martes, 30 de octubre de 2018

Colditz: OFLAG IV C. (7ª parte) : Pat Reid y el tunel de la cantina ( II )





Viene de aquí:


  Al comprobar que faltaban 5 internos britanicos, se decretó una alerta general. Se ordenó a los prisioneros formar en el patio, donde se llevó a cabo un nuevo recuento, mientras los guardias registraban todos los rincones del castillo.


  El proceso se repitió durante la noche, una y otra vez. A las 2 de la mañana,uno de los 2 oficiales que se encontraba de vigilancia en la cantina pudo salir de su escondrijo y comunicarse con los tres excavadores.Apenas tuvieron tiempo de habllr, ya que los guardias se dirigían directamente a la cantina.


  Los 5 hombres se metieron en el túnel a toda velocidad. Los guardias revisaron la cantina e intentaron levantar la tapa de la alcantarilla, sin conseguirlo, ya que los excavadores sujetaban la tapa desde abajo.Finalmente,creyendo que todo estaba bien en la cantina, los guardias fueron a registrar otras estancias,mientras los excavadores decidían permanecer en el interior del túnel de la cantina hasta las 5 de la mañana.


  A las 6 de la mañana, tras una búsqueda exhaustiva  por todo el recinto del  castillo, los alemanes declararon como oficialmente “fugados” a los 5 oficiales britanicos.Se envío un requerimiento oficial al OKW (Oberkommando Der Wehrmacht) informando de la situación y solicitando la colaboración de las unidades militares para poner en marcha las operaciones de búsqueda de los prisioneros presuntamente fugados.


  Tras ser declarados los 5 oficiales britanicos como oficialmente "fugados”, la situación en el castillo volvió a la normalidad, ya no hubo más registros, momento que aprovecharon los “fugados” para volver silenciosamente a sus habitaciones,cerrando puertas y escotillas y colocando de nuevo los candados en sus respectivos lugares.


  Seguro que la  reacción de  los alemanes a la mañana siguiente,cuando al hacer el recuento  descubrieroon que estaban todos los prisioneros, incluso los presuntamente fugados, no fue muy  agradable para los prisioneros.Los cinco fueron separados del grupo principal y enviados  al sector alemán del castillo para ser interrogados, aunque se negaron a revelar donde habían estado.


  El comandante del campo se enfadó, ya que tuvo que enviar otro mensaje al OKW para que retirara todas las medidas que se tomaban en caso de fuga de prisioneros) y castigó a los 5 británicos a 7 días de stubenarrest,confinamiento en solitario, debido a “estar ausentes de sus cuartos e intentar hacer un túnel desde la iglesia" (ya que en el registro se habían encontrado en la iglesia algunas herramientas y el principio de otro túnel).

 A la izquierda,las celdas de confinamiento en solitario.


  Pero, con el túnel de la cantina aun sin descubrir,el intento de fuga aun podía ser posible,aunque el fallido intento de dos oficiales franceses de escapar saliendo por la ventana de la cantina ( al igual que los polacos unos días antes ) puso sobre aviso a los alemanes ,que colocaron un centinela permanente en una ruta que duraba apenas un minuto y pasaba directamente bajo la ventana de la cantina, a apenas de dos metros de distancia del lugar en que estaba previsto  colocar la salida del túnel.


  Justo cuando el proyecto del túnel desde la cantina parecía un proyecto inviable, una afortunada casualidad trajo de nuevo la esperanza a los internos britanicos.Un prisionero civil britanico, Howard Gee, entabló una cierta “amistad con un guardia alemán, que se comprometió a mirar para otro lado durante 10 minutos en una noche determinada  tras recibir una señal preestablecida. Howard Gee hablaba alemán a la perfeccion, y había sobornado al guardia alemán anteriormente para contrabandear provisiones desde el exterior.


  Esta vez, el guardia elevo el precio del soborno : 500 reichmark,100 por adelantado y los restantes 400 debían dejarlos los prisioneros en un lugar prefijado ( una ventana ) una hora después que hubieran pasado los diez minutos y los prisioneros hubieran escapado.


  500 marcos eran una parte importante del "banco" con el que contaban los prisioneros, que había ido prosperando gracias a los billetes escondidos en los paquetes de la Cruz Roja y lo que los prisioneros habían escamoteado en sus caminos de llegada al castillo, ya fuera gracias al contrabando, al robo de pequeñas cantidades, etc.


  El periplo de Howard Gee hasta llegar a Colditz era un tanto curioso. No pertenecía al ejercito britanico, pero cuando la URSS invadió Finlandia se presentó voluntario para formar parte de un contingente "extraoficial" de britanicos que marcharon a luchar contra la invasión rusa. Llevaban rifles Lee Enfield del ejercito británico y botas y uniforme del ejercito britanico, pero oficialmente no eran una unidad militar.


  Nunca llegaron a  disparar ni un solo disparo, ya que cuando llegaron a Finlandia, rusos y finlandeses acababan de firmar el armsiticio.El contingente de británicos pro-finlandeses inició el viaje de vuelta a Gran Bretaña, pero cuando llegaronOslo y esperaban tomar pasaje en un  barco, los alemanes tomaron Noruega rápidamente.Gee y sus camaradas fueron arrestados y comenzaron una ruta por varios Stalag, hasta que Howard Gee fue enviado a Colditz por sus repetidos (y fallidos) intentos de fuga.

 Internos de Colditz en el invierno de 1940-41: Howard Gee es el segundo por la izq.


  El día 29 de mayo fue el elegido por los prisioneros para intentar la fuga, tras el recuento de la tarde, a las 9 pm.Tras el recuento, el primer grupo de 12 internos se puso sus uniformes adaptados a ropa civil y tomó sus pertenencias (provisiones  de los paquetes de la Cruz Roja, rústicos mapas, algo de dinero, brújulas, etc y se dirigió a la cantina.


  Allí esperaron durante una hora, hasta que llego el momento que había sido pactado con el sobornado guardia alemán .Pat Reid abrió la tapa de alcantarilla en la cantina y se introdujo en el túnel. Tras unos pocos minutos arraastrandose, llego al final del túnel.Solo tuvo que excavar unos pocos centímetros, en vertical, y salió al aire libre. Estaba ayudando a salir del túnel a otro de los fugados, cuando sintió el frio acero en su nuca. Un oficial alemán le estaba apuntando con una pistola.


  El centinela alemán había informado a sus superiores del intento de soborno.Se le ordenó continuar con la farsa, para que fuera informando del desarrollo del tunel mientras los alemanes hacían sus preparativos. Su intención era capturar el mayor número posible de prisioneros en el intento de fuga, y descubrir como tenían tal cantidad de dinero.


  Los alemanes sabían donde acababa el túnel (en la zona de hierba), pero no sabian donde empezaba.Asi, fueron los alemanes quienes decidieron al fecha de fuga,el 29 de amyo, dos días antes de Pentecostés, una festividad religiosa. No querían apresurarse, pero tampoco querían dilatar el tiempo de  espera para no hacer sospechar a los britanicos.


  Tras el recuento de las 9, todos los oficiales alemanes  y guardias fuera de servicio habían permanecido en el edifico de la Comandancia,donde desde una de las ventanas se tenía visión perfecta de la zona de hierba por donde debían salir los fugados. Cuando vieron aparecer la primera cabeza,corrieron hacia  la salida del túnel y la cantina, para atrapar a todos los prisioneros.


  Doce oficiales (10 británicos y dos polacos ) fueron atrapados en el tunel, y desde allí fueron directamente a confinamiento solitario durante una semana.


  Fue el primer gran éxito de los alemanes en Colditz, y obtuvieron un buen botín: dinero, uniformes convertidos en ropa civil y mas de 50 kilos de provisiones de la Cruz Roja, sobre todo chocolate y galletas, que fueron confiscados. y pasaron a formar parte del almacen de la cantina de los alemanes.

 Provisiones requisadas en el intento de fuga.


  El guardia sobornado pudo quedarse con los 100 reichmarks de anticipo, además de recibir un permiso especial y la Cruz del Servicio de Guerra.


  La seguridad se ajustó a partir de entocnes, con los centinelas recorriendo sus rutas en intervalos irregulares. Se instalaron más reflectores, y se tapiaron decenas de ventanas.


Esta vez, Alemania había ganado, pero el juego iba a continuar.

 La cantina alemana en Colditz.


jueves, 25 de octubre de 2018

1800 : Bonaparte,el conflicto en Egipto : la batalla de Heliopolis.





Viene de aquí:


  Al otro lado del Mediterraneo, el general Kleber, al mando del ejercito frances de Oriente, comenzaba a sentir la presión del gobernante.


  Tras apenas un mes en el cargo, Kleber envió a París un informe muy pesimista de la situación en Egipto.Kleber buscaba un acuerdo con turcos o británicos para poner fin al estado de guerra permanente en Egipto, y buena parte de la oficialidad francesa en Oriente pensaba lo mismo.


  Kleber comenzó a buscar una salida pacífica para su ejercito a finales de 1799.Y las negociaciones a tres bandas fructificaron en el tratado de Al Arisch firmado el 24 de enero de 1800, por el cual se evacuaría  a todo el ejercito frances de Oriente, con sus armas y banderas, a cambio del abandono absoluto  de Egipto por parte de los franceses, que serian transportados a territorio neutral en buques turcos y británicos.


  Los preparativos para la retirada dieron comienzo de inmediato, con Kleber entregando sin lucha prácticamente la totalidad de la orilla este del rio Nilo a los turcos.


   Pero el general Davout, que se oponía  al abandono de Egipto por Francia, envió los términos del tratado al Directorio en Paris, con copia para el primer cónsul, Napoleón Bonaparte, que entro en cólera cuando leyó la misiva del general Davout, convocando de urgencia una reunion del Directorio para denunciar el tratado firmado.


  También el gobierno británico denunció el tratado. El primer ministro Pitt conocía perfectamente la debilidad francesa en Oriente y aspiraba a controlar por completo el fértil delta del Nilo. Argumentando que el firmante ingles del tratado, el almirante Sídney Smith, defensor de Acre, no tenía los poderes necesarios para representar al gobierno de su Graciosa Majestad britanica,denunciaron el tratado, asegurando que los franceses podían salir de Egipto, pero solo como prisioneros de guerra tras la entrega de sus armas y la rendición de sus banderas.


  Tal exigencia era inaceptable para los franceses, y las hostilidades se reanudaron de nuevo.


  El general Kleber, tras perder la esperanza de lograr una paz estable en Oriente, reaccionó y decido reagrupar todas su fuerzas en las cercanías del Cairo.El mensaje para sus tropas estaba claro: “soldados, tales insultos solo pueden ser respondidos en el campo de batalla: prepararos para combatir”.


  Las tropas francesas se dispusieron a la defensa, ya que tenían conocimiento de la aproximación al Cairo de un potente ejercito turco. Kleber disponía de unos 12.000 hombres, de las divisiones de Reynier y el general Friant (que más tarde dirigiría la Guardia Vieja napoleónica).


  El choque se produjo el 20 de marzo, en las cercanías de las   ruinas de la antigua ciudad de Heliopolis, al noreste del Cairo.


Obelisco del Templo del Sol,en Heliopolis.

  Las tropas francesas se desplegaron en cuatro cuadros de brigada, con la artilleria y la caballería en el centro (aunque había algunas unidades  de caballeria ligera en los flancos) y se desplegaron al noroeste de el Cario, frente a la localidad de Al Matarieh,donde  se habían atrincherado 6.000 jenízaros turcos protegidos por 16 cañones.


  Un poco mas al sur, agrupados junto a la ribera occidental del rio Nilo ,se encontraba un contingente de caballería mameluca, con la orden de dirigirse hacia el Cairo y rebelar a la población contra los franceses.


  En las carcanias de las ruinas de la antigua ciudad de Heliópolis se encontraba el grueso del contingente turco, lo que hacía un total de unos 60.000 hombres, liderados por el gran visir Yussef.


  Kleber decidió enviar un contingente de coraceros para cargar sobre el grupo de  caballería mameluco y  evitar que lograran entrar en el Cairo. Pero los turcos resistieron la carga de los coraceros franceses y contratacaron,rodeando a  la caballeria francesa.Entonces, Kleber envió otro grupo de  dragones y  cazadores que cargaron sobre los turcos, obligando a los mamelucos a abandonar sus posiciones al norte del rio Nilo.


  El siguiente movimiento de Kleber fue atacar de inmediato Al Matarieh, antes de que el grueso del ejército turco pudiera aproximarse, encomendando la tarea al general Reynier.


  Reynier tomo sus dos cuadros de brigada, y marchó hacia Al Matarieh.Ordenó a  sus compañías de granaderos separarse del cuadro, y las envió al asalto de la ciudad.


  Los granaderos avanzaron en dos columnas, y fueron sorprendidos por los jenízaros, que habían decidido no esperar a la defensiva. Los granaderos recibieron a los jenízaros con una descarga cerrada de mosquete, seguida de una carga a la bayoneta calada. Una de las compañías de granaderos flanqueó a los jenizaros,obligandolos a retroceder. El asalto a la bayoneta sobre las posiciones turcas en Al Matarieh obligó a los jenízaros a abandonar la localidad , y en su retirada se encontraron con los mamelucos que habían sido expulsados de sus posiciones en el Nilo.En la confusión que siguió, ambos grupos se unieron, y se dirigieron hacia el Cairo,mandados por Nassif Pacha, uno de los lugartenientes del gran visir Yussuf.


  Mientrs, Kleber ordenaba avanzar hacia el oeste, para encontrarse con el grueso del ejercito turco.Tras superar la ruinas de Heliopolis, los cuatro cuadros franceses se desplegaron, con la caballería en el centro y la artillería en la retaguardia.


  El grueso del contingente turco estaba desplegado entre las localidades de Seriaquos y El Merg, en unas colinas situadas al oeste de las ruinas de Heliópolis.


  Siempre con sus cuatro cuadros de brigada, Kleber se fue aproximando a la posicion defensiva otomana, no tardando en ser rodeados por la caballería enemiga: mamelucos, beduinos y milicianos egipcios, que fueron rechazados una y otra vez con grandes pérdidas, en lo que era una repetición tactica de la batalla de las Pirámides.


  Viendo lo inútil de sus ataques,Yussuf se retiró hacia su campamento en El Kanquah, pero no pudo permanecer allí mucho tiempo, ya que la caballeria francesa había salido en su persecución y acosaba a las unidades del ejercito otomano en retirada.Los supervivientes del ejercito de Yussuf consiguieron llegar a Belbeis, a 25 kilómetros del campo de  batalla de Heliópolis.


  Kleber había decidió dar un descanso a sus tropas, y el día 21 se puso de nuevo en marcha hacia Belbeis.Pero a medio camino recibió informaciones que indicaban que 2.000 mamelucos y 8.000 turcos liderados por Nassif  habían entrado en el Cairo y habían levantado en armas a toda la población, que de inmediato se puso a la tarea de asesinar a todos los europeos y egipcios no musulmanes que vivían en la ciudad.


  La guarnición francesa del Cairo, de dos mil hombres,habia permanecido encerrada en sus cuarteles, sin hacer ningún intento de retomar la ciudad.Kleber decidió dividir sus fuerzas,enviando los cuatro batallones de la division del general Friant hacia el Cairo,mientras Kleber y Reynier continuaban la persecuicoin sobre Yussuf.


   El 23 de marzo, el grueso del ejercito francés de oriente llegaba a la localidad de Salahieh, donde derrotaba a los desanimados otomanos de Yussuf, obligándoles a huir hacia el desierto. Con la amenaza otomana destruida, Kleber se dirigía a galope tendido hacia el Cairo,donde llegaba el 27 de marzo, comprobando que las tropas del general Friant controlaban la mayor parte de la ciudad, aunque aun había focos de resistencia.


  Las tropas francesas se mantuvieron inactivas, mientras a el Cairo iban llegando los diversos contingentes desde Salahieh.El 20 de abril Kleber ya disponía de su ejercito al completo, y dio comienzo  las operaciones de limpieza sobre los barrios problemáticos del Cairo.


  Tras incendiar 500 casas y matar a 800 mamelucos, Kleber consiguió la rendicion de  los turcos supervivientes, que pudieron abandonar la ciudad sin armas y sin sus banderas el 24 de abril.


  El día 27 se realizó un desfile para celebrar el triunfo, y Egipto volvía a manos francesas, momentáneamente.

 "Batalla de Heliopolis", de Leon Cogniet.