Viene de aquí:
Bonaparte pensaba que su ejército
podría aprovisionarse por sí mismo, como había ocurrido en la campaña de Italia
del año anterior. Así que los soldados solo llevaban provisiones para 10 días de marcha, y
no se habían dado órdenes para organizar columnas de aprovisionamiento adicionales.
Los informes recibidos de los espías
franceses en la zona eran a menudo conflictivos entre sí, y contradictorios con
informes anteriores.Movimientos de tropas otomanas que ya no
existían,indicacion de rebaños inexistentes y almacenes
de alimentos vacios desde hacia mucho tiempo, ciudades y pueblos sobre el mapa que no
existían en la realidad, etc.
La marcha del ejercito hacia Siria
fue muy dificultosa desde el comienzo. A los pocos días de marcha, varios soldados
habían muerto de sed; otros, incapaces de soportar las penurias, la falta de
agua y el cansancio, se habían suicidado. Durante en par de días, el ejercito marchó
junto a la costa; la sed de algunos soldados provocó que bebieran agua del mar,
que les causó terribles sufrimientos mas tarde.Cuando el ejercito llegó a un
pozo en Messoudieh,cerca de la fortaleza de Al Arish,era tal el ansia por beber de los soldados que se produjo una estampida que causó la muerte a una treintena de soldados por axfixia y aplastamiento.
El 8 de febrero, la avanzadilla
del ejercito,comandada por las tropas del general Reynier, llegaba a la vista de
la fortaleza de Al Arish.
Fortaleza de Al Arish,reconstruida tras ser destruida por la aviacion aliada en la 2 ª guerra mundial.
Nadie en el ejercito francés conocía
la existencia de la fortaleza, ni el grosor de sus murallas, ni que la guarnición
de 1.000 hombres de la fortaleza estaba compuesta por mamelucos, árabes,
magrebíes, albaneses y turcos. Los informes de los que se disponía databan de
muchos años atrás, y habían sido aportados por mercaderes y
viajeros,desconocedores de términos
militares.
Para empeorar la situación,los soldados de Reynier se habían quedado sin provisiones y llevaban varios días
comiendo exclusivamente algas que extraían de la arena de las playas, una dieta
que había causado un gran número de casos de disentería.
Era absolutamente indispensable
conseguir la rendición de la fortaleza, que protegía el acceso a Siria. La
mañana del día 10, las tropas de Reynier asaltaban el puerto pesquero aledaño a
la fortaleza.Los hambrientos soldados franceses no dieron cuartel, y todo
aquel habitante que trato de resistir sufrió terribles consecuencias.
Dos días de bombardeo artillero contínuo
consiguieron abrir brecha en la muralla de la fortaleza.Bonaparte ofreció entonces
la rendición a la guarnición: se permitiria que los defensores abandonaran la
fortaleza con todo su honor intacto y sus
armas y marcharan a Siria siempre que prometieran no volver a combatir a las tropas francesas durante la duración de
esa campaña, o mientras los franceses estuvieran en territorio sirio. Si se
negaban a tal acuerdo, y siempre siguiendo las reglas de la guerra, una guarnición
que se negaba a rendirse una vez que se había abierto una brecha en la muralla, solo podía esperar ser pasada por las
armas.
En la mañana del día 20 de febrero,
la guarnicion de la fortaleza se rendía en base a los términos acordados. Los
franceses ocupaban la fortaleza rápidamente, y también rápidamente violaban los
acuerdos firmados con los defensores.
Bonaparte no tenía ninguna intención
de mantener su palabra, y, contrariamente
a lo firmado, los defensores fueron inmediatamente desarmados, y dos centenares de ellos fueron persuadidos (a golpes, en algunos casos) a unirse al ejército
francés.
Los mamelucos fueron enviados bajo escolta a Egipto, y al resto se le obligo a marchar por el desierto sirio, sin agua,
armas o provisiones.
Tras una breve inspección de almacenes y otras instalaciones de la fortaleza, los soldados franceses reclamaron la presencia de los
médicos militares, que tras una inspección más profunda encontraron los sótanos
de la fortaleza repletos de cadáveres de hombres y animales, ya en estado de
putrefacción; las cámaras de los soldados y las cocinas llenas de basura,
harapos hediondos y todo tipo de objetos insalubres, junto con comida podrida.
Los médicos determinaron que las instalaciones
y los hombres dela guarnición se habían visto afectados por la peste, y
prohibieron que cualquier soldado francés se alojara en la fortaleza.
Asi, lo que iban a ser unos días
de descanso y recuperacion de fuerzas
para los soldados franceses en la fortaleza se convirtió en una sola
noche de acampada junto a las murallas. Y a la mañana siguiente,
el ejército continúo su marcha.
En el camino que transcurría
entre Al Arish y Gaza se encontraban las columnas de Rafah, que antiguamente
simbolizaban la frontera entre Asia y Africa.La primera localidad a la que llegaron
tras entrar en Palestina fue San Luis, nombrada así en honor del rey francés
del mismo hombre (Luis IX) que había liderado la cruzada a mediados del siglo
XIII.
La moral se incrementó según
pasaban al lado de grandes extensiones de olivar, que a muchos de ellos les recordaba
a la Provenza.” Un lugar rodeado de huertas y jardines al estilo europeo, lleno
de todo tipo de árboles frutales y verduras “.
Pero el que los olivos le recordaran
a Provenza no fue óbice para que arrancaran arboles a centenares, ya fuera para
hacer hogueras para calentarse y secar la ropa (había comenzado a llover sin cesar desde que el ejercito había
entrado en Gaza), o simplemente para divertirse.
Bonaparte aprovechó un par de dias de descanso para amenazar a los habitantes de Ramlah y Jaffa con sufrir las
mismas consecuencias que había sufrido Al Arish:
“Los que se declaran mis enemigos mueren. El ejemplo que acaba de
ocurrir en Al Arish muestra que soy
terrible con mis enemigos, soy bueno con mis amigos, y especialmente
clemente y misericordioso con los pobres.”
clemente y misericordioso con los pobres.”
Los habitantes de Ramlah decidieron
no tentar a la suerte, y abrieron las puertas de su ciudad a los soldados franceses,
que encontraron grandes almacenes repletos de municiones y provisiones, que el gobernador otomano Djezzar Pasa había acumulado allí en preparación para la invasión otomana de
Egipto.
Mientras, las tropas de Djezzar
se habían retirado prudentemente, los soldados otomanos hacia Jerusalén ,y los
mamelucos y milicias locales hacia Nablus.
La intención del gobernador Djezzar era usar
las fortalezas sirias para retrasar al máximo al ejercito frances,mientras
esperaba la llegada de refuerzos desde el norte.Con los franceses obligados a
permanecer cerca de la costa para ser aprovisionado por su pequeña flotilla,
los otomanos se dedicarían a la guerra de
guerrillas para atacar las líneas de comunicaciones y aprovisionamiento desde
Egipto.
Mientras el ejercito francés
descansaba en Ramlah,Bonaparte valoró seriamente la posibilidad de liberar Jerusalén
del dominio otomano. Incluso envió proclamas a Libano, Nazareth y el mismo Jerusalén
incitando a los cristianos que allí vivian a
rebelarse contra el opresor otomano y unirse al ejercito francés.
Algunos cristianos coptos de Egipto y Siria se unirian al ejercito frances y formarian mas tarde la Legion copta.
Pero en una reunión secreta entre
Bonaparte y el gobernador sirio de Jerusalen, que había viajado a Gaza oculto
entre los miembros de una delegación de cristianos, Bonaparte fue aconsejado
para que no entrara en Jerusalén hasta que no hubiera derrotado a las tropas de Djezzar.
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