Las columnas de la Grande Armee en direccion al Danubio.
Viene de aquí:
Mientras la Grande Armee del
emperador maniobraba para cerrar el cerco sobre los austriacos, el mariscal Mack comenzaba a comprender a grandes rasgos lo que estaba ocurriendo: pero el
archiduque Fernando, comandante en jefe de todo el ejercito austriaco ,parecía incapaz
de reaccionar.
Para los austriacos se abrían
varias posibilidades de detener o al menos ralentizar la marcha de la Grande Armee.Por ejemplo, utilizar la superior caballería austriaca para atacar a la
columna francesa situada mas hacia el sur, antes que pudiera cruzar el rio
Danubio, logrando quizás ralentizar su avance y separarla del resto del
ejercito frances, haciéndola más vulnerable a ataques de flanco.
Los austriacos también hubieran
podido defender los puntos de cruce del rio Danubio, del Isar y el Inn, para dar tiempo
a los soldados rusos del mariscal Kutuzov a llegar sobre el flanco izquierdo
francés.
Pero lo único que se les ocurrió
a los estrategas del ejercito austriaco fue convocar a todas sus tropas
disponibles en las cercanías de Gunzburg, al este de Ulm.
Tan efectivas habían sido las
medidas de seguridad tomadas por Napoleón que la mayoría de sus enemigos no
podían imaginar lo que ocurria.Toda
mención a los movimientos de la Grande Armee en la prensa parisina habían sido
rigurosamente prohibidos y los
comandantes de cada cuerpo de ejercito solo conocían un mínimo de información,
solamente la referida a los movimientos de sus propias tropas, para en caso de
ser capturados no pudieran revelar la totalidad del plan del emperador.
La noche del 6 al 7 de octubre,
las tropas del general Vandamme llegaban hasta Donau, mientras Murat tomaba la localidad
de Muster sin lucha.Sin perder tiempo, comenzaron a cruzar el Danubio, la mitad del ejercito al
este de la confluencia entre el Danubio y el rio Lech, y la otra mitad de la Grande Armee al oeste, para proteger el cruce de algún posible ataque
austriaco.
Pero tal ataque austriaco no se
produjo,y los diferentes cuerpos de ejercito de la Grande Armee cruzaron el
Danubio sin incidentes de importancia: el mariscal Soult cruzó por Donauworth,
Davut por Neoburgo, etc.
Napoleón supo anticipar perfectamente
cual iba a ser el movimiento de las tropas austriacas del general Mack, y el
3 de octubre escribía al mariscal Soult:
“Mi intención, cuando nos
encontremos con el enemigo, es envolverlo por todos los flancos”.
Para atrapar al ejercito austriaco,
Bonaparte debía cerrar todas y cada una de sus vías de posible escape. El general Mack podía intentar escapar por tres direcciones diferentes:
Podía tratar de retirarse hacia el
Tirol, pero eso significaría tener que abandonar su misión de cubrir la llegada
de las tropas rusas de Kutusov.
También podría Mack armarse de
valor y lanzar un contraataque sobre una de las dos partes en las que se había
dividido la Grande Armee para cruzar el Danubio.
Y tercero, podria organizar una
campaña de pequeñas escaramuzas mientras se retiraba, cambiando terreno por
tiempo, a la espera de la llegada de los ejercitos rusos.
Napoleón estaba seguro que Mack
no intentaría retirarse hacia el norte, ya que eso significaría dejar el camino
a Viena abierto a los franceses. El emperador no temía tampoco ningun ataque de
importancia sobre sus lineas de comunicaron y aprovisionamiento, protegidas por más
de 20.000 Hesianos y bávaros, cortesía de sus aliados de las pequeñas estados germanos.
Dragones bavaros al servicio del emperador.
Hessianos, infanteria de linea.
Las columnas francesas seguian
avanzando por caminos paralelos manteniéndose a una distancia en la que podian
apoyarse en caso de necesidad, con la reserva de caballería protegiendo la retaguardia.
Los austriacos seguian sin conocer la posicion real de los cuerpos de ejercito
franceses, y mantenian en el oeste buen número de tropas, creyendo que el
grueso del ejercito francés surgiria de la Selva Negra (allí continuaba la
caballeria ligera de Murat en continuo movimiento, haciendo creer a los
austriacos que su número era muy superior al real).
Los informes de inteligencia austriacos,
informando de la llegada desde el norte de múltiples columnas francesas,
confunden aun mas a los austriacos, en contraste con el hasta entonces normal
movimiento de los grandes ejercitos, con el grueso avanzando por el
mismo camino. Con tanta columna avanzando desde el norte, el servicio de inteligencia
austriaco no sabe donde se encuentran los franceses, adonde se dirigen o cual
es su potencial militar.
Como un consumado ajedrecista, Bonaparte
desplegó sus tropas para cubrir todas las posibilidades .Instaló su centro de
mando en Augsburgo, y dispuso los 7 cuerpos de ejército como en una tela de
araña a partir del centro. El 7º cuerpo de Soult fué enviado hasta Mammingen para
apoderarse de los mayores almacenes y depósitos de municiones austriacos y al
mismo tiempo, cerrar la vía de escape hacia el Tirol.
Para controlar la carretera que
transitaba desde Ulm hasta Gunzburg y Augsburgo Bonaparte envió a Lannes y Murat.Para proteger una poco probable llegada del ejercito ruso por el este, Bernadotte y Davout marcharon a Múnich, donde instalaron lineas defensivas aprovechando
los ríos Isar y Lech.
En el centro, junto a Bonaparte, iban
a permanecer la Guardia imperial y el cuerpo de ejercito de Marmont, para ser usados como reservas estratégica en caso de
necesidad.
El despliegue contemplaba
cualquier eventualidad, ya que se había desplegado cada cuerpo de ejercito a
menos de 48 horas de marcha de los colocado a sus flancos.La red estaba colocada
para atrapar al general Mack, que además tuvo mala suerte con sus informantes.
En efecto, un agente austriaco
había informado que había oído una conversacion de oficiales franceses en la que se mencionaban
rumores de una invasión británica en Boulogne.Optimista por naturaleza, Mack
recibió a sus oficiales y les anuncio que en breve, los franceses estarían en
franca retirada para marchar rapidamente a defender la supuesta invasion britanica, y que debían preparar de inmediato columnas
móviles para salir en su persecución en cuanto se produjera.
El primer combate serio de la
campaña de Bonaparte para destruir la tercera coalición tuvo lugar el 8 de octubre. El general Mack había
recibido informes que indicaban que los franceses estaban cruzando el Danubio
por Donuaworth, y envió allí a 9 batallones de infantería (incluyendo 6 batallones
de granaderos) y 4 escuadrones de caballería para realizar lo que se pensaba
era un reconocimiento, al mando del general Von Auffenberg.
Combate de Wertingen.
Los granaderos austriacos marcharon toda la noche pero no encontraron a los franceses, y el general Auffenberg decidió acampar en la ciudad de Wertingen para descansar a su infantería,
mientras la caballería formaba patrullas para intentar encontrar al enemigo.
Pero la infantería austriaca
apenas pudo descansar, ya que al anochecer apareció la caballería francesa,
seis escuadrones de húsares y la división
de caballería de Beaumont compuesta de 18 escuadrones de dragones,
incluyendo dos de artilleria a caballo.
Usando a los dragones como
infantería, los franceses se lanzaron al asalto de Wertingen.Aunque la mayoría
de la caballería austriaca pudo escapar, los jagers y los granaderos austriacos fueron diezmados,
capturando los franceses cerca de 3.000 prisioneros.
"Murat en Wertingen", obra de Eugene Louis Lami.
El día 9 continuó el avance de
las distintas columnas de la Grande Armee.Mack, muy enfadado tras la derrota
austriaca en el combate de Wertingen, decidió abandonar la idea de retirarse hacia
Viena y eligio permanecer en Ulm, esperando la llegada del ejercito ruso de Kutuzov.
Para asegurar la posición en Ulm,
los austriacos debían evitar el cruce de los franceses del Danubio en las localidades
de Gunzburg y Elchingen.
Plan frances para tomar los puentes de Gunzburg.
Los austriacos habían conseguido
demoler parcialmente dos de los tres puentes que cruzaban el Danubio en las cercanías
de la ciudad de Gunzburg.Se encontraban en el proceso de demoler el tercero
cuando aparecieron los franceses. A pesar del apoyo de la artilleria austriaca,
los novatos infantes austriacos no pudieron contener las sucesivas cargas a la
bayoneta de los granaderos del general Labasse, obligando a los supervivientes austriacos
a retirarse, dejando los tres puentes de Gunzburg en manos francesas.
Napoleón ya tenía un cruce seguro
del Danubio, mientras el general Mack, que necesitaba los puentes para llevar a
efecto un contraataque sobre el flanco izquierdo francés, había fracasado
incluso antes de completar los preparativos.
El asalto de los granaderos del general Labasse sobre la infanteria austriaca.