La Misión, película británica del
año 1986,dirigida por Roland Joffe y protagonizada entre otros por Robert de Niro, Jeremy Irons, Aidan Quinn y Liam Neeson, narra las peripecias de un grupo de sacerdotes jesuitas que se internan en la
selva amazónica para tratar de construir una misión para convertir a los indígenas guaraníes de la región. Los
problemas comienzan cuando España se desentiende de sus obligaciones y cede la
región a los portugueses, que no ven con
buenos ojos el poder evangelizador de los jesuitas.
Aunque fundada por un antiguo
soldado, Iñigo Yañez de Oñaz y Loyola (mas tarde conocido como san Ignacio de Loyola)
la Orden de la Compañía de Jesús no era una orden militar religiosa.
Pero durante los siglos XVII y XVIII, en la cuenca del Rio
de la Plata en América del sur, los jesuitas tomaron las armas en la provincia
colonial española de Paraquaria.
La confirmación oficial de la
orden de la compañía de Jesús, concedida por el papa Pablo III el 27 de
septiembre de 1540, convirtió a san Ignacio y sus hermanos españoles en soldados
de Cristo, inicialmente con la intención de convertir a los musulmanes de Tierra Santa.
Pero Ignacio cambió pronto su objetivo,
y lo enfocó sobre las tierras del norte de europa, dominadas por los paganos
protestantes, y por los nuevos territorios de la corona española en el Nuevo Mundo, compartido con los portugueses.
Para lograr sus objetivos
evangelizadores en Europa, los jesuitas se convirtieron básicamente en
educadores, estableciendo instituciones educativas para formar a la elite y los
futuros líderes de la católica Europa. Y en América del sur, los jesuitas comenzaron a crear misiones.
Ademas de sus votos de pobreza,
castidad y obediencia, votos comunes con la inmensa mayoría de las otras órdenes
religiosas catolicas, los jesuitas también juraron obediencia al Papa y juraron seguir al pie de la letra
su lema Ad maiorem Del gloriam (A mayor gloria de Dios).
El 9 de febrero de 1604.el general
superior de la orden de los jesuitas, el italiano Claudio Acquaviva, ordeno el establecimiento de la orden en la
provincia de Paraquaria.
Paraquaria.
La provincia de Paraquaria, que
originalmente dependía del obispado de Asunción,estaba formada por territorios pertenecientes a los actuales Boliva, Chile, Uruguay y Argentina (provincias de Misiones y Entre Ríos), las regiones brasileña de
Itatin (parte del actual estado de Mato Grosso do Sul ) ,Guaira (actual estado
de Paraná) , y Tapé (actual estado de Rio Grande do Sul).
Los jesuitas se pusieron a la
tarea de evangelizar a los indígenas locales,la tribu guaraní, y fundaron pueblos
misioneros denominados “reducciones”. La intención de los jesuitas era atraer a
las tribus indígenas que vivían en la selvas y ofrecerles una vida en
comunidad un poco más cómoda.
"Reduccion" jesuita.
En poco tiempo, la provincia de Paraquaria tenía 30 reducciones en las que vivían 150.000 indígenas guaraníes.
Paraquaria disfrutaba de un
status especial, diferente del resto de posesiones del imperio español en América
del sur, ya que los jesuitas estaban exentos de la obligación de cumplir con las
leyes de Encomienda. Bajo esas leyes, los indígenas estaban obligados a trabajar
(aunque técnicamente no como esclavos) para terratenientes y nobles españoles
como una forma de impuesto.
Restos de la reduccion de San Ignacio.
En Paraquaria, los indígenas
estaban exentos del pago de impuestos a terratenientes y nobles, ya que
pagaban directamente al rey de España, a cambio de una especie de autogobierno
y de la propiedad de un poco de terreno y del fruto de su trabajo.
Cada reduccion jesuita en Paraquaria
estaba supervisada por dos sacerdotes jesuitas con poder de veto sobre casi
todas las decisiones que se tomaban, mientras un “comité” de nativos funcionaba
como órgano de gobierno y colaboraba en el mantenimiento del orden.
Las tierras comunales de la misión
servían para construir viviendas y mantener a ancianos, viudas y
huérfanos,sirviendo también para mantener a toda la comunidad en tiempos de
escasez o necesidad. Junto a las reducciones había enormes extensiones de terreno
,miles de hectáreas que rodeaban una gran estancia (rancho ) donde los jesuitas
criaban ganado y caballos. También los jesuitas se dedicaban a la agricultura,
creando yerbales, grandes plantaciones de yerba mate, (una especie de acebo con
cuyas hojas y ramas se hace te), logrando un semi-monopolio comercial de lo que
se conocería como el “te jesuita”.
Reduccion de San Javier, restaurada en 1993.
Inevitablemente, las grandes
extensiones y las condiciones de vida y trabajo en las misiones jesuitas en Paraquaria superaban por mucho las condiciones en las que los indígenas trabajaban
y vivían en otro tipo de “comunidades”, llevando a grandes numeros de indigenas a concentrarse en las misiones jesuitas. Los conflictos con
otros europeos, que dependían de los esclavos para mantener sus ingresos, no
tardaron en producirse.
Ademas, Portugal permitía la esclavitud
en sus posesiones, y los cazadores de esclavos de Sao Paulo, conocidos como
paulistas o bandeirantes, veían muy mal la protección de los jesuitas sobre los indígenas, que los
privaba de una segura fuente de ingresos.
Expedicion esclavista de los bandeirantes.
Los terratenientes portugueses también
veían reducirse sus ingresos por la protección jesuita a los indígenas, ya que
estos eran mucho mas baratos que un esclavo africano, que se veían obligados a
adquirir (curiosamente, aunque los jesuitas defendían la causa guaraní, no
prestaron ni la mas mínima atención a la esclavitud de africanos, y en algunas misiones jesuitas había esclavos de ese origen).
El rencor fue aumentando cuando los
jesuitas persuadieron a la corona española
para no permitir a europeos, africanos y mestizos entrar en las misiones o
tomar contacto con los indígenas guaranies.Los jesuitas también prohibieron el
uso de cualquier lengua europea en sus territorios.Asi, el conocimiento de la gramática de la lengua guaraní y su vocabulario fue una
gran ventaja para los jesuitas en sus esfuerzos de catequizar y controlar a la
tribu.
Los bandeirantes se dieron cuenta
que las misiones jesuitas, en vez de proteger a los indígenas, los agrupaban,
siendo más fácil atraparlos, y comenzaron a atacar las misiones en la década de
1620.
Sin defensa alguna, los
jesuitas y guaraníes lo único que podían hacer era dirigirse hacia el sur, lo más
cerca posible de los principales asentamientos españoles en las cercanías del Rio de la Plata.
Sin perder tiempo, los
esclavistas siguieron la ruta de escape de jesuitas y guaranies,destruyendo todas
las misiones de las regiones de Itatin y Guayra.En 1631, el sacerdote jesuita
Antonio Ruiz de Montoya organizó un éxodo de unos 13.000 guarnies a la relativa
seguridad de lo que hoy es la provincia argentina de mMisiones. Debilitados por
el hambre y la enfermedad, dos tercios de quienes partieron murieron en el camino.
Mientras insistia en la idea de
ganarse a los guaraníes con la palabra y
no con la espada, en 1647 Montoya comprendió por fin la necesidad de una
repuesta mas agresiva a los esclavistas portugueses.
En una misiva dirigida directamente
al rey Felipe IV, solicitaba permiso para armar a los guerreros guaraníes para
su auto defensa.Montoya también solicitaba la proteccion del ejercito español , acuartelado
a lo largo de los rios Paraguay y Paraná.
Los límites entre los dominios españoles
y portugueses en América del Sur estaban perfectamente definidos desde el siglo
XV.
El tratado de Tordesillas,firmado
por ambos reinos en 1494, habia dibujado un límite entre las posesiones de ambos,
pero Portugal había invadido más o menos civilizadamente el territorio español en el Nuevo Mundo casi
desde el mismo día de la firma del tratado.
La unión de España y Portugal en
1580 durante el reinado de Felipe II no había solucionado los
problemas de limites territoriales entre ambos reinos, por entonces ya unidos.
Así que Felipe IV, en su papel
como rey de ambos reinos, se vio obligado a intentar dar una solución al ataque
de sus nuevos súbditos, los esclavistas portugueses, los bandeirantes, sobre otros de sus súbditos, los jesuitas y los guaraníes.
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