lunes, 20 de octubre de 2014

1918-1945: Japon y la guerra quimica (2ª parte )



 viene de aqui: 


  El ejercito nipon, a través de la Universidad Militar de Narashino, guardaba un completo registro de sus actividades con gases tóxicos en la guerra contra China, concretamente 56 casos.

Unos ejemplos:

-En julio de 1938 se lanzaron más de 10.000 granadas de gas “rojo” sobre las tropas chinas en retirada, en el marco de la operación de limpieza en las cercanías de la ciudad de Quwo.

-En los meses  de abril y mayo del mismo año, el ejército japonés utilizo  9.600 proyectiles de artillería y 32.000 granadas de gas “rojo” sobre las tropas chinas, en el marco de la batalla de Wuhan.

-En marzo de 1939, en la operación del cruce del rio Xuishi, dos brigadas especializadas en la guerra química lanzaron 3.000 proyectiles de artillería y 15.000 granadas de gas sobre las posiciones chinas.


  Los gases tóxicos también se utilizaron contra las tropas comunistas chinas, como en Zhengzhou en octubre de 1941, donde 300 toneladas de gas mostaza fueron lanzados en una sola hora, o en la batalla de Taihang en febrero de 1942, cuando otras 300 toneladas de una combinación de diferentes tipos de gases se lanzaron sobre posiciones chinas. 


  Aunque las fábricas de gas toxico de la isla de Okunoshima aumentaron la producción al máximo, no daban abasto para el constante uso que se estaba dando al gas en la guerra en China. EL ejército japonés decidió desarrollar en Qiqihar (Manchuria) una unidad específicamente dedicada a la producción  gases toxicos, la unidad 516, que se dedicaba a producir masivamente lewisita, fosgeno y gas mostaza, tras haber sido probado en prisioneros chinos por la tristemente famosa unidad 731, autora de los mas sádicos y salvajes experimentos perpetrados en el extremo oriente durante la 2 guerra mundial.

  Las instalaciones de la unidad 516 fueron destruidas por los propios soldados japoneses pocos días después de la rendición del imperio japonés, y el 12 de agosto de 1945 los empleados intentaron eliminar toda evidencia de lo sucedido arrojando centenares de contenedores de gases tóxicos al rio Nen.

  Tras la rendición del imperio nipon, el mando supremo de las fuerzas aliadas en el Japón comenzó a recopilar información sobre los crímenes de guerra del ejercito japonés, especialmente el uso de gases tóxicos.

  El 2 de marzo de 1946, el coronel Thomas H. Morrow tuvo la primera reunión preliminar con el fiscal jefe Joseph Keenan, informándole del uso de armas químicas y bacteriológicas por parte del ejercito nipón.En el informe se incluían testimonios de testigos presenciales, y se recogían los resultados de las visitas de inspección realizadas en diversas zonas del territorio chino.

  El 16 de abril se presentaron las conclusiones finales del informe “Una revisión general de la guerra química japonesa en China entre 1937 y 1945”: 

“se utilizaron gases tóxicos contra civiles y soldados desarmados, del los que una muy pequeña proporción  estaba equipada con mascaras antigás…..-la guerra química nunca hubiera podido llevarse cabo sin el conocimiento y la aprobación del ministerio del ejercito y el alto mando en Tokio…”
 Extracto del informe final del coronel Thomas H. Morrow.

El informe llegaba  a las siguientes conclusiones definitivas:

-las declaraciones de cientos de prisioneros japoneses confirmaban que se habían empleado gases tóxicos;

-médicos y cirujanos chinos confirmaban que las lesiones que habían tratado en miles de ciudadanos chinos habían sido causadas por armas químicas.

-los archivos del ministerio del ejército japonés estimaban el numero de víctimas mortales por efecto de los gases tóxicos en algo más de 39.000 chinos.

-las declaraciones del coronel John Stodter, agregado militar estadounidense en Birmania y enlace en la zona con el ejercito chino, confirmaba la existencia de lesiones producidas por gases tóxicos.

  El informe se tradujo al japonés para que pudiera ser utilizado en el juicio por crímenes de guerra que se iba a celebrar en Tokio a partir de primeros de mayo de 1946.


  Pero, a mediados de agosto, con el juicio ya empezado,cambiaron los procedimientos judiciales….

  El 24 de julio, un mes antes, la Junta de Jefes de Estado Mayor del ejército de Estados Unidos ordeno que:

“la información relacionada con la investigación y el desarrollo relativo a nuevas armas y municiones no deben ser compartidos con cualquiera otra nación, excepto gran Bretaña, salvo autorización expresa de la junta de jefes de estado mayor conjunto  de las tropas aliadas.”

  En otras palabras, en el tribunal que juzgaba a los criminales de guerra japoneses no se iba  a oír nada relacionado con el uso de gases toxicos,ya que pertenecían a la categoría de “nuevas armas”, y EEUU y Gran Bretaña se arrogaban el derecho a mantener oculto todo lo relativo a dicha nueva arma.

  "Gracias" a esas directrices, ningún criminal de guerra japonés pudo ser nunca acusado de utilizar gases tóxicos ,y sus miles de víctimas nunca recibieron compensación alguna. 

  El uso de gas toxico contra la población civil china nunca ha sido reconocido oficialmente por los sucesivos gobiernos japoneses.Estudios recientes estiman que el ejército imperial japonés realizo no menos de 1500 ataques con gas toxico, causando más de 80.000 víctimas chinas.

  Hoy en dia, el problema es la enorme cantidad de bidones y otros envases conteniendo gases tóxicos que el ejército japonés dejo abandonado en el noroeste de China.

  Según China, más de dos millones de envases, según Japon, cerca de 700.000 bidones abandonados, de los que más de la mitad aun contienen productos químicos activos, sobre todo una mezcla de lewisita y gas mostaza.

  Como firmante de la Convención sobre la prohibición de armas químicas, Japon tiene la obligación de destruir las que su ejército abandono en territorio chino. Desde la entrada en vigor de dicha convención, en 1997, Japon ha enviado más de 30 equipos científicos a China para identificar y destruir los bidones de gases toxicos.Solo en 2007, el coste de las operaciones para destruir los productos químicos fue de 200 millones de yenes.

  En cuanto a los casos de indemnizaciones a los ciudadanos chinos víctimas de accidentes causados por gases toxicos, manipulación de envases, fugas, etc, normalmente se resuelven a puerta cerrada y no salen a la luz. En mayo de 2003, el tribunal del distrito de Tokio desestimo la denuncia de 5 ciudadanos chinos originarios de Heilongjiang contra el gobierno japonés ,sobre la base de que el caso excedía la jurisdicción del estado japonés.

  El 29 de septiembre del mismo año, el mismo tribunal condeno al estado japonés a pagar 190 millones de yens  a trece demandantes chinos. A raíz de esta sentencia, los gobiernos de China y Japón llegaron  a un principio de acuerdo por el que el estado japonés aportaría 300 millones de yenes para compensar a 44 víctimas de la rotura de varios bidones que contenían gases tóxicos en la zona de Qiqihar. Pero el acuerdo final nunca se llevo a cabo.

  El tribunal del distrito de Tokio rechazo en mayo una solicitud de indemnización de 1.400 millones de yenes por parte de varias decenas de demandantes chinos, afirmando que el gobierno japonés no era responsable de la mala manipulación de los bidones, y por lo tanto, tampoco era responsable de los daños causados.

  Esperemos que, finalmente, se llegue a un acuerdo y los gobiernos japoneses cumplan con su responsabilidad y cumplan con los tratados internacionales que han firmado.



Factories of death,japonese biological warfare - Sheldon Harris
A plague upon humanity – Daniel Barenblatt
Revista Histomag 44 –Septiembre-octubre 2010.

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