacante,
ya que en las partes en donde no se apoyaba en defensas naturales ( los valles
de Josafat y el Hinnon ) al este y al oeste, la muralla de la ciudad contaba con
un muro secundario y una serie de fosos secos que lo complementaban.La muralla tenía
una forma de rectángulo irregular y estaba jalonada por cinco puertas,
protegida cada una de ellas por dos torres. Dos poderosos bastiones completaban
las defensas, la Torre Cuadrangular, en la esquina nor-oeste, y la torre de
David, a medio camino de la muralla oeste.
La torre de David.
El asalto se programó para
la noche del día 13 al 14 de julio.Para proteger
a las torres de asedio en su acercamiento a las murallas se cubrieron las
estructuras con zarzos de ramas entrelazadas cubiertas de pieles de animales mojadas.
Se construyo además un enorme ariete, con la punta recubierta de hierro y protegido
por una estructura de madera cubierta de pieles de animales.
Por su parte, la guarnición de la ciudad
no permaneció inactiva. Trasladaron las catorce catapultas de las que
disponían cerca de los muros, para tener un rango de tiro más cercano cuando
comenzara el ataque, y llenaron gran cantidad de sacos de paja, colocándolos en
las murallas para tratar de amortiguar los impactos de los proyectiles de las catapultas
cruzadas.
La guerra psicológica entre ambos
bandos tampoco tuvo pausa. Un espía fatimida fue atrapado en las cercanías del
campamento de Raimundo, que decidió demostrar a la guarnición egipcia el alcance
de sus catapultas, lanzando al espía desde una de ellas. No era la primera vez
que se efectuaban lanzamientos similares, aunque en las anteriores ocasiones se
habían lanzado cadáveres sobre las ciudades enemigas.
En esta ocasión, se decidió
lanzar al espía aun con vida. Se le coloco en la catapulta y se le lanzo hacia
el interior de la ciudad. Pero el espía estaba muy bien alimentado, pesaba
demasiado, y se estrelló directamente contra la parte baja de la muralla.
Mientras, la guarnición se
dedicaba a decapitar a todos los prisioneros de los que disponía, lanzando
después las cabezas desde lo alto de la muralla.
No iba a haber tregua, ni perdón.
(Continuara…)
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