Principales satrapias persas en Asia menor 340 a.c.
La victoria de Alejandro en
granico no había sido una gran victoria
en si misma. El territorio que había gando, la frigia marítima, era una
pequeña franja de tierra a orillas del Helesponto.
Pero era una victoria muy
importante globalmente, ya que era la primera de su incursión en Asia, y que tenía por
objetivo prioritario la liberación de las ciudades griegas del Asia menor de
las manos persas.
La provincia de Frigia marítima
fue confiada a un oficial macedonio llamado Cala. Sus habitantes apenas notaron
el cambio. Su estatuto no cambio y pagarían a los macedonios los mismos
impuestos que anteriormente pagaban a los persas.
Alejandro opto por no perseguir
al derrotado ejército persa, puesto que de momento no quería adentrarse en las tierras del interior.
Sabía que la poderosa flota persa estaba fondeada en el mar egeo, y que si
marchaba hacia el este, dicha flota aprovecharía para consolidar la presencia
persa en las satrapías de la costa oeste de Asia menor.
Envió a Parmenion a ocupar la
ciudad de Dascilio, en Bitinia, y se dirigió a Sardes, capital de la satrapía
de Lidia. El comandante persa de la guarnicion, Mitrenes, se presento ante Alejandro para
entregarle la ciudad sin lucha. Alejandro ocupo pacíficamente la ciudad y
permitió a los habitantes continuar con sus leyes y costumbres, dejándoles
totalmente libres debido a la amistad que en el pasado habían tenido los
griegos con los reyes de Lidia.
Tras dejar en sardes una pequeña guarnición
y la nueva administración griega, Alejandro y el grueso de su ejército se dirigieron
hacia Efeso, la mayor de la ciudades lidias, cuyo pueblo había expulsado por sí
mismo a los persas en tiempos de Filipo II, aunque poco después los persas
habían reconquistado la ciudad y causado una terrible masacre entre los
revoltosos.
Cuando a la ciudad llego el rumor
de la inminente llegada de Alejandro, la guarnición persa huyo, y los efesios
masacraron a la oligarquía pro-persa de la ciudad.
Alejandro entro en la ciudad sin
tener que combatir, detuvo la matanza de partidarios de los persas y volvió a
restaurar la democracia, sujeta a su propia soberanía.
3 semanas después de la batalla
del granico, Alejandro ya era dueño de la frigia marítima, de Misia y buena
parte de Lidia. Todo ello sin haber tenido que sacar la espada.
Mientras descansaba en efeso, enviados
de otras ciudades jonias (trales, magnesia,al oeste de Lidia) y carias, (Caria, región fronteriza
a Lidia, con capital en Halicarnaso) fueron a someter sus ciudades, de las que
habían huido sus guarniciones persas pero que estaban sometidas a oligarcas
pro-persas.
Alejandro hizo en estas ciudades
lo mismo que en Efeso, devolver a las ciudades sus propias leyes y reinstaurar
la democracia.Los oligarcas fueron así expulsados de la isla de Quíos y de la
isla de Lesbos.
A principios de agosto de 334,
Alejandro decidió comenzar la marcha hacia Mileto, la ciudad más famosa de jonia,
que en los siglos anteriores había sido la ciudad más poderosa del litoral
asiático del mar egeo.
La ciudad estaba situada al sur de
la desembocadura del actual rio Buyuk Menderes.Tenia un pasado legendario.Habia sido colonizada por colonos de origen griego procedentes
del Ática durante la guerra de Troya, y sus navegantes habían recorrido el mediterráneo
y el mar negro.
En Mileto se había fundado la
primera de las escuelas filosóficas griegas, Aristandro, Anaximenes y Tales de
mileto, etc.
Vasalla de los reyes de Lidia,
mas tarde había sido conquistada por los persas, que fueron expulsados en el
479 a.c.En el atávico enfrentamiento entre persas y griegos, Mileto trataba de
todas las maneras posibles de permanecer neutral.Pero casi nunca lo conseguia.
Alejandro salió de Éfeso con la
infantería que le quedaba (poca, después de dejar guarniciones griegas en todas las ciudades que conquistaba),
arqueros, caballeria tracia y cuatro escuadrones de caballería griega, incluida
su guardia de compañeros macedonios.
El responsable de la defensa de
mileto era Hegesistrato, que al conocer la noticia de la proximidad de
Alejandro le envió una carta para proponerle la entrega de la ciudad sin lucha.
Pero poco después, Hegesitrato
recibió la noticia de la inminente llegada de la flota persa, compuesta de 400 navíos
mayoritariamente chipriotas y fenicios. Cambiò de opinión se preparo para la
lucha.
La flota griega se había
adelantado por poco a la flota persa, y sus 160 trirremes fondearon en la
pequeña isla de Lade, frente a Mileto, donde se encontraba el mayor puerto de
la ciudad.
Para reforzar su posición en la isla, Alejandro traslado allí a su caballería racia y a 4.000 de sus mercenarios
griegos. La flota persa tendría muchas dificultades para fondear allí.
Los persas llegaron tres días después.
Con el acceso a la isla de lade cerrado, y las fuentes de agua protegidas por
los griegos, los persas tuvieron que fondear a varios kilómetros de mileto., en
la zona del monte Micale.
Parecía inevitable una batalla naval.
A Algunos generales de alejandro, como Parmenion, esa opción les parecía
interesante.
Pero no así al mismo Alejandro.
Con 160 navíos frente a 400 de los persas, estaba seguro de perder la batalla naval.
No quería perder a sus soldados, prácticamente invencibles en tierra, en una
batalla naval.
Se dispuso el asedio, y arietes y
catapultas entraron en acción, abriendo rápidamente una brecha en la muralla de Mileto,lo que permitió a los macedonios penetrar en la ciudad, mientras los
marineros griegos anclaban sus barcos en el puerto, borda con borda, con la
proa en dirección al mar abierto, para impedir que los milesios fueran a
refugiarse en los barcos persas.
Acosados por las tropas macedonias,
los soldados milesios huyeron como pudieron. Unos 300 mercenarios griegos utilizaron
sus escudos como improvisadas balsas y lograron llegar a una pequeña isla
rocosa en medio de la mar situada cerca del puerto.
Tras capturar la ciudad,
Alejandro asalto la isla donde se refugiaban los mercenarios griegos utilizando
escaleras montadas en botes, y admirado del gran valor que mostraron los mercenarios,
les perdono la vida y los incluyo en su ejercito.
Fue el inicio de una política más
inteligente de Alejandro para con los mercenarios griegos capturados. Si tenían
la posibilidad de rendirse, no lucharían tan desesperadamente como en la batalla
del granico.
La flota persa intento un último movimiento.
Su almirante coloco sus barcos en linea, frente al puerto de Lade, y envió una
pequeña fuerza de 15 barcos para intentar atraer a mar abierto a la flota
griega.
Alejandro se dio cuenta del peligro,
y lanzo 10 trirremes contra la pequeña fuerza persa que se aproximaba, para
embestirlos de frente. Al verlo, los persas viraron y huyeron a reunirse con el
grueso de su flota, que poco más tarde se hizo a la mar y se alejo de Mileto.
Alejandro se dio cuenta que su
flota no estaba en condiciones de enfrentarse a la flota persa, que no le
serviría de nada cuando se internase con su ejército en Asia y que le resultaba
muy caro mantenerla para lo poco que le iba a aportar.
Así que decidió licenciarla,
conservando un pequeño número de transportes de tropa, y utilizando a los
marineros como tropas de tierra.
( Continuara...)
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