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El uso de la artillería en la segunda mitad del siglo XV e inicios del XVI para atacar una fortaleza había cambiado para siempre las reglas de juego.
El uso de la artillería en la segunda mitad del siglo XV e inicios del XVI para atacar una fortaleza había cambiado para siempre las reglas de juego.
A comienzos del siglo XVI, la
guerra hispano-francesa por la posesión de Italia revolucionò en gran manera el
arte de la fortificación.
La antigua muralla de tiempos medievales,
de frente liso y perpendicular al suelo, de entre 10 y 12 metros de altura ,era
un blanco perfecto para la artillería, cada vez más potente.
Las nuevas murallas que
comenzaron a construirse eran mas ancha, mas bajas, y con un ángulo apropiado
para resistir el impacto de los proyectiles de artillería.La muralla pasó a
construirse con ladrillo y escombros, que absorbían el impacto del proyectil de
artillería en vez de romperse, como la piedra utilizada en las antiguas murallas
medievales.
Para reforzar dicha muralla y proporcionarle
puntos fuertes, los ingenieros militares desarrollaron el baluarte, un saliente
de la muralla de forma triangular o pentagonal,provisto de una plataforma sobre la que se instalaba la artillería,
con dos caras proyectadas hacia afuera, en dirección al enemigo, y otras dos
caras situadas a los ángulos precisos con respecto al muro principal, de modo
que se abría la posibilidad de realizar fuego cruzado en caso de asalto.
Baluarte de San Pedro,en la fortaleza de Manila.
Para completar el nuevo sistema defensivo,
se rodeaba la muralla y los baluartes con un foso ancho y profundo, a menudo
protegido por otras construcciones defensivas como el revellín, de forma
triangular o la luneta, de forma semicircular.
Revellin.
Todo este sistema de
fortificación paso a llamarse de traza italiana, ya que allí tuvo su origen en
respuesta al intento de invasión francés.
Mas tarde, este sistema fue introducido
en Flandes y en Francia, y después en el resto de Europa.
Fortaleza de Naerden,ejemplo tipico de defensa de traza italiana.
A principios del siglo XVI, este
tipo de defensas causaron gran sensación, ya que invalidaban totalmente el
método convencional de asediar una ciudad, que consistía básicamente en
practicar un orificio en el muro, por medio de artillería o de minas, y asaltar
la ciudad en masa.
Pero con la traza italiana y el
uso defensivo de la artillería que permitían los bastiones, se mantenía a los cañones atacantes a mayor distancia, y sus disparos no conseguían hacer mella
en la mampostería de la muralla.
Las ciudades defendidas según el sistema
de traza italiana únicamente podían ser conquistadas (salvo raras excepciones)
mediante un bloqueo total.Los sitiadores tenían que construir una cadena de
trincheras y fortificaciones alrededor de la ciudad sitiada.
Este círculo de
contención solía ser doble, similar al sitio de Alesia por Julio Cesar, para
prevenir ataques de refuerzos de los sitiados
Solamente se podian omitir estas
complicadas obras de asedio en terrenos en los que hubiera muchas poblaciones,
granjas y caseríos ,que el sitiador pudiera utilizar para fortificar y guarnecer,
para crear una red que impidiese todo
contacto entre la ciudad sitiada y el exterior.
Normalmente, la construcción de
las fortificaciones de traza italiana eran muy costosas en tiempo y dinero,
y a menudo los defensores optaban por reforzar con bastiones las antiguas
murallas medievales de las que disponía la ciudad.
En estas ocasiones, los atacantes
optaban mayoritariamente por golpear con la artillería la antigua muralla,
derribar parte de ella y lanzarse al asalto.
Primero, la fuerza asaltante
construía su campamento fortificado y aseguraba sus lineas de aprovisionamiento y
comunicaciones.Despues, se acercaban los cañones a la muralla por un
complicado sistema de trincheras paralelas unidas por otras trincheras en zigzag.
Para acelerar la apertura de la brecha,
los atacantes construían minas. Una vez abierta la brecha, lo normal era
ofrecer la rendición al enemigo. Si se negaba a ello, el atacante asaltaba la
ciudad por la brecha, y como norma general, no se hacían prisioneros.
La superioridad de la traza
italiana sobre los anteriores sistemas defensivos era tan clara que se extendió
rápidamente su uso a todas las zonas de Europa en las que se presentía se iba a
producir una guerra.
El emperador Francisco I de Francia
contrato a ingenieros italianos para trabajar en las fortificaciones del norte
de Francia.En 1542 había construido baluartes a todo lo largo de la frontera
con los países bajos y pudo preparar tranquilamente la invasión, creyendo que
tales defensas recién construidas resistirían cualquier contraataque.
Pero cometió un grave error, que
siglos mas tarde volverían a cometer los franceses en la línea Maginot.En ambos
casos, las defensas se extendían solo hasta el territorio neutral más próximo.
Y al igual que los panzers
alemanes en 1940, las tropas de Carlos V entraron en Francia con facilidad,
evitando las defensas de traza italiana accediendo por el territorio entonces
neutral de Lorena, invadiendo Francia por el este.
Una tras otra, las ciudades
francesas cayeron en manos de las tropas de Carlos V, y el emperador Francisco
se vio obligado a pedir la paz precipitadamente.
Francisco aprendió la lección, y
poco más tarde comenzó a construir defensas al estilo italiano en todos los
puntos estratégicos: en la costa atlantica, en algunas importantes ciudades del interior y
en la frontera con los países bajos, en Doullens, la Capelle y Therouanne.
Doullens en la actualidad.
Rapidamente, Carlos V ordeno construir
otras tantas fortalezas justo enfrente de los franceses:
Charlemont,Philippeville y Mariembourg.
Tras la batalla de Gembloux, en enero
de 1578, los derrotados rebeldes holandeses decidieron que la mejor forma de resistir
a los ejercitos españoles era encerrarse en sus ciudades y tratar de resistir
construyendo baluartes y revellines.
Aunque en los primeros años de la
guerra no todas las ciudades estaban protegidas por baluartes (Oudewater y Buren fueron tomadas al asalto en 1575) la gran mayoría de las operaciones
militares llevadas a cabo por las tropas de Alejandro Farnesio fueron asedios
por hambre. Los casos en los que las tropas españolas cargaron por una
brecha en la muralla fueron pocos, el más
famoso de ellos posiblemente el asalto sobre Maastricht en 1579,magistralmente descrito por Lope de Vega en su obra de teatro " El asalto de Mastrique por el duque de Parma".
La nueva táctica defensiva, y la
transformación de la guerra en una sucesión
de sitios prolongados produjeron importantes cambios en el tamaño y la
composición de los ejércitos.
La caballería pesada prácticamente desapareció de los
campos de batalla. Únicamente pasó a utilizarse en el sur y el oeste de los
países bajos, donde las ciudades distaban más unas de otras y había más posibilidades
de una batalla en campo abierto.
En cambio, se hizo masivo el uso
de la caballería ligera, unos pocos miles de soldados a caballo,
mayoritariamente españoles e italianos, armados con lanza y pistola o arcabuz,
encargados de patrullar la zona y proteger las poblaciones leales.
Con mucha frecuencia, el éxito en
el asedio de una ciudad dependía del control de los pueblos circundantes.Y a
eso se dedicaba la caballería ligera.Una especie de guerra de guerrillas entre las diferentes ciudades asediadas.
Herreruelo ( caballeria ligera ) alemana al servicio del Duque de Alba en la guerra de Flandes.
Muy interesante, te invito a leer mi articulo sobre el contexto histórico que dio lugar a la Traza italiana.
ResponderEliminarhttp://bellumartis.blogspot.com.es/2012/01/la-revolucion-militar.html
Ambos blogs son excelentes.deberian enlazarse entre si para darse a conocer ambos. No son competencia, sino que se complementan.
ResponderEliminarEnviarme este tipo de artículos del arte militar.
ResponderEliminarExcelente información.
Se agradece el aporté
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