Las primeras jornadas de la ruta del
ejército de Alejandro hacia Asia menor fueron bastante tranquilas.Los
habitantes de las ciudades de las satrapías de la gran Frigia y Paflagonia, por
donde discurría el camino, le enviaron embajadores para ofrecerles sometimiento,
a cambio de que Alejandro no invadiese sus territorios.
Alejandro accedió a ello, a
condición de que aceptaran obedecer a Calas, el sátrapa macedonio que había
sido colocado en el trono de Frigia marítima por el mismo Alejandro.
Pero un ejército tan grande no podía
pasar inadvertido. Al llegar a Ancira (actual Ankara), Alejandro recibió delegaciones procedentes
de las ciudades griegas del mar negro, que estaban gobernadas por tiranos o por
sátrapas.
El siguiente paso era dirigirse
hacia Cilicia, una enorme llanura a orillas del Mediterráneo flanqueada por los montes
Tauro.
Cilicia.
A la llanura solo se podía
acceder por dos desfiladeros: el primero, recibía el nombre de puertas de Cilicia, por el que discurria el camino de Ancira; el segundo desfiladero,
llamado puertas de Siria, atravesaba el camino desde Babilonia.
Alejandro decidió que debía
llegar a las puertas de Cilicia antes de que los persas llegaran a las puertas
de Siria. Eligió la ruta que cruzaba oblicuamente la llanura de Anatolia, desde Ancira hasta Adana, que terminaba en la ladera norte del los montes Tauro,
montes que debía franquear por las puertas de Cilicia,llevandole directamente a
la llanura.
Puertas de Cilicia,en la actualidad.
Para evitar que los persas
llegaran antes que él y ocuparan las cumbres, fue necesario marchar muy deprisa
y sin apenas descanso, bajo el sol del verano.
El ejército llego sin
novedad a las puertas de Cilicia a
mediados de septiembre, y comenzó a internarse en la llanura. Alejandro tomo su
caballería y su infantería ligera y se dirigió a toda prisa a Tarso (actual Tarsus),
la capital de la satrapía de Cilicia.La tomo rápidamente, impidiendo que el sátrapa
persa Arsames tuviera tiempo de destruir los graneros repletos de grano que la ciudad
tenia.
Alejandro estuvo a punto de morir
allí, ya que cansado del rápido viaje, opto por tomar un baño en el rio Cidno.Las
aguas eran muy frías,y Alejandro sufrió un corte de digestión, hundiéndose hasta
el fondo.
Rescatado a tiempo por sus soldados,
paso tres días sufriendo una fuerte fiebre y continuas convulsiones. Acabó recuperándose
gracias a una purga que le preparo Filipo, su médico personal.
Dado que el ejercito persa llegaba
a Cilicia desde Babilonia, mandó a Parmenion para que cerrara el paso a los
persas en las puertas de Siria. El mismo Alejandro se dirigió hacia el oeste,
a fín de recibir el sometimiento de las ciudades de Cilicia: Anquialo,Solos,Malo.etc
En Malo, una ciudad situada en la
zona montañosa de Cilicia, los exploradores informaron a Alejandro que Darío y
su ejército no se hallaban lejos, aproximadamente a solo 5 días de marcha: los
persas acampaban en Sochoi, un lugar no identificado entre Alejandreta y Alepo,
en la actual frontera entre Turquía y Siria.
Darío se había dado cuenta por fin
que Alejandro no se iba a limitar a liberar las ciudades griegas del Asia menor;
su intención era destruir por completo el imperio persa.
Darío conocía a la perfección las
intenciones y el itinerario que Alejandro quería seguir. El plan del persa consistía
en atravesar las puertas de Siria y lograr desplegar su enorme ejército en una
gran llanura, para tener facilidad de maniobra y sacar partido de las cargas de
su caballería.
En la segunda quincena del mes de
octubre de 333, Dario había colocado su ejército en Sochoi. Pero Alejandro no
llegaba.Se había retrasado un poco cruzando por las puertas Cilicias, y se había tomado
un tiempo para dejar en la ciudad de Issos a sus heridos y enfermos.
Impaciente, Dario levanto su
campamento en Sochoi y se dirigió en busca del ejército de Alejandro, no sin
antes enviar a Damasco el tesoro real persa, sus mujeres, sus hijos, sus
concubinas, etc.
Pero mientras Darío le buscaba en Cilicia, Alejandro ya se había movido hacia Sochoi, bordeando el golfo de Alejandreta
y llegando a los alrededores de la actual ciudad de Isjanderum, en un lugar llamado Miriandro, a las puertas de Fenicia.
Mientras tanto, al no encontrar
al ejército de Alejandro en Cilicia, Dario decidió dar la vuelta y volver a Sochoi.
Al pasar por Issos descubrió el hospital donde Alejandro había dejado sus
heridos.
Antes de matarlos a todos, por
medio de la tortura descubrió que Alejandro se encaminaba hacia el sur por la
costa mediterránea.
Darío pensó que el ejército de Alejandro
huía delante de él. Craso error. Dario pensó que el terreno le iba a dar una gran
oportunidad.
La llanura por la que se movía el
ejercito de Alejandro se estrechaba cada vez más en dirección a Miriandro.Alejandro, en su supuesta huida, se vería arrinconado entre el mar Mediterráneo
por el oeste y las montañas Amanus por el este.
Para Dario, Alejandro estaba en
una ratonera. Darío decidió cerrar el cerco instalando sus tropas en un pequeño
rio que cortaba la llanura de Issos, el rio Pinaro (actual rio payas).Y por otro lado, debía seguir
persiguiéndole hasta que se viese obligado a combatir.
Todos los generales persas
aprobaban el plan de Dario, todos menos uno, un mercenario macedonio, Amintas,
que le había aconsejado que no se movieses de la llanura de Sochoi y esperase allí
a Alejandro.
Darío siguió los consejos de sus
generales persas, y se interno con su inmenso ejército por la estrecha lengua
de tierra entre el Mediterráneo y los montes Amanus.
Cuando Alejandro recibió la
noticia de la llegada del ejército persa, no podía dar crédito a sus oídos.
Para Alejandro, la situación era un regalo. En la estrecha franja de tierra,
Dario no podría maniobrar con facilidad su enorme ejército.
Todavía incrédulo de su buena suerte,
Alejandro envió a Issos a una treintena de sus compañeros, para verificar la información.Efectivamente,
los persas estaban allí.
Alejandro interrumpió su marcha
por la costa hacia el sur y dio media vuelta y se dirigió hacia el valle del
rio pinaro.
(Continuara...)
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