miércoles, 27 de diciembre de 2023

1956: Insurrección en Budapest ( 16ª parte )

 

T-54 sovietico en las calles de Budapest.

Viene de aquí:

  Por supuesto, la URSS no albergaba la menor intención de aceptar lo acordado por la Asamblea General de la ONU, alegando que su intervención en Hungria pretendía “ afianzar su política de "coexistencia pacifica”, formula que la URSS y sus países satélites utilizaban cada vez que intervenían en cualquier país del mundo , ya fuera militarmente o financiando y entrenando a grupos de “liberación nacional”, un eufemismo tras el que se escondían básicamente grupos terroristas de ideología ultra izquierdista.

  Pero la ONU no tenia la capacidad de adoptar las medidas necesarias para frenar el imperialismo soviético. El único y eficaz auxilio para los rebeldes húngaros, el auxilio militar, solo podía prestarlo Estados Unidos.Pero el presidente Eisenhower no iba a recurrir a la ayuda militar para no exponerse a un conflicto global que podría desembocar en la tercera guerra mundial, un precio demasiado alto por defender la libertad de Hungria.

Cadaveres de rebeldes.
 

  Así, Estados Unidos hizo lo único que estaba en sus manos sin comprometerse demasiado : prestar ayuda a los refugiados húngaros que huían de las represalias soviéticas.

Refugiados hungaros en un comedor de la Cruz Roja , en Austria.

 

 A las 6 de la mañana del día 4, dos horas después de iniciarse el ataque soviético, Janos Kadar, que había estado desaparecido durante dos días, hablo por radio:

  ! Atención, atencion ! Habla el camarada Janos Kadar. Se ha formado el gobierno de los campesinos y obreros revolucionarios húngaros.La creciente influencia de elementos contrarrevolucionarios y la debilidad del gobierno Nagy han hecho peligrar los logros del socialismo en Hungria, nuestra democracia popular y el poder de nuestros obreros y campesinos.

  Asi, el gobierno revolucionario húngaro de obreros y campesinos ha rogado al alto mando soviético, en interés del pueblo húngaro y de la clase trabajadora del país, que preste la ayuda necesaria a fin de aniquilar a las tenebrosas fuerzas reaccionarias, y restablecer el orden y la tranquilidad en nuestro país.”

  El presunto nuevo gobierno de Kadar, el gobierno de los comités de trabajadores no duro mucho. Los comités fueron rapidamente disueltos, y sus dirigentes, entre los que se encontraban muchos comunistas, fueron encarcelados.

Janos Kadar, en las celebraciones del Dia del Trabajo de 1962.
 

  Se habia afirmado por parte del gobierno Kadar que ningún patriota de los que habian participado en los combates contra los soviéticos seria castigado, pero por toda Hungria se multiplicaban los pelotones de fusilamiento, formados en su mayor parte de miembros del renacido AVO.

Rebeldes ejecutados en la plaza Koztarsasag, Budapest.
 

  También  se habia prometido que la “fraternal” Unión soviética no tenia ninguna intención en deportar a los patriotas húngaros, y que eso era “una burda patraña urdida por los fascistas y los agentes extranjeros”.

  Pero la realidad era muy distinta. Las agencias de noticias Reuter y United Press daban el día 21 de noviembre la noticia del descubrimiento en la estación de ferrocarril de Szolnok de un tren cargado con mas de 2000 personas que habían sido detenidas por agentes de la AVO y entregados a los soviéticos, que los habían trasportado en camiones hasta la localidad de Vecses, con destino al exilio, la prisión o la muerte en la Unión Sovietica.

  Según el informe de la comision investigadora de la ONU, “el numero de expatriados parece ser bastante considerable. A mediados de noviembre salían casi a diario varios trenes de mercancías atestados de prisioneros desde las estaciones ferroviarias de Budapest.

  La mayoría de los deportados procedían de provincias, sobre todo de las regiones orientales del pais.Los prisioneros eran colocados en camiones rusos y trasladados a los puntos de concentración, donde eran divididos en grupos de entre 400 a 500 personas, se les confiscaban los objetos de valor y, en muchos casos, los zapatos y la ropa.Los trenes se componían de 20 a 35 vagones, cada uno con entre 30 a 70 deportados.No habia víveres suficientes y la asistencia sanitaria era casi inexistente”.

  El informe de la comision resaltaba que no existan noticias de que desde entonces dichos prisioneros hubieran sido reintegrados a sus lugares de origen.

Manifestación de mujeres en Budapest para pedir informacion sobre sus parientes deportados.
 

  Los protagonistas húngaros de la revolución capturados por los soviéticos también fueron deportados, pero no a la URSS. Y, el gobierno de Kadar dio la noticia de varias de la deportaciones, aunque utilizando el eufemismo del “viaje voluntario” de Imre Nagy y varios d e sus mas cercanos colaboradores.

  Nagy se encontraba en la embajada yugoslava en Budapest, en donde se le habia concedido el asilo político. El 21 de noviembre, el propio Kadar se dirigió en una carta personal al gobierno yugoslavo, en la que garantizaba que los asilados en la embajada podian regresar a sus domicilios sin ser detenidos, y que ademas, no serian perseguidos en el futuro. Kadar garantizaba a Nagy y al gobierno yugoslavo la plena libertad para quienes abandonasen la embajada yugoslava y volvieran a sus hogares.

  Los prisioneros "voluntarios” de la embajada yugoslava discutieron durante mucho tiempo si podían confiar en la palabra de Kadar, y, finalmente decidieron abandonar la embajada y volver a sus casas.Al fin y al cabo, Kadar habia dado su palabra al gobierno yugoslavo, y no a ellos personalmente.

  A las 6 y media de la tarde del día 23 de noviembre, Nagy y sus compañeros agradecieron al gobierno yugoslavo el asilo político concedido y subieron a un autobús enviado por las nuevas autoridades húngaras, que debía conducirles a sus domicilios.

  Pero nunca llegaron. A medio camino, el autobús se detuvo y un oficial del ejercito soviético subió al autobús y expulso, pistola en mano, a dos diplomáticos yugoslavos que viajaban en el autobus para supervisar el traslado, que protestaron contra el atropello cometido por los soviéticos. Un automóvil ocupado por agentes de seguridad rusos se coloco al frente del autobus, y  otro se coloco detras.

  El convoy se dirigió entonces a la comandancia general del ejercito rojo en la avenida Gorki, en donde se unieron otros  dos vehiculos blindados a la expedición. Desde alli,  el convoy en el que viajaban Nagy y sus compañeros tomo rumbo desconocido.

Embajada de Yugoslavia en Budapest, a mediados de los años 70.
 

  El diario Neues Deutschland, organo oficial de expresion del gobierno de la Republica Democratica Alemana, informaba el dia 25 de noviembre : “Mientras tanto, Imre Nagy y sus seguidores se encuentran sin novedad de viaje por la república popular de Rumania, en donde tienen la oportunidad de detenerse con regularidad y de moverse con entera libertad, como cualquier otro ciudadano rumano.El gobierno rumano informara de la estancia y actividades de tan distinguidos visitantes hungaros”.

  Durante un año y medio el mundo carecio de noticias relativas a Imre Nagy y otros protagonistas de la rebelión húngara. Tampoco se sabia nada del destino  e Pal Maleter, desaparecido sin dejar rastro el 3 de noviembre de 1956 en el transcurso de unas negociaciones con los soviéticos.

  La mañana del dia 17 de junio de 1958, la agencia TASS difundía una noticia que causo enorme sorpresa en todo el mundo.La agencia soviética manifestaba que el exprimer ministro hungaro Imre Nagy, junto con tres de sus "cómplices" habia sido juzgado y condenado a la pena capital por un tribunal húngaro, acusados de actividades contrarrevolucionarias y de alta traición.La sentencia habia sido cumplida de inmediato.

  Cuatro horas después, la agencia húngara MTI ampliaba la noticia y añadía el nombre de los tres complices sentenciados a muerte y ejecutados : Imre Nagy, Pal Maleter, Miklos Gimes y Josef Szilagy.

  Esa misma tarde centenares de miles de manifestantes se congregaban frente a diversas embajadas soviéticas de toda Europa. La tragedia húngara casi se habia olvidado, y su recuerdo volvía a parecer de repente en las mentes de todos. Hasta Tito, el líder comunista yugoslavo, protesto con energia ante Moscu y Budapest.

  El fiscal general de Hungria, Szenasi, no tuvo mas remedio que presentarse ante la prensa internacional solo dos días después, y con el clásico cinismo soviético, afirmaba : "Con motivo de salvaguardar los intereses del estado húngaro, el juicio contra Nagy y sus cómplices tuvo que celebrarse en secreto.Los hechos consumados siempre ejercen una influencia tranquilizadora en las masas”.

  Nadie supo donde y cuando tuvo lugar el proceso, ni quien fue el juez, el fiscal y el abogado defensor, si es que lo hubo..

  Años después se dio a conocer una nueva versión de los hechos, protagonizada por un alto funcionario del gobierno húngaro que deserto a Occidente, y dio una nueva version.Según un articulo publicado poco mas tarde en Der Spiegel, no se habia celebrado ningún proceso, y Nagy y los suyos no habian sido ejecutados, sino asesinados en Rumania.

  Encerrados en el castillo de Peles, en  Sinaia, Nagy y los otros habian recibido la visita el 29 de enero de 1957 de un comando compuesto de agentes de la AVO procedentes de Budapest.

  Nagy, Gimes y Szilagyi fueron llevados al sótano del castillo y asesinados por ráfagas de ametralladora. Pal Maleter habría sido ahorcado en el patio del castillo por la acusación de traicion por intentar derrocar a la republica popular de Hungria.

  Asi se cerraba el ultimo acto de la rebelion del pueblo hungaro, que habia demostrado al mundo que la posicion comunista ya no ofrecía el monolitismo de antaño.Tras los acontecimientos de Hungria llego el enfrentamiento entre las dos mas grandes potencias comunisitas, China y la URSS. Yugoslavia se distancio un poco de a URSS y la Rumania de Ceacescu adquirio algo de independencia. En 1968, Checoslovaquia iba a seguir el mismo camino que Hungria. Pero eso ya es otra historia.

Victimas de la represion sovietica amontonadas en las calles antes de ser cargadas en camiones del ejercito rojo, con destino desconocido.

 

Las guerra de la posguerra, tomo II - Christian Zentner

Uprising, the hungarian revolution . David Irving

Hungarian uprising, Budapest cataclysmic twelve days – Louis Archard

One day that shook the comunnist world – Paul Lendvai


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