lunes, 4 de diciembre de 2023

Mercaderes de muerte, 1ª parte.

  


  El año 1348 fue uno de los de mayor mortalidad en el mundo medieval. Fue tan severo, que en Burdeos la población incendio La Rouselle, el puente de Saint Jean y la Rue Poitevine, para tratar de evitar el avance de la plaga, la Peste Negra.

  La peste no fue “solo” una catástrofe humana que se llevo al vida de entre un tercio y la mitad de la población europea entre 1346 y 1353.

 

  También fue un desastre económico,desencadenando un periodo de los mas difíciles de la historia europea para el comercio y los negocios.

  El ejemplo de lo ocurrido en Burdeos, el principal mercado comercial  de la provincia de Aquitania en el suroeste de la actual Francia, se puede extrapolar a otras muchas ciudades europeas en las que el comercio era la base del desarrollo económico y social de países enteros.

  En Burdeos, la poblacion estaba tan desesperada que prendió fuego a parte de su propia ciudad para intentar detener la propagación de la plaga. Pero fue un esfuerzo inútil, no pudieron detener la expansión de la enfermedad y destruyeron parte de su distrito mercantil.

  Se ha escrito mucho sobre las consecuencias de la Peste Negra : no solo la muerte y la miseria para la mayoría, también la prosperidad y la riqueza que obtuvieron algunos de los supervivientes..Muchos de los comerciantes y sus agentes comerciales sufrieron la muerte y la ruina económica, como el resto de la población. Pero, para aquellos que aguantaron con vida, se abrió un momento repleto de oportunidades de negocio.

  A mediados del siglo XIV, Inglaterra estaba estrechamente ligada tanto política como económicamente a la Europa continental. El ducado de Aquitania, que incluía a Gascuña y Guyena, estaba estrechamente unido a la corona británica desde que el rey ingles Enrique II habia contraído matrimonio con Leonor de Aquitania en 1154. 

Noble de oro, representando al rey Enrique II navegando hacia sus posesiones en Francia.
 

  El resultado del matrimonio real fue la creación de una floreciente ruta comercial a lo largo del litoral atlántico. Desde Inglaterra, llegaban a Francia lana, estaño, telas,cereales y pescado, y a la inversa, desde Francia se enviaban tintes, miel y hierro, y, sobre todo, enormes cantidades de vino , que se consumía en grandes cantidades en castillos, tabernas y hogares británicos.

 

  Los impuestos sobre estos bienes hacían una contribución cada vez mas importante a las finanzas de ambos reinos, contribución que disminuyo grandemente durante los primeros años de la Guerra de los Cien Años ( 1337-1453).

  La aparición de la Peste Negra iba a provocar otra grave recesión.

  Registros aduaneros de Burdeos que sobrevivieron a las llamas muestran como, durante los 12 meses transcurridos desde septiembre de 1348, solo 74 navíos habían transportado vino a las islas británicas, cuando en décadas anteriores se contaban por centenares los navíos que hacian la ruta.

  Comerciantes y armadores seguramente se sentían desanimados por las noticias que recibían de lo que ocurría en las calles de Burdeos, y el conocimiento que, durante el verano, la princesa Juana, hija del rey Eduardo III habia muerto a causa de la plaga.

Estatua de la princesa Juana, en la Abadia de Westminster.
 

  De aquellos navios que desafiaban la terrible peste, 10 de ellos tenian su base en Dartmouth, en el condado de Devon, una localidad crucial para el transporte marítimo hacia Aquitania que el poeta Chaucer mas tarde convertiría en hogar de los marineros de sus “Cuentos de Canterbury”.

  Otros puertos mas grandes, como Bristol ( que sufrio la plaga desde el verano de 1348) y Londres ( afectado a partir del otoño) contribuían tambien con algunos navíos a la ruta con Aquitania.

  Otros 11 navíos con base en la sureña ciudad gascona de Bayona hacian el viaje hacia el norte, pero solo uno hacia la ruta desde la en parte incendiada Burdeos.

  Asi, comerciantes, agentes comerciales, aduaneros, capitanes y marineros, todos estaban acostumbrados a las amenazas a su vida y los peligros de la vida en el mar, los naufragios, los piratas las tormentas del Atlantico,etc. Pero la peste en el mar debió ser algo aun mas aterrador.

  Dada la prevalencia de la enfermedad tanto en Burdeos como en el sur de Inglaterra, seguramente la mayoria de los barcos que habian hecho la ruta llevaban en su interior bacilos de la peste, Yersinia Pestis, ya fuera en el torrente sanguíneo de las personas que se encontraban a bordo o en las pulgas que vivían en las ratas de la bodega.

  El viaje entre la costa sur de Gran Bretaña y el ducado de Aquitania dependía del clima, aunque lo normal era entre 3 y 5 días. Asi, como el periodo de incubación de la plaga era de dos a 4 dias, había tiempo de sobra para que aparecieran los síntomas a bordo : fiebre, vómitos, pústulas, etc, y la infección se propagaba incluso entre los pasajeros que  aparentemente, llegaban sanos a su destino.

 

  ¿ Cuando y como llego la plaga a las costas de Gran Bretaña por primera  vez ?. Según un fraile franciscano en Norfolk, el fatídico momento ocurrió pocos días antes de la celebración de la fiesta de san Juan Bautista, el 23 de junio de 1348, cuando un barco procedente de Aquitania anclo en el puerto de Melcombe. “uno de los marineros del barco llevaba consigo desde Gascuña la terrible plaga “. Asi, los habitantes de Melcombe fueron los primeros infectados de Inglaterra.

  La ruta de la Muerte Negra por Europa habia sido rápida e implacable. Llegando desde el este, la infección habia pasado desde Sicilia a Marsella a finales de 1347. Ayudada por una tregua en la guerra de los 100 años en septiembre, la infección se movio rápidamente hacia el oeste por el sur de Francia, llegando a Burdeos a mediados de 1348.

  Tras llegar a Melcombe, la infección se propago con rapidez por Gran Bretaña, llegando a los pueblos costeros del distrito de Dorset antes de introducirse tierra adentro, hasta Somerset y Bristol. Cuando llego a Londres, pocos días antes de la fiesta de Todos los Santos de 1348, prácticamente todo el sur de la isla de Gran Bretaña estaba infectado.

  La economía se convirtió en un asunto extremadamente volátil. Primero, los precios colapsaron. Seguramente, a causa del miedo a la muerte, eran muy pocos los que se preocupaban por las riquezas. Ademas, muchos posibles consumidores habían muerto.

  Luego, la escasez de mano de obra hizo aumentar los salarios. Muchas cosechas se pudrieron en los campos por falta de quien la recogiera, lo que hizo aumentar los precios de lo poco que se habia podido cosechar.

 

  En algunas zonas de Inglaterra se hizo presente la hambruna.Por ejemplo, los frailes responsables de la catedral de Rochester tenían gran dificultad para conseguir comida, aunque tenían monedas para pagarlo.

  Los informe sobre la mortalidad y la crisis financiera subsiguiente estaban muy extendidos. Por ejemplo, en 1350, en un informe entregado al rey sobre la ciudad de Newcastle, “varios comerciantes y otros hombres ricos han perecido en la mortal pestilencia, y los hombre que vivian del comercio están tan empobrecidos por la plaga y otras adversidades en estos tiempos de guerra que apenas tienen nada para comer.”

  Pero, incluso entre tanta muerte y desolación, habia quien sacaba partido de la situación, consiguiendo jugosos beneficios a cambio de pequeñas inversiones.

  Asi, los comerciantes que operaban en Burdeos estaban en una posicion ideal.En el 1349-50, el segundo año de la plaga en Inglaterra, los precios del vino de la Gascuña se duplicaron, y, poco mas tarde, se duplico la cantidad de vino que se enviaba desde Burdeos a Gran Bretaña.

 

  Aunque los niveles de comercio eran erráticos, durante la década de 1350 se produjo una tendencia ascendente, y en la decada de 1360 la lenta recuperación tras la pandemia se puso en marcha.

  Coincidió con el rápido crecimiento de la exportación de telas inglesas, gracias a que el rey Eduardo III habia intervenido en el comercio ingles con Flandes, imponiendo fuertes aranceles a la importación de lana,.

  Pero esa recuperación económica, y los ingresos que se generaban, estaban cayendo en manos de un grupo cada vez mas reducido.

"La muerte jugando al ajedrez con el obispo", vidriera en la iglesia de San Andres, en Norwich.

 (Continuara...)

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