Flota alemana del Pacifico este,zarpando de Valparaiso en 1914.
Los servicios secretos alemanes
habían anticipado a la perfeccion.la llegada de la 1ª guerra mundial en agosto
de 1914, y se habían preparado a conciencia para intervenir en el continente
americano desde meses antes del atentado en Sarajevo.
Frederick Jebsen, un oficial
naval en la reserva, había sido enviado por el almirantazgo alemán en 1912 a Estados Unidos para crear una red de operaciones clandestinas.
Jebsen hablaba ingles a la perfección
,y no le resulto difícil ser rápidamente aceptado en el extenso circulo que
formaban los inmigrantes de muy diversas nacionalidades que poblaban la zona de San Francisco. Cuando compro el carguero SS Mazatlan, nadie le pregunto de
donde había salido la enorme cantidad de dinero necesaria para la compra.
SS Mazatlan.
La embajada alemana en Washington
jugo un importantísimo rol en el inicio
de la guerra secreta que se llevó
a cabo en el hemisferio norte. En julio de 1914, el embajador alemán en EEUU,
conde Johan Heinrich Von Bernstorff fue llamado
a Berlín 9 días después del atentado en Sarajevo, que había dado origen a la 1ª
guerra mundial.
En una reunión con los directores
de inteligencia y espionaje del mando supremo de las fuerzas armadas alemanas,
al conde Von Bernstorff se le dio carta blanca para ocuparse de los asuntos del
espionaje, sabotaje, propaganda y compras de armas en toda América.
Cuando volvió a Washington, su
valija diplomática estaba repleta de bonos del tesoro alemán, por valor de más
de 150 millones de dólares de la época
(alrededor de 3.000 millones de dólares hoy en día).
Con ese tesoro, Von Bernstoff y
sus colaboradores organizaron una agresiva guerra secreta en los siguientes 3
años.
Los servicios de inteligencia
alemanes habían dado instrucciones a Von Bernstoff para que, siempre que fuera posible,
utilizara para sus redes personal y materiales locales.
Afortunadamente para
los alemanes, Von Bernstoff disponía de varios ayudantes en la embajada que
eran expertos en secretos e intrigas. No necesitaría buscar agentes fuera de la
embajada.
El agregado militar alemán,
capitán Franz Von Papen (futuro canciller aleman ), había llegado de Méjico el 30 de julio. El agregado naval,
el capitán Karl Boy-ed tenía experiencia reciente de trabajar con el departamento
de inteligencia de la marina de guerra alemana ;y el agregado
comercial,Heinrich Albert, era un experto abogado perfectamente cualificado
para manejar los turbios asuntos legales y financieros que iban a requerir las
operaciones encubiertas.
Mientras los tres agregados se
ocupaban de la compra de diversas oficinas y locales comerciales en New York,
las diferentes misiones diplomáticas alemanas en América del sur se preparaban
para verse inmersas en actividades de espionaje: las embajadas alemanas de Ciudad de Mexico, la Habana, Guatemala, Caracas, Lima, Santiago de Chile, rio de Janeiro y Buenos Aires comenzaron a
preparar y coordinar redes de comunicación entre los consulados de los puertos
y las embajadas en las capitales.
Diplomáticos austro-húngaros y
las diferentes comunidades de origen alemán fueron movilizados y sus recursos
fueron puestos bajo mando alemán.
A mediados de agosto de 1914, las
redes de agentes alemanes se extendían desde Seattle a New york, desde Buenos Aires hasta Punta Arenas.
Bajo el mando del capitán Boy-ed,un grupo de celulas durmientes de agentes alemanes comenzaron a compatibilizar sus trabajos,
mayoritariamente relacionados con el comercio, con una extensa variedad de
labores de inteligencia y espionaje : instalación de redes de comunicacion,interceptación y
descodificación de comunicaciones de los países aliados, compra y
almacenamiento de grandes cantidades de carbón, además de falsificación de
pasaportes y otros documentos para que alemanes residentes en Sudamérica pudieran viajar sin
problema a Alemania para unirse al ejército alemán.
Capitan Boy-Ed.
Pero algunas de las compras de
carbón se hacían con muy poca discreccion, y rápidamente recibían la atención
de las autoridades locales y diplomáticos de los países aliados.
Ese fue el caso del agregado
naval alemán en Buenos Aires, capitán August Moller, que estaba comprando
ingentes cantidades de carbón que almacenaba en locales situados en puerto Belgrano.
El plan era que este carbón y otros suministros serian cargados en numerosos
barcos propiedad de compañías alemanes en Argentina, que lo transportarían
hasta un punto indeterminado en el océano pacifico, donde se encontrarían con
el escuadrón del Pacifico Este de la marina alemana, al mando del vicealmirante
Maximilian Graf von Spee, destinatario final del carbón.
A lo largo de todos los puertos
de america, los agentes alemanes modificaban barcos de uso civil para que pudieran
servir en operaciones militares.
En la bahía de san Francisco, el
capitán Jebsen reemplazó la bandera alemana del uss Mazatlán por la bandera mejicana,
mientras un pintor cambiaba la ciudad de origen del barco, Hamburgo, por la Paz.
Este cambio de identidad del
barco era, cuando menos, alegal.Y muy peligroso, ya que México se encontraba
en esos días en plena guerra civil, y cualquier barco de bandera mexicana podía
ser atacado en cualquier momento por cualquiera de los bandos en guerra.
En Buenos Aires, el capitán Moller seguía llamdo la atención de las autoridades argentinas. Estaba
intentando transformar el transatlántico Cap Trafalgar en un buque corsario,
una especie de transatlántico armado.
Pero la ley argentina, con el
consejo de los diplomáticos británicos en Buenos Aires, obligó al capitán Moller a terminar los trabajos de adaptación del cap Trafalgar en cualquier
otro sitio alejado de los puertos argentinos.
El trasatlántico salió de aguas
argentinas y se dirigió a un destino desconocido, seguramente Europa.
Ambos buques, Cap Trafalgar y Mazatlán
se harían famosos internacionalmente poco tiempo después.
(Continuara...)
Oye, pues !GRACIAS! por tu foto del "Mazatlán".
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