jueves, 10 de diciembre de 2020

Mercedes, las "flechas plateadas" de Hitler, (1ª parte)

 


 El 11 de febrero de 1933, el recientemente nombrado canciller del Reich alemán, Adolf Hitler, entraba en el Salón de Honor del Messe Berlín, el centro de exposiciones de la capital alemana, para inaugurar el salón internacional del automóvil.

  Mientras se colocaba tras un podio alto y bien iluminado, vestido con un traje oscuro, el silencio cayo sobre la multitud que esperaba en el interior del salón.

  

  Hitler se había convertido en canciller alemán solo doce días antes, y el  NSDAP, partido nacional socialista de los trabajadores alemanes, lo había celebrado con un multitudinario desfile nocturno por las calles de la capital que André Francois Poncet, embajador de Francia, describió así:

  “En gruesas columnas humanas,emergieron de las profundidades del Tiergarten y pasaron bajo el arco triunfal de la puerta de Brandenburgo.Las antorchas que blandian semejaban un río de fuego…”

  

 Tras su nombramiento como canciller, Hitler se movió rápidamente para asegurar su posición. Pidió nuevas elecciones para renovar el Reichstag, purgó las oficinas estatales de opositores politicos,arrestando a  miles de funcionarios, dio luz verde a los ataques contra los intereses judíos en toda Alemania y se apoderó de estaciones de radio y periódicos, reclutando a líderes empresariales para financiar su campaña.

  Alimentándose del miedo a la violencia comunista, Hitler se dispuso a suspender una serie de libertades garantizadas por al constitucion de Weimar, incluidas la libertad de prensa, el derecho de reunión y la protección contra registros e incautaciones sin orden judicial.

  En medio de esa actividad frenética, decidió utilizar uno de sus primeros discursos como canciller para promocionar la industria automovilística alemana.

Cartel del Salon Internacional del Automovil Berlin 1933
  

  Con su voz amplificada por los altavoces, Hitler declaro su intención de recortar impuestos y regulaciones que gravaban a la industria automotriz alemana, alinear su crecimiento y desarrollo con la aviación, construir un sistema de autopista y carreteras  a nivel nacional y dominar el automovilismo internacional a su nivel deportivo.

  Los lideres de la industria automovilística alemana, incluido Wilhelm Kissel, presidente de Daimler-Benz, estaban pendientes de cada una de las palabras del canciller.

Goebbels,Goering, Hitler y Wilhelm Kissel.
  

  “Estas tareas trascendentales también forman parte del programa para la reconstruccion de  la economía nacional alemana",exclamo el nuevo canciller, arrancado los aplausos entusiastas de los presentes. Con esas palabras,Hitler declaraba abierto el Salón del Automovil de Berlín de 1933.

  Mientras Hitler recorría las diversas salas de exposición, iba a acompañado de cerca por el jefe de grupo Adolf Huhnlein.

  Comandante de batallón en la primera guerra mundial, Huhnlein había abandonado el ejercito en 1920 para unirse al NSDAP, tras escuchar a Hitler hablar de Alemania.

 Tras el fracaso del Putsch de la Cervecería, el fallido intento de Hitler para derrocar al gobierno aleman en 1923, Huhnlein y Hitler habían pasado seis meses juntos en la prisión de Landsberg, y se habían convertido en amigos desde entonces.

Gruppenfuhrer Adolf Huhnlein.
  

  Hitler había decidió elegir a Huhnlein para liderar el NSKK, Nationalsozialistisches Kraftfahrkorps, Cuerpo Motorizado Nacional Socialista.

 Aunque Hitler no había explicado en su discurso del salón del automóvil como iba a lograr cumplir sus objetivos , veía en la revitalización de la industria automovilística no solo una manera para cumplir su promesa de restaurar  la industria alemana, sino también como un factor para fortalecer el Reich para una futura guerra.

Cartel de reclutamiento para el NSKK.
  

  Así, el propósito del NSKK, el brazo paramilitar-motorizado del NSDAP ,iba a ser entrenar a miles de hombres en habilidades de conducción de todo tipo de vehiculos a motor, estableciendo así la base para un futuro ejercito mecanizado.Pero, en aquel año 1933,el NSKK era simplemente parte de la fuerza defensiva de la nueva nación alemana, como Huhnlein solía decir a la prensa cuando le preguntaban.


  Desde el principio, Daimler Benz y sobre todo su presidente Kissel había apoyado las ambiciones de Hitler, sobre todo cuando hablo de reducir los impuestos y las ventas de Daimler comenzaron a incrementarse .A partir de 1930, cuanto más se acercaba Hitler al poder, más importancia tenia Daimler-Benz. Jacob Werlin, el director del concesionario Daimler Benz en Berlín había fomentado durante años una interesada amistad con el líder nazi. Antes del fallido golpe de la cerveceria de 1923, Werlin había vendido a Hitler su primer Mercedes, un símbolo de “fuerza, poder y superioridad”, con unas condiciones económicas muy favorables.

  Werlin siguió proporcionando vehículos  para las campañas políticas de Hitler con unos jugosos descuentos, y se convirtió en un confidente de Hitler  para todo lo que ocurría en el interior del lobby automovilístico alemán.

  Daimler Benz también se ganaba el favor del Fuhrer recaudando fondos para el partido, publicitándose en lois periódicos de ideología pro-nazi y enviando a sus mejores pilotos de automovilismo de  competición a visitarlo y compartir el brillo de  su fama y sus victorias con él.

  

  Con Hitler ya convertido en canciller, los ejecutivos de Daimler Benz lo necesitaban mucho más de lo que el canciller los necesitaba a ellos.

  Con la depresión económica y financiera que había asolado el mundo a finales de la década de los 20, la venta de automoviles y camiones en Alemania había caído a la mitad desde su máximo histórico en 1928, y Kissel vio el apoyo del gobierno alemán como el mejor y más rápido camino para salir de la crisis.

  La primera “ayuda “de Hitler a Daimler Benz y otras firmas automovilísticas alemanas fue enviar a los camisas pardas a aplastar a los sindicatos.Despues, los pedidos de camiones pesados aumentaron gradualmente, dejando claro que Hitler tenia la intencion de  revitalizar al ejército alemán, en contravención directa de los términos del Tratado de Versalles.

  Ya se habían encargado prototipos para motores de avión y vehículos blindados, lo que significaba un movimiento hacia la producción a gran escala de esos vehículos, completando el tope de fabricación  en numerosas factorías y aumentando las ganancias de las empresas.

  El siguiente paso crucial para la industria automotriz alemana iba a ser regresar a las carreras automovilísticas; las victorias en el escenario internacional  proporcionarían una muy buena publicidad para los automóviles Daimler Benz, tanto en Alemania como en el extranjero.

Ademas, el éxito en las carreras fortalecería la relación de la compañía con Hitler  y los suyos.

  Los trabajos comenzaron rapidamente, con Daimler Benz y su máximo rival Auto Unión (la fusión de cuatro grandes fabricantes de automóviles alemanes seriamente afectados por la Gran Depresion de  1928: Horch, Audi, DKW y Volkswagen) diseñaron automóviles de careras para la inminente temporada de grandes premios de fórmula de 1934.

Auto Union.
  

  Apoyados generosamente por fondos aportados por el estado alemán,ambos fabricantes produjeron los automóviles mas rápidos y técnicamente avanzados jamás vistos en el mundo del automovilismo deportivo hasta ese momento.

 Con sus carrocerías de aluminio pulido, los automóviles de carreras de Mercedes y Auto Unión fueron apodados "Flechas plateadas”.

  

(Continuara…)

No hay comentarios:

Publicar un comentario