Viene de aquí:
Desde su reclutamiento, los niños
se veían sometidos a un sistema “educativo” muy bien planeado, que los
convertía en los más fanáticos defensores del islam y del sultan.
El sistema se distinguía por un
muy estricto y cuidadoso examen inicial del recluta en los aspectos físicos y mentales,
para más tarde determinar en qué puesto podría rendir mejor. Se obviaban las
características individuales y se ponía
especial énfasis en las características que ayudaran al interés del grupo y no
el meramente personal.
Primero se realizaba el examen
físico de los niños en Constantinopla, por parte de los religiosos islámicos,
que verificaban si el niño estaba circuncidado, en cuyo caso era
inmediatamente aceptado en la fe islámica.
Los más cultos y físicamente
mejor preparados de entre ellos eran asignados
a la escuela de pajes del sultan, donde eran educados por juristas y militares,
siempre bajo la supervisión de los eunucos de la corte turca, para prestar
servicio en el palacio, la administración civil o militar, casi siempre en la caballería
de elite del ejercito turco, los cipayos, el equivalente montado de los
jenízaros.
Spahis - Cipayos.
Los demás eran asignados directamente
al servicio del cuerpo de jenízaros. Pero primero tenían que pasar por una
escuela “preparatoria”, que comprendía dos fases principales:
- El aprendizaje de las costumbres,
el idioma otomano y el islam
- El aprendizaje militar, en la
escuela de los jenizaros, en el acemi oglan, donde eran puestos bajo el
mando directo del agas, la máxima autoridad civil o militar de la localidad.
Se les enseñaba a soportar las
mayores privaciones (hambre, frio extremo en las montañas de Anatolia, etc) y
eran obligados a los mayores esfuerzos físicos, que los preparaba para la
siguiente fase, la preparación militar propiamente dicha, que normalmente se
llevaba a cabo en las cercanías de Constantinopla.
El lugar no había sido elegido
por casualidad.Todos los jóvenes que superaban las primeras fases y llegaban a Constantinopla recibían un pequeño estipendio
para sus gastos por parte del sultan.El estipendio les era entregado por los oficiales,
que les incitaban a gastarlo en lupanares y burdeles de la ciudad, locales con
los que los oficiales tenían algún trato por el que se repartían los
beneficios.
Los oficiales se dieron cuenta que,
cuanto más tiempo estuvieran los reclutas en Constantinopla, más dinero
recibirían los reclutas del sultan, mas se gastarían en los locales, y más dinero iría a
parar a sus propios bolsillos. Con el tiempo, el periodo de reclutamiento se fue
haciendo más y más largo, ya que a los oficiales les interesaba que así fuera.
EL número de reclutas se
incrementaba o decrecía según las necesidades militares del imperio otomano.
Según las leyes establecidas por el sultán Murad I para el cuerpo de jenízaros,
los reclutas estaban obligados a pasar 7 años en la acemi oglan antes de
convertirse en jenízaros.
La disciplina era muy severa, los
castigos físicos eran algo común, y a menudo los reclutas debían trabajar en
las obras públicas promovidas por el sultan.Asi, el imperio otomano se beneficiaba
directa e indirectamente del uso de la mano de obra barata que representaban
los reclutas.
Durante su estancia en la escuela,
los reclutas se dividían en grupos de entre 20 y 30 hombres, cada uno con su líder
de grupo (boluk-basi), que era el encargado de inocular la obediencia ciega a
los oficiales superiores. Todo atisbo de individualismo era reprimido con la
máxima dureza, y se les incitaba en el odio a los cristianos y los judíos,
especialmente durante las fiestas de Bayram.
A la edad de 24 o 25 años,
aquellos reclutas que tenían las condiciones físicas adecuadas y habían
demostrado su maestría en el uso de armas ascendían un peldaño en la escala de
mando jenízaro (oda), mientras los más débiles o menos capacitados para el uso
de las armas eran asignados a otras ocupaciones diferentes a las militares, a
menudo como fuerza de policía en Constantinopla.
Durante un periodo de 200 años,
hasta la época del sultán Suleiman I,
aproximadamente, la vida de los jenízaros estaba regulada por las leyes fundamentales
del cuerpo, promulgadas por el sultan Murad I, un código de 13 artículos que
predominaba sobre las leyes religiosas y las civiles (Kanun).
1 – Cada jenízaro debe absoluta
obediencia y sumisión a sus superiores en el cuerpo y a los oficiales de mando en el campo de batalla.
2-Debe prevalecer entre los
jenízaros el sentimiento de unidad e igualdad.
3-Deban abstenerse de cualquier
cosa que les distraiga de su función guerrera, como los ropajes lujosos.
4-Deben respetar las obligaciones
que la religión les impone, y nunca desviarse de las enseñanzas sagradas del
venerable Haci Bektas.
5-Solo aquellos que hayan
superado las enseñanzas de la escuela acemi oglan podrán ser admitidos en la
clase superior (oda).
6-Los jenízaros que sean
condenados a muerte seran ejecutados
de diferente manera a la usual decapitación; estrangulamiento con un cordón de seda,
o ser introducido en un saco y arrojados al Bosforo,etc
7-Los jenízaros solo pueden ser
amonestados o castigados por sus propios oficiales.
8-Los ascensos en el cuerpo
serán siempre concedidos por antigüedad, nunca por meritos en el campo de
batalla.
9-Los jenízaros heridos e
incapacitados serán retirados del servicio y recibirán una pensión de por vida.
10-Nunca deben dejar crecer la
barba y el pelo descontroladamente.
11-No pueden casarse hasta que finalicen
su periodo de servicio activo.
12-Deben dormir siempre en sus
barracones y no deben abandonarlo sin autorización de los oficiales.
13-Deben realizar siempre los
ejercicios físicos y las maniobras militares que les mantengan preparados para
el combate.
Los sucesores del sultán Murad
fueron añadiendo un gran número de nuevos artículos y disposiciones. Y
doscientos años después de su emisión, la ley de los jenízaros se había
convertido en papel mojado, ya que los sultanes, para ganarse la lealtad de los jenizaros, habían dotado de gran
numero de privilegios a estos, privilegios que subvertían completamente los 13
puntos iniciales; comenzó a fallar la disciplina y el entrenamiento, y los
conceptos de unidad e igualdad que mantenían unidos a los jenízaros y los convertían en una fuerza
de combate letal comenzaron a difuminarse.
(Continuara…)
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