viene de aqui
Almirante Alfred Von Tirpitz.
En 1897, el káiser aleman nombro
ministro de la marina al almirante Alfred Von Tirpitz.A los pocos días del
nombramietno, Tirpitz presento al káiser sus conclusiones sobre el estado de la
marina germana y los objetivos que deberían cumplirse para convertir a la
marina alemana en una de las mas
potentes y preparadas de todo el mundo.
Para Tirpitz, el mas peligroso
enemigo naval era sin ninguna duda, Gran Bretaña. En caso de que estallara una guerra,
el escenario principal del enfrentamiento naval entre ambas potencias seria la zona
sur del Mar del norte. Y para ganar en dicho enfrentamiento, la flota alemana
necesitaría el mayor número posible de grandes acorazados . La flota prevista
estaría terminada a finales de 1905 y el coste total de tal renovación sería de
unos 410 millones de marcos de la época.
El resultado del memorándum de Tirpitz fue la promulgación por el kaiser de la primera Ley de la Marina , al año
siguiente. Esta ley facilitaba y
promovía la construcción de 19 grandes buques de guerra, incluidos 7 acorazados.
Pero 7 acorazados no eran
suficiente para equilibrar la correlación de fuerza con ingleses o franceses,
que disponían de flotas mucho más potentes.
Una segunda Ley de la Marina,
promulgada en 1900 ,propuso un aumento
del tamaño de la flota alemana de 19 a
38 acorazados. El objetivo no era ponerse a la altura de la armada de gran
Bretaña o sobrepasarla, sino constituirse en una amenaza importante.
La flota del Kaiser en 1908.
Debido a la extensión de su imperio, Gran Bretaña no podía limitarse a concentrar su fuerza naval en el mar del Norte,
y, menos aun, exponerla a una batalla.
Aunque se produjera tal batalla,
y aunque Gran Bretaña la venciera,
sin duda sufriria tales perdidas que su supremacía naval quedaria gravemente comprometida.
Esta posibilidad de perder gran parte de su flota obligaría a gran Bretaña a ser
más “comprensiva” con los deseos coloniales de Alemania.
Esta era la teoría de Tirpitz, la
teoría del riesgo.
Pero tenía un grave fallo. La
teoría del riesgo de Tirpitz presuponía que, mientras Alemania construía sus barcos, gran
Bretaña no los construiría. En la carrera armamentística naval, Tirpitz fiaba
todo a la superioridad tecnológica y a la “desidia” británica sobre lo que sucedía
en la Europa continental.
Pero, tratandose Gran Bretaña de
una potencia naval, era una carrera que
los ingleses no podían permitirse el lujo de perder. Para Alemania, una
gran flota era una elección; Para gran Bretaña, casi totalmente dependiente de
la importación maritima de alimentos y materias primas, tener una gran flota era una necesidad
absoluta.
Si los ingleses perdían la
supremacía naval y las rutas comerciales a las islas británicas se veían amenazadas
o cortadas, el pueblo ingles se moriría de hambre y sus industrias se
paralizarían.
En resumens, la teoría del riesgo
asumía que Alemania podía darse el lujo de construir una gran flota y luego perderla
,y aun así seguir siendo una gran potencia. Gran Bretaña no podía permitirse ese
lujo.
Alrededor de 1900, y preocupados por el
creciente poder alemán en el continente, los estadistas británicos optaron por abandonar su aislamiento.
Los británicos temían que los
puertos de los Países Bajos y del canal de la mancha cayeran bajo la influencia
alemana. Sería un desafío directo a su supremacía naval. Ya habían combatido
por el dominio de esos puertos contra
Felipe II, Luis XIV y Napoleón.
La respuesta británica fue buscar
aliados en el continente, y construir barcos de guerra.
Inglaterra ya había formado una
alianza con los franceses en 1904 y con los rusos en 1907, creando así la Triple Entente, que rodeaba y amenazaba a las dos potencias centrales germanas,
la Alemania imperial y el imperio Austro-Húngaro.
Y en el año 1906, los británicos
encontraron la respuesta al almirante Tirpitz. Era el almirante sir John Fisher,
que puso en marcha un nuevo tipo de acorazado, el HMS Dreadnought, que dejaba
obsoleto a cualquier otra cosa que flotara.
Entre 1906 y 1912, la
carrera armamentística naval domino las relaciones entre Alemania y Gran Bretaña.
Los dos primero acorazados alemanes terminaron de construirse en 1907, y la
tercera ley de la marina alemana aumento
la producción anual de acorazados de tres a cuatro anuales. Se consiguió
reducir el tiempo necesario para construir un acorazado de tres a dos años.
Para 1910, la flota alemana
disponía de 58 acorazados y cruceros de batalla. Pero el ejército de tierra
también comenzó a atraer la atención.Alemania era ante todo una potencia continental,
capaz de construir una flota lo suficientemente potente para desafiar a la
marina britanica,pero al mismo tiempo, Alemania debía potenciar su ejército de tierra para garantizar sus intereses en
una Europa cada vez mas militarizada.
En esos momentos, la Triple Entente
formaba un potentísimo bloque militar, con enormes ejércitos terrestres rodeando
Alemania.
Los estadistas alemanes esperaban
que la triple Entente pudiera romperse o al menos verse socavada por las
tradicionales rivalidades coloniales, sobre todo entre Francia e Inglaterra en África,
o entre Rusia e Inglaterra en Asia central.
Pero las esperanzas alemanas se
vieron rápidamente frustradas con la crisis en Marruecos.
En las reuniones preparatorias anteriores
a la firma de pacto anglo-francés de 1904, una de las cuestiones más espinosas había
sido el reparto de las zonas de influencias coloniales entre ambas partes.
Finalmente, los británicos no
pusieron ninguna objeción para asignar el territorio de Marruecos a los franceses.Pero los alemanes, que no
habían recibido ninguna parte del pastel colonial, optaron por reconocer a Marruecos como un país independiente, provocando una grave crisis internacional
cuando el káiser visito oficialmente Tánger
a principios de 1905.
Al año siguiente se volvió a
discutir el tema marroquí en la conferencia de Algeciras, a la que fueron
convocadas todas las potencias europeas, que maniobraron entre las bambalinas
para mantener aislada a Alemania. Francia volvió a obtener el claro apoyo de
los ingleses para sus intereses en Marruecos.
En 1911 estallaron los violentos
enfrentamientos entre las tropas francesas y manifestantes marroquíes por la
independencia.Alemania exigió fuertes compensaciones monetarias a Francia a cambio de un reconocimiento tácito
de un protectorado francés sobre Marruecos.
Para reforzar su posición en las negociaciones,Alemania
envió varias cañoneras a Agadir, supuestamente para proteger a los ciudadanos
alemanes de la ciudad. Al igual que en 1906, la guerra se vislumbraba
claramente.
Una vez más, la declaración
inglesa de apoyo a Francia disolvió momentáneamente la amenaza. La Alemania
imperial se veía acorralada en todos los escenarios. En el extranjero, Alemania
haba sido la clara perdedora en el reparto colonial. En Europa, Alemania estaba
rodeada por países hostiles, cuya fuerza militar crecía más rápido que la suya
propia.
Y en la propia Alemania, la
aristocracia dominante, los junkers, se enfrentaban a un renacido proletariado
altamente radicalizado. Con el país al borde del abismo , los señores
de la guerra comenzaron con sus planes.
(Continuara...)
ok
ResponderEliminarDesde principios del siglo XX se produce una carrera por la hegemonia mundial, de parte de las potencias Europeas, estas se reparten los paises africanos y de Asia merdidional, y los adhieren como sus colonias, al que Alemania llega tarde para la reparticion, quedando resentida y sin esferas de influencia, aunque consigue ejercer dominio en un par de pasises de centroafrica, y luego ocurren, tentativas de iniciar conflictos varios, pero son sofocadas esa actitud beligerante,hasta el dia de los asesinatos en sarajevo del archiduque francisco fernando de Austria-Hungria y su esposa, dando comienzo a un intricado sistema de alianzas entre las potencias Europeas, en la que Alemania y su Kaiser avivaron con histerismo total..y luego se da lo que todos conocemos...La Primera Guerra Mundial...habia empezado.
ResponderEliminarBuen texto
ResponderEliminar