viene de aqui :
La marcha del nuevo ejercito de
Mitridates por tierras de Bitinia causó el pánico entre los colonos romanos de la zona.
El gobernador romano de Bitinia, Marco Aurelio Cota, huyó a Calcedonia, una ciudad
situada justo frente a la actual Estambul, en el otro lado del estrecho del Bósforo.Alli se dirigió Mitridates sin perdida de tiempo.
Miles de ciudadanos romanos se
dirigieron también a refugiarse en Calcedonia, pero el gobernador Cota se negó a
abrir las puertas de la ciudad.Los refugiados romanos acamparon en las afueras
de la muralla de la ciudad, junto con tres mil hoplitas que la ciudad de Cicico
había enviado para reforzar la guarnicion, que tampoco pudieron acceder al interior
de la ciudad debido al excesivo celo de los guardias en cumplir las órdenes del gobernador Cota.
Restos de la muralla de Calcedonia (actual Kadikoy ).
Cota colocó a sus tropas
terrestres en una llanura al este de la ciudad, bajo el mando de su prefecto Nudus.La flota romana, de 64 buques, permanecio en el interior del puerto de Calcedonia.
Mitridates llego a vista de
pájaro de la ciudad y se detuvo un par de días para calcular su próximo
movimiento.Decidio atacar simultaneamente a la flota romana que se encontraba
en el puerto y a las tropas terrestres del prefecto Nudus.Por la noche,una vanguardia de
guerreros bastarnas buceó bajo la enorme cadena de bronce que protegia el puerto
de Calcedonia y prendio fuego a 4 de los mejores buques de la flota romana.En el combate naval que se produjo a continuacion,y con la flota romana incapaz de maniobrar en el interior del puerto,mas de 3.000
marineros romanos y calcedonios murieron quemados o ahogados.Los 60 buques
romanos cayeron en manos de las tropas de Mitridates.
En tierra,Taxiles y Hermocrates ,los generales de Mitridates,dirigieron las tropas del Ponto que atacaron
la posición de Nudus, que contaba con una legión y los 3.000 hoplitas de Cicico .Poco
a poco,fueron obligados a retroceder hacia las murallas de la ciudad,que seguía
con las puertas cerradas.
Solo pudieron salvar sus vidas el
prefecto Nudus y algunos de sus oficiales, que fueron izados con cuerdas hasta
el interior de la ciudad. Las tropas
romanas y los civiles que permanecían
acampados en el exterior de la muralla fueron masacrados por las tropas de Mitridates,
que causaron mas de 5.000 muertos y capturaron a otros 5.000 prisioneros. Pero las
tropas de Mitridates no pudieron superar la muralla de Calcedonia.
Mitridates dejó una pequeña guarnición
en las cercanías de Calcedonia, y se dirigió con el grueso de su ejército hacia Cicico, en la Propontide.Pensaba utilizar el gran puerto fortificado de la ciudad
como base para una futura invasión de Grecia.
Mientras tanto, en Roma, Lúculo,
el protegido de Sila, habia sido nombrado cónsul del año 74.Celoso de los éxitos
que su rival Pompeyo estaba logrando en Hispania combatiendo al rebelde Sertorio,Lúculo maniobró políticamente en el senado romano para ser nombrado
encargado de suprimir la rebelion de Mitridates. Tras terminar su periodo como
cónsul, fue nombrado procónsul de Cilicia y se le encargó la tarea de dirigir
la guerra en Asia menor.
El senado le concedió 3.000 talentos para reclutar una flota, pero Lúculo afirmó que
no necesitaba una flota para derrotar a Mitridates, y empleó los 3.000 talentos
para reclutar 3 legiones. Se dirigió hacia Anatolia, y allí tomó el mando de
las 2 legiones que anteriormente habían estado bajo el mando del cónsul Fimbria
y del cónsul Lucio Valerio Flaco.
Ambas legiones habían sobrevivido
en Anatolia a base de saquear toda la zona, y habían entrado en un periodo de constantes
motines, deserciones en masa e insubordinaciones constantes.
Los oficiales y espías de Luculo
le alentaron a atacar directamente el Ponto,
indefenso tras la partida del ejercito de Mitridates hacia Bitinia.Luculo sabia que
su ejercito, en total unos 30.000 infantes y 2.500 de caballería, iba a estar
ampliamente superado numéricamente, y además no tenia excesiva confianza en las dos legiones
que había encontrado en Anatolia.
Mitridates buscaba una batalla
decisiva y envió a una parte de su ejercito a provocar a Lúculo.Envió al general
romano Marco Vario al mando de buena parte de la caballería a la llanura de Otryae, en el sur de Bitinia,
entre Nicea y Prusa.
Ambos ejércitos chocaron alli, y
mientras estaban enzarzados en combate, un gran objeto de color plateado cayó
del cielo sobre el campo de batalla. Según Plutarco, la sorpresa fue tal que
ambos ejércitos dejaron de combatir y se retiraron a sus respectivos
campamentos.
Según Plutarco, ambos bandos
vieron en la caída del meteorito un mal presagio.La aparición de un bólido
dejando su estela por los cielos era un buen presagio, pero su caída a la tierra no lo era.
Mientras Lúculo y sus legiones se
entretenían con las tropas de Mitridates en Frigia, el rey del Ponto se había dirigido
a Cicico con el grueso de su ejercito, y había puesto a la ciudad bajo asedio.
Envió a la flota del almirante Metrofanes a bloquear el puerto, mientras su ingeniero jefe Niconides dirigía la construccion de
torres y otros ingenios de asedio.
Ruinas de Cicico.
Lúculo llegó en auxilio de la
ciudad unos días después. Pero su ejército seguía siendo muy inferior
numéricamente al ejército de Mitridates, y optó por tomar una táctica prudente.
Colocó a sus cinco legiones en una posición defensiva en las laderas de las montañas
de Adrasteia, para desde allí amenazar las líneas de comunicaciones y aprovisionamiento
de Mitridates.
La táctica de Lúculo funcionó.
Aunque Mitridates controlaba la costa, no disponía de un puerto lo
suficientemente grande para que su enorme ejercito pudiera ser aprovisionado
por mar. Y las tropas de Lúculo impedían que los forrajeadores de Mitridates pudieran
salir de la llanura cercana a Cicico para conseguir las provisiones y el
forraje suficiente para mantener alimentado a las tropas y los animales.
Ademas, los repetidos intentos de
asalto de la ciudad por tierra y mar no tuvieron éxito. Los ciudadanos de Cicico lanzaban brea ardiendo sobre los barcos de la flota de Mitridates,
incendiando una docena de ellos y dañando seriamente otros tantos.Ademas, Lúculo
pudo infiltrar en la ciudad un buen número de ingenieros de sus legiones, que
contribuyeron decisivamente a reforzar las defensas y las murallas contra los
repetidos asaltos. Enormes cantos rodados se construyeron en el interior de la
ciudad, que se lanzaban desde lo alto de las murallas contra las torres de asedio,
y se utilizaron grandes garfios para atrapar y desmantelar los arietes.Se colocaron
pieles mojadas con vinagre sobre puertas y portones, para repeler las
sustancias combustibles y el fuego de las flechas de los arqueros de Mitridates.
Plano de Cicico,con sus dos puertos a ambos lados del istmo.
El invierno llegó, y los problemas
de aprovisionamiento para Mitridates aumentaron . La poca hierba
disponible para los caballos se congeló, y las enfermedades a causa de los miles
de cadáveres insepultos comenzaron a afectar gravemente al ejército asaltante. A falta de otra cosa,
los soldados comenzaron a comer
hierbajos, pieles de camello y caballo, y, según Plutarco, los cadáveres de sus
camaradas.
Para tratar de salvar su
caballeria, Mitridates la envió al otro lado de las montañas, junto con
multitud de soldados heridos y enfermos. Miles de famélicos caballos, cientos
de mulas de carga y camellos de Bactria salieron una noche del campamento de Mitridates y tomaron al ruta que
rodeaba el monte Dindimus ( la montaña sagrada de la diosa Cibeles ), tratando de evadir la vigilancia romana.Entre la
nieve y el hielo en las montañas, la caravana se dirigió en silencio hacia el
rio Rindacus.
Pero habían sido
detectados.Lúculo dispuso una fuerza de 5000 soldados, que siguió a distancia segura
a la caravana. Cuando esta llegó al rio Rindacus y se dispuso a cruzarlo, los
soldados romanos cayeron por sorpresa sobre el grupo.
No hubo opción para las tropas de Mitridates. Enfermos y heridos, 15.000 de sus soldados cayeron en manos de los romanos,
además de 6.000 caballos y mulas de carga y un par de centenares de camellos.
Para la mayoría de los legionarios romanos,era la primera vez que veían a tal
animal.
Para desmoralizar al enemigo, Lúculo hizo desfilar a sus 15.000 prisioneros y los animales capturados a la
vista de los hambrientos soldados de Mitridates.
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