"Asedio de Tanger por los portugueses, 1575", Tapices de Pastrana. |
A media tarde del 4 de agosto de 1578, tres reyes yacían muertos en un campo de batalla cerca de la ciudad marroquí de Ksar el Kebir. Dos de los reyes eran musulmanes, el otro era cristiano, y las consecuencias de sus muertes iban a resonar por toda Europa y el norte de África durante décadas.
El monarca cristiano, Sebastián I de Portugal había apoyado al derrocado sultán marroquí Mulay Mohamed ( Abu Abdalah Mohamed II ) , que había sido derrocado por su tio Abdelmalek ( Abu Marwan abd al Malik ).
"El rey Sebastian de Portugal", obra de Cristobal de Morales |
Hijo de Mohamed as Sheik, iniciador de la dinastía Saad marroquí, el propio Abdelmarek había huido a territorio otomano junto a sus hermanos menores cuando su hermano mayor, Abdalah al Galib se convirtió en sultán y se dispuso a eliminar físicamente al resto de la familia.
Aunque Abdelmalek era el sucesor legitimo, tras la muerte de Abdulah al Galib en 1574 , su hijo Mulay Mohamed reclamo el trono, convirtiendo la guerra civil en inevitable.
Apoyado por un ejercito otomano, Abdelmalek ataco en 1576, obligando a Mulay Mohamed a huir de la capital Marrakech a las montañas del Atlas , donde prosiguió la lucha contra su tío con sus guerrillas.
Fue entonces cuando el sultán en el exilio busco la ayuda del rey portugués, un joven apuesto y sin hijos embebido por los libros de caballeria, con visiones de una gloriosa cruzada en el norte de Africa.
"Conquista de Asilah", Tapices de Pastrana. |
Sebastián I puso sobre las armas un ejercito para ayudar a restaurar en el trono a Mulay Mohamed, con el que iba a invadir el reino de Berberia.
Ansioso por restaurar la decadente gloria militar de su reino, Sebastian decidió capitanear la expedición portuguesa personalmente, a pesar de no tener la mas mínima experiencia militar ni haber participado nunca en combate alguno.
Entre los mercenarios que decidieron aceptar la jugosa oferta del rey portugués y marchar a buscar gloria al norte de Africa se encontraba un ingles, Thomas Stukeley.
"Thomas Stukeley", obra de Antoinis Mor. |
Nacido alrededor de 1520, se rumoreaba que era uno de los numerosos hijos bastardos del rey Enrique VIII. Stukeley se habai visto envuelto tanto en complots contra la corona britanica como en operaciones a su favor durante el reinado de Enrique VIII entre 1547 a 1553.
Espia, pirata , mercenario, falsificador y estafador, siempre habia logrado escapar a cualquier castigo grave que pendiese sobre su cabeza, mientras que sus complices se reunían a menudo con el verdugo.Así, la extraordinaria “ suerte” de Stukeley para escapar del castigo llevo a muchos britanicos a sospechar que tenia algún tipo de enlace con el ocupante del trono britanico, una creencia que el mismo se encargaba de fomentar.
Con la llegada al trono de la reina Isabel I en 1558, Stukeley seguía siendo una espina clavada en el costado de la monarquía británica, y en 1570 tuvo que huir de las islas hacia el continente. Allí se vio implicado e varios planes para la invasión española de Inglaterra, trabajando para el rey Felipe II y los papas Pio V y Gregorio XIII. Con las ayudas financieras y materiales del papa Gregorio, Stukely zarpo de Italia el 2 de febrero de 1578 con una flotilla de barcos cargados de provisiones, armas, municiones y otros suministros . A bordo también iban 600 mercenarios italianos, que debían unirse a los 3.000 rebeldes irlandeses que esperaban en España para la proyectada invasión de Irlanda.
Rebeldes irlandeses , mediados siglo XVI. |
Pero la flotila de Stukeley tuvo muchos problemas, los barcos estaban en muy mal estado y tardaron mas de dos meses para una travesía que debería haber durado menos de dos semanas. Ademas, con tanto tiempo perdido, las provisiones comenzaron a escasear.
Asi,
cuando la flotilla anclo en Cadiz a mediados de abril, los mercenarios italianos estaban al borde del motín.Mientras estaban en
el puerto tratando de arreglar algunos de los barcos, un mensajero
real llevo una misiva del rey Felipe II, que proponia a Stukeley
continuar viaje hacia Lisboa y unir sus fuerzas a las del rey Sebastian para invadir Marruecos.
El ingles decidió aprovechar la oportunidad que le brindaban los reinos peninsulares, aunque cuando se entero el papa Gregorio de lo ocurrido, se irrito sobremanera.
La decisión de Stukeley de desviarse de su misión “divina” de devolver Irlanda al redil del catolicismo molesto profundamente al papa, que cuando proporciono hombres,barcos y material para la expedición a Irlanda hizo prometer a Stukely que “causara tanto mal posible a esa mujer malvada”, en referencia a la reina Isabel I.
A principios del verano, el nuncio papal en Portugal informo al rey Sebastian que su “cruzada” habia recibido la bendición papal. Mientras Felipe II se había mantenido un tanto al margen de la expedición para la invasión de Irlanda, se decidio formalmente a colaborar económicamente con al expedición portuguesa a Marruecos, aunque no se fiaba de su sobrino Sebastian, imprudente por naturaleza.
Dejando a un lado los temores de su tío Felipe y empeñando en la expedición buena parte del tesoro real portugues, Sebastian preparo una fuerza de invasion de 17.000 hombres, compuesto de 9.000 hombres de levas de campesinos, 1500 aventuros (nobles portugueses voluntarios, que corrían con sus propios gastos) 1200 soldados de caballeria ( también nobles) 6.000 mercenarios extranjeros ( alemanes, valones, españoles e italianos de Stukeley ) y tres docenas de cañones.
Mercenarios alemanes , siglo XVI. |
Como era previsible, una fuerza multinacional como esa carecia totalmente de cohesión. Los italianos de Stukeley, resentidos por haber sido “secuestrados” por un rey extranjero y obligados por la necesidad a buscar provisiones, resultaron ser especialmente problemáticos.
Las armas de fuego disponibles consistian en tres docenas de cañones y unos 7.000 mosquetes. Asi que la mayoria de los reclutas campesinos usarían picas, un arma que para ser eficaz debía ser utilizada en formaciones cerradas para las que se requería un entrenamiento intensivo, algo que no tuvieron.
Pero al rey Sebastian eso no le importaba. Tenia una actitud algo anticuada, ideales caballerescos que le animaban a liderara sus hombres en primera fila.Pero su absoluta falta de experiencia y su negativa a aceptar cualquier consejo iba a conducirlo al desastre.
La flotilla de invasión, de unos 300 barcos, incluyendo botes, lanchas, pesqueros, etc zarpo de Lisboa el 24 de junio llegando a Asilah, en la costa atlantica marroquí, el 14 de julio. Y el carácter “ amateur” de la expedición portuguesa se hizo evidente desde el mismo momento de la llegada.
A pesar de encontrarse en territorio enemigo, no se erigió ningún tipo de fortificacion defensiva para proteger el desembarco de las tropas.Nadie parecia conocer cual era su tarea, y los hombres caian en el panico en cuanto oían algun ruido fuerte.
La llegada de la flota invasora impulso a Aldelmarek a negociar, ofreciendo una generosa extensión de tierra costera a cambio de la paz, pero el rey Sebastian rechazo la oferta.
Impulsivo, Sebastian abandono su plan original de marchar por la costa con la protección de la flota.
Convoco un consejo de guerra el dia 23, con la intención de marchar tierra adentro para lograr una victoria decisiva. No parece que prestara la mas mínima atención a los peligros a los que se iba a enfrentar, por ejemplo, alejarse de la flota, lo que iba a causar graves problemas de suministro, ademas de marchar por un terreno inhóspito.
Sebastian se negó a escuchar cualquier consejo de sus subordinados. Stukely y otros oficiales con experiencia en combate trataron de convencer al rey aconsejándole renunciara a tal marcha hacia el interior contra una fuerza enemiga desconocida.
EL rey no solo no hizo ningún caso, sino que incluso insulto a Stukeley llamandolo cobarde.
El ejercito salio del campamento el 29, seguido de miles de civiles que acompañaban a los soldados : clérigos, pajes, sirvientes, prostitutas, músicos, bufones, sirvientes, esclavos,etc, incluso esposas y niños.Unos 1000 carros transportaban el equipaje de los nobles, incluyendo elementos "esenciales" como vestimentas ceremoniales y lujosas vajillas completas.
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