martes, 9 de julio de 2019

Proyecto Azorian: ( 16ª parte) ; el final.



 Viene de aquí:

  Si el proyecto Azorian queria tener algunas posibilidades de éxito, debía operar en una estrecha ventana temporal.El área del Pacífico en donde se habia hundido el K-129 solo estaba en relativa calma durante los meses de verano.


  Asi, o el HGE zarpaba de su base en antes de junio de 1974, o debería esperar al año siguiente, lo que presentaba un muy serio problema de seguridad. Cuanto mas tiempo estuviera la misión activa, mas posibilidades habría de que el secreto  fuera desvelado.

  Aunque los sistemas  de la nave no habían sido completamente probados, a Paragonsky no le quedó otra opción, y el HGE zarpaba de su base en Long Beach el 20 de junio de 1974 con 178 hombres a bordo, ocupados desde el primer momento en continuar probando una y otra vez las nuevas piezas de la nave y las nuevas tecnologías, nunca antes vistas por la mayoría de la tripulación.

  Todos los hombres habían sido aleccionados sobre el verdadero objetivo de la operación Azorian, y todos eran conscientes del peligro.Todos habían recibido un seguro de vida, y habían informado a los oficiales de seguridad de la CIA con quien debían contactar en caso de emergencia.

  Pero ,aparte de las pistolas que llevaban la media docena de agentes de seguridad de la CIA que marchaban en el barco, no había nada que pudieran hacer en el caso de que aparecieran los rusos y quisieran subir al barco o entorpecer el desarrollo de la operación de cualquier modo.

  El HGE estaba prácticamente indefenso, cualquier arma o grupo de  marines para su defensa hubiera llamado la atencion, y los líderes del proyecto Azorian estaban convencidos que podrían  seguir manteniendo el secreto del verdadero objetivo de la operación si el vehículo de extracción (llamado Clementine) y la estructura para subirlo y bajarlo se encontraba bajo el océano en caso de cercanía de buques soviéticos.


  A pesar de la preocupación por la seguridad, la moral de los hombres estaba alta. Iban a participar en una de las mas extraordinarias hazañas de la ingeniería naval, pero el poder participar en una operación encubierta en plena guerra fría, operación que podía llevarles a la muerte o la captura, era emocionante y muy satisfactoria, en caso de conseguir el objetivo.

  El 4 de julio, el Hughes Glomar Explorer llegaba a su destino, y de inmediato comenzaba el proceso de bajar a Clementine hasta el fondo del oceano.


 Cada pequeño avance se veía retrasado por la frecuente rotura de pequeñas piezas, que no habían sido probadas exhaustivamente  para el trabajo que tenían que soportar.El mar tampoco ayudaba, y el calor era asfixiante.

  Se tardó dos semanas en llevar a Clementine hasta el fondo marino, conectado con el HGE por 280 tuberías de acero de 18 metros de longitud cada una. Clementine había sido equipada con un equipo de sonar, luces estroboscópicas y cámaras de alta resolución, para que los ingenieros que iban a  manejarla pudieran ver que estaban haciendo.

  Entonces, el 18 de julio,cuando todo estaba preparado para empezar las operaciones de recuperación de los restos del submarino K-129, aparecieron los soviéticos.

  Clementine estaba bajando lentamente hacia su objetivo, el lecho del mar,cuando el Chazhma, un buque espía soviético de la clase Desna dedicado al seguimiento y control de misiles y cohetes,utilizado sobre todo para monitorizar las pruebas de misiles soviéticos de largo alcance ,se aproximó al HGE.

 Chazhma.

  Navegando en círculos alrededor del HGE, el buque soviético envió un helicóptero para fotografiar el extraño buque norteamericano y envió varios mensajes radiofónicos solicitando información.

  El capitán del HGE explicó que el suyo era un barco minero de nueva construcción. Aparentemente, el capitán del Chuzhna lo creyó, y se marchó de la zona un par de dias despues.

  Una semana después, mientras los trabajos de Clementine en el fondo marino progresaban adecuadamente, llegó un nuevo buque soviético, el Sb-10, aparentemente un barco pesquero, que comenzó a acosar y acercarse peligrosamente al HGE, hasta llegar a situarse en ocasiones a menos de 100 metros.

  Mientras el capitán del HGE exigía infructuosamente al buque soviético que  abandonara su actitud hostil, sin recibir respuesta, los trabajos de rescate continuaban.

  Finalmente,Clementine tocó suelo, y los operadores de la sala de control comenzaron a  utilizar imágenes en vivo y sonares de barrido lateral para colocar la garra sobre los restos del submarino, usando pequeños propulsores  con agua de mar.

  El objetivo mas importante era atrapar la parte central del submarino, en donde se encontraban las piezas más valiosas: los misiles, el sistema de control de disparo y el equipamiento criptográfico.

 Seccion central del K-129.

  Gritos de alegría y aplausos salieron desde el contenedor en donde se encontraba el centro de control de Clementine cuando la garra levanto del fondo marino el tramo de submarino más importante.

  Ya solo quedaba esperar,habia que subir la garra, un proceso que duraría días. Por suerte, el capitán del HGE ya había logrado expulsar de la zona al molesto barco soviético amenazándolo con la llegada de un submarino de la armada USA.Parecia que el proyecto Azorian podria llegar a buen fin.


  Pero, entonces, sucedió el desastre. Con más de las dos tercios de la distancia a recorrer completados, dos de los brazos de agarre de Clementine se rompieron, y más de 30 metros de sección central del K-129 se precipitaron e nuevo hasta el lecho marino.

  Mas tarde, los ingenieros determinarían que el fallo se había debido a dos causas principales: el acero utilizado, aunque más fuerte  que otros aceros estructurales,tambien era más frágil, especialmente a bajas temperaturas, como las que se encontraban en las profundidades del océano Pacifico.

  Ademas, el suelo marino era más duro de lo esperado, y al atrapar la sección central del submarino, las garras no lo habían podido agarrar por completo.

 Las "garras" de Clementine.

  Cuando Paragonsky se enteró de lo ocurrido, corrió hacia el cuartel general de la CIA a informar a su director,William Colby, que ordenó al HGE hacer otro intento.

  Pero ya no era posible, Clementine solo se podia reparar en puerto , y si la CIA quería intentarlo de  nuevo, deberían esperar un año.

  El proyecto Azorian había terminado. Los norteamericanos habían podido sacar del fondo marino dos torpedos nucleares rusos, y otras tecnologías y diferente información que hasta hoy, la CIA se ha negado a reconocer su existencia.

  El HGE iba a zarpar desde el lugar en donde el K-129 se había hundido tantos años atrás, hacia su base en Long Beach,en la costa oese de EEUU.

  Pero aun quedaba algo por hacer. El 4 de septiembre, toda la tripulación del HGE que no estaba de servicio asistió a un servicio religioso en la cubierta. Una guardia de honor formada por seis marinos perfectamente uniformados se colocó frente a una gran caja de metal de 3x5 metros, pintada de color rojo.

  Dentro de la caja se encontraban los restos mortales de 6 marinos sovieticos, que habían podido ser recuperados intactos de entre los restos del submarino.Otros restos humanos encontrados habían sido guardados cuidadosamente en el contenedor refrigerado que funcionaba como morgue del HGE, antes de ser también introducidos en la caja metálica.

  Para cumplir escrupulosamente con las necesidades de un funeral naval de la armada de la Union Sovietica,el propio Paragonsky se habia puesto en contacto con un oficial naval soviético, el capitán Nikolay Federovich Artamonov,que había desertado a los Estados Unidos a través de Suecia en 1959.

  Artamonov había servido en la armada rusa, en su flota submarina, y había presenciado varios funerales en mar abierto, así que fue trasladado a Hawái para ayudar a la tripulación y al capitán del HGE a preparar un apropiado funeral en el mar.

  Por los altavoces de HGE sonaron primero el himno norteamericano, y después el himno ruso.Despues, el capitán dedicó un panegírico a los marinos rusos fallecidos:

  “Este servicio está dedicado en honor a Viktor Lokhof, Vladimir Kostiusko, Valentin Nosachev y otros 3 marinos rusos sin identificar, que perecieron en marzo de 1968 en el norte del océano pacifico cuando su nave sufrió un fallo de origen desconocido.

  En cierta manera, esta ceremonia que estamos celebrando ha tenido su origen en la continuas tensiones entre nuestras dos naciones.El accidente del submarino ruso tuvo lugar cuando ambos países estábamos involucrados en actividades dirigidas a la protección de  nuestras naciones .Y estos seis cuerpos han llegado a nuestras manos seis años mas tarde a través de unas actividades para la protección de nuestro país.

  El hecho de que nuestras dos naciones tengan serios desencuentros no disminuye de ninguna manera nuestro respeto por ellos y por el servicio que estaban llevando a cabo cuando fallecieron.

  Así ,cuando devolvemos sus restos mortales a las profundidades del océano, esperamos que tenga sentido para ellos y sus familias, y sus restos puedan descansar en paz junto a los restos de la nave en la que sirvieron y mas tarde, perecieron.

  Mientras los hombres y las naciones sospechen unos de otros, herramientas para la guerra serán construidas, y valientes hombres moriran, como estos 6 hombres lo hicieron,al servicio de sus respectivas patrias.

  Asi, hoy despedimos con honor a estos hombres,a sus camaradas, y a todos los hombres que dieron sus vidas en servicio de sus naciones.


  A las 7 y 21 de la tarde,una de  las grúas atrapó la caja metálica en la que descansaban los 6 cuerpos, y la depositó suavemente en la superficie del mar.Minutos después, el HGE ponía rumbo hacia el sur,lentamente,mientras el sol se ocultaba tras el oceano, y la caja metálica comenzó a inundarse, hasta que desapareció bajo las aguas en su viaje a las profundidades.

El proyecto Azorian había terminado.


 The taking of K-129, how the CIA used Howard Hughes to steal a Russian sub in the most daring covert operation in history – Josh Dean.

The CIA greatest covert operation, inside the daring mission to recover a Nuclear-armed soviet sub – David H. Sharp.

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