De las siete ciudades rebeldes a reconquistar,
la más grande era Ciropolis (seguramente,la actual Kurkath ), cuyas altas murallas habían sido construidas
antiguamente por Ciro el Grande, y en donde se habian reunido la mayoría de los
rebeldes.
Ruinas de Kurkath.
Alejandro encargó al general Cratero la misión de recuperar la ciudad. El sitio de la ciudad duró varios
días ,ya que las murallas resistieron los asaltos de la infantería macedonia y los
impactos de los proyectiles que envíaban las maquinas de asedio.
Finalmente, aconsejado por Alejandro,
el general Cratero descubrió que era posible penetrar en la ciudad siguiendo el
lecho de un riachuelo que la atravesaba, que estaba seco.
Tomó un grupo de infantes y
arqueros y se introdujo en la ciudad, llegando hasta el centro de Ciropolis,
sin que los defensores se apercibieran,
ya que estaban ocupados defendiendo las murallas.
Una vez en el interior, los
macedonios abrieron dos o tres puertas que no estaban defendidas, y el grueso del ejército
penetro fácilmente.
Al darse cuenta de lo que estaba ocurriendo,
los sogdianos abandonaron las murallas y se lanzaron sobre los macedonios. Los
defensores sabían el destino que les esperaba tras haberse rebelado contra Alejandro,
y la batalla en el interior de la ciudad fue muy dura. El mismo Alejandro
recibió una pedrada en el cuello y otra en la cabeza. El general Cratero
resultó herido por una flecha.
Tras el combate, los macedonios, más
numerosos y mejor armados, se apoderaron de la ciudad, tras matar a más de 8.000 defensores sogdianos, mientras
15.000 civiles se refugiaban en la ciudadela que dominaba la ciudad.
Dos días más tarde, la falta de
agua obligo a los sitiados a rendirse. Alejandro ordeno ejecutar a todos los
hombres capaces de portar armas, sorteó a las mujeres entre sus soldados y los
niños fueron esclavidos.
Lo mismo ocurrió con los
ciudadanos de las otras seis fortalezas del valle del fergana, que cayeron en su poder
con mucha facilidad.
Pero el peligro seguia para el macedonio:
una tropa de escitas saka llegó a orillas del rio Jaxartes, y comienzo a prepararse para franquearlo. Por otro lado, Espitamenes y su caballería ligera sogdiana habia rodeado la ciudad de Maracanda y
comenzaba a asediarla.
Las distintas tribus de escitas Saka.
Alejandro se vio obligado a
dividir sus fuerzas, con funestas consecuencias. Envió en ayuda de la guarnición
de Maracanda a 2.500 de sus mercenarios griegos,
al mando del licio Farnuces.
Cuando Espitamenes recibió la
noticia de la llegada de los mercenarios de Alejandro, levantó el sitio de Maracanda y salió a su encuentro, eligiendo el lugar de la batalla, junto al rio Politimeto
(actual rio Zeravshan).
Arriano, en su "Anabasis de
Alejandro”, libro IV, capitulo V, describe a la perfección como se desarrollo,
el enfrentamiento.
Farnuces había colocado sus tropas
de la manera tradicional, con la infantería en el centro y la caballería
protegiendo los flancos, con vistas a un enfrentamiento clásico.
Pero los sogdianos y escitas
combatían de manera diferente: Sus jinetes no dejaban de moverse mientras
acribillaban con sus flechas a los mercenarios de Farnuces.Cuando la caballería
griega intentaba cargar, los jinetes sogdianos escapan rapidamente gracias a la ligereza de sus caballos.
Farnuces se vio obligado a
retirarse hacia un valle boscoso cercano al rio Politimeto, donde los jinetes
sogdianos no podrían aprovechar su ventaja en movilidad.
Carano, que mandaba la caballería
griega, decidió entonces vadear el rio para que sus jinetes y caballos descansaran.
Y lo hizo, sin avisar a Farnuces ni los otros oficiales.
La infantería, al ver retirarse a
la caballería pensó que se había ordenando un repliegue general, y siguió la
misma dirección, sin hacer caso a las ordenes de sus oficiles.Pronto la
retirada se convirtió en huida, mientras los jinetes sogdianos aprovechaban la
ocasión y caían sobre la infanteria, acribillándola con sus flechas.
El pánico se apodero de las tropas
de Farnuces, que se refugiaron en un islote en medio del rio. Allí fueron
rodeados por los sogdianos y escitas y exterminados hasta el último hombre.
De los 2.500 hombres que constaba
el ejercito de Farnuces,solo escaparon con vida 300 jinetes que habían
conseguido cruzar el rio antes de verse rodeados.Todos los demás habían muerto,
y Maracanda fue puesta de nuevo bajo asedio.
Antigua Maracanda,construida sobre la colina de Afrasiab.
Mientras tanto, a orillas del rio Jaxartes se seguia reuniendo un gran ejército
de escitas saka.Alejandro tomó una decisión y decidió atacar rápidamente.
Ordeno construir de nuevo
flotadores con las pieles rellenas de paja. El cruce del rio debería hacerse en
masa, toda la infantería cruzando a la vez, para tratar de apabullar a los arqueros
enemigos.
En segundo lugar, era necesario
expulsar al enemigo de la ribera del rio, para poder formar un pequeña cabeza
de puente cuando su infantería llegar a la orilla.
Para ello utilizó su artillería masivamente.El alcance de tiro de las catapultas macedonias era superior al
alcance de los arcos escitas, así que la artillería consiguió su objetivo y
dejo libre de enemigos una pequeña franja de terreno en la ribera norte del
rio.
Entonces comenzó el cruce del rio.
Los primeros en llegar a la orilla norte fueron los arqueros cretenses de Alejandro,
que formaron una especie de pantalla para cubrir al resto del ejército.
Después de los arqueros llego la caballería,
la infantería ligera y por último, la falange.Con la totalidad de su ejército
en la ribera norte del rio, Alejandro decidió
enviar por delante un batallón de lanceros a caballo, para tratar de incitar al
enemigo al combate.
Los escitas cayeron en la
trampa.Rapidamente, rodearon a los lanceros a caballo de Alejandro.
Avanzando en un amplio frente,
la infateria ligera de Alejandro y los arqueros cretenses cerraron la trampa
sobre los escitas, que pasaron a encontrarse atrapados entre los lanceros a caballo
y la infantería ligera.
Trataron de escapar por los flancos,
pero allí les estaba esperando la caballería de Alejandro.
Ese fue el final de la
batalla.Cerca de 1.500 escitas de la tribu saka fueron rodeados y muertos,
incluyendo a su jefe, Satraces.
Solo unos pocos cientos pudieron escapar,
y aunque Alejandro ordeno su persecucion, los escitas lograron ponerse a salvo,
ya que la mayor parte del ejército de Alejandro había bebido agua del rio y
sufrían una fuerte disentería, y eran incapaces de permanecer en la silla de
montar por un largo periodo de tiempo.
Cruce del rio Jaxartes.
(Continuara...)
No hay comentarios:
Publicar un comentario