Viene de aquí:
Justo cuando el flanco derecho zulú
estaba siendo rechazado, el flanco izquierdo comenzó su avance.Aprovechando que
los defensores del hospital tenían sus ojos en otro sector, y aprovechando los
densos matorrales, se aproximaron al puesto sin ser detectados, hasta llegar a
un pequeño muro de poco mas de un metro de alto que se encontraba a unos 20 metros de la línea defensiva británica.
Allí, esperaron en completo silencio
durante unos minutos, hasta que se reunió un numeroso grupo de guerreros, unos 200 aprox.que se lanzaron de improviso al asalto
de la barricada, defendida por dos docenas de soldados británicos.
Acuarela obra del Teniente Chard,para mostrar a la reina Victoria como se habia desarrollado el combate ( 3 de 5 ).
Gracias al número, los guerreros
zulúes consiguieron escalar la barricada, y entraron en combate cuerpo a cuerpo. Los escudos de piel de los zulús no
eran rival para el acero de las bayonetas británicas o las balas de fusil
disparadas a quemarropa. Los zulús retrocedieron, volviendo a la proteccion del
muro, hasta que llegaron refuerzos y volvieron a la carga, que fue recibida
por una nueva descarga de plomo.
Durante 25 minutos se sucedieron
las cargas, las retiradas, las descargas de fusil, etc, y mientras, algunos zulús
que disponian de fusiles se colocaron
tras el muro del norte y comenzaron a disparar sobre los británicos. Eran una
docena de rifles Martini-Henry, que los
guerreros zulúes habían tomado de los cadáveres de doce ingenieros reales que
estaban trabajando en el camino entre Isandlwana y Rorke Drift.Sin tener conocimiento
de lo que había pasado en Isandlwana, habían sido atrapados por sorpresa por un
iboto zulu, que los había exterminado y se había apropiado de sus rifles.
Pero los zulúes no tenían experiencia
con rifles con mira, y sus disparos apenas causaron daño alguno. Y el intenso
fuego de los fusiles británicos impedía que los zulúes pudiesen concentrar un número
suficiente de guerreros para asaltar el muro norte con garantías de éxito. Y
tampoco atacaron por ambos flancos. El teniente Chard afirmaría más tarde que
dudaba que el perímetro defensivo británico se hubiera podido mantener si
hubiera sido atacado por ambos flancos simultáneamente.
Bromhead había establecido una
reserva de 15 infantes bajo su mando directo,
colocada en el reducto cercano al hospital, con al orden de contraatacar en
cualquier parte del perímetro si se producía una brecha en la defensa. Desde
allí tenían al alcance de sus rifles prácticamente toda la posicion, además del
tejado del hospital, y podían lanzar cargas a bayoneta calada para despejar el interior
del perímetro y tapar cualquier hueco que se produjera en el perímetro .
Frustrados por el fracaso en el asalto
desde el norte, los comandantes zulúes decidieron asaltar el almacen.El asalto
casi consiguió su objetivo, aunque finalmente los zulúes fueron repelidos
gracias a una carga de la reserva de Bromhead y un par de descargas de los
hombres del teniente Chad, que hicieron huir momentáneamente a los atacantes.
Pero Chad estaba preocupado por la
facilidad con la que los zulúes habían logrado aproximarse al almacén y decidió
reforzar esa posicion,aunque eso significaba debilitar la defensa de la zona
del hospital.Tanto,que los 30 soldados que defendían el hospital pronto
quedaron aislados y expuestos a un nuevo ataque zulú.
A las 6 y cuarto de la tarde, los zulúes
lanzaban otro asalto sobre el muro norte. Mientras se repetía el proceso - carga
zulu, combate combate cuerpo a cuerpo, retirada zulu - 15 minutos después otro grupo zulú
cargaba directamente sobre el hospital.Varios guerreros zulúes lograron acercarse y comenzaron a trepar sobre el
techo del hospital, prendiéndolo fuego. Otros zulús trataban de derribar la
pared exterior del hospital.Los defensores dentro del hospital comenzaron
a disparar por las troneras,causando un gran número de bajas al enemgo.El combate
continuó durante una hora, con los zulúes tratando desesperadamente de tomar el
hospital, repleto de humo por el efecto de las llamas en su tejado.
Utilizando sus bayonetas y las
culatas de sus fusiles, los soldados y algunos heridos se desplazaban por
diferentes partes del hospital, tratando de evitar la entrada a los zulúes.Pero,
finalmente, al anochecer, los soldados supervivientes tuvieron que escapar del
edificio por una ventana. Pero la retirada hasta el otro edificio del puesto,
hasta el almacen, por el patio repleto de guerreros zulúes, costó la vida a
seis soldados.
La retirada desde el hospital.
A las 7 de la tarde, con el hospital
en manos zulues, el perímetro defensivo británico se había reducido a la mitad.
La nueva posición defensiva iba a ser más fácil de defender, aunque los muros
del hospital iban a dotar a los zulúes
de una protección extra, que les iba a permitir lanzar sus ataques desde una
menor distancia.
Los intentos de asalto continuaron
hasta las 8 y media de la noche, con la suerte añadida para los británicos que
el resplandor del tejado aun ardiendo del hospital iluminaba la zona y permitía
afinar más la puntería.
A esa hora, se produjo un nuevo
asalto general. Desde el hospital y desde el este, sobre el kraal defendido
por una veintena de soldados.
( 4 de 5).
Los zulúes fueron aproximándose
en silencio, hasta que llegaron a una
veintena de metros del almacen.Cuando cargaron para recorrer los últimos metros,
los britanicos solo tuvieron tiempo para una sola descarga hasta que se llegó
de nuevo al cuerpo a cuerpo. El perímetro defensivo era cada vez más pequeño, apenas el tamaño de
una pista de tenis.
Chard comenzó a temer por la pérdida
del puesto. Destinó algunos hombres a construir un nuevo reducto de sacos de
grano en la esquina noroeste del almacen.Iba a ser allí donde iban a colocar a los heridos, y si las cosas iban mal,
el sitio donde se iba a producir la ultima defensa, porque ya no había ningún otro
sitio al que retirarse.
Animados por su éxito en el hospital,
los zulús trataron de tomar el almacén por el mismo método, trepando al tejado
y prendiéndolo fuego. Pero el teniente Chard había destacado allí a un par de infantes,
que disparaban al menor signo de presencia zulu.A las 10 de la noche lanzaron un
nuevo ataque, que fue rechazado de nuevo por los britanicos, pero Chard tuvo que
ordenar a las tropas que defendían el kraal que debían retirarse al interior
del cada vez más estrecho perímetro defensivo.
(5 de 5 ).
A medianoche,la frecuencia y la potencia de los
ataques zulúes se redujo en gran medida.Estaban agotados, llevaban dos días sin
apenas alimentos y los rifles Martini-Henry de los británicos habían causado
una gran mortandad.
Ademas, no sabían que los británicos
habían gastado casi toda su municion, apenas les quedaban cuatro cajas de 250 proyectiles
cada una, y rechazaban los ataques zulús a bayoneta calada para reservar la municion en prevision de un ataque
general zulú.
Al amanecer, el teniente Chard envió
un mensajero a intentar alcanzar el puesto de Helpmaakar, rogando por el envío
de refuerzos,ya que la situacion era insostenible y la posicion tenia pocas posibilidades de mantenerse un dia mas.
Fue aproximadamente en ese
momento cuando el líder zulu, el príncipe Dabulamanzi recibió noticias de sus exploradores:
La columna de Lord Chelmsford se aproximaba a Rorke Drift, sin
saber si la guarnición había sobrevivido.
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