Viene de aquí:
Los comandos norcoreanos habían confiado en la sinceridad de la palabra de los leñadores, y siguieron su camino hacia Seul, sin saber que la alarma general ya se había dado por todo el pais.
La tarde del día 20, ya muy cerca de Seúl, el grupo de comandos se dividió en celulas de dos o tres unidades para entrar en la ciudad por separado, y dirigirse hacia el piso franco.
Pronto se vieron sorprendidos por la gran cantidad de seguridad policial alrededor de los edificios gubernamentales, y el número de soldados y policías patrullando las calles.
Aunque todo estaba en su contra, decidieron continuar su mision, y haciéndose pasar por una de esas patrullas, se dirigieron hacia la Casa Azul.
Un policía curioso los detuvo en un control, a apenas 800 metros de su objetivo. Respondieron poco convincentemente a las preguntas de los agentes, y el sargento de la policía al mando del control saco su pistola, muriendo en el feroz tiroteo que se desato. Los asaltantes trataron de escapar, y finalmente lo consiguieron, aunque se dejaron atrás 3 muertos.
Los disparos continuaron toda la noche, mientras la policía y los soldados perseguían a los distintos grupos de comandos que intentaban escapar. Dos docenas de civiles resultaron atrapados en el fuego cruzado mientras viajaban en un autobús municipal, y 10 de ellos resultaron muertos.
Con las primeras luces del día, soldados surcoreanos y estadounidenses comenzaron a registrar las montañas que rodean la capital. Oficinistas, cocineros, mecánicos y otros soldados de intendencia sustituyeron momentáneamente en las posiciones defensivas de la DMZ a las mejoras tropas estadounidenses, que se dedicaron a la tarea de cazar comandos norcoreanos.
En un par de días, 29 asaltantes habían muerto, uno fue capturado y uno pudo escapar a Corea del norte. Fue una victoria costosa para los defensores, ya que 69 surcoreanos murieron (soldados, policías y civiles), junto a tres soldados estadounidenses. Decenas mas resultaron heridas en los tiroteos.
El interrogatorio del comando capturado, teniente Kim Shin Ho, creo una crisis de confianza entre la república de Corea y los Estados Unidos. Fue llevado a la DMZ, donde enseño a sus captores el lugar exacto pro el que los comandos habían accedido a la República de Corea.
No solo los guardias no habían estado lo suficientemente atentos, tampoco la valla metálica aparecía en buen estado, ya que presentaba signos de haber sido toscamente reparada varias veces.
Si los oficiales hubieran controlado a sus hombres según el procedimiento estándar, no se hubiera producido la entrada de los comandos norcoreanos, y así se lo hicieron saber los oficiales estadounidenses a los surcoreanos, que replicaron ofendidos, acusando a los soldados estadounidenses de indolencia, amenazando además con retirar las tropas surcoreanas de Vietnam.
Pero los graves errores detectados pronto quedaron olvidados. El 23 de enero, mientras en Seul se discutían las medidas para solucionar los errores, la marina de Corea del Norte se apoderaba del USS Pueblo, un barco de recogida de inteligencia que navegaba por el mar de Japon. Un marino estadounidense resulto muerto en el incidente, y otros 82 fueron capturados.
Nadie en Corea del Sur sabia de la presencia del barco en la zona, y pronto las autoridades de Seul se negaron a participar en un hipotético intento de rescate. De nuevo, los Estados Unidos parecieron impotentes e incompetentes ante el mundo.
Para empeorar las cosas, una semana después, la ofensiva del Tet se extendió por todo Vietnam. Entre el 30 y e 31 de enero se produjeron ataques del Vietcong sobre 42 ciudades de Vietnam del sur, incluyendo la embajada estadounidense de Saigón.
Vietcong capturado en el asalto a la embajada USA en Saigon.
Los aliados no tardaron en repeler la ofensiva, pero los combates en la antigua capital vietnamita de Hue duraron más de un mes. Las audiencias televisivas en Estado Unidos estaban saturadas con imagenes de los combates en Vietnam, pasando la ofensiva del Tet a convertirse en un acontecimiento decisivo que dejaba de lado otras noticias y otros conflictos, ya que el éxito militar pudo acallar momentáneamente el fracaso político que los EE.UU. estaban obteniendo con su intervención en Vietnam.
Para Park Chung Hee y sus generales, la ofensiva del Tet era un espectáculo secundario. Consideraban el ataque norcoreano sobre la Casa Azul y la captura del USS Pueblo eran actos de guerra, y criticaron abiertamente la falta de represalias por parte estadounidense.
Las declaraciones injuriosas de Park Chung Hee contra Estados Unidos termino por llevar la relación entre ambos países a un mínimo. El presidente Johnson tenía las manos ocupadas en Vietnam y no tenía ninguna intención en iniciar otra guerra contra Corea del Norte.
Johnson envió a Cyrus Vance, su enviado especial, a Seul, para tratar de apaciguar a Park con un paquete de ayuda militar de 100 millones de dólares (unos 900 millones dolares hoy).
Mostrando su desdén, Park se negó en principio a recibir a Vance, aunque finalmente cedió. Tras varios días de fuertes discusiones, las relaciones entre ambos países mejoraron, pero la alianza no volvio a los niveles de apenas dos años atrás.
Cyrus Vance y Park Chung Hee : "No estamos satisfechos del todo, pero hemos sentado las bases para futuras conversaciones."
La ofensiva del Tet y la captura del USS Pueblo también había desviado la atención de los periodistas sobre lo ocurrido en la DMZ. El ataque a la Casa Azul solo mereció un pequeño artículo en el New York Times, y ningún periodista se interesó por los rumores que indicaban graves fallos de seguridad en la DMZ.
Así, las autoridades estadounidenses, con el foco informativo en Vietnam, dejaron que la violación de la DMZ por comandos enemigos muriera de muerte natural, alegrándose que no se hicieran las molestas preguntas sobre los fallos de seguridad.
No hubo arrestos ni consejo de guerra en la 2ª division de infantería USA. El general Bonesteel uso sabiamente los traslados para acelerar la salida de la unidad de los oficiales que se habían mostrado poco eficaces en la vigilancia de la DMZ. Bonesteel pensaba que la relación entre Corea del Sur y Estados Unidos estaba lo suficientemente dañada como para no ventilar los trapos sucios con castigos públicos.
Por su parte, Kim il Sung no sufrió ninguna consecuencia por sus acciones. Envalentonado, incremento la presión contra Corea del Sur.
El 21 de abril, una patrulla estadounidense se vio rodeada en la DMZ por una cincuentena de soldados del KPA. Cinco atacantes murieron en el choque, mientras los estadounidenses sufrían 1 muerto y tres heridos.
En 1968 se produjeron mas de 230 escaramuzas en la DMZ, en las que resultaron muertos 17 estadounidenses y 145 soldados surcoreanos. A cambio, 321 integrantes del KPA habían muerto, y todas las incursiones desde el norte fueron detectadas y repelidas con éxito.
A
pesar del fracaso, el dictador de Corea
del Norte no cesó en sus provocaciones, aunque por entonces se enfrentaba a un
nuevo presidente estadounidense, Richard Nixon, quien envió aviones de combate
y un gran contingente de la 82ª división aerotransportada a Corea del Sur para
unas maniobras conjuntas en 1969 ( Ejercicio Focus Retina )
El espectáculo de los nuevos aviones de combate y miles de paracaidistas en el aire, que se hizo a corta distancia de la línea de demarcación y a la vista de cualquier coreano del norte que quisiera mirar, preocupo a Kim, quien creyó que era el anticipo de la invasión de Corea del Norte.
Pero Kim estiró la cuerda una vez más. El 15 de abril, cumpleaños de Kim, dos cazas MIG 21 derribaban un EC 121, avion de inteligencia estadounidense a 150 kilómetros de la costa de la República Popular de Corea, causando la muerte a 31 militares estadounidenses.
Nixon se enfureció, pero opto por una demostracion de fuerza amenazando con bombardear Corea del Norte, reanudando los vuelos de aviones de inteligencia, esta vez escoltados por dos cazas fuertemente armados. También ordeno la llegada al mar de Japón de dos flotas dotadas de portaviones.
Kim se vio obligado a cesar en sus ataques al DMZ, y pago su frustración con los dirigentes del KPA. Cometer fallos en el reino comunista de Kim tenía sus consecuencias, y centenares de oficiales de alto rango fueron ejecutados o condenados a cadena perpetua.
El mismo general norcoreano que había ideado el ataque a la Casa Azul fue torturado antes de ser fusilado, por supuesto sin juicio.
Scenes from an Unfinished War: Low Intensity Conflict in Korea, 1966-1969 - Daniel Bolger
The Blue House raid – Robert Perron
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