De todos los puertos e los EEUU
comenzaron a zarpar barcos mercantes cargados hasta los topes con carbón y
otras vituallas, que se dirigían a puertos de sudamerica, eludiendo la vigilancia
de las autoridades norteamericanas con manifiestos y documentación falsa.
Pero su destino era otro,
normalmente un punto indeterminado en medio del Atlántico o el Pacifico, donde
se reunían con los buques de la armada alemana.La tripulación desconocía totalmente
hacia donde se dirigía, y solo el capitán del barco era informado de su destino
por un oficial alemán dedicado exclusivamente a esa tarea.
Esta compleja operación era
coordinada por el agregado naval, capitán Boy-ed y sus agentes en los distintos
puertos de sudamerica, la mayoría de ellos empleados y ejecutivos de la empresa
de transportes marítimos Línea Hamburgo-América.
Pero La superioridad naval británica
en Latinoamérica era manifiesta en los primeros días de la guerra, y en
repetidas ocasiones su eficaz bloqueo obligo a varios mercantes y cargueros
(repletos de reservistas alemanes que intentaban llegar a Alemania) a volver a
sus puertos de origen.
La presión de los aliados sobre
los barcos no tardo en extenderse al comercio, las finanzas y las
comunicaciones alemanas en Sudamérica.
La preocupante situación obligo a
los inmigrantes alemanes en Sudamérica a tomar partido rápidamente. En Buenos Aires se encontraba la mayor concentración de alemanes de toda sudamerica,unos 30.000
aprox.Excepto una asociación de corte socialista llamada Vorwarts,que había denunciado la
guerra como un crimen capitalista contra la civilización, todas las demás
asociaciones (la liga pan-germana, la liga naval germana,la liga germanista en
el extranjero, la liga de escuelas alemanas, el club del rifle alemán y otras)
se reunieron a finales de agosto con el capitán Moller en la embajada alemana de Buenos Aires, para decidir qué acciones deberían llevar a cabo.
El 13 de septiembre, el
transatlántico armado alemán Cap Trafalgar era interceptado en las costas
brasileñas por el crucero ligero británico Rms Carmania, también armado.
En el enfrentamiento que se
produjo a continuación, que duro algo menos de dos horas, el Rms Carmania
hundió al Cap Trafalgar, dejando a 300 marineros alemanes a merced de las olas,
en una zona infestada de tiburones,
aunque la mayoría pudieron ser rescatados poco mas tarde por el Eleonor Woermann, buque de apoyo de la flota
alemana del pacifico este.
Los alemanes utilizaron el hundimiento
del cap Trafalgar como excusa para iniciar una campaña de hundimiento de buques
mercantes del enemigo.
A partir de entonces, todo buque
con bandera de los países aliados o que manifestara que procedía o se dirigía a
cualquier ciudad de los aliados era susceptible de ser hundido por los buques alemanes.
Desde pequeños cargueros de empresas familiares a grandes buques mercantes de grandes
compañías mineras, cruceros alemanes como el Dresden, Karlsruhe, Kromprinz Wilhelm,
etc, patrullaron por el este del pacifico y el sur del artlantico, atacando las
rutas de transporte de mercancías que unían América con el resto del mundo.
La superioridad de la armada británica
impedía el estableciemito de bases seguras en la zona, así que los alemanes se
vieron obligados a convertirse en maestros en el arte de aprovisionar buques de
guerra clandestinamente, sin ser descubiertos.
Los agentes en tierra eran los
encargados de coordinar el encuentro en alta mar entre los buques de la armada
alemana y sus suministradores de carbón y provisiones. Se solían utilizar las
islas Galapagos, el archipiélago Juan Fernández
y el laberinto de islas que formaba el estrecho de Magallanes.
Los encargados de coordinar las comunicaciones,
los servicios de inteligencia y la
logística necesaria eran los capitanes Boy-Ed y Moller, que disponían de una extensa
red de agentes y consulados en todos los puertos importantes de Suramérica.
La marina real británica buscaba
incesantemente a la escuadra alemana del pacifico este. Y finalmente, la encontró,
a 60 kilómetros al oeste de la bahía de Coronel, en la costa chilena.
En choque finalizo con el hundimiento
de dos cruceros britanicos, Mammouth y Good Hope, que se llevaron con ellos
al fondo del mar al almirante británico Cradock y a 1.600 marineros y cadetes
británicos.
Dos días después, tres de los victoriosos
barcos alemanes entraban en Valparaiso, Chile, entre el jubilo de los
emigrantes de origen alemán, que recibieron a los barcos con fanfarrias, bandas
de música, flores y enormes cestas de fruta fresca.
Los aliados acusaron a los
neutrales chilenos de ser un aliado moral de los alemanes. Y para evitar problemas,
los buques alemanes zarparon de Valparaíso el 4 de noviembre, reforzados por
decenas de reservistas chilenos de origen alemán.
En un mundo por entonces dominado
por media docena de potencias europeas, Sudamerica era un bastión de
independencia política, compuesta por una veintena de países
indpendientes.Cada una de estas naciones se enfrentaba al conflicto en Europa
de diferente manera. Y con la guerra europea prolongándose en el tiempo, los
ministros de los países europeos beligerantes empezaron a pensar en cómo conseguir,
si no el apoyo, al menos el beneplácito de los diferentes gobiernos de los
países sudamericanos.
A pesar de su declarada neutralidad,
las republicas de Sudamérica entraron en la 1ª guerra mundial.Algunas de ellas,sin saberlo.
( Continuara...)
Muy buena esta historia, ¡felicidades al autor!.
ResponderEliminarsaludos
NO SABIA QUE CHILENOS Y ARGENTINOS ERAN PROVEEDORES ALEMANES
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