Llegar a la isla mas grande del
archipiélago Juan Fernandez, a 700 kilómetros de la costa de Chile, no es nada fácil.
Se necesitan 3 o 4 días en barco, o aterrizar en la unica pista de aterrizaje existente
en la isla, apenas una cinta de asfalto de 200 metros de longitud, donde cada
despegue o aterrizaje con rachas de viento lateral debe de ser una experiencia
inolvidable.
A su llegada a la isla, cualquier
visitante se encuentra rodeado de una vegetación virgen y salvaje, no muy diferente
de la que se podia encontrar en el mismo sitio entre los siglos XVII y XVIII,
donde piratas y corsarios ingleses atracaban sus barcos para repararlos, para
abastecerse de alimentos frescos o agua ,o incluso para abandonar a su suerte a
los culpables de algún crimen o delito que atentara contra la ley del mar o de
los piratas.
Eso fue lo que ocurrió en 1704, a
un marinero de origen escoces, Alexander Selkirk,destinado a hacerse famoso por
haber inspirado al escritor ingles Daniel Defoe el personaje de Robinson
Crusoe.
Selkirk había nacido en 1676 en Lower Largo,
en el condado escocés de Fife,a medio camino entre Dundee y Edimburgo, en la
costa este de Escocia.Desde muy joven,Selkirk decidió escapar del destino que le esperaba,
ser curtidor o zapatero en la tienda de su padre, y se embarcó en buques de
bandera inglesa con patente de corso (“generosamente” concedida por la corona inglesa
) que partían hacia los mares del sur en busca de fama y botín.
En 1704 Selkirk estaba enbarcado
en el galeón Cinque Ports del capitán Thomas Stradling, que formaba parte de la
flotilla del célebre corsario ingles William Dampier.En 1701 había estallado la
guerra de sucesión en España, y los corsarios ingleses habían sido reclutados
para actuar contra buques franceses y españoles, indistintamente.
Tras unos meses de singladura poco
fructifera, el Cinque Ports atracó en la isla "Mas a Tierra", la mayor de las islas
del archipiélago Juan Fernandez.Selkirk, de carácter pendenciero y con poco
respeto por la autoridad,comenzo a
quejarse amargamente del mal estado del galeón, y del tiempo que iba a tomar
repararlo, y alentó sus compañeros a la rebelión.
Archipielago Juan Fernandez.
Ciertamente, el galeón estaba en mal estado (no pasó mucho tiempo para que se hundiera en las cercanías del islote Malpelo, en la costa colombiana, y el capitán Stradling y los marinos supervivientes
pasaron a disfrutar de las “comodidades” de las celdas de las prisiones
españolas,concretamente en Lima,donde pasó 4 años ),pero en los corsarios
ingleses la sedición o la rebelión no eran toleradas.
Islote Malpelo.
Selkirk fue juzgado según la ley
de los piratas, y condenado a ser abandonado en la isla,totalmente deshabitada.
Selkirk pidió perdón por su intento de rebelion, pero fue inútil.
Fue abandonado a su suerte en la
isla, con un poco de comida, un pequeño barril de ron,un mosquete, un poco de
polvora,algunas herramientas de carpintero,una biblia y la ropa que llevaba
puesta.
Selkirk consumió el ron rápidamente, y luego la desesperación se apoderó de él, según el libro La isla de Selkirk,de la escritora inglesa Dina Sohuami,basado en los informes del propio
Selkirk.
“Por la desesperación que sentía
se negó a comer, hasta que el hambre fue
tan intenso que los dolores le obligaron a ello, y no quiso tampoco dormir, hasta que prácticamente se le cerraron los ojos de cansancio. Según iba
adelgazando y debilitándose, quería morir y escapar de su destino”.
Pero el instinto le ayudó y se
hizo cargo de su supervivencia. Selkirk se dio cuenta que si se mantenía en la playa,
su vida no duraría mucho,pero estaba aterrado por los sonidos que provenían del
interior de la isla.Pensó que eran animales salvajes de gran tamaño, y según las palabras que
Defoe pone en boca de Robinson Crusoe “el temor a los peligros futuros eran
peores que el temor a los peligros presentes “.
Selkirk estaba convencido que
tarde o temprano,algun barco aparecería por la isla, para aprovisionarse de
agua o fruta fresca.Pero con el paso del tiempo perdió la esperanza, sobre
todo por el descubrimiento de varios cráneos humanos, señal de que otros habian
sido abandonados en la isla antes que el, y nunca habían sido rescatados.
Finalmente se vió obligado a internarse en la isla y
abandonar la playa, ya que una manada de leones marinos lo había asustado. Lo
que vió en el interior de la isla le animó. Su isla no era muy grande, unos 100
kilómetros cuadrados, y estaba llena de abundante agua potable, vegetales silvestres,
gran variedad de fruta y un rebaño de cabras, dejado allí por no se sabe quién
o cuando.
La cueva en la playa,en dodne Selkirk pernocto sus primeros dias en la isla.
También se encontró cuerdas y
objetos metálicos (hebillas de cinturones, clavos, etc) e hizo acopio de
todo,perfectamente consciente que su estancia en la isla podía durar mucho tiempo.
Poco a poco fue recuperando su espíritu
rebelde y combativo: Se construyo un refugio con ramas y grandes hojas, recordó
lo que su padre le había enseñado en su sastrería cuando era un niño para
curtirse y fabricarse ropa con pieles de cabra, usó piedras y utensilios de
metal para fabricarse cuchillos a base de cuernos de cabra, etc
Decidió utilizar la pólvora para
hacer fuego, así que aprendió a atrapar cabras con sus propias manos, usando un
hacha para matar leones marinos, consiguiendo así carne en abundancia y grasa,
con las que fabricó lámparas. Sus enemigos mas molestos eran los miles de ratas
de la isla, que robaban su comida y roían sus ropajes. Intentó resolver el
problema domesticando varios gatos salvajes que pululaban por la isla, con poco
éxito, aunque su compañía le hacía sentir menos solo.
Pero su soledad era inmensa, en
cuatro años solo dos buques habían atracado en la isla,ambos de bandera española, y Selkirk decidió esconderse
para no ser capturado y ejecutado como corsario ingles que era.
Para ahuyentar la melancolía y no
perder la costumbre de hablar, les cantaba a las cabras y leía la Biblia en
voz alta.Tenia miedo de morir de repente, ya que sabía que no habría nadie para
enterrar sus restos, que proporcionarían alimento a sus gatos salvajes.
El epilogo de la historia del escocés Selkirk llego el 31 de enero de 1709.
“esta mañana llegamos a la isla
de Juan Fernandez, y avistamos en la playa a un hombre vestido con pieles de
cabra y de apariencia física similar a la cabra salvaje, que nos indico que llevaba
cuatro años y cuatro meses abandonado en la isla. Su nombre es Alexander Selkirk”
Así relató el rescate de Selkirk
el capitán del navío corsario británico “Duke”, gracias a la decisión de Selkirk de encender fuego en la playa cuando divisó al barco ingles.
Selkirk había perdido ya toda esperanza,
y no le importaba si el barco al que estaba avisando fuera ingles o español:
prefería morir rápidamente a manos de los españoles que continuar un día más en
la isla.
Loco de alegría tras el rescate, Selkirk ofreció a los marinos británicos un banquete de carne de cabra antes de
embarcar y reanudar su vida de pirata y corsario, como si nada hubiera pasado
en aquellos cuatro años.
Volvió a Inglaterra en 1711, y
estuvo solo el tiempo justo para contar su historia a la prensa. Zarpó de nuevo
y continuo su carrera de corsario, hasta encontrar la muerte en la costa
africana en 1721, seguramente de alguna
enfermedad, mientras servía en el corsario británico Weymouth, sin conocer la
fama o la riqueza.
Cuaderno de bitacora del Weymouth,en donde quedó registrada la muerte de Alexander Selkirk.
Ya en 1966,la isla donde Selkirk pasó cuatro años en soledad fue denominada “isla Robinson Crusoe”, y la
isla "Mar afuera” ,donde Selkirk nunca estuvo, pasó a denominarse isla Alejandro Selkirk.
Quizas seria el momento de volver
a cambiar el nombre de las islas.
The man who was Robinson Crusoe, a personal
view of Alexander Selkirk – Richard Wilson
Selkirk Island, the true and strange adventures
of the real Robinson Crusoe – Diana Souhami.
Esta historia es mas corta de lo normal pero se agradece. Robinson Crusoe: Todo un clasico
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