Integrantes del grupo "Activistas femeninas por la paz" manifestandose ante el edificio de las Naciones Unidas en New York durante la crisis de los misiles.
Viene de aquí:
Finalmente no hubo ninguna
intervención televisiva del presidente Kennedy. Ningún discurso presidencial
estaba programado para ese día, y solamente una de las cadenas estadounidenses
de televisión había decidido repetir el discurso de Kennedy del 22 de octubre.
Los agentes de inteligencia soviéticos
no habían informado correctamente a Kruschev.
A las 9 de la mañana, hora de Washington, los teletipos de las agencias informativas comenzaron sonar.Era el mensaje de Kruschev a Kennedy en el que se comprometia a retirar los misiles de Cuba. McGeorge Bundy, consejero de seguridad
nacional del presidente Kennedy estaba desayunando en la Casa Blanca cuando un
ayudante le entrego una simple hoja recien salida de una impersora.Bundy leyó detenidamente, e inmediatamente llamó por teléfono al presidente, que se encontraba en su habitación
vistiéndose para asistir a un oficio religioso.
El preesidente, una vez informado
de las novedades,decidió seguir con su rutina dominical y marchó en la limusina
presidencial a la iglesia de San Esteban.Mientras, en la sala de prensa y
aledaños de la Casa Blanca comenzaban a reunirse infinidad
de periodistas,esperando el regreso del presidente.
La notica llego también muy
pronto al Pentágono, otro lado del rio
Potomac, donde la junta de jefes de estado mayor estaban ultimando los
preparativos para un bombardeo masivo sobre Cuba seguido de una invasión
anfibia.Curtis le May estaba furioso contra el presidente Kennedy, ya que la operación
estaba prevista que debía dar comienzo al amanecer del martes, menos de 48 horas después. Y el jefe de la fuerza
aérea USA trataba de convencer a los generales presentes para marchar hacia la Casa Blanca y convencer al presidente Kennedy de la necesidad de lanzar un ataque
preventivo sobre las posiciones de lanzamiento de misiles sovieticos en Cuba al día
siguiente, lunes.
La emisión de radio Moscú fue
distribuida en cinta de teletipo alrededor de las 9 y media del domingo. Los
jefes de estado mayor estadounidense reaccionaron con desaliento, y calificaron
las palabras de Kruschev como una "absoluta farsa y una operación para seguir manteniendo las armas ofensivas soviéticas en Cuba."
El almirante Anderson afirmo que
la promesa de Kennedy de no llevar a cabo la invasion de la isla caribeña a cambio de la retirada de
los misiles iba a dejar a Castro con las manos libres para causar problemas en
Latinoamérica.
Los generales despreciaban el
comentario del McNamara, que afirmaba que las concesiones de Kruschev iban a
dejar a los EEUU en una posición militar y política mucho mas fuerte
ante el mundo. Pero varios generales se reunieron y coordinaron un mensaje para
enviarlo a la Casa Blanca, en el que afirmaban que “el movimiento de Kruschev
no era mas que una propuesta falsa para ganar algo de tiempo”, y avisaban que
no debia producirse ningún tipo de relajacion en los procedimientos de alerta.Segun el general Le May, “es la mayor derrota de la historia de los EEUU, deberíamos invadir Cuba hoy mismo”.
En Cuba, Fidel Castro se encontraba en su casa en Vedado, un barrio de La Habana.Habia recibido las
primeras informaciones sobre el desmantelamiento de los misiles soviéticos en una llamada telefónica de Carlos Franqui,
editor del diario Revolución. El teletipo de la Associted Press estaba emitiendo
el texto de la carta de Kruschev a Kennedy que acababa de emitirse por radio Moscú,
y Franqui había llamado a Castro para preguntarle que debía hacer con esa
noticia:
Diario "Revolucion".
¿ que noticia? respondió Castro.Cuando Franqui leyó a Castro el boletín de noticias, la explosión de ira del
líder cubano fue épica:
“Hijo de put¨, bastardo, necio,
etc”, la furia de Castro le llevo a volcar un par de sillones, patear las
paredes de la sala en la que se encontraba y romper un par de ventanas,
mientras maldecía a los soviéticos por tratar con los americanos sin ni
siquiera haberse tomado la molestia de informarle.
Estaba realmente humillado, y envió
al presidente Dorticos a convocar al embajador ruso en Cuba, Alexander Alekseev.
Alekseev se había acostado tarde
la noche anterior, y aun estaba en la cama cuando recibió la llamada de Dorticos.
“la radio dice que el gobierno
soviético ha decidió retirar los misiles”
El embajador no tenía ni la más
remota idea de lo que estaba diciendo Dorticos.Pensó
que debía ser algún error:
“presidente Dorticos, no debería
creerse nada de lo que diga la radio estadounidense”.
La respuesta del presidente Dorticos dejó al embajador sovietico sin poder articular palabra:
“no es la radio estadounidense,
es radio Moscú”
Osvaldo Dorticos, presidente cubano entre 1959 y 1976.
A las 11 de la mañana del día 28, aproximadamente a la misma hora que Castro rabiaba en su hogar de La Habana, en el NORAD ,mando de defensa aérea
estadounidense en Colorado Springs saltaban las alarmas. Un radar del mando de defensa
aérea había detectado un lanzamiento de un misil en algún lugar del golfo de Mejico.El análisis de la trayectoria del
misil sugería que el objetivo estaba en algún lugar en la zona de Tampa Bay, en Florida.
Cuando los oficiales del NORAD
averiguaron en que zona iba a caer el misil, ya era tarde para tomar alguna medida.Habian recibido el primer informe de la situación del misil a las 11 y 8
minutos, aproximadamente 4 minutos después de que el misil hubiera alcanzado su
objetivo.
Instalaciones del NORAD,bajo el monte Cheyenne.
Desde el NORAD se habían puesto rápidamente
en contacto con el Sistema de Alarma de Bombas, una red nacional de detectores
de explosiones nucleares a partir de determinados sensores sismicos instalados
en ciudades y bases militares por todo EEUU.
Una comprobacion de los sensores
de la zona de Tampa revelaban que no había pasado nada, ningún misil había
impactado allí. Varias llamadas telefónicas a las bases militares de la zona de Florida confirmaban que nada había ocurrido, y el mando aéreo estratégico afirmaba
no saber nada sobre las informaciones del lanzamiento del misil.
Llevo unos cuantos minutos de
nerviosismo y temor establecer que es lo que había ocurrido. El
descubrimiento de los misiles rusos en Cuba había llevado a un cambio en la reorientación del sistema de defensa aérea estadounidense,
que antes vigilaba hacia el norte y había cambiado a vigilar el sur. Una enorme
estación de radar en Moorestown (New Jersey ) había sido recalibrada para
captar cualquier lanzamiento de misiles desde Cuba, pero aun no funcionaba al
100 por 100 de capacidad, y tenía ciertos problemas .Los técnicos estaban realizando un test para comprobar el sistema del
radar justo en el momento que un satelite artificial había aparecido sobre al línea
del horizonte, causando que los operadores del radar confundieran el satélite con
un misil en aproximación.
Instalaciones de radar en Moorestown.
La reunión del ExComm ( comité
ejecutivo) comenzó a las 11, cuando el presidente Kennedy regreso de la iglesia
y el NORAD había aclarado lo sucedido con el misil “fantasma” que había "atacado" Tampa.Algunos de los consejeros de
Kennedy que habían expresado en privado sus dudas sobre las decisiones del
presidente pasaron casi de puntillas sobre la que consideraban ya terminada crisis en Cuba e
insinuaron al presidente que debería intervenir diplomáticamente en la nueva crisis
que acababa de abrirse, un incidente fronterizo grave entre China y la India.
Kennedy decidió que ya había
hecho bastante esa semana por evitar una guerra nuclear, y dijo que estaba
seguro que ni China ni la India querían que también resolviera su crisis.
Uno de los sensores sismicos utilizados por el sistema de alerta de bombas.
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