martes, 14 de noviembre de 2023

Dragones de cuero : 2ª parte

 


 Viene de aquí:

  Destacamentos de caballeria patrullaban la zona,usando los presidios como base para intentar evitar las incursiones de grupos de indios.Ese fue el tipo de guerra que se llevo a cabo en la zona en los siguientes 150 años;patrullas de caballería contra las bandas de "salvajes".

  Para los españoles, la nueva táctica fue bastante exitosa,salvo algunos desastres,como la fallida expedición Villasur, cuando el imprudente comandante español ,buscando a las tropas francesas en las cercanias de Illinois, se alejo demasiado de Santa Fe y fue rodeado y exterminado por indios pawnee, aliados de los franceses. Pero ni siquiera esa derrota supuso cambio alguno de las “fronteras”, en donde fuertes, misiones y asentamientos crecían en población y riqueza.

 

  A menudo se asegura que los españoles fallaron en sus intentos de eliminar la amenaza que suponían algunas tribus indias, como los apaches, ya que siempre estaban activos e incursionaban en ocasiones al sur de rio Grande. Y la respuesta de los diferentes virreyes españoles, era siempre la misma : contenerlos militarmente y tratar de llevarlos “la palabra de dios”.

  Las denominadas provincias interiores eran una zona colchón, para evitar que las incursiones indias pudieran afectar al Virreinato de Nueva España, Mexico.

  La linea de presidios a lo largo de la frontera norte no se pretendía fuera hermética, sino bases para ser usadas para las patrullas de caballeria y la protección de colonos y misioneros. Y al sur de la linea de presidios habia mas soldados y milicias locales, que eran las encargadas de lidiar con las incursiones que traspasaban la linea de presidios.Seguramente, muy pocos de esos indios que conseguían sobrepasar la linea hacia el sur y entrar en Mexico pudieron regresar al norte para contarlo.

 Asi, la defensa del norte de Nueva España fue sin duda un exito, ya que el objetivo era realmente mantener Mexico a salvo.

  Ademas, las incursiones indias no eran la única razón de la existencia de los presidios, también se usaban para frenar la expansión territorial y las ambiciones de otros de los poderes de la zona.

  La breve aparición de los franceses en Texas entre los años 1685 y 1687 llevo a los españoles a la necesidad de instalar allí bases mas permanentes y de mayor tamaño, y a principios del siglo XVIII, el presidio de Nuestra Señora del Pilar de los Adaes , la primera capital de la Texas hispánica,marcaba la frontera con los franceses, que se encontraban en fort Saint Jean Baptiste, en Natchitoches, Luisiana.

Presidio de Nuestra Señora del Pilar de los Adaes.

 


  Aparte de la corta guerra entre España y Francia entre los años 1718 y 1720, las relaciones entre ambas potencias eran por lo general buenas, nada extraño teniendo en cuenta que en ambos países europeos gobernaban dos ramas de los Borbones.

  En el 1763, Luisiana seria finalmente cedida a España en compensación por la perdida de Florida.Y Texas volvió a convertirse entonces de nuevo en una zona colchon en el año 1803 cuando Luisiana fue adquirida por los recién nacidos Estados Unidos de norteamerica.

  Pero antes, en la década de 1760, llego a Ciudad de Mejico la noticia que los rusos estaban dirigiéndose hacia el sur desde sus posesiones en Alaska.El virrey Decroix reacciono rápidamente enviando varias expediciones hacia el norte, con el asentamiento de San Diego convertido en su base de partida en 1769. En 1776, soldados, colonos y misioneros fundaban la ciudad de San Francisco, dando comienzo a la colonización de California, hoy en día el estado norteamericano con mayor población y con mayor desarrollo económico.

Misiones, presidios y caminos en Texas, siglos XVII y XVIII.
 

  A pesar de su rol como zonas colchon frente a los indios hostiles y otros posibles intrusos, los asentamientos españoles comenzaron a crecer, tanto en tamaño como en población. Para 1764, la población llegaba a las 235.000 almas, la mitad de ellos indios que vivían en pueblos y misiones. Solo medio siglo después, la población se habia doblado, y llegaba hasta los 560.000 habitantes.

  Las incursiones indias seguían causando serios daños, sobre todo en la provincia de Nueva Vizcaya, que informaba que en 1776, mas de 1.700 personas habian sido asesinadas en diferentes ataques indios y 154 personas habian sido capturadas. 116 haciendas habían tenido que ser abandonadas, y mas de 70.000 cabezas de ganado se habían perdido desde 1771.

  La situación en Nueva Vizcaya obligo entonces a realizar expediciones de castigo en las llanuras del norte, la primera de ellas entre 1778 y 1780, liderada por Juan Bautista de Anza.

Expedicion de Juan Bautista de Anza.
 

  La fuerza numérica de estas expediciones punitivas nunca fue excesivamente numerosa, teniendo en cuenta la inmensidad de los territorios por los que patrullaban, básicamente desde el Atlántico al Pacifico.Los primeros cinco presidios construidos en la década de 1.570 solo contaban con compañias de solo 6 hombres cada una aunque quizas puedan ser considerados como los caballeros de la edad media europea, expertos soldados veteranos en mil batallas en Europa y Sudamerica., que eran acompañados en sus diferentes misiones por milicias o civiles reclutados para la ocasión.

  Solo una decada mas tarde ya había 30 presidios con 14 hombres cada uno, un total de 420 jinetes. El numero de presidios utiles en el siglo 17 vario con el paso del  tiempo,pero cada compañía paso a tener una treintena de hombres, y a finales de  siglo habia  mas de 600 jinetes.

  El siglo XVIII iba a ver un gran incremento de estos contingentes., pasando de 15 compañías y 596 jinetes del 1701 a los 1.910 soldados y 280 exploradores indios en 1777. Mas de 14.000 caballos y 1.700 mulas estaban a su servicio, repartidos por haciendas y presidios.

  El máximo se obtuvo en 1787, con mas de 3.000 jinetes en 24 presidios, un numero que permaneceria estable durante las primeras decadas del siglo XIX.

  Los jinetes de los presidios llevaban una vida considerablemente diferente a las de otros soldados de caballeria. Estaban casi siempre alejados de los centros de población que debían defender, y en 1772 ,por reglamento, no podían poseer mas de una docena de caballos ,un potro y una mula por hombre. Sus enemigos no eran los enemigos “educados” a los que se habian enfrentado en las guerras europeas, sino feroces guerreros. Asi que, si tenían la mala suerte de caer con vida en sus manos , les aplicarían una lenta y muy dolorosa muerte a base de horribles torturas, desconocidas en los campos de batalla de Europa.

 

  Como resultado de su aislamiento de los mas grandes centros de población, no tenían el entrenamiento habitual y la disciplina a la que estaban obligados los soldados en Europa, una situacion criticada por los oficiales españoles en inspección de los presidios, aunque admiraran su fuerza y su bravura.

  En el siglo XVIII, la mayoría de los soldados de cuero eran nacidos en las Provincias Interiores. La mayoría de ellos eran criollos, hombres blancos de ascendencia española nacidos en Nueva España.

  Una tercera parte eran de sangre mezclada, con ascendientes  españoles e indios, y el resto se componía de soldados con ascendencia española, india o africana en variados porcentajes.

  Se firmaba el alistamiento para 10 años de servicio, y era obligatorio pertenecer a la iglesia católica y comprender las tareas y los castigos del reglamento militar al uso.

  Menos del 15% de los alistados sabían leer y escribir, y aquellos que podían hacerlo solían ascender rápidamente a suboficial.

  La paga era bastante buena comparada con otros cuerpos del ejercito español de la época, aunque los hombres pocas veces eran pagados en cash, ya que se les deducía una gran parte de su soldada por toda clase de suministros que necesitaban y que solían llegar desde Mexico a precios bastante elevados.


 

(Continuara...)

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