martes, 24 de marzo de 2020

102 a.c.: Aquae Sextiae, la venganza de Roma (4 ª parte)


 Aquae Sextiae.

Viene de aquí:

  A la mañana siguiente ambos bandos desplegaron sus ejercitos.Mario salió de su campamento y desplegó a sus legiones al modo acostumbrado. Los legionarios que iban a combatir ese día iban a ser invitados de una de las pocas ocasiones en las que un general romano intervenía personalmente en la batalla desde el principio, y la única batalla en la que Mario iba a participar activamente.

  Con su disposición a ponerse en peligro junto a sus legionarios, la presencia de Mario iba a servir como  un calmante para sus hombres.Superado por sus enemigos en un ratio de dos a uno, Mario ya había conseguido su primera victoria táctica, obligando a su enemigo a cargar cuesta arriba a través de un terreno que iba a igualar las fuerzas.

  Mientras, al pie de la colina, Teotobaldo animaba  sus lugartenientes, ya que su tactica de esperar había hecho salir a los romanos de su casi inexpugnable campamento. Los teutones eran ya un ejercito con resonantes victorias sobre las legiones romanas, y seguro que sabían que cargar colina arriba contra un enemigo que le esperaba seria muy complicado y peligroso.

  Pero los guerreros teutones rebosaban confianza, y Mario sabia que estaban ansiosos para combatir. Sabía que no tardarían demasiado en romper la inestable disciplina que aun les mantenía unidos, y en un movimiento sorpresa envió a su caballería colina abajo para atraer la atención del enemigo.

  El plan de Mario funcionó, y pronto los teutones perseguían colina arriba a la caballería romana.Normalmente, las tribus germánicas cargaban en forma de cuña,pero en Aquae Sextiae el terreno era difícil par mantener la formación, y teutones y ambrones rompieron la formación rápidamente.

  Desde lo alto de la colina, Mario y sus legionarios observaban como los barbaros se iban aproximando.Esperaron hasta que apenas estaban a 15 metros, el rango efectivo de lanzamiento del pilum, y lanzaron al unísono.


  Algunos de  los barbaros de mayor rango y los escoltas del rey teuton estaban protegidos por escudos y armaduras capturadas  a los propios romanos, pero la mayoría apenas llevaban una coraza de cuero o empuñaban algún escudo de mimbre.

  La carga cuesta arriba de los bárbaros quedo interrumpida al instante, y los legionarios sacaron sus gladius y se lanzaron colina abajo sobre los desorganizados barbaros en retirada. Los legionarios usaban sus escudos para hacer perder el equilibrio  a los barbaros, y luego sus gladius atravesaban con suma facilidad escudos de mimbre y corzas de cuero.

  Los legionarios continuaron acosando y persiguiendo a los barbaros, que salvo algunos grupos de guerreros armados al modo romano, apenas podían oponer resistencia.

  Pero, a pesar de las graves pérdidas sufridas, los bárbaros no iban a ceder.El impulso de la carga de las legiones comenzó a ceder por el cansancio, y la batalla se niveló cuando los teutones comenzaron a formar un muro de escudos.Aunque sus lanzas eran practicamente inútiles contra las  armaduras y escudos romanos, tenían alguna posibilidad contra el gladius.

  Mario vaciló momentaneamente, sus legioanarios con gladius deberían aproximarse al muro de escudos teutones  mientras sufrían el lanzamiento de jabalinas de los guerreros germanos.

  Fue ese momento de indecisión el elegido por el tribuno Claudio Marcelo para sacar a sus 3000 legionarios de la protección del bosque y cargar sobre la retaguardia barbara.Sorprendidos por la retaguardia, la moral y la energía de los guerreros germanos comenzó a flaquear.

  Teutobaldo y los teutones y ambrones que aun sobrevivían se retiraron desordenadamente hacia su campamento, con los legionarios de Marcelo pisándoles los talones.

  Mario no detuvo a sus legionarios, que alcanzaron el campamento germano. La matanza dio comienzo, y los legionarios no respetaron la vida de los civiles, que fueron asesinados en masa mientras los legionarios saqueaban e incendiaban e campamento.

 "Mujeres teutonas defendiendo el campamento", obra de Heinrich Leutemann.

  Es posible que las mujeres teutonas trataran de resistir a los legionarios, como habían hecho las mujeres ambronas días atrás. Pero su resistencia fue inútil, las alaes de caballeria del cónsul Mario se ocuparon de capturar a los supervivientes germanos.

  Tras saquear el campamento barbaro, los legionarios decidieron regalar a Cayo Mario la mayoría del botín obtenido.  Mario eligio lo mejor y mas valioso, y ordeno quemar el resto en una gran pira.

  La batalla de Aquae Sextiae había terminado, y dos de las más poderosas tribus germanas habían quedado practicamente extinguidas, ya que los teutones habían sufrido 40.000 muertos y heridos y 20.000 prisoneros, mientras los legionarios de Mario solo habian tenido unas 1000 bajas.

 A primeros del siglo V, un monje cristiano llamado  Hieronimus (San Jeronimo,patrón de los traductores) había tenido acceso a material escrito sobre la batalla de Aquae Sextiae. 

 Basado en ese material, san Jerónimo escribió como 300 mujeres teutonas que habían sido enviadas a Roma como esclavas mataron a sus hijos y se suicidaron cuando los romanos se negaron a permitir que fueran elegidas para convertirse en sacerdotisas de las diosas Ceres y Venus.
 
  Teutobaldo logro escapar a la batalla, pero no tardo mucho en ser traicionado y capturado por una tribu aliada de roma, los secuanos, que lo entregaron a el y a su escolta a Cayo Mario.


  Teutobaldo logró sobrevivir lo suficiente para formar parte del desfile del triunfo que Mario disfruto para celebrar su victoria. Luego, él y todos los bárbaros que le habían acompañado cargados de cadenas hasta Roma, fueron ejecutados.

  Mario fue elegido de nuevo cónsul para el año 101 a.c..Aunque tenia mayor numero de tropas, su compañero de consulado, Quinto Lutacio Catulo, no había preparado a sus legionarios como Mario, y cuando encontró a los cimbrios en Raetia (oeste de Austria, aprox.), sus tropas huyeron hacia la seguridad de los Alpes.




Parte XXIII

  El rey cimbrio,Boiorix, que había jugado un importante rol en la derrota romana en Arausio, cruzó los Alpes por el paso Brennero y cayó sobre el poco avispado Catulo en el rio Adigio, cerca de la actual ciudad de Verona.

 Passo Brennero.
  
  Afortunadamente para la republica romana, los cimbrios, tras derrotar a  Catulo decidieron pasar unos meses en el norte de Italia y no marcharon hacia el sur.

  Tras aniquilar a los barbaros en Aquae Sextiae,el consul Cayo Mario marcho hacia el este para reunirse con Catulo, que a pesar de sus derrotas tenía su ejercito sorprendentemente casi intacto.

  En el verano de 101 a.c., los cimbrios se pusieron en marcha hacia el sur de Italia,siguiendo el curso del rio Po.Mario y Catulo había reunido sus ejércitos consulares en Piacenza. Elegido para su quinto consulado, Mario se había convertido en el indiscutible jefe supremo del ejército romano.

  Antes del combate,Mario decidio entablar conversaciones con los cimbrios, que solo deseaban tierra en donde asentarse como colonos. Mario se negó, y para mostrar a los cimbrios lo que les podía ocurrir, hizo desfilar ante ellos a los nobles teutones encadenados que había capturado en Aquae Sextiae.


Parte XXIV

  Creyendo que su superioridad numérica (120.000 guerreros) les daba una gran ventaja, los cimbriso se prepararon para la batalla. Pero la moral de los soldados de Mario (54.000 soldados) era incluso superior a la de los orgullosos cimbrios.

  Durante varios días, ambos ejércitos maniobraron intentando porvocar algun error tactico del contrario.Cuando transitaba con su ejercito por la llanura de Raudine, cerca de la localidad de Vercellae, Mario creyó haber encontrado el lugar ideal para presentar batalla, perfecto para desplegar adecuadamente a sus 15.000 jinetes.

 Vercellae.

  En la batalla de Vercellae, los romanos terminaron por completo con la amenaza bárbara sobre la península itálica. El rey cimbrio Boiorix murió en la batalla, y sobre el campo de batalla quedaron los cadáveres de 60.000 cimbrios, según Plutarco. Los romanos ejecutaron a  la mayor parte de los guerreros cimbrios capturados y esclavizaron a las mujeres y los niños que habían  acompañado a los guerreros cimbrios en su migración.

 "Derrota de los cimbrios en Vercellae",obra de Alexander Gabriel Descamps.

  Aunque mas conocido por sus reformas y por haber transformado una milicia ciudadana en un ejercito profesional, sus victorias militares en Aquae Sextiae y Vercellae salvaron  la republica y mostraron su genio táctico, devolviendo al ejercito romano la supremacía militar en el oeste de Europa.

 "Mario vencedor de los cimbrios", obra de Saverio Altamura.

The crisis of Roma – Gareth Sampson
The roman barbarian wars – Ludwig Einrich Dyck

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