lunes, 21 de marzo de 2016

278 a.c.: Pirro en Sicilia (1ª parte )




 Viene de aquí:


  Desde las ciudades sicilianas  de Agrigento, Siracusa y Leontini fueron enviadas embajadas a Pirro, suplicando por su ayuda contra cartagineses y romanos. Para Pirro, era una oferta muy atractiva. En Italia no estaba consiguiendo su objetivo de terminar con el poder de la republica romana, y no quería volver al Epiro o Macedonia, que estaba siendo amenazada por una invasión de celtas desde Galacia.


  Pirro, que se encontraba en Tarento, esperaba poder dominar Sicilia y crear alli un reino estable, que pondría bajo mando de su hijo Alejandro. Alejandro era nieto por vía materna del tirano Agatocles de Siracusa,lo que le convertía en un pretendiente ideal para reclamar el trono siracusano.


  Parece que Pirro deseaba usar Sicilia como cabeza de puente para invadir Africa, mientras dejaba Sicilia bajo control de su hijo.


  Como era usual, Pirro envió mensajeros a Sicilia para conocer el estado de las cosas en la isla antes de llegar a ella. Esto no gusto a los habitantes de Tarento, que exigieron a Pirro que cumpliera con lo pactado con ellos, que continuara la guerra contra Roma en la península itálica o que abandonara con su ejercito la seguridad que ofrecían los muros de la ciudad.


  Pero Pirro no tenía la más minima intención de abandonar Tarento o alguna otra de las polis griegas de la Magna Grecia en la que se encontraban acuarteladas parte de sus tropas.


  Mientras Pirro calculaba sus posibilidades de ocupar Sicilia,el almirante cartaginés Magon ofreció enviar 120 buques para colaborar con sus aliados romanos en el control del vital estrecho de Messina.


  El senado romano convocó al Almirante Magon para discutir los términos del tratado que uniría a ambos, romanos y cartagineses, contra las ciudades sicilianas rebeldes y su nuevo aliado, Pirro.


  Los términos del tratado (básicamente, un tratado de ayuda mutua militar) obligaban a ambos firmantes a marchar en ayuda del otro si era invadido. No importaba quien fuera el que pidiera ayuda, los cartagineses estarían obligados a aportar la flota para transportar a ambos ejércitos, si fuera necesario, aunque cada cual tendria a su cargo el mantenimiento de su propio ejercito.


  Ademas, los cartagineses ayudarían siempre a los romanos en los combates navales que se produjeran contra cualquier enemigo, mientras que los romanos no estaban obligados por los términos del tratado a realizar la misma operación.


  Es decir, según los términos del tratado, los cartagineses estaban obligados a ayudar a los romanos siempre, y a poner su flota a su disposición, mientras que los romanos no estaban obligados a ello.


  Tras firmar el tratado con el senado romano, el almirante Magon  se dirigió en secreto a Tarento, en donde se encontraba Pirro acuartelado con sus tropas.


  Aparentemente, Magón quería buscar un entendimiento pacifico entre Cartago y Pirro, aunque en realidad lo que estaba buscando era conocer las intenciones de Pirro con respecto a Sicilia. Y quería convencer a Pirro para que no desembarcara en Sicilia y se mantuviera en Italia combatiendo a los romanos.


  Cartago se mantuvo muy activa diplomáticamente, y también firmo un tratado con los mamertinos.Enviaron a Mesina una flota tripulada por  marinos cartagineses y 500 soldados romanos para tratar de disuadir a Pirro de que desembarcara en Sicilia.


  A finales del verano del año 278 a.c., Pirro zarpó de Tarento hacia Sicilia. Antes de abandonar Italia, protegió su retaguardia dejando fuertes guarniciones en las ciudades de la Magna Grecia, en el sur de Italia.


  La flota de Pirro se dirigió en primer lugar a Locris, en donde quedo su hijo Alejandro al mando de una fuerte guarnicion.La flota de Pirro estaba compuesta de 60 trirremes, además de un número mayor de buques de transporte para trasladar su fuerza de invasión a Sicilia, fuerza de invasión compuesta de 8.000 soldados de infantería, además de 1.200 de caballería y unos 30 elefantes.


  Pirro consiguió eludir el bloqueo cartaginés sobre el estrecho de Mesina y desembarcó en la costa este de la isla, en las cercanías de la ciudad de Tauromenium (actual Taormina), donde el reyezuelo local se apresuro a declarar su lealtad al rey epirota.


  Desde allí la flota navego hasta Catana (actual Catania), donde los ciudadanos le recibieron con gran entusiasmo y le pusieron una corona de oro, creyendo que Pirro había llegado para liberarles de los odiados cartagineses. Allí en Catana pudo reclutar más de 3.000 hombres para su ejército, dirigiéndose a continuación hacia la asediada  Siracusa, con el ejército marchando por la costa sin perder de vista la flota.


  El ejército cartaginés llevaba meses asediando la mayor ciudad de la isla, Siracusa, con un ejército de 50.000 hombres y un centenar de barcos de guerra. Pero el rápido avance de Pirro tomó a los cartagineses por sorpresa, y Pirro desembarco sin oposición en la isla de Ortigia, que controlaba la entrada al puerto de Siracusa. Con la ayuda de la flota siracusana, unos 140 barcos, la flota de Pirro pudo romper el bloqueo naval cartagines.Aunque seguían teniendo una gran ventaja numérica, los cartagineses sabían que tenían pocas opciones de derrotar a las tropas  de Pirro.Abandonaron el asedio y se retiraron rapidamente hacia el oeste de la isla.

 Siracusa,con la isla de Ortigia  al oeste.
  El ejército cartaginés en Sicilia estaba formado mayoritariamente por infantería ligera originaria del norte de africa, reforzados por infantería y caballería procedente de Iberia.Ademas,  disponía de un fuerte contingente de mercenarios reclutados en las fronteras de los dominios  cartagineses: galos, númidas, italianos y griegos.


  Este ejercito cartaginés combatía de manera muy similar a la que utilizaban los griegos, formando para la batalla en el modo tradicional de los ejércitos helenísticos; Una única y gruesa línea formada integramente por infantería ocupando el centro de la linea con la caballería protegiendo los flancos.

 Infanteria cartaginesa,siglos IV-III a.c.

  Ese nucleo central de infantería, compuesta básicamente por lanceros, apenas podría significar un problema serio para la mucho más potente falange del ejercito de Pirro, que además contaba con elefantes.


   Tras ocupar Siracusa, Pirro se dirigió a Leontini, que ocupó sin lucha. Después se dirigio a Agrigento, donde se encontraba  el tirano Sosistrato, que puso Agrigento y una treintena de villas y pueblos  que controlaba a disposición de Pirro.


  Allí consiguió Pirro más de 8.000 infantes y 800 jinetes, que integró en su ejercito.En Agrigento,Pirro recibió la buena noticia que los ciudadanos de Enna habían degollado a la totalidad de la guarnición cartaginesa y proponían aliarse con el epirota. 


  Con los refuerzos conseguidos, el ejercito de Pirro ascendía a mas de 30.000 soldados de infanteria, 2.500 de caballería y dos docenas de elefantes.


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