"Minerva y Sertorio",obra de Juan Andres Merklein.
Viene de aquí:
La reputación como un soldado
audaz y brutal durante sus primeros años en Hispania no dañó en absoluto el
status de Quinto Sertorio a su vuelta a Roma.Tampoco su cercanía con Cayo Mario, un autentico héroe para la población de Roma, le iba a perjudicar en su carrera política para intentar llegar a sentarse en el
senado romano.
Al contrario, la influencia de Cayo Mario sobre los cónsules del año 91 a.c., Lucio Marció Filipo y Sexto Julio Cesar consiguió que Sertorio alcanzara en ese año el cargo de cuestor, el
cargo mas bajo de la magistratura romana.
El cargo de cuestor de Sertorio lo
enviaba a la Galia Cisalpina, donde teóricamente debía encargarse de las
finanzas y la logística de las tropas allí acantonadas. También debía
encargarse de la organización de las levas en aquella provincia, tarea que
debía llevar a cabo a la mayor brevedad posible, ya que sobre la republica romana
sobrevolaba la sombra de una guerra civil inminente.
Según crecía el poder de Roma,
crecia también la presión que Roma ejercia sobre sus nuevos dominios. Sus aliados de
la península italica,pueblos latinos y del sur,eran aliados aunque algunos no
quisieran serlo. Como aliados de Roma, sus jóvenes estaban obligados a combatir acompañando a las legiones romanas, compartiendo los riesgos con los soldados romanos,
pero sin obtener ninguno de los beneficios que los legionarios
disfrutaban al final de su servicio activo.
En las tierras de sus aliados latinos,
las lujosas villas de los senadores y magistrados romanos aumentaban de tamaño a
costa de los cultivos y las granjas de los agricultores y ganaderos locales,
que ni siquiera tenían la protección legal que hasta el más pobre romano tenia.
Los distintos pueblos de Italia
demandaban de Roma la concesión de la ciudadanía romana, para compartir los
beneficios y no solo las penurias. Y no por que fueran seguidores de la cultura
y el arte romano, sino por que querían ser protegidos de la extrema rapacidad de la aristocracia
romana.
En las anteriores décadas, Roma
había concedido la ciudadanía romana a casi cualquiera que la solicitara. Pero
según Roma se iba expandiendo, sus ciudadanos
(sobre todo los más adinerados) se habían vuelto muy selectivos sobre a
quienes debían o no admitir en sus filas.
Y se produjo una ola de lo que
hoy llamaríamos populismo. Los más ricos senadores avisaban a sus votantes para
que rechazaran cualquier iniciativa destinada a convertir en ciudadanos romanos
a quienes sin duda se dedicarían a robar
su maíz y ocuparían los mejores asientos en los espectáculos públicos.La idea
de que los extranjeros recibieran la ciudadanía romana y marcharan a Roma para
ocupar sus trabajos y casarse con sus hijas fue suficiente para persuadir a
los votantes romanos para oponerse con todas su fuerzas contra el tribuno de la plebe Livio Druso, el mayor defensor de
la idea de conceder la ciudadanía romana
a todos los pueblos italianos.
En un clima político enrarecido y
con algunos violentos enfrentamientos en las calles de Roma, el tribuno Marco Livio Druso fue asesinando en el patio de su propia casa. Las peleas, hasta entonces dialécticas
entre Mario y Sila, su antiguo cuestor, se olvidaron momentaneamente cuando a Roma llegaron rumores que los pueblos latinos (samnitas, apulios, etruscos, etc)
se habían levantado en armas contra Roma.
En amarillo,los pueblos que se levantaron contra Roma.
El problema para Roma no era que
los latinos superaban en numero a los romanos, sino que los latinos tenían el mismo
entrenamiento militar que los romanos, con los que habían combatido juntos poco
tiempo atrás. La supervivencia de Roma se encontraba en riesgo, y la necesidad
de hombres y material era urgente.
La guerra civil, la primera
guerra social, favoreció el rol que un simple cuestor de la Galia como era Sertorio, podía alcanzar. Necesitados de todos los hombres que se pudieran reclutar,
la labor de Sertorio fue reconocida por Plutarco:
“se le dio el encargo de levantar tropas y de reunir armas, y como
hubiese puesto mano a la obra con una diligencia y prontitud muy diferente de
la pesadez y delicadeza de los demás jóvenes, adquirió fama de hombre activo y
eficaz.”
Al año siguiente,Sertorio
abandonaba su cargo administrativo y se unía a la lucha en el campo de batalla.Habiendo participado en la batalla
de Arausio y seguramente en las batallas de Aqua Sextiae y Vercellae,tenia una experiencia
militar muy valiosa.
El rango con el que combatió
contra los diferentes pueblos latinos no se sabe, aunque seguramente estaría al
mando de una unidad de caballería o
incluso como legado al mando de una legión.
Seguramente serviría bajo el mando
de su antiguo procónsul en Hispania, Tito Didio, que a primeros de junio del
año 89 a.c. moriría frente a las murallas de Volterrae.Quizas fuera allí donde Sertorio perdería uno de sus ojos:
“De esta pérdida hizo después vanidad toda la vida, diciendo que los
demás no llevaban siempre consigo el testimonio de los premios alcanzados,
siéndoles forzoso dejar los collares, las lanzas y las coronas, cuando él tenía
siempre consigo las señales de su valor”
Finalmente, Roma gano la guerra social.
Después de todo, cuando todos los pueblos latinos enemigos habían empezado la
guerra por que querian formar parte de Roma, la rendición era una opción a considerar.
Una vez que los pueblos latinos se
vieron con la espalda contra la pared, la "magnánima" Roma anunció que estaba
preparada para conceder la ciudadanía romana a cualquiera que renunciara a matar romanos para obtenerla.
Para los pueblos latinos, la
cuestión estaba clara.Muchos se pasaron
al bando romano, y pasaron a formar parte de las legiones romanas,
convirtiéndose de facto en aliados de Roma. Dado que gran parte de sus enemigos
formaban ahora parte de sus ejercitos,Roma obtuvo una tremenda ventaja numérica,
con el ingreso en sus legiones de soldados
tan preparados para la guerra como los propios romanos.
Con la guerra llegando a su fin, Sertorio decidió dar el siguiente paso en su carrera política. Volvió a Roma, donde fue aclamado como un heroe, y presento su candidatura a tribuno de la plebe. Pero no fue elegido.
Con la guerra civil casi finalizada,
la antigua enemistad entre Mario y Sila había renacido. Sertorio había servido
bajo el mando de Mario, siéndole absolutamente leal.
Controlar a los consules era una de
las tareas de los tribunos de la plebe, y el nuevo cónsul Sila no estaba
dispuesto a que Sertorio, un firme seguidor de Mario ,tuviera esa molesta capacidad durante
el año de consulado. Así que Sila movió sus hilos entre sus colegas aristócratas,
que se opusieron de todas las formas posibles a la elección de Sertorio como tribuno.
Por su parte, parece que Mario no puso demasiado empeño en ayudar a Sertorio.
Sertorio perdió la eleccion, pero no por que no fuera adecuado para el cargo, sino por la enemistad entre los dos hombres mas poderosos de Roma. Pero Sertorio se lo tomo de manera personal, y se convirtió en un enemigo declarado de Sila.A causa de la inacción de Mario, también Sertorio se distanció de él.
De todas maneras, Sila no puso
ninguna objeción para que Sertorio fuera elegido senador de Roma a finales del
año 88 a.c., gracias a su gran desenvolvimiento como cuestor en la Galia Cisalpina, que le había dado fama de excelente administrador.
Lucio Cornelio Sila.
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