En octubre de 1682, la bandera
del sultán Mehmet fue izada en el Gran Serraglio de Estambul, anunciando así la
intención del sultán de salir de la ciudad con su ejército.
A principios de diciembre, ya
había llegado a Adrianopolis.Alli permaneció acampado durante cuatro meses,
mientras esperaba la llegada de mas refuerzos procedentes de todas las partes
de su imperio.
El 30 de marzo, con la totalidad
de su ejército, se dirigió hacia Belgrado. Pero la marcha fue muy dificultosa.
Incesantes lluvias convertían los caminos en puro barro, donde constantemente
se hundían los carros de provisiones y los inmensos rebaños de todo tipo de
ganado que acompañaban al ejercito otomano.
El 3 de mayo, el ejército
finalmente alcanzó Belgrado, y acampo al noreste de Zernun, en la ribera del Danubio.
Allí siguieron recibiendo nuevos refuerzos desde Albania, Epiro, Tesalia,
Egipto, húngaros bajo mando del supuesto “rey” Thokoly y un millar de tártaros,que fueron utilizados en labores de reconocimiento.
El 26 de mayo, el ejercito otomano
entro en territorio enemigo, dirigiéndose hacia la ciudad de Gyor.El emperador
Leopoldo ya no tenía ninguna duda de cuál era el objetivo principal de la
ofensiva otomana, y el 7 de julio ,acompañado de su corte y todo el tesoro que
pudo llevar, abandonó Viena y se retiro hacia Passau.
Y el 14 de julio, 100.000
soldados del ejército otomano se presentaron ante las murallas de Viena.Un
enviado otomano se presento a las puertas de la ciudad y conmino a la rendición
inmediata, “los cristianos debían aceptar el islam y vivir en paz bajo el sultán
otomano”.
El conde Ernst Rudiger Von Starhemberg, al mando de la guarnición vienesa, de unos 15.000 soldados, se
negó en redondo. Pocas horas después, comenzó el bombardeo otomano sobre la ciudad.
En dos días, la ciudad había sido completamente rodeada.
A poco más de doscientos
metros de la muralla se instalo un enorme campamento otomano, donde el gran
visir otomano, Kara Mustafá Pasha, instalo una enorme tienda de campaña, donde en
compañía de un avestruz y varios periquitos debatía amigablemente con sus
oficiales, absolutamente seguro de su victoria. Solo salía de la tienda una vez
al dia, para inspeccionar las trincheras otomanas.
Tras dos meses de asedio, la
situación comenzó a convertirse en desesperada dentro de los muros de la ciudad.
El agua comenzó a escasear, la basura se acumulaba en las calles y las típicas
enfermedades de las ciudades asediadas comenzaron a extenderse.Colera, tifus,
disentería, escorbuto, etc.
Los turcos poseían poca
artilleria, y apenas hacían mella en las poderosas defensas de Viena.Asi que
intentaron otra táctica. Comenzaron a hacer túneles que llegaban hasta las murallas,
con la intención de rellenarlos más tarde con explosivos y así tratar de
derruir o al menos debilitar las defensas. Pero los defensores de dieron
perfecta cuenta de las intenciones otomanas, y comenzaron a construir sus
propias contraminas, consiguiendo que varias de ellas explotaran en las líneas
de trincheras otomanas. Y de vez en cuando, las minas de ambos contendientes se
encontraban, lo que daba lugar a salvajes escaramuzas a base de cuchillos y pistolas.
Situacion de las minas y trincheras otomanas.
Las tropas vienesas intentaron varias
salidas para desalojar a los otomanos, pero a primeros de septiembre ,a
Von Starhemberg solo le quedaban 4.000 soldados útiles,y varias partes de la muralla
habían cedido. Se esperaba el ataque final otomano.
La mañana del 4 de septiembre,
una mina otomana exploto en el Bastión del Castillo, causando una brecha de 10
metros de ancho en la muralla.Las tropas otomanas se lanzaron al asalto.
Los defensores, que habían sido
cogidos por sorpresa, reaccionaron con rapidez. El capitán Heistermann formo un
grupo de mosqueteros y comenzó a lanzar descarga tras descarga sobre los turcos
que se acercaban a la muralla, mientras otros defensores trataban desesperadamente
de tapar la brecha con sacos terreros, planchas de madera y caballos de frisia
fabricados rápidamente. El combate duro dos horas, con numerosas bajas por
ambos bandos, y al final, los turcos se retiraron.
Defensa del Bastion del Castillo.
El siguiente ataque general comenzó el 8 de septiembre. Dos minas
explotaron en la muralla del bastión del Leon.Parte del muro se derrumbo. Pero
esta vez, los defensores estaban preparados. Habían construido una línea de
barricadas por dentro de la muralla.
Los turcos se lanzaron al salto y
sobrepasaron la muralla,encontrandose de frente con el fuego graneado de los defensores,
que causaron una tremenda matanza entre los atacantes, que se vieron obligados
a replegarse de nuevo.
Asalto al Bastion del Leon.
Aunque los defensores repararon
parcialmente las defensas, la táctica otomana parecía clara.
Habiendo dañado gravemente los
bastiones del Leon y del Castillo, podrían avanzar sus trincheras hasta prácticamente
el foso, y desde allí podrían debilitar mucho
mas fácilmente ambos bastiones.
Las tropas vienesas comenzaron a
fortificar las casas situadas en el interior de la muralla, detras de los
bastiones amenazados, para desde allí proporcionar fuego de cobertura.
Pero los defensores sabían que el
próximo ataque otomano probablemente seria el ultimo. Los turcos comenzaron a
acercar su artillería a la muralla el día 9.
Lo que no sabían otomanos ni
vieneses es que un ejército de 50.000 soldados bajo el mando del rey Jan Sobieski III de
Polonia y Carlos VI de Lorena se movía
sigilosamente hacia Viena.
Tropas de Sajonia, Franconia, Bavaria, Bohemia y Waldeck habían cruzado el Danubio en Tuln, y marchaban a través
del Wienerwald, un macizo montañoso cubierto de bosques, acercándose a Viena
por el oeste.
Los otomanos, pensando que ningún
gran ejército podía atravesar el wienerwald, no habían colocado ninguna defensa allí.
Un gran error que pagarían muy
caro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario