jueves, 31 de octubre de 2019

Sertorio, rebelde con causa (27 ª parte) ; Iberia-Hispania (XXIII) ( y ultimo)




 "Muerte de Sertorio" , obra de Vicente Cutanda.
 
Viene de aquí:

  Era el momento que esperaba Pompeyo para poner en práctica lo que había aprendido tras tantos años de guerra contra Sertorio.Un siglo más tarde, mientras el cónsul Frontino se preparaba para gobernar Britania compiló una serie de textos de maniobras militares y tácticas que le ayudaran en su futura campaña. La lección de táctica que Pompeyo asestó a Perpenna se describe en el libro 2, capitulo 5, versos 32 y siguientes de su obra “Estratagemas”, bajo el epígrafe “emboscadas”.

  “Cuando Pompeyo se encontraba en Hispania combatiendo a Perpenna disemino a sus tropas en lugares aptos para realizar emboscadas. Después, aparentando tener miedo, hizo retroceder  al grueso de sus tropas para atraer al enemigo a la trampa.Cuando el enemigo quedo expuesto por sus flancos a las emboscadas, Pompeyo ordenó atacar desde todas las posiciones, destrozando al enemigo en los flancos y el frente, capturando a Perpenna”.


  Una retirada fingida y una posterior  emboscada era algo habitual desde los primeros tiempos de larepublica romana, y seguramente Sertorio no hubiera caído en la trampa, el que había montado tantas emboscadas similares. Pero Perpenna estaba desesperado por una victoria y cayó en la trampa pompeyana.

  Como afirmaría mas tarde Plutarco, "Perpenna era tan mal comandante como cumplidor de órdenes”. Sus tropas apenas pudieron oponer resistencia, y en apenas un par de horas, la causa de Cayo Mario, que Sertorio había sostenido desde Hispania durante una década, dejaba de existir como tal.


  Perpenna tampoco tuvo el coraje y la decencia mostrado por la mayoría de sus oficiales que murieron en el campo de  batalla o se suicidaron. Prefirió esconderse tras unas zarzas esperando poder pasar desapercibido y  sobre todo, escapar de la venganza de sus propios soldados, a los que había llevado al desastre. Con los soldados de Pompeyo quizás podría hacer un trato, pero sus propios soldados querían terminar con su vida.

  La caballería de Pompeyo atrapó a Perpenna y lo llevaron al campamento del vencedor. Allí, con los prisioneros insultándole, fue llevado a la presencia de Pompeyo.

  Como sucesor de Sertorio, Perpenna había heredado unas cartas que Sertorio había recibido de sus simpatizantes en Roma,algunos de ellos de nobles de alto rango y senadores. Opuestos al senado  de Sila, pero temeroso de alzar su voz en el, los nobles urgían a Sertorio a regresar a Italia. Con Sertorio a la cabeza de las tropas de Italia aun leales a Cayo Mario, los opositores se levantarían contra el senado, derrocarían la constitución y leyes silanas y pondrían en marcha un nuevo gobierno.

  Quienes eran esos opositores y cuáles eran sus posibilidades de éxito en caso de que Sertorio hubiera podido llegar a Italia, no se sabe, ya que Pompeyo, tras rechazar la proposición de Perpenna de intercambiar las cartas por su vida, quemó las cartas sin leerlas. Pompeyo no quería que la traición de los opositores provocara una nueva guerra civil en Italia, guerra civil que unida a la rebelión de esclavos que estaba asolando el sur de la península itálica podría llevar a la republica romana al caos.

  Perpenna fue ejecutado, ya que había sido condenado a muerte por traición por el senado romano un par de años antes, al igual que Sertorioo, aunque la sentencia había quedado pendiente de cumplir hasta que la republica romana hubiera logrado atraparlos.

  Pompeyo, que solo un año antes había tenido muy serios problemas con el senado romano, había terminado con la rebelión de Sertorio en Hispania, lo que lo convirtió en un favorito para la plebe romana, siendo premiado  con un triunfo y un consulado que le esperaba para cuanto regresara a Roma.

 Pompeyo celebra su triunfo a su llegada a Roma.

  Las guerras sertorianas habían terminado, pero incluso tras la derrota del ejercito de Perpenna y la captura y ejecución de su líder, cierto número de tribus y pueblos iberos se negaba a rendirse. Los celtiberos tenían muy mal perder, y aunque no tenían ninguna posibilidad de recibir ayuda, grandes ciudades como Clunia y Calagurris (actual Calahorra, en la Rioja) se negaron a abrir sus puertas  a las tropas de Pompeyo y fueron puestas bajo asedio.

  Aun no podía la republica romana reclamar que había conquistado Hispania por completo.Algunos de los líderes iberos  que habían abandonado a Sertorio no lo habían hecho para someterse a Roma, sino para “hacer la guerra por su cuenta”. Con la muerte de Sertorio, esos líderes tribales esperaban volver a la relativa autonomía de la republica romana de la que habían disfrutado años antes de que Sertorio uniera a las tribus de la península para su guerra  contra los silanos.

  Y al principio, parecia que esas esperanzas de autonomía podrían cumplirse, ya que en el año 72 a c. la republica romana encaraba dos desafíos importantes. El primero, en Asia Menor ,en donde las legiones de Lucio Licinio Lúculo habían atrapado a las tropas del rey Mitridates en la ciudad de Cyzicus, (actual Belkiz Kale, en la costa del mar de Marmara, al noroeste de la actual Turquía).

 Ruinas de Cyzicus.

  En Italia, Espartaco y su ejercito de marginados había demostrado ser ,al menos, de la misma calidad militar que los numerosos ejércitos que había enviado el senado romano para derrotarle.

  Pero,cuando el senado envió a las veteranas legiones del procónsul de la Galia,Cayo Casio Longino, a detener a los rebeldes en Mutina (actual Módena) ,y  Espartaco aniquiló a las legiones, el senado romano por fin decidió tomarse la amenaza de los gladiadores realmente en serio. El veterano comandante Marco Licinio Craso tomó el testigo, y con sus diez legiones empujó a los seguidores de Espartaco hasta el sur de la península itálica.

 Marco Licinio Craso sufriria una terrible muerte años mas tarde, en Partia.

  Mientras, en Hispania Metelo y Pompeyo se dedicaban terminar con la última resistencia. Ciudades como Uxama (en la actual provincia de Soria) fueron reducidas a cenizas y los supervivientes vendidos como esclavos.

  Con ese trato por parte de los pompeyanos, estaba claro que las otras ciudades rebeldes sabían cual iba a ser su destino, y resistieron hasta el final, sobre todo Calagurris, de donde saldría la coloquial locución “hambre calagurritana” como hambre insoportable, etc


  “Continuaron frustrando los asaltos de las tropas de Afranio, el lugarteniente que Pompeyo había dejado a  cargo de la toma de Calagurris.Cuando no les quedo ningún animal vivo para comer se volvieron hacia sus propias esposas e hijos, comiendo de su carne.Mas tarde, se comieron a los heridos,llegandoo incluso a salar los cadáveres para poder conservarlos más tiempo.”

  Pero el final era inevitable, y tras más de 40 días de asedio Calagurris sucumbió.Los romanos pasaron  a cuchillo  los supervivientes, ya que estaban tan famélicos que no les servían ni como esclavos, y redujeron  la ciudad a escombros.

  Metelo Pio, en una de  sus últimas tareas como gobernador de la Hispania Citerior, elevó los impuestos para pagar la reconstruccion de infraestructuras destruidas. La Citerior había resultado particularmente dañada, y solo algunas ciudades como Cartago Nova habían escapado a la destrucción.

  Tras ocho años de guerra, iberia, Hispania, se convirtió en una provincia pacificada: En el año 71 a.c., Metelo Pio fue convocado en Roma para ser nombrado Pontifex Máximum, y Pompeyo para liderar las legiones que terminarían con la rebelión de Espartaco.

  Pompeyo abandono Hispania, no sin antes dejar un enorme monumento  en recuerdo a su victoria, llamado Tropaea Pompeiae, una gran estatua de Pompeyo con su res gestae, la primera estructura que cualquier visitante de Hispania podía ver al entrar en los Pirineos,concretamente en el Coll de Panissars, (que según la geografía de Estrabon, libro 3, capitulo 4, verso 7,afirmaba que entre las bocas del Iber y el extremo del Pirineo se alzaban los Exvotos de Pompeyo)

 Restos del Tropeae Pompeiae en el Col de Panissars.

Asi se supone que era el monumento original.


 La res gestae (inscripción) del monumento describía el triunfo de Pompeyo y las 876 aldeas, pueblos y ciudades hispanas que Pompeyo había reconquistado para la “Pax Romana”.



Sertorius and the struggle for Spain – Philip Matyszak
Gaius Marius, the rise and fall of Roma savior – Marc Hyden
Pompey the great – a political history – Robin Seager
Cataclysm 90 b.c., the forgotten war that almost destroyed Rome – Philip Matyszak

lunes, 28 de octubre de 2019

Sertorio, rebelde con causa (26 ª parte) ; Iberia-Hispania (XXII)





Viene de aquí:


  Con la excusa de que uno de sus comandantes había obtenido una resonante victoria sobre los pompeyanos,Sertorio recibió una invitación de Perpena para un banquete de celebracion. Las ocasiones en que los sertorianos tenían oportunidad para celebrar victorias no era muy común en aquellos días, así que Sertorio, que llevaba semanas protegido férreamente por su escolta,decidio asistir al convite.


  Desde el principio del agape ,el vino fluyó sin pausa, sobre todo para la escolta de Sertorio, que debian vigilar el salón en donde se celebraba la cena.Cuando los conspiradores vieron que la escolta poco podría hacer si tenía que acudir en auxilio de Sertorio, pasaron al siguiente paso del plan.


  Los banquetes “romanos” en Hispania no eran nada parecidos a las típicas bacanales romanas, y menos aun con Sertorio presente, un romano serio y de conversación escasa y a menudo cortante. Y en una tierra arrasada por la guerra y el hambre, tampoco los sertorianos querían mostrar a sus aliados hispanos unas fiestas desenfrenadas:


 “Siempre en los banquetes de Sertorio se observaba grande orden y moderación, porque no podía ni ver ni oír cosa indecente, y, estaba acostumbrado a que los demás que a ellos asistían, en sus chistes y entretenimientos, guardaran la mayor moderación y compostura”




  Para hacer enfadar a Sertorio, los conjurados aparentaron estar bebidos, y comenzaron a gritar injurias y groserías, haciendo caso omiso a Sertorio cuando les ordenó que mantuvieran la compostura y el orden. La intencion de  los conjurados era sacar a Sertorio  de la relativa seguridad de su kliné (divan ) y obligarle a entrar en una pelea, en donde algún cuchillo podría introducirse entre sus costillas sin dificultad.


  Pero Sertorio no se levantó para intervenir físicamente, y continuó llamandola calma.Eso representaba un problema para los conspiradores, por que aunque Sertorio ya tenía casi 50 años,seguia siendo un excelente soldado y mantenía una excelente forma física.


  Pero cometió un error. Harto de intentar terminar con la pelea, se dio la vuelta en su sofá, dando la espalda a los conjurados, y se recostó, dando a entender que no le importaba lo que pudiera pasar.


  Perpenna dejo caer al suelo una copa de vino, que era la señal convenida, y entonces el conspirador mas cercano a Sertorio lo apuñaló.Sertorio intento levantarse y defenderse, pero otro de los conspiradores lo cogió de ambas manos, dejándolo indefenso sin poder impedir ser apuñalado por todos y cada uno de los conspiradores.


  Era un final anunciado.La guerra contra Roma se estaba perdiendo, y la determinación del senado romano por terminar con el rebelde Sertorio había terminado con la determinacion de  los iberos y los rebeldes romanos por resistir.


  Desde la batalla de Segontia, la guerra en Hispania se había convertido en una guerra de desgaste, y la republica  romana siempre iba a tener más recursos que unas cuantas tribus iberas de un territorio devastado por tantos años de guerra y saqueo.


  Los últimos meses de Sertorio habían visto a sus tropas retroceder por toda la peninsula, siendo perseguidos solamente por las tropas de Pompeyo, ya que Metelo Pio se había dedicado a terminar con la resistencia de tribus aisladas,restaurando la "Pax Romana" por todo el este y sur.


  La única cuestión que Sertorio se había negado a contemplar es si lo derrotarían sus enemigos o lo harían sus aliados. En una guerra “personal”, el último de los comandantes de Cayo Mario se había enfrentado al senado romano heredero de Lucio Cornelio Sila, y todo lo que Sertorio podía ofrecer a los iberos que le seguían era la perspectiva de poder elegir entre ser gobernados por el mismo o por el senado romano. Y el senado romano había sido sumamente perseverante,enviando ejercito tras ejercito tras cada derrota, gastando autenticas fortunas para mantener sus ejercitos en Hispania, reteniendo en algunos casos recursos para sus generales, pero con la idea de no abandonarlos nunca.Y según se desarrollaba la guerra, y Sertorio no podía cumplir sus compromisos con las tribus iberas, le fueron abandonando.


  Y cuando Sertorio perdió el apoyo de los iberos, los exiliados romanos  ya no tenían necesidad de apoyarle, y prefirieron eliminarle para dar opción a otro de sus comandantes, Perpenna, que a pesar de haber dispuesto de cinco legiones romanas completas había perdido batalla tras batalla contra los pompeyanos.Mientras el genio militar de Sertorio había conseguido mantener una situación desesperada bajo cierto control, era evidente que la mediocridad militar de Perpenna no iba a cambiar las cosas a mejor. Los iberos, ya un tanto molestos por el transcurso de la guerra, cuando recibieron  noticias de la muerte de Sertorio y que Perpenna quedaba al mando, comenzaron  a buscar una salida negociada con Metelo o Pompeyo.


  Con su líder muerto, sus seguidores fueron abandonado las filas del ejercito.Los romanos que habían permanecido fieles a Sertorio hasta su muerte desertaron y buscaron refugio  y perdón  con Pompeyo o Metelo, y los guerreros iberos simplemente dejaban sus armas en el suelo y volvían  sus hogares, sobre todo los lusitanos, que eran los que habían invitado a Sertorio para que volviera a Hispania a ayudarles.Habian seguido infatigables a Sertorio en sus andanzas por toda la península, y tenían un interés nulo en la causa de Perpenna.


 La situación no mejoró con la lectura del testamento de Sertorio, que revelaba que el principal beneficiario del status del líder muerto iba a ser Perpenna, su asesino.Perpenna, acusado por  iberos y aliados romanos como el asesino de su comandante en el campo de batalla, había pasado a ser también el asesino de su amigo y benefactor.


  Si Perpenna quería liderar lo que quedaba del ejercito de Sertorio debía mostrar liderazgo. Y su escolta pasó a convertirse en poco menos que un pelotón de ejecución, encargados de apalear hasta la muerte a cualquier disidente o cualquier desertor que intentara abandonar las filas.


  Promesas de futuros ascensos y riqueza atrajeron a su estado mayor  a un pequeño numero de romanos, mientras que algunos nobles que se postulaban para sustituir a Perpenna a la primera derrota que tuviera  (uno de ellos su propio sobrino) fueron juzgados y ejecutados junto a varios soldados acusados de hablar mal de su nuevo comandante en jefe.


  Mientras seguía creándose enemigos, Perpenna decidió mantenerse alejado de uno de ellos, de las legiones de Pompeyo, que tras recibir la noticia de la muerte de Sertorio había puesto a sus tropas en marcha directamente sobre Osca, la capital sertoriana.


  Envió en la vanguardia a su caballeria ligera, para causar el pánico y privar a Perpenna de suministros.Por diferentes razones, ambos generales necesitaban una batalla decisiva. 

  Perpenna, porque necesitaba la victoria para consolidar su propia posición, y para mostrar a  las tribus iberas que era capaz de conseguir la victoria contra Pompeyo, algo que Sertorio no había podido conseguir en sus últimos meses de vida.


  Pompeyo necesitaba la victoria en una batalla decisiva, porque quería terminar la guerra en Hispania definitivamente y buscar nuevos lugares en donde conseguir mayor gloria y prestigio (por ejemplo, en el Ponto contra Mitridates).


  Pompeyo, que había respetado siempre a Sertorio como un gran general, no tenia la misma opinión de Perpenna, a quien despreciaba. Para Pompeyo era evidente que Perpenna no estaba capacitado para desarrollar una campaña a la ofensiva , y por eso buscaba una batalla  definitiva.


  10 días después del asesinato de Sertorio, Perpenna dirigía sus tropas a campo abierto en algún lugar indeterminado de las cercanías de Osca,esperando a Pompeyo.

 Asi aparece Pompeyo en la excelente serie "Roma".


lunes, 21 de octubre de 2019

1915 : Gurkas : 1ª guerra mundial ( 6ª parte ) ; Oriente Medio




 Artilleria turca marchando hacia Suez.
 
Viene de aquí  :

Tras evacuar Gallipoli, los gurkas iban a  combatir de nuevo contra los turcos en oriente medio; en Mesopotamia, camino a Bagdad; sobre las colinas y valles en las cercanías de Jerusalén y en Egipto, defendiendo el canal de Suez contra la ofensiva otomana.

  Cronológicamente, la batalla contra los turcos en el canal de Suez fue la primera, cuando la ofensiva otomana partió de las cercanías del Gran Lago Amargo, situado entre ambas partes en las que se divide el canal de Suez.


   La ofensiva otomana fue encarada por un abigarrado y variado contingente aliado formado por diferentes tropas de la brigada hindú: bengalíes, birmanos, gurkas, etc, además de contar con el inestimable apoyo de la artilleria naval.

  En la mañana del 3 de febrero, los turcos comenzaron la ofensiva, siendo rechazados por las ametralladoras aliadas, y volviendo a sus posiciones de partida en el lado oriental del canal. Los siguientes asaltos otomanos también fracasaron, gracias sobre todo al acertado bombardeo de la flotilla aliada que destruyó buena parte de la artilleria otomana.



  La noche del día 3, los turcos se retiraron cruzando el desierto del Sinai.Podia haber sido una gran oportunidad para seguirlos y terminar con la amenaza turca sobre Egipto, pero el comandante  de las tropas aliadas en Egipto, general Sir John Maxwell temía una emboscada, y  decidió mantener a  sus tropas a la defensiva.

  El batallón gurka de mas reciente formación, el 2º del 7º regimiento, tuvo su bautismo de fuego en una escaramuza en las cercanias de la localidad de  El Kubri.Pocos días más tarde del combate, llegó para los gurkas una nueva oportunidad para demostrar su potencial.

  A principios de febrero, el teniente coronel Alfred Chevallier Parker, conocido entre sus hombres como "Parker Pasha" por su dilatada experiencia en los asuntos egipcios, sirios y otomanos y nombrado gobernador de Siria a principios del año 1915, se dirigió a la ciudad de Tor (Al Tur, en el golfo de Suez) .La situación allí era preocupante.Los policías locales habían saqueado los comercios de la zona y habían desertado. En las afueras de la ciudad de concentraban grupos  de irregulares árabes al servicio de los turcos: kurdos, circasainos, drusos, beduinos egipcios y sirios, etc

 Parker Pasha.

  Tras ocupar la ciudad,el Tt. Col. Parker  telegrafió un mensaje al Cairo, al coronel Gilbert Clayton, director de la inteligencia britanica en oriente medio.En el telegrama Parker advertía al coronel Clayton de lo peligroso de la situación, y proponía dos soluciones:

-          Abandonar la ciudad por completo y retirar la guarnicion,formada por dos compañías del 2º batallón egipcio, o

-          Enviar un fuerte contingente de soldados británicos o gurkas para eliminar la amenaza enemiga.



 La bandera del Imperio Otomano ondea sobre el edificio de cuarentena para peregrinos de Tor, 1910.

  Tor era un importante punto de recepción de peregrinos de diferentes cultos que usaban la ciudad para obtener transporte hacia el norte, hacia Tierra Santa, sobre todo los peregrinos procedentes de Rusia, que consideraban el cercano monasterio de Santa Caterina y sus alrededores un lugar sagrado. Abandonarlo a los turcos supondría una importante merma en el prestigio de los aliados, y desde el Cairo se ordeno al Tte. Col. Parker regresar de inmediato a Suez para unirse a la expedición que se preparaba contra los irregulares árabes y las tropas turcas que acampaban en el Jabal Hammam, en las colinas de Saidna Musa y en el Wadi al Sidd.

 Monasterio de Santa Caterina.

  EL 10 de febrero de 1915 ,el 2º batallón del 7º de gurkas  embarcaba en secreto en el HMS Minerva. El 2º batallón estaba compuesto de las compañías  2 y 3, una sección de ametralladoras, un medico y una seccion de ambulancias ,todo puesto bajo el mando del coronel Haldane.

  El HMS Mnerva zarpaba de Suez al amanecer del día 11, y recorrió los 200 kilómetros que separaban Suez de la ciudad de Tor en 10 horas.

  El plan inicial era desembarcar al norte del puerto de Tor bajo la cubierta de la oscuridad, escalar las colinas y caer sobre los irregulares árabes por su retaguardia. Pero este plan tuvo que abandonarse, ya que el mar estaba  demasiado agitado. Se decidió entonces dejar la seccion de  ametralladoras en el barco y desembarcar directamente en el puerto de Tor.

  Fue una operación complicada, en la oscuridad, con el mar agitado y a bordo de unos pequeños botes, pero a la 1 de la mañana del día 12 el grupo había desembarcado y se encontraba con los 150 soldados egipcios de la guarnición y una batería del 136º regimiento de artilleria de campaña.

  La rapidez era entonces vital para mantener la sorpresa.La columna del coronel Haldane junto con las tropas egipcias de la guarnición comenzaron la marcha a las 1:30, aunque algunos de los gurkas  no se habían recuperado de la travesía por el agitado mar Rojo y debieron de quedarse en Tor.

  Parker había obtenido el apoyo del único líder local que aun se mantenía fiel a los britanicos,Shaik Mudakil Suleiman, y su hijo Zaidan, que dirigió al contingente británico en la tortuosa marcha de 15 kilómetros a través del desierto.


  A las 5 y media de la mañana llegaban a la vista de donde se encontraba el campamento enemigo. El despliegue britanico se realizó con las compañías gurkas en el centro y el franco derecho,dejando a los 150 egipcios el flanco izquierdo.El propio coronel Haldane quedo en retaguardia con la reserva de 50 gurkas y la bateria de artilleria.

  Ambos flancos rodearon el campamento enemigo, mientras el centro avanzaba de frente. Pero ya no había nadie, los centinelas enemigos debían haber alertado al campamento, y todos habían huido con sus armas. Los únicos prisioneros que se pudieron capturar fueron unos cuantos irregulares árabes, que fueron entregados a los egipcios del flanco izquierdo.

  Cuando se preparaban para abandonar el campamento enemigo y regresar a su base, los gurkas empezaron  a recibir fuego de fusilería desde unas colinas cercanas. Ambas compañías gurkas iniciaron el avance lentamente, para fijar al enemigo en las colinas, mientras el contingente egipcio iniciaba una maniobra en pinza para caer sobre la retaguardia enemiga por sorpresa.

 Artilleria de campaña en el frente de Oriente Medio.

  A media mañana, la resistencia de los distintos grupos de turcos e irregulares árabes fue suprimida por completo, y el coronel Haldane ordenaba  a sus tropas reagruparse, ya que se encontraban diseminadas por las colinas.

  En las colinas habían localizado otro campamento enemigo,y a la vuelta los egipcios llevaron consigo un grupo de   cabras y camellos, aunque ningún prisionero de los que se habían encomendado  a los soldados egipcios sobrevivió.

  El grupo llegó a Tor a las 16:00 horas, y las armas y camellos capturados fueron entregados al destacamento de la marina que custodiaba el puerto. El HMS Minerva telegrafio al Cairo para informar  del éxito en la misión, en donde habían  muerto 60 enemigos y 108 capturados.Las perdidas de las tropas del coronel Haldane se reducían   a un muerto y un herido leve.

 Seccion de "ambulancias".

  Días después, la guarnición de la ciudad volvió a las colinas, en donde encontró los cadáveres de otros 78 árabes que allí habían muerto, nunca se supo si asesinados por los egipcios o muertos en un intento de fuga.

 En la ruta de vuelta a Suez, el HMS Minerva se detuvo en el puerto de Abu Senima, donde la mina  de manganeso que allí se encontraba había sido atacada por saboteadores. Los informes de inteligencia indicaban que en la zona del Sinaí se encontraban dos oficiales del ejercito húngaro expertos en demoliciones trabajando para las autoridades turcas y alemanas.

  Tras una infructuosa búsqueda  de los saboteadores, el HMS Minerva continuó con su ruta y a las 2 de la tarde del día 13 de febrero llegaban a Suez, y desde allí los gurkas marchaban a su campamento en El Shatt.

  El coronel Haldane recibiría más tarde la orden de san Miguel y san Jorge por su acertada dirección en la acción de Tor. Y un cabo gurka que había sido degradado a tropa  meses atrás  cuando la patrulla que dirigía no había podido atrapar a un par de desertores, fue recolocado de nuevo en su rango debido a su buen trabajo en la batalla de Tor.


 Hell in the holy land – World War I in the Middle East – David R. Woodward

(Continuara…)