viernes, 23 de mayo de 2014

1ª guerra Mundial : Imperios ; Rusia. (1ª parte )



"Esperando" - Seis buitres,que representan a los 6 imperios europeos de la epoca  ( Rusia, Inglaterra, Francia, Alemania, Austria e Italia ), esperan pacientemente el resultado del enfrentamiento de dos hombres armados con espadas,Turquia y Balcanes.Viñeta de 1913.

  Aprovechando la cercania del centenario del comienzo de la 1ª guerra mundial, da comienzo una serie de articulos en los que se tratara someramente la situacion politica,social y militar de los distintos imperios europeos en los años precedentes a la Gran Guerra.Comenzando por Rusia,el mas grande y poblado imperio de Europa en aquellas fechas.

  A principios del siglo XX, Los tres puntos de conflicto del imperio zarista eran el mar Negro, el centro de Asia y el lejano oriente.

  La expansion del imperio ruso a  expensas del ya en decadencia imperio otomano había sido frenada en seco en la guerra de Crimea y en el tratado de Berlín de 1878, que había terminado con las esperanzas rusas de un apoyo de las potencias europeas en su intención de expandirse hacia el oeste, hacia los Balcanes.

  La expansión por el Asia central se había detenido en las montañas de Afganistán con la negativa de plano de las tribus de las estepas de Persia para unirse al imperio zarista.

  El lejano oeste ofrecía mejores perspectivas.La construcción del ferrocarril Trans-siberiano,que tenia su parada final en Vladivostok, permitía a Rusia exportar sus mercancías   por el océano Pacifico, pero el puerto de Vladivostok permanecía cerrado por el hielo durante 3 meses al año.


  La salida desde el puerto de Vladivostok al Océano Pacifico también era conflictiva para los rusos, ya que transcurría por el mar del Japón y el estrecho de Tsushima, fácilmente defendible por los japoneses en caso de conflicto.


  El más preciado objeto de deseo de los zares en esta zona era Port Arthur, un puerto de aguas cálidas incluso en invierno, en la península china de  Liaotung, en la costa del mar Amarillo.

  En la guerra de 1884-1885, los japoneses habían puesto al descubierto la debilidad china, y habían incursionado con fuerza en Corea, Manchuria y Port Arthur.

 El pequeño Japon aplastando al gigante Chino.Viñeta de 1895.

  En ese momento, la amenaza de una intervención de una armada combinada compuesta de buques de Rusia, Alemania y Francia había convencido a los japoneses de la necesidad de devolver el territorio conquistado.

  Los rusos trataron entonces de aprovechar la situación de vacío de poder creado en Port Arthur tras la retirada de los japoneses. Obtuvieron un contrato de arrendamiento de Port Arthur por parte de los chinos, con unas clausulas muy favorables. Comenzaron la construcción de un enlace ferroviario desde port Arthur hasta el ferrocarril transiberiano, y expulsaron a las tropas japonesas de Manchuria y Corea.


  Los japoneses esperaron, pacientemente, mientras aprovechaban el tiempo para construir una gran flota de guerra.

  Ocho año más tarde estaban preparados, y el 8 de febrero de 1904 atacaban a las tropas rusas que guarnecían port Arthur.


  La guerra ruso-japonesa de 1904-1905 fue un autentico desastre para Rusia. Los eficientes soldados japoneses, altamente motivados y cerca de sus bases en el Japón ,rápidamente pusieron de manifiesto las graves carencias que en el aspecto militar tenían los rusos.

  Las tropas rusas se vieron obligadas  a operar al final de una línea férrea de cerca de 8.000 kilómetros de longitud que les separaba de sus bases en la Rusia occidental. Mal equipadas, poco motivadas y usando tácticas anticuadas, las tropas rusas se vieron expulsadas de port Arthur y obligadas a retirarse 400 kilómetros al norte del mar Amarillo.

  La opinión del estado mayor zarista de que Japón era una potencia oriental de segundo orden resulto ser un tremendo error.

  Temiendo el amotinamiento de los marineros, la poderosa flota rusa del Báltico apenas se atrevía a salir de sus puertos. Y cuando por fin lo hizo, fue prácticamente aniquilada por la mucho más moderna flota japonesa en la batalla de Tsushima, el 27 de mayo de 1905.

 Batalla de Tsushima.

Meses antes de esta grave derrota en el este, la revolución había estallado en el oeste.

  Todo había comenzado el día 9 de enero, cuando una manifestación de cerca de 250.000 trabajadores se dirigió hacia el Palacio de Invierno de los zares, en San Petersburgo.

  Liderados por un sacerdote, el padre George Gapon, los trabajadores vestian sus mejores ropas de domingo, iban cantando himnos y llevaban retratos del zar e iconos religiosos.

  Sus intenciones no eran violentas ni agresivas, simplemente querían hacer llegar al zar un documento con unas cuantas peticiones para la reparación de algunos agravios sufridos por la clase trabajadora.

 Padre Gapón.

  Se ignora quien dio la orden, pero los cosacos de la guardia real comenzaron a cargar con sus caballos sobre la manifestación. Los manifestantes que intentaban huir se vieron acorralados por las bayonetas de la guardia.


  Nadie sabe con certeza cuántos manifestantes murieron, pero seguramente fueron más de mil.

  Al día siguiente, más de 150.000 trabajadores industriales de San Petersburgo fueron a la huelga general, en protesta por la masacre del día anterior.

  A partir de ese día comenzaron en toda Rusia un sinnúmero de huelgas, insurrecciones de campesinos, manifestaciones y motines militares, alcanzando el cénit a finales de otoño.

  Durante 50 dias, de mediados de octubre  a principios de diciembre , San Petersbrugo, la capital de los zares fue virtualmente gobernada por un soviet, una asamblea de representantes de los trabajadores.

  Pero la revolucion se paro ahí. Y el régimen zarista contraataco. Miles de personas fueron asesinadas en pogromos antisemitas, y muchos miles más fueron detenidos y enviados a los campos de trabajo de Siberia. Los partidos revolucionarios prácticamente fueron liquidados, y los pocos representantes que permanecieron en libertad optaron por ocultarse.

  Pero la derrota de la revolución no soluciono ninguno de los muchos problemas de Rusia. Y el zarismo se iba  a enfrentar entonces a la nueva clase social que sus políticas habían creado, el pequeño proletariado industrial.



(Continuara...)

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