Viene de aquí:
A principios de agosto de 1918,
el comité ejecutivo provisional de oficiales de la Legin Checa, la máxima autoridad del contingente checo en Rusia,
tomaba la decisión de permanecer en sus posiciones a expensas de las decisiones que los aliados
pudieran tomar, y anunciaba públicamente su intencion de convertirse en “la
vanguardia de las fuerzas aliadas para el establecimiento de un frente anti-alemán en Rusia, en colaboración
con la Rusia libre y los aliados”.
Al mismo tiempo, el comité de
oficiales checos hacia un llamamiento a las
potencias aliadas para el envío de refuerzos, armas y municiones para 15.000
soldados.
Mientras esperaban la lelgada de refuerzos, las tropas checas que acababan de tomar Kazán se unieron con los milicianos
del Ejercito Popular del partido socialista revolucionario (opuesto a los bolcheviques),
muy numerosos en número y de gran importancia política y propagandística.
Pero los refuerzos y las armas
seguían sin llegar, y los soldados checos, que cargaban con la mayor parte de la
responsabilidad de defender el frente siberiano, comenzaron a crear
problemas a sus oficiales.
Faltaban apenas dos meses para la llegada del invierno, pero el intenso frio comenzaba a afectar negativamente a los checos, que no habian recibido
ropa adecuada.Ademas, varios batallones checos con soldados de origen eslavo se amotinaron,
negándose a combatir con rusoa eslavos, y comprometiéndose solo a combatir contra austro-húngaros y alemanes.
No iban a combatir a los rusos, y
exigían ser trasladaos a Francia, para combatir allí a los alemanes.
El estado mayor checo se vio obligado
a apartar esos batallones rebeldes de la primera linea del frente y enviarlos a
controlar la vía férrea del Transiberiano.Pero, aislados y sin vigilancia en la
inmensidad de la estepa rusa, muchos desertaron y marcharon hacia Vladivostok,
para intentar volver a Europa por mar.
Los checos estaban confusos y desmoralizados.
Durante septiembre y octubre comenzaron a
perder batallas contra el ejército rojo en el rio Volga,lo que a su vez provocó mas
deserciones y motines.Siguiendo las instrucciones del presidente estadounidense Wilson, el
secretario de estado Lansing informó al gobierno provisional
checo que ningún refuerzo estadounidense,japonés,ingles o francés iba a llegar
en apoyo de la legión checa, y que el
consejo de los militares estadounidenses era que la legión debía retirarse hacia
el este de los Urales. Los checos se sintieron traicionados, y la firma del
armisticio entre los aliados y los poderes centrales el día 11 de noviembre ,que ponía fin a la 1ª
guerra mundial, también iba a poner fin a la epopeya checa en Rusia.
Los checos, que habían combatido
en Rusia para recuperar de nuevo el frente oriental contra los poderes centrales,
ya no iban a ser necesarios. Y la independencia de la Republica Checoeslovaca, por la
que tanto habían luchado, se había hecho realidad con la firma del armisticio.
Había llegado el momento e volver
a casa. Pero no iba a ser fácil.
En abril de 1918, el gobierno
anti-bolchevique de Siberia,dominado por el partido socialista revolucionario,
se había unido con otras facciones socialista-liberales para formar el gobierno
provisional de Todas las Rusias.
El gobierno provisional de todas
las Rusias, liderado por un comité de 5 miembros,anunció que cedería el
poder a una asamblea constituyente en cuanto
se pudieran organizar unas elecciones libres (más o menos).
En la mañana del 17 de noviembre,
un grupo de cosacos liderados por el
capitán Iván Krasilnikov, arrestaba a los dos miembros socialistas-revolucionarios del comité, acusándoles de conspirar para derribar el
gobierno provisional de todas las rusias y entregar Siberia a los bolcheviques.
Varios ministros del gobierno
provisional y los restantes miembros del comité rogaron entonces al almirante
Alexander V. Kolchak, ministro de la guerra y comandante de la flota rusa del mar Negro, a asumir poderes de dictador para
terminar con la revuelta.
Almirante Kolchak.
Kolchak aceptó el cargo,
proclamándose a si mismo líder supremo de todas las Rusias.Ascendió al capitán Krasilnikov al cargo de coronel, abolió la asamblea constituyente que se estaba
organizando en Ekaterimburgo, arrestó a centenares de personas por su presunta
oposicion al régimen y ejecutó a unos cuantas decenas de ellos durante los
siguientes meses.
Era un golpe de estado en toda regla.
Aunque los diplomáticos estadounidenses en Omsk (la sede del gobierno provisional
de todas las Rusias) protestaron levemente, a los británicos no pareció importarles.
Seguramente no fuera casualidad que el 25º batallón de infantería de Middlesex
del Ejercito británico hubiera llegado a Omsk pocos días antes del golpe de Kolchak.
“Hay que preguntarse por que las tropas
británicas desfilaban por las calles de Omsk la noche del golpe, y si esto tuvo
efecto o influencia sobre lo que ocurrió aquella noche. Tampoco hay ninguna
duda de la extrema influencia que el general
Alfred Knox tenia sobre el almirante Kolchak, influencia que el general
parecía desear que todo el mundo en Omsk conociera y apreciara”
General William S. Graves,comandante del cuerpo expedicionario estadounidense en Siberia.
( Podria parecer que los británicos estaban mucho mas interesados en terminar con el
régimen soviético que los norteamericanos. ¿Quizás fueron los britanicos los
promotores del golpe de Kolchak? ).
Al año siguente, el nuevo
secretario de la guerra britanico, Winston Churchill, afirmaba que la política
de ayuda continua al régimen de Kolchak era una honorable obligación para el
gobierno británico, que se sentía honrado de acudir a la llamada de Kolchak
cuando se le demandaba.
Más allá de los intereses de los
diferentes poderes europeos en Rusia, los checos se enfurecieron cuando
recibieron noticas del golpe de estado de Kolchack.Los legionarios, porque
estaban en excelentes relaciones con los socialistas revolucionarios, la
facción más importante y numerosa de Siberia. Y el consejo nacional checo, de
muy reciente creación, el órgano de gobierno mas importante de la nueva nación checa, denunciaba el régimen de Kolchack ante los organismos internacionales.
Las discusiones entre los lideres
militares de la legión checa (especialmente su comandante en jefe, Jan Syrovy)
y el almirante Kolchak eran constantes.
General Jan Syvory,comandante en jefe de la Legion checa durante los años 1918-19.
Kolchak ignoraba cualquier
consideración táctica de los militares checos, no los consultaba en
prácticamente ninguna ocasión en asuntos militares y despreciaba al infante checo:
“No estamos ni interesados ni de
ninguna manera obligados a tomar en consideración sus opiniones”, gritó en
una ocasión a los generales checos cuando le indicaron la necesidad de variar
sus planteamientos tácticos.
Considerando que la legión checa
era la única fuerza realmente efectiva contra las tropas bolcheviques, esas
palabras fueron consideradas un insulto por los, lideres checos.Asi, cuando
pocos días después del golpe de Kolchak se ordenó a los legionarios encabezar
el ataque sobre la ciudad de Perm, los soldados y oficiales checos se negaron a
participar en la ofensiva.
Kolchak aprovechó la ocasion, y comenzó
a reemplazar a los legionarios checos
por sus propias tropas, y a mediados de diciembre de 1918, ya no había ningún soldado
checo en primera línea del frente, todos estaban involucrados en tareas de guarnición
y control de la línea férrea del Transiberiano.
A finales de diciembre, los legionarios
checos por fin recibieron la "ayuda" de los aliados, que tanto tiempo llevaban esperando.
En la estación de ferrocarril de Omsk,
una compañía de legionarios fue recibida entre banderas y leyendas de
“bienvenidos,bravos hermanos checo-eslovacos”.Tras los discursos de rigor por parte
de varios generales y un par de sacerdotes,
una banda de música interpretó varios himnos nacionales de los países aliados
.La compañía marchó en formación hasta el centro de la ciudad,en donde fue
agasajada con un opíparo desayuno.
Por la tarde, los legionarios
checos desfilaron ante el único soldado aliado que había en Omsk, el general francés Janin, que había llegado justo a tiempo
para el desfile.
Esa misma noche, los legionarios
comentaban entre tristeza, amargura y cinismo:
“Por fin ha llegado la ayuda
aliada que estábamos esperando, un orondo general francés sin soldados ni
armas”.
General Maurice Janin.
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