Cuando los marineros Dawson y Fazio avisaron que todo estaba correcto, el oficial a cargo del puente del
barco dio las órdenes comunes para que el primer torpedo fuera (simuladamente ) lanzado
.
¡ Fuego el 1!
Tras una pausa en la que en
condiciones de combate se oía una voz que confirmaba el lanzamiento, el oficial
continuo el ejercicio con
¡Fuego el 2!
Y tras esperar otra pausa :
¡ Fuego el 3 !
Esta vez, el silencio de la pausa
no existió. Se oyó un chirrido metálico,y ante la sorpresa y el terror de los oficiales
del puente de mando, un torpedo salió de su tubo y se introdujo en el agua. Un
torpedo estaba en el agua, y se dirigía directamente hacia el acorazado Iowa.
El torpedo tardaría unos 2
minutos en alcanzar su objetivo. No había tiempo que perder. Los oficiales del Willie Dee comenzaron a gritar órdenes y pedir confirmación.
El capitán Walter ordeno de
inmediato enviar un aviso de emergencia al Iowa. Pero el convoy viajaba bajo
estrictas órdenes de silencio de radio.
Un señalizador se puso a enviar
señales lumínicas al Iowa. Pero era inexperto, y el primer mensaje que mando
decía que había un torpedo en el agua, pero que el Iowa no se encontraba en su
trayectoria.
Cada vez más nervioso,el
señalizador envió un nuevo mensaje, que fue interpretado por el Iowa como que
el Willie dee iba a dar marcha atrás a toda velocidad.
El capitán Walter se dio cuenta
que lo de las señales luminosas no iba a funcionar, y el tiempo apremiaba. Y
decidió romper el silencio de radio.
El radio operador del Willie dee
comenzó a intentar contactar con el Iowa, usando su nombre en clave,Lion,y
gritándole que virara a estribor
El operador de radio del Iowa,
sorprendido de escuchar a alguien que se atrevía a romper el silencio de radio,
exigió al operador del Willie Dee que se identificara, preguntándole además donde se
encontraba el submarino enemigo.
El operador del Willie Dee no
respondió a esas preguntas, e histéricamente contesto :
¡ Torpedo en el agua,Lion,vire a
estribor,emergencia,vire a estribor,Lion,vire a estribor!
No hubo respuesta por parte del Iowa,
ya que a esas alturas, los vigías del acorazado ya habían detectado al torpedo
dirigiéndose hacia su barco, y gritaban :
¡ torpedo por el lado de estribor. Esto
no es un ejercicio, torpedo a estribor !
Inmediatamente, el Iowa giro
bruscamente hacia la derecha, incrementó su velocidad al máximo y sus armas
comenzaron a disparar sobre el torpedo que se acercaba.
El capitán Walter y su
tripulación del Willie Dee solo podían mirar y rezar por que el iowa
consiguiera hacer el giro a tiempo de evitar el torpedo.
El giro del acorazado fue tan pronunciado,
que los guardaespaldas de Roosevelt tuvieron que sujetar la silla de ruedas en
la que se desplazaba el presidente. Uno de ellos incluso saco su pistola y se
dirigió a cubierta, para tratar de
acertar al torpedo que seguía acercándose.
El Iowa consiguió girar a tiempo,
y finalmente, el torpedo exploto en la estela que dejaba el buque.Mas tarde,
Roosevelt hizo una referencia a este incidente. “el pasado lunes se produjo una
explosión.Porter disparo un torpedo hacía nosotros, por error. Pudimos verlo,y lo
evitamos por 300 metros.”
El capitán Walter y su infausta
tripulación respiraron de nuevo. Pero para ellos, el incidente estaba lejos de
haber acabado. Cuando el Iowa volvió a la formación, el capitán Walter advirtió
que los poderosísimos cañones del acorazado apuntaban directamente hacia el
pequeño destructor.La radio empezó a tronar, con el radio operador del Iowa
preguntando a voz en grito qué demonios había pasado.
Tras reunirse rápidamente con la tripulación,
que no pudo dar ninguna respuesta sobre lo ocurrido, el capitán Walter aseguro
al Iowa que todo se había debido a un accidente.
Pero las sospechas comenzaron a
crecer entre los altos mandos militares que viajaban con Roosevelt. Y ordenaron
al Willie Dee que abandonara el convoy, que continúo su viaje hacia África del
norte.
Willie Dee fue enviado a la base
naval norteamericana en las Bermudas, donde fue recibida por una compañía de marines,
que se encargo de amarrar el buque y arresto a la tripulación al completo.
Inmediatamente se comenzó a
interrogar a la tripulación.¿ se trataba de un simple error, o en la
tripulación se encontraba algún saboteador,encargado de intentar a asesinar a
Roosevelt por ese medio?
Tras varios días de interrogatorios
intensivos,se llego a la conclusión de que el torpedo numero 3 había salido de su tubo por un error. No se
supo cómo se había producido, hasta que el marinero Dawson confeso días después
que había mentido en su primer testimonio, en el cual había asegurado no tener
la mas mínima idea de cómo el detonador estaba en su lugar .
Finalmente, Dawson confeso que había
dejado por error el detonador en el torpedo 3.Y que cuando se produjo el lanzamiento
del torpedo, le había entrado el pánico y había arrojado los otros tres
detonadores por la borda.
Uno de los interrogadores, el
teniente Poindexter,explico a la comisión investigadora que “la inexperiencia
del personal del William D. Porter,tanto tropa como oficiales, explicaba a la perfección
lo ocurrido. De los 16 oficiales del Willie Dee, solo 4 de ellos tenían
experiencia naval antes de unirse a la tripulación.
Pero el presidente Roosevelt había
estado a punto de morir, y alguien tenía que ser castigado.
Por su error inicial al dejar
colocado el detonador, y por su intento de ocultación de los hechos,el marinero
Dawson, de 22 años de edad, fue condenado a 14 años de trabajos forzados.
Pero cuando Roosevelt fue
conocedor de la sentencia, ordenó a la armada que no se cumpliera, ya que
simplemente había sido un error que no había caudado daños mayores.
Cuando el Willie Dee volvió al
servicio activo, para los restantes navíos de la armada norteamericana, se convirtió
en un buque a no perder de vista, siempre bajo vigilancia por lo que pudiera
pasar.
Y se le saludaba al grito de “no disparen,
somos americanos".
Y se envió el barco a las frías
aguas de las islas Aleutianas, donde estuvo cerca de un año, con la tripulación
trabajando duramente para hacer olvidar el pasado.
Pero algo extraño debía tener el barco,
ya que durante una pausa en unas maniobras, un tripulante volvió al barco completamente
borracho y comenzó a disparar una de las ametralladoras antiaéreas.
Pudo disparar bastantes
proyectiles antes de ser detenido, pero nadie sabía adonde habían ido a parar
los disparos.Desafortunadamente,el destructor estaba en ese momento amarrado justo
enfrente de la residencia del comandante de la base, que en ese momento
disfrutaba de una pequeña fiesta con sus oficiales y sus esposas.
Afortunadamente,el único daño que
se produjo fue,nuevamente,la reputación de la tripulación del Willie Dee.
Con la guerra en el pacifico
creciendo en intensidad, la armada norteamericana no tuvo más remedio que
enviar al Willie Dee al combate. El buque abandono las Aleutianas y se dirigió
al pacifico oeste,ocupandose en trabajos de escolta en las Filipinas y tomando
parte en operaciones navales en Mindoro y el golfo de Lingayen.
A finales de marzo de 1945,Willie Dee fue enviado a Okinawa, donde debía ocuparse en funciones de patrulla para
tratar de evitar incursiones de la armada y la aviación japonesa.
En una de esas patrullas, el
barco tuvo un encuentro con kamikazes de la aviación imperial japonesa, cada
uno de ellos cargado con una cantidad de explosivos perfectamente capaz de hundir un destructor.
Uno de los aviones nipones se dirigió
directamente sobre el Willie Dee, siendo recibido por el fuego de las ametralladoras,
que consiguieron derribarlo, cayendo a poca distancia del casco del buque, sin
explotar.
Parecía que la suerte del barco y
sus tripulantes había cambiado. Habían conseguido destruir un obetivo.Y además,
era enemigo.
Pero no.
El avión japonés había ido a una velocidad
tan elevada en su acercamiento, que aun después de haber caído al mar, continuo
moviéndose por debajo del agua hacia el destructor.
Y cuando estaba justo debajo del Willie Dee, exploto .La explosión fue tan fuerte que elevo el destructor fuera
del agua.
El buque pudo mantenerse a flote
durante 3 horas, suficientes para que todos los tripulantes pudieran ser
rescatados.
Pero su destino estaba sellado,
los daños estructurales eran demasiado grandes, y termino por hundirse,
desapareciendo de la historia y guardando su secreto hasta que el incidente con
el Iowa salió oficialmente a la luz en 1958.
Blood on the sea: American destroyers lost in
war, Robert Sinclair Parkin
Revista world war II history, diciembre 2005
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