viernes, 4 de abril de 2025

Custer, Toro Sentado y la batalla de Little Bighorn ( 5ª parte ).

 


Viene de aquí :

 Inexplicablemente para Reno y sus hombres , buena parte de los guerreros  que les acosaban dieron media vuelta  y se dirigieron hacia el poblado.

 Diez minutos después de que un grupo de rezagados alcanzara la relativa seguridad de Reno Hill, el capitán Benteen y sus tres compañías llegaron al lugar, y Reno le imploró ayuda porque había perdido muchos hombres.

 Mientras se desarrollaba esta discusión, muchos soldados, aunque no Reno o Benteen, dijeron que oían disparos hacia el norte. La pregunta en la mente de todos era: "¿Dónde está Custer?".

 El capitán Arthur Weir, a la cabeza de una de las compañías que formaban el batallon de  Benteen, solicitó permiso para tratar de encontrar a Custer y sus hombres. Se le denegó el permiso, pero tras esperar 25 minutos, Weir tomo sin permiso la compañía D y se dirigió hacia el sonido de la lucha.

 Finalmente, al llegar a un montículo, ahora llamado “Weir Point”, se detuvo para realizar un reconocimiento adicional.

  Mientras, en  Reno Hill, Benteen encontró a muchos que querían que  relevara del mando  a Reno  , pero se negó . Veinte minutos después de que Weir se fuera, Benteen tomó tres compañías y le siguió.

 Minutos después, tras ordenar instalar un hospital de campaña, Reno partió con las compañías A, B y G. Mientras Reno estaba en camino, los hombres en Weir Point notaron un gran grupo de hombres que se dirigía hacia ellos. Una mirada a través de binoculares disipó rápidamente cualquier esperanza de que fuera Custer, ya que una  inmensa ola de lakota y cheyenne marchaba en su dirección.

  A las 6 p. m., Weir decidió retirarse y regreso  a Reno Hill, un poco menos desorganizado que antes. Si no hubiera sido por la rápida reacción del oficial al mando de la Compañía K para formar apresuradamente una retaguardia, podría haber ocurrido una masacre. 

La ruta seguida por el teniente Weir.
 

  Custer vio desde lejos al contingente de Reno y comenzó a buscar algún camino que  le condujera hasta el río. Custer envió su flanco izquierdo al mando del teniente Yates a encontrar y asegurar un cruce por el rio .

 Yates encontró un vado frente al campamento lakota , pero estaba protegido por numerosos guerreros lakota y cheyenne que comenzaron a disparar en cuanto lo vieron.

 Yates intento cruzar el rio, pero La llegada de más guerreros lo obligo  a retroceder a las colinas a través de Deep Coulee.

 Custer se preguntaba cuándo llegaría Benteen, ya que todavía tenía intención de lanzar un ataque general y necesitaba tener  a todos los refuerzos que pudiera conseguir.

 Alrededor de las 4:30 p. m., el batallón se reunió por última vez con la llegada de Boston Custer , que viajaba  con los carros que transportaban municion y provisiones.

 Tras un breve descanso, Custer fue con el ala izquierda a buscar otro vado, mientras el ala derecha se desplegó en Calhoun Hill. Con la Compañía L en una línea de escaramuza y la Compañía C posicionada detrás de ella, la Compañía I de Keogh quedo en reserva.

 Pronto varios cientos de guerreros, más de un millar según algunos de los supervivientes, fluyeron desde las colinas y valles, convergiendo hacia los soldados.

 Los defensores rechazaron el asalto inicial, el aire estaba cargado de balas y flechas con punta de acero, pero más guerreros Hunkpapa y Minneconjou llegaron por el sur , mientras que Caballo Loco y sus Oglalas atacaban desde el norte y los Cheyenne bajo el mando de Lame White Men se aproximaban desde el oeste.

  El ala izquierda se reunió en lo que mas tarde  llegaría a conocerse como Custer Hill (también llamada Last Stand Hill). Después de un intento fallido de la Compañía C de eliminar a los guerreros  lakota ocultos en un barranco desde el que disparaban sobre la compañía L, el colapso del ala derecha comenzó rápidamente. 

 

 El líder cheyenne Lame White Man reunió a sus guerreros e inmediatamente salió en persecución de algunos soldados que intentaban retirarse. La cohesión del grupo se disolvió cuando la Compañía C abandono sus posiciones y se dirigió a intentar unirse  a la compañía L.

  Estalló un combate cuerpo a cuerpo en el que los guerreros tenían mucha ventaja ,usando sus hachas de guerra. El pánico comenzó a  extenderse por toda la Compañía I y mas tarde por los supervivientes de las Compañías L y C.

 A continuación, los Oglalas abrumaron a Keogh. No más de 20 soldados, sin incluir a Keogh, sobrevivieron al ataque y se dirigieron a reunirse con la Compañía F en Custer Hill. Lame White Men lidero una carga hacia Deep Ravine, donde Custer había enviado a la Compañía E para eliminar a los infiltrados. Más tarde, un guerrero Minneconjou mataria a Lame White Men, confundiendolo con un explorador crow, y le arrancaría la cabellera.

Lame White Man, sentado.
 

  Cuando comenzó el ataque final a su batallón, Custer tenía menos de 100 hombres entre las dos compañías y los supervivientes del ala derecha. Unos 40 soldados de la Compañía E fueron aniquilados mientras intentaban escapar. En un último esfuerzo en Last Stand Hill, Custer, sus hermanos y la Compañía F utilizaron sus caballos muertos como parapetos improvisados. La batalla por Custer Hill terminó a las 6 p. m., según la hora en que los soldados de Weir Point oyeron cesar los disparos.

  En total, perecieron 210 hombres en la última resistencia de Custer. Su cadáver  fue encontrado con disparos en el pecho y la sien derecha. La "suerte de Custer" finalmente se había acabado. 

"El ultimo combate de Custer", obra de Cassilly Adams.
 

 Tras aniquilar al  batallón de Custer, los guerreros dirigieron su atención a los casacas azules restantes. En Reno Hill, los dos comandantes  supervivientes hasta entonces, Benteen y Reno ,organizaron un perímetro defensivo y colocaron cajas de galletas alrededor de las tiendas que formaban el  hospital de la unidad.

 Tras el primer ataque cheyenne, se vio a Reno caminando por la línea, comprobando las posiciones, u oculto en un agujero del terreno con su  inseparable petaca de whisky. 

Perimetro defensivo en Reno Hill.
 

  Algunos afirmaron que Benteen era el verdadero líder y que recorrió las líneas sin inmutarse por el fuego enemigo, mientras que Reno pasó la mayor parte de la noche escondido.

 A partir de las 6 p.m., los lakota y los cheyennes sitiaron Reno Hill. Afortunadamente para los soldados, el terreno casi absolutamente  llano entorpecía la aproximacion de  los cheyennes y permitía a los soldados un buen campo de  tiro sin obstáculos. El ataque se ralentizó con la oscuridad y finalmente se detuvo alrededor de las 9:30 p. m.

  Los soldados escucharon gritos que interpretaron como celebraciones de los guerreros en su poblado. En realidad, los lakota y los cheyennes estaban de luto por sus muertos. Reno ordenó a los hombres cansados ​​que cavaran pozos de tirador y construyeran terraplenes con lo que pudieran encontrar. Benteen no hizo caso de la advertencia, y sus hombres sufrirían por ello.

 El amanecer a las 3 a. m. del 26 de junio trajo consigo un nuevo ataque. Los hombres exhaustos y sedientos se mantuvieron firmes. La Compañía H de Benteen controlaba parte del perímetro sur y se vio obligada a montar una carga para despejar a los guerreros enemigos de delante de su posición. La situación se volvió lo suficientemente crítica en el perímetro norte como para que Reno decidiera por fin encabezar un contrataque . 

 

  La temperatura subió y la sed aumentó, especialmente entre los heridos. El soldado Peter Thompson tomó dos cantimploras y corrió hacia y desde el río. Después de despejar el barranco que llevaba al rio, siguieron más aguadores y Benteen desplegó cuatro francotiradores para fuego de cobertura. ( más tarde,  15 portadores de agua y 4 francotiradores recibieron la Medalla de Honor).

  Alrededor de las 2 p. m., los guerreros cheyenne lanzaron su mayor ataque hasta el momento. Hubo intercambio de disparos hasta que este disminuyó aproximadamente una hora después. Tras no conseguir acercarse lo suficiente a los hombres de Reno y Banteen, los jefes de guerra lakota supieron que era hora de partir. Sesenta minutos después, el fuego prácticamente cesó.

 A las 5 p. m., quienes se encontraban en Reno Hill vieron ondulantes nubes de humo negro. Toro Sentado, Caballo Loco y el resto de los cheyenne ya habían desmantelado sus tiendas y prendido fuego a la pradera, para que el humo los ocultara.

 Tras la retirada de los lakota y los cheyennes, Reno trasladó su puesto de mando y el hospital  más cerca del río. Además del agua, todos se alegraron de estar lejos del hedor de los caballos muertos. Reno y Benteen no permitieron que sus hombres se relajaran, creyendo que la retirada era solo una finta y que habría otro ataque.

 Al amanecer del 27 de junio, Terry llegó al poblado lakota, desierto, y encontró objetos saqueados a los soldados muertos. El día anterior, algunos exploradores Crow se habían puesto en contacto  con Terry y le habían dicho que algo muy grave le había sucedido a Custer, pero no les habían creído hasta ese momento.

 Lo impensable se confirmó al ver la multitud de cadáveres de hombres blancos. Terry llegó a la posición de Reno a media mañana. El asedio de Reno Hill se había cobrado la vida de 18 soldados más y 52 heridos.

 En Custer Hill, el soldado Jacob Adams encontró el cuerpo del comandante del Séptimo de Caballería. Los caídos del batallón de Reno, así como los de Custer Hill, fueron enterrados. Al día siguiente, 28 de junio, la fuerza escoltó a los heridos río abajo , donde embarcaron en el vapor Far West.

Custer Hill, hoy en dia.

   De los 647 soldados, exploradores y civiles que emprendieron la expedición, 263 no regresaron  a Fort Lincoln. La gran aldea que se había reunido en torno al venerado Toro Sentado pronto se dividió en grupos más pequeños. El número real de cheyennes muertos depende del relato. Gall, líder de Hunkpapa, informaría más tarde de 43 muertos, incluyendo 10 mujeres y niños. La mayoría de los entrevistados recordaron entre 30 y 45 muertos y el doble de heridos.

  Los lakota y los cheyennes habían luchado hasta lograr una gran victoria sobre los wasi'chu, el hombre blanco. Pero la victoria solo sirvió para motivar a las fuerzas estadounidenses. A mediados de 1877, los lakota y los cheyennes se vieron obligados a rendirse. Little Bighorn se habia convertido en la peor derrota del Ejército de los Estados Unidos contra las fuerzas nativas americanas desde la Batalla de Wabash de 1791.

 Confiado en la victoria, Custer había desestimado a los guerreros lakota y cheyene. En la Batalla de Little Bighorn, Toro Sentado, Caballo Loco y los guerreros  Cheyenne protegieron ferozmente sus hogares y a su gente.

 La impactante derrota se ha debatido durante casi 150 años. El capitán Moylan opinó junto a  sus compañeros oficiales supervivientes de la batalla : "Caballeros, en mi opinión, el general Custer cometió el mayor error de su vida al no atacar con todo el regimiento de una vez en el primer ataque".

 Aunque puede que no importara lo que hiciera Custer, ya que, segun  las visiones de Toro Sentado, el gran Wakan Tanka garantizaba la victoria.


 

 Custer and his commands, from West Point to Little BigHorn - Kurt Hamilton Cox.

 Bluecoats, the US Army in the west, 1848-1897 - John Langellier.

Son of the morning star,Custer and the Little Bighorn -  Evan S. Conell.

 The last Stand, Custer, Sittin Bull and the battle of Little Bighorn - Nathaniel Philbrick.

martes, 1 de abril de 2025

1939 : Pacto de diablos : 2ª parte

 


Viene de aquí :

 A partir de 1935, el rearme de la nueva Alemania bajo control de Hitler no hizo mas que intensificarse, iniciando un gran numero de  proyectos y diseños, que tras las pertinentes pruebas iban a  salir a la luz simultáneamente entre 1939 y 1941.

 Ninguno de  los otros poderes europeos iba a estar en esa posición. A finales de 1937, ni Gran Bretaña ni Francia tenían la más mínima intención de seguir el camino aleman hacia el rearme, Al contrario, Gran Bretaña se había decidido por seguir la "regla de los 10 años" , una regla de rearme a largo plazo, por la que las fuerzas armadas debían rearmarse con la teoría de que la guerra no empezaría en la siguiente década.

 Esta decisión llevo al cierre de la mayoría de las fábricas de armamento y municiones que habían trabajado a destajo durante la primera guerra mundial, tanto que en 1930 la mayor fabrica del complejo industrial-militar británico era Vickers Armstrong.

Construyendo el Vickers Wellington.
 

  El mayor responsable de la decadencia de la industria armamentística militar británica había sido, una vez más, Neville Chamberlain, que cuando tomo posesión del cargo en 1937, su primera decisión había sido reducir a la mitad el presupuesto de la Oficina de Guerra recomendado por el Comité de Requerimientos para la defensa. Como resultado, los prototipos desarrollados para las diferentes armas y áreas del ejercito, cesaron de producirse ( sobre todo, el desarrollo de carros de combate quedó totalmente detenido).

  Incluso más lentos que los británicos  para desarrollar su rearme, el gobierno francés saludó la llegada al poder de Hitler licenciando a más de 30.000 soldados de su ejercito en territorio frances, el 10% del total.

  Las discusiones entre políticos sobre si a las industrias armamentísticas se les debería permitir beneficiarse de contratos gubernamentales causaron el estancamiento de cualquier tipo de investigación y desarollo de  nuevas ramas. Por ejemplo, a primeros de la decada de los 30, Renault, gigante de la industria francesa, proclamó su intención de detener cualquier tipo de trabajo de diseño de proyectos militares hasta que su propiedad intelectual fuera garantizada tanto por el estamento militar como por el gobierno francés.

  El primer intento importante para rearmar Francia comenzó bajo el gobierno del Frente Popular, formado por socialistas, comunistas y radicales, y resulto desastroso. El primer ministro, León Blum, decidio resolver el problema de la presunta “deslealtad” de la industria militar francesa intentando nacionalizar todas las industrias de guerra en julio de 1936. El resultado fue un aumento de  los costes y una marcha a otros países generalizadas de gran numero de  industrias militares francesas ( sobre todo a Suiza y Bélgica).

Gobierno del Frente Popular frances en 193i, con Leon Blum a la izquierda, junto a Maurice Thorez, secretario general del PCF.
 

  Para tratar de solucionar el asunto, el gobierno de Blum presentó un nuevo proyecto de ley para el rearme, proyecto que quedo en nada porque no se pudo encontrar financiación a largo plazo.

  Uno de  los efectos más perjudiciales de la falta de rearme de Gran Bretaña y Francia fue que, tecnológicamente, ambos quedaron por detras de las nuevas armas que Alemania estaba desarrollando.

  Por ejemplo, muy poco se había invertido en el desarrollo de  la fuerza aérea francesa en los años siguientes al fin de  la 1ª guerra mundial, lo que había llevado a una seria escasez en pilotos, ingenieros y trabajadores especializados, lo que obstaculizaba el desarrollo de nuevos modelos. 

 Desde 1934 la fuerza aérea francesa había emitido especificaciones para buscar un nuevo modelo de caza monoplaza, pero a mediados de 1938 pocos diseños habían sido presentados, y todos ellos eran inferiores a los modelo alemanes a los que posiblemente tendrían que enfrentarse en el futuro : el mejor futuro caza francés, el Dewoitine D 520, que seguia en estado de prototipo desde principios de  1936,  era 80 km/h más lento que su equivalente alemán. 

 

Dewoitine D 520

 En la producción de carros de combate, la situación era igual de preocupante . El ejercito frances disponia de excelentes armas antitanque, pero sus vehículos acorazados eran antiguos, mecánicamente problemáticos, y había una falta de repuestos preocupante.

 La fuerza blindada francesa disponía de tanques ligeros y tanquetas de buena calidad, y sus tanques medianos y pesados ( Char B1 y Somua, básicamente ) tenían cierta ventaja sobre sus oponentes germanos, gracias a un armamento superior y un blindaje mejorado.

 Pero los diseños del Char B1 eran ya antiguos, y mecánicamente estaban muy anticuados, mientras el Somua tenia múltiples problemas técnicos. Además, la doctrina francesa para el arma acorazada daba al carro de  combate un rol secundario.

 

  Pero el rearme francés era solo una parte del problema estratégico. La cultura guerrera y militarista francesa había recibido un duro golpe en la 1ª guerra mundial a causa de las derrotas de los primeros años de guerra ( hasta que llego la ayuda americana, mas o menos ). El pacifismo había crecido de manera constante, las relaciones entre la tropa y los oficiales habían empeorado gracias a las nuevas ideologías de base socialista, la baja tasa de natalidad y otros factores iban a llevar a los franceses a una percepción de  debilidad de su nación.

  Alemania tenia  20 millones más de habitantes que Francia en 1936, la capacidad industrial  alemana doblaba a la de Francia en ese mismo año, y el pais  tenía que importar recursos imprescindibles para la industria militar, incluyendo casi todo el petróleo que consumía, goma, cobre, manganeso, pirita,etc..

 Así, el alto mando francés era consciente que, sin gran Bretaña a su lado, Francia no tenía  ninguna posibilidad de derrotar a Alemania por sí misma.

 De los otros estados del continente europeo, solo la URSS poseía tanto recursos demográficos como economicos para presentar una amenaza estratégica al plan de rearme germano, pero no tenía frontera común con Alemania, y los países que había entre ambos se habían convertido en paises hostiles debido a la insistencia soviética en tratar de ocuparlos por al fuerza. Y la inteligencia militar alemana aseguraba que el ejercito rojo se había convertido en un instrumento casi inútil tras las purgas estalinistas sobre la oficialidad sovietica.

  Así, Hitler empezó a creer en la absoluta superioridad de su ejercito sobre el ejército rojo. El problema es que tenía que reorientar la industria alemana hacia la producción militar masiva, y desarrollar la ingeniería y la capacidad industrial para producir grandes cantidades de material militar. Y lo consiguio. En noviembre de 1937, las fábricas alemanas ya producían la nueva generación da aviones y blindados que se habían diseñado en 1934. 33 carros de combate medios Panzer III se producian mensualmente a finales de 1937, justo cuando entraban en producción  los primeros Panzer IV.

Panzer III en produccion.
 

  El primer Messerschmitt BF 109 entraba en producción en febrero de 1937, y el novísimo ( y muy rápido ) bombardero Dornier Do-17 comenzaba a llegar a las escuadrillas alemanas el mismo mes.

 

  Gracias a su nuevo armamento  secreto ( fabricado y probado en su gran mayoría en la URSS) , Hitler estaba convencido que estaba ganando la carrera armamentística  en Europa. Se había saltado todos los términos del Tratado de  Versalles, y no habia recibido ningún “castigo” por ello. Y sabía que el programa de rearme le proporcionaba las herramientas necesarias para una rápida victoria en el futuro.

Hitler quería una guerra, y estaba preparado para empezarla.


 

(Continuara…)