Viene de aquí:
A pesar de la derrota en la batalla de Mioneso, Antíoco todavía disponía de un buen número de navíos, aunque había perdido el control absoluto que antiguamente había tenido sobre el Mediterráneo oriental, lo que suponía que no podría detener ningun intento del ejército romano por cruzar el Helesponto.
El almirante Lucio Emilio Regilo dio el primer paso para la invasión romana del Asia Menor tomando y saqueando Focaea. Antioco se vio entonces obligado a levantar el asedio de Notium, abandonando así la costa noroeste de Asia Menor.Necesitaba reagrupar sus fuerzas antes de tener la posibilidad de enfrentarse a los Escipiones.
Evacuó entonces Lisimaquia y pudo abandonar Europa sin problema, aunque es un misterio como pudo escapar de la vigilancia de las patrullas de la armada romana y la armada del rey Eumenes de Pergamon, que dominaba por completo el mar de Marmara.
Tetradracma de plata del rey Eumenes II de Pergamon. |
En el 229 a.c., las tropas romanas habían puesto pie por primera vez en Grecia.En julio del 190 a.c., treinta años después, iban a invadir Asia Menor.
A la llegada de los romanos a la costa de Asia Menor, el rey Prusias de Bitinia denunció el tratado de alianza que tenia con Antíoco ,y afirmo su voluntad de colaborar con los romanos, aunque deseaba permanecer neutral.
Tras algunas escaramuzas de poca importancia,Antiocó decidió intentar un acercamiento y abrir negociaciones de paz con el cónsul Lucio Escipion.
Se desconoce como ocurrió, pero el hijo de Escipion el Africano había acompañado a su padre en la campaña en Asia menor, y en una de esas péqueñas escaramuzas cayó en manos seleucidas.
Antíoco ofreció ceder a Roma las ciudades de Lampsaco y Esmirna, abandonar Tracia por completo y aceptó pagar la mitad del coste total de la guerra.
Pero Roma iba a negociar desde una posicion de fuerza.Escipion Africano, sabiendo que su hijo Lucio Cornelio estaba siendo bien tratado en la corte real seleucida, se dio cuenta de la debilidad de la posición negociadora de Antioco, y exigió al seleucida la retirada total de Asia menor y el pago del total del coste de la guerra.
Antíoco decidió entonces dar carpetazo a la diplomacia y se preparo para continuar la guerra, esta vez en su propio terreno.
Aunque mantenía un potente ejercito en sus dominios en Siria, Antíoco aun tenía a su disposición en Asia menor más de 50.000 soldados,practicamente los mismos que el ejército de los Escipiones.
Los romanos marcharon hacia el sur, hasta Elaea, en donde descansaron unos días. Allí le fue devuelto su hijo a Escipion el Africano, mientras el ejercito seleucida se desplegaba en Magnesia (actual Manisia), al norte del monte Sipylus, para intentar bloquear allí el avance romano hacia el sur.
Los Escipiones buscaban una batalla decisiva, y no les importaba que Antíoco hubiera elegido el lugar.Estaban en territorio enemigo, y el aprovisionamiento de sus tropas, con la llegada del invierno,seria muy problemático.
Además, con la llegada de diciembre llegarían también los nuevos cónsules y generales romanos para relevar a los Escipiones y arrebatarles la gloria de la victoria.
Las tropas de Antioco se mantuvieron a la defensiva durante toda la batalla, hasta que la cballería pesada del rey Eumenes de Pergamo asaltó ambos flancos seleucidas y expulso del campo de batalla a la caballería de Antioco.
Posiciones iniciales. |
Los elefantes, locos de dolor por sus heridas, escaparon del control de sus conductores y desarbolaron la falange que formaba el centro seleucida,dejandolo vulnerable al ataque de los legionarios de Roma. Fue una victoria total y absoluta para Roma.
Tras la victoria de las legiones romanas en Magnesia, el rey Antíoco, Seleuco y la familia real casi al completo huyo hasta Apamea, en Frigia, una de las sedes de la realeza seleucida.Los Escipiones se encontraban en Sardis cuando hasta allí llegaron los emisarios de Antioco en busca de un tratado de paz favorable.
Pero los términos romanos no habían cambiado un apice.Antioco debia retirar a todas las tropas que le quedaban mas allá de los montes Taurus, abandonando así Tracia y toda Asia menor.Tambien debia pagar todo el coste de la guerra, unos 15.000 talentos de oro (a unos 40 kilos de oro cada talento), más de medio millon de kilos de oro, de los que 500 talentos debian ser pagados de inmediato.
Para reparar los gastos de la guerra contra Pergamon, a Antíoco se le exigió entregar una veintena de rehenes, incluido Anibal, que no tardo en huir a la corte del rey Prusias de Bitinia.
Antioco acepto todas los términos (no tenía otra opción) y se arregló una tregua para que todas las partes involucradas en la guerra pudieran enviar a una delegación a Roma, en donde se negociaría el tratado final. Se llamaria la Paz de Apamea.
Asi quedo Asia menor tras la firma de la Paz de Apamea. |
Antíoco regreso a Siria, dejando Asia menor en manos de Seleuco, que tras la muerte de su hermano mayor en el año 193 a.c. se habia convertido en heredero al trono seleucida.
Con la tregua vigente, a primeros del año 189 a.c. llegaba a la región el nuevo cónsul,Cneo Manlio Vulso, con nuevas tropas, para reemplazar a los Escipiones.
El senado romano había decididó que las dos provincias a repartir entre los dos cónsules iban a ser,Grecia, en donde la guerra contra Etolia seguía su curso, y Asia, a la que se consideraba una provincia aun no pacificada.
Antíoco todavía mantenía un gran número de tropas, y el senado romano queria terminar con cualquier intento de rebelión antes de que siquiera empezara.
Así, el cónsul Vulso lanzó de inmediato un ataque contra los galatas, descendientes de los pueblos celtas que habían llegado a la región alrededor del año 270 a.c.
Tropas galatas habían servido bajo los estandartes de Antíoco, y seguramente creían que ellos también estaban incluidos en la tregua.
Pero el cónsul Vulso tenia otra opinión, y quería ,además de demostrar a Antioco la determinación romana para que cumpliera con las condiciones impuestas,quitar a los gálatas cualquier intencion de volver a rebelarse.
Vulso inicio la campaña contra los gálatas desde la costa hasta lo que hoy es Anatolia, recibiendo la rendición de las ciudades y fortalezas seleucidas.Mientras, Seleuco debía abastecer a las tropas romanas, uno de los términos del tratado de paz entre Roma y el imperio seleucida humillantes para estos.
Seleuco no podía ayuda a sus antiguos aliados, y solo pudo limitarse a ver como las legiones de Vulso exterminaban a dos de las tres tribus mas importantes y numerosas de los galatas, los trocmos y los tolostoboios.
Cuando la campaña del cónsul Vulso en Galatia termino, en el otoño del año 187 a.c., los gálatas habian dejado de ser una amenaza, y Seleuco, el heredero al trono seleucida, se encontraba aislado en Apamea.
A finales del año 187 a.c., el cónsul Vulso celebraba su triunfo en Roma. A pesar de que buena parte del botín había sido escamoteado en Tracia por los numerosos bandidos de la zona, el senado estaba encantado y asombrado a la vez por la cantidad de botín que el cónsul Vulso había obtenido en Galacia, ya que con ello podrían reponer las arcas de la republica, prácticamente vacías desde el fin de la segunda guerra púnica.
Junto al cónsul Vulso y sus tropas desfilaron 212 coronas de oro, 90.000 kilos de plata, 1.000 de oro, 127.000 tetradracmas áticos (monedas de plata de 18 gramos de peso), y 16.000 philippeioi de oro, monedas de oro ampliamente usadas en el antiguo reino de Macedonia que los gálatas habían saqueado durante su paso por Grecia de camino a lo que hoy es Turquía a finales del siglo IV a.c.
Además, cargados de cadenas, desfilaron más de 50 jefes guerreros gálatas capturados.
"Galata moribundo",copia romana en marmol de una escultura de origen helenistico, quizas obra de Epigono, el escultor preferido del rey Atalo de Pergamon. |
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