jueves, 27 de septiembre de 2018

Sertorio, rebelde con causa ( 12ª parte) ; Iberia-Hispania.(VII )


 Denario de Caius Annius Luscus,proconsul.

Viene de aquí:


 En las ultimas semanas del invierno del  año 81 a.c.,el procónsul Cayo Annio Lusco marchaba hacia Hispania, al mando de dos legiones.Habia sido designado por el dictador Sila como nuevo gobernador de Hispania,reemplazando a  Sertorio que desde ese mismo momento pasaba a ser considerado un proscrito.


  Sila había actuado con rapidez, no quería que Sertorio  pudiera pasar mas tiempo asentandose en Hispania y reuniendo mas tropas. Pero esa rapidez en el envío de tropas era una ventaja para Sertorio, que sabia por donde iban a llegar sus enemigos.


  Si Sila hubiese esperado hasta primavera, sin duda hubiera enviado a las tropas a Hispania por mar.Pero en enero y febrero, el mar Mediterráneo seguramente hubiera terminado con cualquier flota romana. Por eso,los romanos llamaban al Mediterráneo  Mare Clausum (cuando Roma controlaba la mayoría de las costas del Mediterráneo se denominaba Mare Nostrum, "Mar nuestro". Pero el invierno era muy peligroso para la navegación, y se declaraba Mare Clausum, "Mar cerrado", una especie de prohibicion de  navegación).


  Así que las legiones del procónsul Annio Lusco iban a llegar a Hispania por tierra, cruzando la cordillera pirenaica. Y Sertorio envío una legión al mando de Julio Salinator para impedirles el paso.


  Las tropas del procónsul Annio superaban a las tropas sertorianas en una proporción de dos a uno, pero los sertorianos conocían la zona a la perfección y fortificaron los pasos claves de los Pirineos.


  Con los pasos de los pirineos bloqueados, Cayo Annio no supo cómo proceder, y decidió permanecer acampado, a la espera que mejorara el clima y pudiera encontrar algún paso no bloqueado por los legionarios de  Salinator.


  Entonces, y no seria la primera ni la ultima vez, la traición y el asesinato jugaron un  importante papel en los asuntos militares y políticos de la península ibérica. Publio Calpurnio Lanario,un magistrado de la facción popular que había huido de Roma tras ser ocupada por Sila, decidió cambiar de bando y hacerse perdonar ante los silanos.Asesinó a Salinator, y Cayo Annio aprovechó la confusión para atacar a los sertorianos,que se dispersaron sin apenas combatir. El camino a  Hispania a través de los Pirineos estaba abierto.


  Las noticias de la llegada de las legiones de Cayo Annio hicieron cambiar de opinion a las ciudades costeras del Mediterráneo sobre a que facción pertenecer.Sabedoras del comportamiento de las legiones,las ciudades costeras no dudaron  en cambiar de bando, rindiéndose lo más rápido posible para no sufrir daños.


  Sertorior había quedado aislado de sus bases en el Mediterráneo,y apenas podía recuperar sus pérdidas materiales y humanas. Sus intentos de reclutar un nuevo ejército no prosperaron, ya que los ciudadanos de Hispania consideraban que no merecía la pena perder la vida por combatir al lado de los optimates de  Sila  o los populares de  Mario, y que lo que ocurría en Hispania no era mas que la continuacion de   la guerra civil en Roma.


  Sertorio y tres mil hombres que le quedaban se trasladaron a Cartago Nova.La rendición no era una opción. Superado numéricamente en una proporción de cinco a uno, combatir tampoco era una opción. Solo podía tratar de escapar para reagruparse y regresar mas tarde.


  Sertorio renunció al cargo de gobernador romano de Hispania y se convirtió en un proscrito del senado romano, un rebelde.


  Embarcó a sus tropas y zarpo de Cartago Nova cruzando el Mediterráneo hasta la costa de Mauritania. Allí descubrió que no era bienvenido.Mientras sus hombres buscaban agua y alimentos tras desembarcar , los habitantes locales reunieron un potente ejercito y atacaron.


  Sertorio se vió obligado a  volver  a Hispania, pero cuando llegaba a la costa  levantina su flota fue atacada por  una flota de piratas cilicios, obligando a  los barcos supervivientes a dirigirse  hacia la islas Pitiusas ( Ibiza y Formentera).


  “atravesando el Mediterráneo aportó al África por la parte de la Mauritania. Sorprendieron los bárbaros a sus soldados, mientras, sin haber puesto centinelas, se proveían de agua, y habiendo perdido bastante gente se dirigía otra vez a España; vióse, no obstante, apartado de ella, por haber tenido la desgracia de dar con unos piratas de Cilicia, y arribó a la isla Pitiusa, donde desembarcó, habiendo desalojado la guarnición que allí tenía Anio.”




  Tras derrotar a la guarnición romana, Sertorio pudo disfrutar  de una breve pausa, que dedicó a construir una nueva flota.Mientras,en Cartago Nova ,el gobernador Annio  hacia lo mismo, disponiéndose a construir trirremes para lidiar primero con los piratas cilicos y después con la flota de Sertorio.


  Pero las flotas de Annio y Sertoroi nunca llegaron a enfrentarse, ya que una tormenta desmanteló la flota de Sertorio, con barcos mas ligeros.Sertorio pudo salvar  aproximadamente  a la mitad de su flota, pero tuvo que dirigirse hacia el oeste para escapar de los trirremes de Annio.


  Los navíos de Sertorio no podían atracar en la costa del este de Hispania, con todos sus puertos ocupados por los romanos de Annio, pero tampoco podían salir a mar abierto, ya que su ligereza los convertiría en un juguete del viento y el fuerte oleaje de la zona.


  Al menos, el fuerte viento ayudó a la flotilla de Sertorio a cruzar las columnas de Hércules (estrecho de  Gibraltar).Normalmente, los buques de aquella época tenían muchas dificultades para abandonar el Mediterraneo, ya que un fuerte viento del oeste y las corrientes del Atlantico complicaban mucho el paso. Era necesario ayudarse de los remos para superar la fuerza del viento, o aprovechar los momentos en que el viento cambiaba de dirección.


  Tras superar las columnas de Hercules, la flotilla de Sertorio se dirigió hacia el noroeste, intentando alejarse lo más posible de la parte de la península ibérica mas romanizada, esto es, la costa este.Sertorio llegó a la desembocadura del rio Betis.


  Allí habló con unos marineros que le informaron de la existencia de unas islas, a las que llamaban afortunadas (fortunatae insulae), que distaban de África 10.000 estadios ( 1 estadio romano = 185 metros,aprox. ):


  “Las lluvias en ellas son moderadas y raras, pero los vientos, apacibles y provistos de rocío, hacen que aquella tierra, muelle y crasa, no sólo se preste al arado y a las plantaciones, sino que espontáneamente produzca frutos que por su abundancia y buen sabor basten a alimentar sin trabajo y afán a aquel pueblo descansado. Un aire sano, por el que las estaciones casi se confunden, sin que haya sensibles mudanzas, es el que reina en aquellas islas, pues los cierzos y solanos que soplan de la parte de tierra, difundiéndose por la distancia de donde vienen en un vasto espacio van decayendo y pierden su fuerza; y los del mar, el ábrego y el céfiro, siendo portadores de lluvias suaves y escasas, por lo común, con una serenidad humectante es con la que refrigeran y con la que mantienen las plantas “.


 Según los marineros, que habían estado en las islas Afortunadas varias veces, allí habían estado en la antigüedad los Campos Elíseos, mansión de los bienaventurados.


  Sertorio estuvo tentado de abandonar la lucha y marcharlas isla Afortunadas y vivir alli en sosiego, alejado de toda guerra. Apenas le quedaban un puñado de barcos,unos cientos de hombres,Italia estaba en manos de su enemigo Sila,y en Hispania  parecía llevar el mismo camino.


  Tenía tres opciones: unirse a alguno de  los enemigos de roma (Mitridates), escapar a las islas Afortunadas o intentar continuar la lucha contra Sila en un lugar diferente a Hispania.


  Mientras pensaba que decisión tomar, los piratas cilicios prácticamente decidieron por él. Habían sido reclutados por un tirano africano, Ascalis, para que le ayudaran a ocupar el trono de Mauritania. (Parece que Ascalis era un títere de Sila, que quería poner sus manos sobre el norte de África.).


  Para Sertorio, Mauritania podía ser un lugar perfecto para continuar su lucha contra los silanos.Asi que embarcó a sus hombres en sus ligeros navíos y navegó hacia África.

                                          Columnas de Hercules,en Ceuta.

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