Viene de aquí :
El día de año nuevo de 1842, a
cambio de la entrega británica del tesoro de la contaduría militar, 6 cañones y
la devolucion de varias decenas de rehenes que los britanicos aun mantenían en
su poder, Akbar Khan prometió al general Elphinstone conceder a la guarnicion britanica de Kabul paso seguro desde Kabul hasta Peshawar.
Rutas entre Kabul y Peshawar.El general Elphinstone decidio tomar la ruta del norte,mas corta pero mas dificultosa.
Algunos miembros del estado mayor del general Elphinstone intentaron convencerlo de la extremada dificultad que iba a
comportar recorrer la ruta de Kabul a Peshawar con una temperatura cada vez mas
baja. El ejercito británico iba a verse obligado a dejar en Kabul gran parte de
su impedimenta militar; carros, tiendas, mantas, provisiones, etc.
Pero la opinión de Elphinstone
prevaleció, y tras unos días de espera
para acumular suficientes provisiones para el camino, el día 6 de enero partía
de Kabul la columna británica.
En vanguardia marchaba el 44º regimiento
de infantería britanica, junto con caballería hindu, un par de cañones y un grupo
de zapadores y dinamiteros,encargados de ir abriendo paso.
El grueso del grupo constaba del
5º y el 37º regimiento de infantería nativa hindu,caballeria hindu, un regimiento
de infantería afgano y 3 cañones.
En la retaguardia, el 54º
regimiento de infantería nativa, el 5º de caballería nativa y dos cañones. En total,
el contingente britanico contaba con 690 soldados y oficiales ingleses, 3.800 nativos (infantes y jinetes)
,36 esposas de oficiales británicos y 12.000 civiles, casi todos hindúes. Los
heridos y enfermos no pudieron ser trasladados, y quedaron atras, a expensas de
la clemencia de los afganos (ninguno sobrevivió, todos fueron asesinados tras
ser obligados a revelar donde se habian
escondido joyas y oro dejados atrás por
los soldados británicos).
La guarnición británica salió de
Kabul con temperaturas bajo cero y dos palmos de nieve, dirigiéndose a la
“seguridad “ de las montañas del Hindustan y Jalalabad, a casi 150 kilómetros de distancia.
El orden de la marcha, cuidadosamente
planeado antes de partir, se rompió apenas transcurrido unos pocos kilómetros.
Los oficiales apenas podían controlar a sus soldados, y los civiles trataban de
apresurar el paso para no perder de vista a los militares,mas acostumbrados a las
duras marchas sin apenas descanso. Los grupos de guerreros gilzai, jalonados a
lo largo del camino,comenzaron a acosar a los que se iban quedando rezagados,
robando y matando a soldados y civiles por igual.
Sin combustible para encender hogueras,
la primera noche de relativo descanso
morían de frio decenas de personas. El panico se iba extendiendo entre
los civiles, y comenzó a afectar a
los militares, que empezaron a
perder la disciplina y el orden.
Al día siguiente, las emboscadas
se intensificaron,y los francotiradores gilzai cada vez tenían mas posibilidades
de acertar con sus disparos a la columna britanica.Ese segundo día de marcha,
el 8 de enero, apenas se cubrieron 4 kilometros,con la columna aproximándose al
paso Khurd Kabul, de más de 7 kilómetros de longitud. Era un desfiladero tan
estrecho que la luz del sol no alcanzaba el suelo en ciertas zonas del trayecto,
permitiendo una capa de hielo permanente que obstaculizaba aun más la marcha del contingente
británico.
Paso Khurd Kabul.
En las cumbres del desfiladero,
miles de guerreros gilzai comenzaron a a construir pequeños parapetos con piedras,
tras los cuales se ocultaban, y comenzaron a disparar sobre el grupo con sus
rifles jezail, de mayor alcance que los mosquetes utilizados por los soldados
britanicos,diseñados para descargas masivas a corta distancia,Cuando todo el grupo,
incluyendo soldados,carros, animales y civiles estuvo ya dentro del
desfiladero,mas de 500 muertos yacían en la entrada.
Guerrero afgano con rifle jezail,normalmente hecho a mano y decorada su culata por cada guerrero.
El 10 de enero, poco quedaba ya de la
fuerza original con la que el general Elphinstone había partido de Kabul.
Apenas 50 jinetes de la caballería nativa y 200 artilleros e infantes del 44º
regimiento de infantería seguían siendo
una unidad disciplinada. Muchos de los soldados nativos se habían despojado de
sus uniformes y armas y se habían ocultado entre los civiles, tratando de pasar
desapercibidos.Las promesas de Akbar Khan de entregar combustible y provisiones
a la expedicoin no se cumplieron, y los supervivientes se vieron obligados a
pasar otra noche de hambre y frio.
Anticipándose a un posible ataque
generalizado de los guerreros gilzai, el general Elphinstone ordenó a
la vanguardia avanzar nada mas amanecer, para encontrar al enemigo aun poco
preparado para el combate.
La vanguardia superó sin
oposición el paso Tangi Tariki, un estrecho valle por el que circulaba un ancho
torrente, por entonces absolutamente helado. Allí esperaron la llegada del
grueso del grupo. Pero fue en vano.
Apenas habían perdido de vista a la
vanguardia británica la mañana anterior, los guerreros gilzai lanzaron una
descarga cerrada sobre el grupo. Los pocos soldados nativos que quedaban
arrojaron sus armas y huyeron, dejando a los civiles a merced de las espadas
de los guerros gilzai, que causaron una tremenda masacre.
Akbar Khan envió un mensaje a Elphinstone,invitándole a su campamento.El general britanico acudió,creyendo
que se trataba de parlamentar una tregua,pero fue hecho prisionero
inmediatamente.
General William George Keith Elphinstone,moriria en cautiverio a finales de abril de 1842.
Tras esperar varias horas, los
120 infantes y artilleros y 50 jinetes sin caballo que formaban la vanguardia
empezaron a recibir la llegada de grupos
de civiles aislados.
Se envió un mensajero a
parlamentar con Akbar Khan,que declaró que no podía controlar a los guerreros
gilzai.El brigadier Anquetil,que habia tomado el mando tras la captura del general Elphinstone,ordenó continuar la marcha, y destacó unas pocas
decenas de infantes britanicos para la retaguardia, poniéndolas al mando del brigadier Shelton.
Tras descansar tres horas en el
valle ,el grupo se puso en marcha de nuevo a las 7 de la tarde, para
intentar aprovechar la oscuridad,abandonando el único cañón útil que aun les
quedaba y medio centenar de heridos y enfermos,incapaces de andar por sus
propios medios.
El avance continuó ,cada vez con más
paradas dado el cansancio de los supervivientes de la expedicion.Cuando los
civiles utilizaban las numerosas cuevas que había en los desfiladeros,donde los
disparos de los guerreros gilzai no podían alcanzarlos,los francotiradores comenzaron
a utilizar una nueva táctica, impedir que los civiles y soldados pudieran
conseguir agua del torrente.La necesidad de agua se hizo tan acuciante que numerosos
civiles y soldados comenzaron a devorar la
nieve que cubría toda la zona.
Pero en vez de aliviar la sed, ingerir la nieve la incrementaba.
Tres bueyes que habían logrado sobrevivir hasta entonces fueron sacrificados a bayonetazos enrte el zumbido de los disparos de los francotiradores gilzai, y su carne cruda se repartió
entre los soldados.
Al amanecer del día 13, el grupo
llegaba a Gandamuk, donde los desfiladeros desaparecieron y el terreno se abrió
a un valle repleto de pequeñas colinas.
Valle de Jundulluk.
Era una buena oportunidad para
los supervivientes, que podrían intentar retirarse en orden, sin sufrir el acoso de los tiradores gilzai desde las alturas. Pero la luz del sol reveló a los
guerreros gilzai la extrema debilidad y lo poco numerosos que eran ya los soldados
británicos capaces de defenderse.
Hasta entonces, los guerreros
gilzai se habian dedicado a desvalijar y
mutilar los cadáveres de los soldados britanicos.Pero, cuando los supervivientes
tomaron una posición defensiva en una colina, todos los guerreros gilzai se reunieron,
y comenzaron el asalto de la colina, donde los recibieron los soldados británicos
a bayoneta calada, ya que apenas les quedaba
un puñado de proyectiles para su veintena de mosquetes.
Tras media docena de asaltos, los
2 oficiales británicos que aun estaban ilesos,el mayor Griffith y el capitán Blewitt, propusieron una reunión para cesar las hostilidades y bajaron la
colina para entrevistarse con los lideres afganos.
Pero fueron asesinados nada mas llegar
al campamento afgano, y las hostilidades se reanudaron, asalto tras asalto,
hasta que todos los supervivientes, todos heridos de mayor o menor gravedad,
fueron prácticamente exterminados, excepto el capitán Soulter y cuatro soldados,
que fueron capturados.
"La ultima resistencia del 44º en Gandamuk",obra de William Barnes Wollen.
Solo un integrante de la expedición
británica que había salido de Kabul el día
6 de enero pudo llegar a Jalalabad.Se trataba del doctor William Brydon,
un escocés de 30 años que había abandonado el grupo el día 11 junto con otros 5
civiles y había tomado una ruta diferente rodeando las colinas. En su ruta, los
6 habían llegado a un poblado, donde los habitantes habían asesinado a sus cinco
compañeros. El mismo dia 13, gravemente herido, pero aún manteniéndose sobre su
pony,habia llegado a la fortaleza de Jalalabad, donde contó todo lo que había
sucedido a la desdichada guarnicion britanica de Kabul.
"Restos de un ejercito",obra de Elizabeth Butler.
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