Tras la victoria macedonia en Queronea y la firma de la paz de Demodés,
Filipo se dispuso a la reorganización territorial de Grecia, en el invierno del
338 al 337 a c.
Comenzó una gira que le llevo por
todas las ciudades importantes de la zona, que hicieron juramento de fidelidad
al monarca macedonio.
Solo Esparta se envolvió en su ya
olvidada dignidad y su laconismo espartano y se negó .
Cuando Filipo exigió a los
jefes espartanos que reconocieses su supremacía, los espartanos contestaron con
un lacónico "no" escrito en la misma misiva que Filipo les había enviado con sus
exigencias.
El ejército macedonio entro
entonces en el Peloponeso, y arrebato fácilmente una porción del territorio espartano,
cediéndoselo a la ciudad rival de Argos.
Pero Esparta ya solo era una
ciudad de segundo orden, sin interés alguno para Filipo, que además, no quería involucrarse
en otra guerra con griegos, ya que su objetivo era la invasión de Persia.Asi que,
de momento, Esparta quedo a salvo de nuevos ataques, aunque su territorio había
quedado reducido al mínimo.
Filipo invito a todas las
naciones griegas, excepto Esparta, a reunirse en Corinto. Allí fundaron una confederación
helénica que paso a la historia con el nombre de Liga de Corinto.
La base de esta liga la constituía,
una vez más, una paz general (koiné eirene).Se prohibieron todos los cambios constitucionales
por medio de la violencia: se garantizaron la libertad y la autonomia de todos
los estados participantes, y solamente quedaron guarniciones macedonias en
Tebas, Calcis y el mismo Corinto.
De forma correspondiente a su
capacidad militar, cada estado debía mandar un determinado número de delegados
al consejo de la liga (synedrion), que se reunía regularmente en Corinto.
El synedrion tena competencias no
solo miiltares, sino también políticas: fijaba los contingentes militares que
cada estado debía aportar a la liga, recaudaba los impuestos, fijaba los
castigos contra quien vulneraba el tratado, etc.
Filipo era el hegemon (protector)
de la liga de Corinto. Entre Filipo y los griegos se concertó un tratado
defensivo y ofensivo a perpetuidad. Y este tratado era el paso previo para la declaración
de guerra contra Persia, utilizando como casus belli la destrucción de los santuarios
griegos por parte de Jerjes en el año 480 a.c., casi siglo y medio antes.
El jefe de las fuerzas griegas
seria en todo momento Filipo, llevando el titulo de estratego autokrator
(general con plenos poderes).
Tras dejar bien atados los cabos
sueltos de la liga de Corinto, Filipo volvió a Pella en noviembre de 337.Alli
se encontraba Alejandro, que no había acompañado a su padre a Corinto y estaba
ocupado en erigir una estatua de Filipo en el ágora de Atenas, para recordarles
a los atenienses quien mandaba.
Filipo, que entonces tenía 45 años,
se había enamorado locamente de Cleopatra,la sobrina de uno de sus
generales,Atalo. Cleopatra,que tenía 18 o 19 años, trataba por todos los medios
de casarse con Filipo.
Pero Filipo no quería casarse,
temia la furia de su mujer legitima, Olimpia, y de su hijo Alejandro. También tenía
miedo de los futuros problemas dinásticos que estallarían si tenía un hijo con Cleopatra.
Y propuso a Cleopatra el rango de “segunda esposa”, a lo que la muchacha se negó,
con argumentos realmente contundentes: Cleopatra era macedonia de clase alta, y
estaba en edad fértil, mientras que Olimpia era epirota, una bárbara ya era
demasiado mayor para tener hijos.
Cleopatra sugirió a Filipo repudiar
a Olimpia, por infidelidad .De hecho, Olimpia no cesaba de decir que Alejandro era
hijo de Zeus Amón y no de Filipo. Según Cleopatra, Olimpia se había inventado
esa fabula para ocultar el hecho de que había mantenido una relación con un
simple mortal, cuyo fruto haba sido Alejandro.
A Filipo le parecieron bien estos
argumentos, pero antes de hacer nada lo consulto con Alejandro, a quien no le
gustaron en absoluto, estaba muy unido a Olimpia y sus derechos sucesorios al
trono macedonio podrían quedar seriamente afectados.
Filipo encontró una solución salomónica
al problema: repudio a Olimpia como esposa, pero pudo conservar su rango de
reina de macedonia, y Alejandro conservo su condición de heredero al trono.
Filipo se caso con Cleopatra, que
exigió una ceremonia con gran pompa, a la que debían asistir obligatoriamente
toda la corte, los generales y el mismo Alejandro.
En el festín de bodas, Filipo y
su suegro Atalo se emborracharon rápidamente, y Atalo propuso brindar por la
salud del recién casado:
“por Filipo, nuestro rey, y por
el heredero legitimo que nacerá de esta unión”
Al oír estas palabras, Alejandro entro
en cólera e increpo a Atalo:
“miserable, ¿cómo te atreves a llamarme
bastardo?”
Y le arrojo su copa de vino a la cabeza.
Atalo consiguió esquivarla ,y respondio de la misma manera. Se produjo entonces un
tumulto generalizado. En un momento, Filipo, completamente ebrio, se levanta,
saca su espada y se dirige hacia Alejandro, para matarlo. Pero se resbala y cae
al suelo. Y Alejandro se burla de él:
“ved, macedonios, a este hombre, que habla
de guiaros hasta Persia pero es incapaz de recorrer unos metros sin derrumbarse
“.
Tras estas palabras, corre hacia
las habitaciones de Olimpia, la saca de la cama y, acompañados por una escolta
de hombres de su confianza, huye hacia las montañas del Epiro, a casa de su
hermano Alejandro, rey de Epiro.
Alejandro se refugia en una tribu
lincestida, comandada por un tal Pleurias.Filipo y Atalo emprendieron una expedición
contra los epirotas, no muy exitosa, y finalmente decide reconciliarse con su
hijo Alejandro. Este decide aceptar, pero pone como condición que también se permita
el regreso de Olimpia a la corte macedonia, y que fuera tratada con el honor y
respeto debido a la madre del heredero real.
Filipo dio su conformidad, y en
la primavera del 336 a.c., Alejandro y su madre regresan al palacio real de pella,
que empezaba a parecerse a la mansión de falcón crest con sus intrigas y sus
peleas.
Para complicar aun más la situación, Cleopatra, la nueva esposa de Filipo, estaba embarazada. Y había otros pretendientes
al trono macedonio: Amintas, hermano mayor de Filipo y Arrideo, hermanastro de Alejandro
y a quien Filipo planeaba casar con la hija del rey de los carios.
Se empezaron a afilar los
puñales.
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