viernes, 5 de febrero de 2021

Heraclio, azote de Persia ( 14ª parte )

 


Viene de aquí:

  El fin de la alianza entre Bizancio y las tribus gasanidas fue provocado básicamente por las diferencias religiosas.

  Aunque los gasanidas eran cristianos, pertenecían a la doctrina monofisita,que niega la naturaleza humana de Jesucristo, contraria a la doctrina oficial,que opta por ambas naturalezas, la divina y la humana.

  Las desavenencias entre líderes de ambos grupos, al principio solo doctrinales y políticas, estallaron cuando el futuro emperador Mauricio arresto al líder gasanida Al Mundir Al Harith mientras servía como magíster militum del ejercito bizantino en oriente.

  A pesar de haber combatido ambos juntos en numerosos ocasiones, la mayor parte de las ocasiones con éxito, el fracaso de un ejercito gasanida en el intento de tomar Ctesifonte o evitar el saqueo persa de Edesa abrió viejas heridas religiosas. Quizás, para tratar de eludir su responsabilidad, o por simples celos, Mauricio acuso a Al Mundir de connivencia con los persas.

Palacio Real de Ctesifonte.
  

  A pesar de la falta de pruebas, el por entonces emperador bizantino, Tiberio II, decidio creer a su general Mauricio, y ordenó el arresto de Al Mundir.Tras un periodo de    arresto domiciliario en Constantinopla, tras la llegada de Mauricio al trono bizantino, el líder gasanida fue enviado al exilio a Sicilia.

  La situación provocó la revuelta del hijo de Al Mundir, Numan,cuya caballería ligera incursionó diversos territorios bizantinos durante dos años.

  Engañado por la esperanza de una reconciliación de su padre con el emperador,Numan fue arrestado cuando viajaba a Constantinopla.El ejercito bizantino, enviado para sofocar la revuelta, lo único que consiguió fue debilitar fuertemente la posición dominante de los gasanidas en el norte de Arabia.

  El fin de la alianza bizantino-gasanida había dejado a los persas en una posicion privilegiada para extender su influencia en Arabia.Pero Cosroes II había desperdiciado la posibilidad ordenando asesinar al rey lakmida Al Numan III, lo que llevó a a una revuelta lakmida contra los persas.

Ruinas de Al-Hira, la capital del reino Lakmide.
  

  La represión persa contra los lakmidas terminó con su influencia y sobre su control sobre la zona del noroerte de la peninsula arabiga, y el hecho de que los lakmidas habían protegido a los persas de las tribus árabes durante siglos, dejo abierta la frontera sur de Persia a las incursiones árabes, permitiendo que una coalición de tribus árabes incursionara en Persia y derrotara al ejército sasánida en la batalla de Dhi Qar en el año 609, en algún lugar cercano  a la actual ciudad iraquí de Kufa.

  Así, los bizantinos debilitaron a los gasanidas, y los persas debilitaron a  los lakmides,provacando que ninguna de las tribus anteriormente aliadas a bizantinos y persas pudieran jugar un papel importante para frenar el avance de los seguidores de la nueva religión que estaba naciendo en los desiertos de la península arábiga.

  Como una encrucijada de las más grandes rutas comerciales del mundo por entonces conocido, la arabia pre-islámica era un  mosaico de diferentes creencias.

    La mayoría de los árabes seguía alguna forma de paganismo con numerosos dioses y diosas, asociados con objetos inanimados o fenómenos que dan vida (el sol y la luna, que regulan el día y la noche, las deidades que representaban el agua, el viento, el fuego, etc).

Hubal, dios lunar  de la Arabia pre-islamica.

Allat, diosa arabe de la fertilidad  y las cosechas abundantes.
 
 

  Pero aun antes de la llegada del islam, la sociedad árabe creía en una deidad superior, Alá.

  También había en Arabia algunas comunidades cristianas y judías aunque la presencia  e influencia de creencias monoteístas era aún minoritaria.

 

  Mientras esas creencias monoteístas se extendían hacia el sur, gracias a la influencia  bizantina, en el siglo VI, la influencia religiosa llegaba desde el sur y el oeste.

    Gracias a sus vínculos comerciales y culturales con el continente africano a través del mar Rojo, las tribus del Yemen habían “importado” , principalmente de Egipto, el cristianismo copto, que se extendía rápidamente por lo que hoy es Etiopia.

  Estas ideas se fueron trasladando al norte a lo largo de las rutas comerciales, encontrándose con ideas similares que llegaban desde el imperio bizantino y las tribus gasanidas y lakmides.

  El punto en donde se iban a encontrar todas esas creencias, esas nuevas ideas y cultos, estaba en un área de Arabia que ya era un crisol de nomadas, pastores, algo de agricultura sedentaria y mucho comercio mercantil.

Se trataba de la ciudad de la Meca.

  

  A principios del siglo VII, los conflictos religiosos, sociales y políticos se extendían por la península arábiga, con el poder agrícola y mercantil cada vez más incompatible con la existencia de poderosas tribus nómadas.

  La situación era más visible en ciudades más grandes y prosperas, como La Meca y Medina, donde los ricos comerciantes y los terratenientes desafiaban el poderío militar de las tribus nómadas.

  Las prolongadas guerras entre bizantinos y persas empeoraban la situación, ya que interrumpían la normalidad del flujo de comercio y bienes, dejando a los comerciantes mas asentados en su propia zona de inluencia.

  Fue en ese momento, ese caldo de cultivo de ideas divergentes, culturas muy distintas en conflicto y diferentes creencias cuando iba a aparecer una nueva religión.

  Alrededor del año 610, un comerciante de mediana edad arruinado se encontró tan desesperado con su situación que abandono su hogar y marchó a vagar desconsoladamente entre las "lúgubres colinas” cercanas a La Meca, para intentar encontrar algún significado o propósito.

  Encontró el significado en una serie de visiones divinas, mensajes sobre el fin del mundo y el juicio del ser humano por parte de Ala, la deidad absoluta de la zona.

  El comerciante arruinado, Muhammed ibn Ala, ibn Al Muttalib, comenzó a predicar que solo a través del islam, “sumisión” a la voluntad de Ala, mostrando gratitud a través de la oración regular, la benevolencia y la moderación podía cualquier creyente ganar su entrada al cielo. Si no lo hacía, el dolor y la tortura del infierno lo esperaban.

  Mahoma, comenzó a recitar sus visiones en verso,  algo que durante mucho tiempo había dominado en la cultura árabe.Pero, aun más importante para el futuro de la nueva religión, sus seguidores compilaron esos versos en las recitaciones, el Corán.

 


  Aunque tardó mucho tiempo en adquirir su forma más o menos definitiva, el Corán no es solamente un texto sagrado con un mero significado espiritual. Es también un código de conducta, en donde se informa al creyente como debe manejarse con todos y cada uno de los aspectos de su vida, siempre en relación a Ala.

  Gracias a sus predicaciones, Mahoma encontró rápidamente un gran número de  seguidores entre su familia  y las tribus árabes allegadas  a la suya, llamados Umma ,“seguidores de dios”, que comenzaron a  seguirle como el profeta del islam.

  Pero, como cualquier idea nueva que se opone al poder establecido, Mahoma y su Umma entraron en conflicto con la mayor parte de los elementos que formaban la sociedad árabe, sobre todo con las tribus nómadas, y mas específicamente, con la propia tribu  de Mahoma, los Quraysh.

Principales rutas comerciales en la Arabia pre-islamica.
  

  Los líderes de la tribu no aceptaron que Mahoma fuera ningún mensajero de dios, y lo veían como  alguien decidido a socavar su forma de vida y la posicion de  la tribu, una de las más importantes de la zona de La Meca, con fuertes conexiones comerciales con Siria y el sur de la península arábiga, además de su alianza con tribu nómadas de alrededor de La Meca y su administración del santuario de la Kaaba y su piedra negra, supuestamente colocada allí por Abraham e Ismael.


 
(Continuara…)

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