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lunes, 8 de septiembre de 2025

1939 : Pacto de diablos : 5ª parte

 


Viene de aquí:

  Tras tratar de contentar a ambos bandos, los soviéticos finalmente hicieron su elección. El 22 de agosto Chamberlain propuso que el parlamento británico aprobara un proyecto de ley para dar poderes extraordinario al gobierno en cuestiones de defensa, y envió un telegrama a Hitler afirmando que “los pasos que las fuerzas armadas del imperio británico están dando en este momento son más que necesarios para contrarrestar los movimientos militares que se habían reportado desde Alemania," y que la percepción que se tenia en algunos ministerios de Berlin sobre que la posible intervención británica en apoyo de Polonia no seria mas que un apoyo diplomático,  era un grave error que podía llevar a funestas consecuencias .

 En un segundo mensaje, Chamberlain trato de involucrar a Hitler en unas negociaciones bilaterales entre Polonia y Alemania, pero Hitler replico que Alemania estaba preparada para lidiar con el problema de Danzig y el corredor polaco con una muy generosa propuesta para los polacos. Y, en referencia a la movilización  del ejercito británico, Hitler replico que había ordenado la inmediata movilización de las fuerzas armadas alemanas.

 Los soviéticos ya habían visto suficiente, y avisaron a  franceses e ingleses de que había otro jugador en la mesa, y era el momento de ponerse a jugar. Al día siguiente, dos Cóndor FW 200 de la Luftwaffe despegaban de Berlín con una nutrida delegación  a bordo.

  El 23 de agosto de 1939, Von Ribbentrop, acompañado de 40 altos cargos del ministerio de asuntos exteriores alemán, fotógrafos, periodistas y traductores, aterrizaba en el aeropuerto de Kodinka, en Moscu, recibiendo una espectacular bienvenida por parte de las autoridades soviéticas.

Ribbentrop a su llegada al aeropuerto de Kodinka.
 

 Ribbentrop fue trasladado rápidamente a la embajada austriaca, donde se alojaría durante su estancia en Moscú El edificio ya había sido visitado por la NKVD, que había agujereado decenas de muros y paredes para llenarlos de micrófonos. Tambien la mayoría de sirvientes de la legación austriaca eran  agentes especiales, con los  ojos y los oídos bien abiertos.

  Ribbentrop y Von der Schulenburg, embajador alemán en Moscú, fueron llevados al Kremlin, donde se reunieron con Stalin y Molotov.

 

  Las conversaciones comenzaron de inmediato, y Stalin, que sabía tenía la mejor posición negociadora,  abrió hablando sobre las esferas de influencia. Ribbentrop no perdió el tiempo, y estuvo de acuerdo en ceder a la Unión Soviética los territorios del este de Polonia, Besarabia, parte de Finlandia , Estonia y la mitad de Letonia.

  Stalin quedo sorprendido de la facilidad con la que había cedido Ribbentrop, y como es lógico, reclamo incluso mas territorios, incluidos los puertos de Libau y Windau, que básicamente eran la otra mitad de Letonia.

  Hitler había dado a Ribbentrop plenos poderes para negociar, pero ante las exigencias de Stalin  el aleman decidió consultar a Hitler. La charla telefónica entre Ribbentrop y Hitler apenas duro unos minutos, y cuando Ribbentrop volvió a la mesa, accedió a las peticiones soviéticas.

  En apenas una hora de conversaciones, Stalin habia recuperado para la URSS la mayoría del territorio que Rusia había perdido al final de  la primera guerra mundial.

 

 Solucionado el problema territorial, las conversaciones  se centraron en la posible respuesta británica a una invasion de  Polonia. Los enviados alemanes estaban preocupados, aunque hablaron de  la supuesta debilidad británica en tierra y aire, y de la superioridad de la flota britanica. Stalin zanjo la cuestión diciendo que Gran Bretaña era débil y solo deseaba que otros países lucharan por ellos.

 Ambos participantes estuvieron de acuerdo en que la opinión publica de ambas naciones debía ser cuidadosamente informada de los acuerdos entre ambos, ya que, según Stalin, “ambos países llevaban demasiado tiempo arrojándose cubos de mierda unos a otros “.

  La reunión termino con una recepción oficial (en la que ya se permitió la presencia de fotógrafos y algunos periodistas escogidos), aderezada por grandes cantidades de bebidas alcoholicas. Stalin , medio borracho, brindo a la salud de Hitler, y afirmó que la Unión Soviética nunca traicionaría a sus nuevos camaradas.

Stalin, brindando a la salud del Fuhrer.
 

  Además de los términos del pacto que se dieron a  conocer a la opinion publica, también se incluían los protocolos secretos, que definían claramente los limites de las esferas de influencia de la URSS y Alemania.

  Los protocolos secretos salieron  la luz pocos días después de la firma del tratado, aunque su existencia fue negada por la Union Soviética. Se mencionaron en público por primera vez   en marzo de 1946. durante los juicios de Núremberg, en el interrogatorio a Rudolph Hess. Allí, los fiscales  soviéticos se negaron a que pudieran ser usadas como prueba.

 

  Se publicaron por primera vez en el Manchester Guardian ese mismo mes d marzo, pero no fue hasta que los documentos originales fueron liberados de los archivos soviéticos en 1992 cuando su existencia fue admitida por Moscú.

  Diplomáticos estonios y letones ya sabían tan pronto como el día 26 de agosto que el protocolo secreto iba a dividir los estados bálticos en dos esferas de influencia para alemanes y soviéticos. A principios de octubre, Stalin y Molotov amenazaron al ministro lituano de  asuntos exteriores Jouzas Urbsys con la invasión de su pais si no aceptaba un acuerdo de mutua defensa con la URSS.

  Con tantos conocedores de los términos de los protocolos secretos, es dificil de creer que las noticias o rumores sobre ellos no llegaran  a Londres o París.

  Cuando la mision negociadora franco-británica solicito una reunión urgente, Voroshilov no respondió hasta el  dia 27, en la que se disculpó por el retraso por que había estado "cazando patos en Odessa". Se negó a informar a los negociadores afirmando que no podía hablar por que las condiciones políticas habian cambiado.

  Ese mismo día 27 se firmaba en Londres el tratado de asistencia mutua entre Gran Bretaña y Polonia, que contenía el acuerdo entre ambas naciones para asistir militarmente a aquella que fuera atacada por otro país europeo. Tambien incluia un protocolo secreto que especificaba que Gran Bretaña ayudaría a Polonia si era atacada por Alemania, pero ,en caso de ser atacada por otro pais ( la URSS), por ejemplo, se requeriría a ambas partes para reunirse y tomar medidas en común.

  Inmediatamente después de la firma del pacto, Alemania envió a Moscú varias solicitudes; la primera, enviar una misión militar a Berlin.La segunda, desplegar un buen numero de tropas a lo largo de la frontera ruso-polaca, para presionar a los polacos por la debilidad de su posición, y obligarlos a ceder a las propuestas alemanas ( la cesion de  al ciudad de Danzig y la creación de un corredor que uniera la Prusia oriental alemana con Danzig, consistente en una carretera y una vía férrea.

  Por su parte el gobierno soviético solo había visto dos opciones para el futuro : o combatir a Alemania en esos mismos momentos, o combatir a  Alemania más tarde. Era una simple cuestión de  comprar tiempo, exactamente lo mismo que Chamberlain había hecho en los acuerdos de Múnich.

  Así, en las primeras horas del 1 de septiembre de 1939, 60 divisiones alemanas invadían Polonia, con una punta de flecha formada por más de 2.000 carros de combate, 900 bombarderos y 500 cazas. Desde Prusia oriental y Alemania en el norte, y desde Silesia y Eslovaquia en el sur, las unidades germanas rompieron las líneas polacas en numerosos sectores del frente y avanzaron rápidamente sobre Varsovia.

 

 Tras algunas dudas y cierta tardanza, Gran Bretaña y Francia cumplieron con lo prometido y declararon la guerra a Alemania dos días después.

 


  A pesar de la defensa tenaz y heroica de los polacos, que causaron un gran numero de  bajas en las fuerzas atacantes, las fuerzas armadas de Polonia fueron derrotadas en un par de semanas. El 17 de septiembre, el gobierno polaco escapaba a Gran Bretaña, y , tras un terrible bombardeo, Varsovia se rendía a los alemanes el 27 de septiembre, dias después que el ejercito rojo invadiera las regiones orientales de Polonia.

 

El pacto de los diablos daba sus primeros frutos.


 

 The road  to Barbarossa, soviet-german relations 1917-1941 – Norman Ridley

The devil´s alliance, Hitler pact with Stalin – Roger Moorhouse

Faustian bargain, the soviet-german partnership – Ian Ona Johnson

viernes, 4 de julio de 2025

1939 : Pacto de diablos : 4ª parte

 

"Extraños compañeros de cama."

Viene de aquí :

  Para Chamberlain, primer ministro del Partido Conservador, estas críticas de la bancada laborista representaban otro obstáculo para la resolución de la crisis polaca: la oposición interna.

  Chamberlain había sido fuertemente criticado por no ayudar a los checos en Munich y ahora se le reprendía por intentar respetar los deseos de los polacos. Pero, ¿ no era  Gran Bretaña la nación europea más interesada en defender los derechos de los países más pequeños ?

 Lord Halifax planteó este punto ante la Cámara de los Lores. ¿Por qué, entonces, los polacos debían verse obligados a aceptar la ayuda de un pueblo, los rusos, con el que mantienen una larga antipatía histórica? Si las negociaciones de Chamberlain con Moscú resultaban fallidas, él y su gobierno serían los culpables. Si, por el contrario, las conversaciones resultaban fructíferas, el mérito recaería en Churchill, Lloyd George y los laboristas. 

 

  El gobierno de Chamberlain parecía dar largas a Moscú. Las primeras propuestas de Londres tuvieron lugar el 15 de abril; Moscú respondió en dos días. Los británicos no respondieron hasta el 9 de mayo, y Moscú regresó en cinco días. Una vez más, Londres tardó 13 días en responder; la respuesta soviética, 24 horas. Los británicos tardaron otros nueve días, con una respuesta soviética en 48 horas. En la siguiente ronda, Londres tardó cinco días frente a las 24 horas de Moscú, luego otros ocho días para los británicos, 24 horas para Moscú. Seis días más para los británicos, 24 horas para Moscú.

  El contenido de los comunicados británicos carece de importancia en comparación con la aparente insensibilidad de Londres ante lo que debe interpretarse como un dilema diplomático de suma importancia. De hecho, el ritmo pausado del Ministerio de Asuntos Exteriores británico le dijo a Stalin todo lo que necesitaba saber. En comparación, la serie de cables intercambiados entre la Cancillería del Reich y el Kremlin muestra mucha más atención a la seriedad de la agenda en cuestión, particularmente en los intercambios de julio y agosto.

  Franceses y británicos veían como empeoraba la situación, e hicieron un último intento, enviando una delegación conjunta compuesta de un almirante británico y un general francés, que habían llegado a la URSS a mediados de agosto.

  Pero todo en la  delegación aliada pareció poco serio a las autoridades soviéticas. En primer lugar, la delegación conjunta solo había encontrado transporte en un viejo mercante, el City of Exeter, que tardo más de seis días en recorrer el Báltico hasta llegar a San Petersburgo, una excesiva tardanza que hizo poco por convencer a los soviéticos de la seriedad de las intenciones de los aliados occidentales.

  En segundo lugar, el nombre del almirante británico, sir Reginald Aylmer Ranfurly Plunkett Ernle Erle Drax, seguramente no iba a obtener el favor de los ciudadanos de la URSS, nacion de  proletarios revolucionarios poco adepta a los nombre de extracción noble.

La delegacion franco-britanica, a su llegada a Moscu.
 

  En el aspecto práctico, ni el almirante Drax ni el general Doumenc tenían la autoridad para firmar acuerdos de importancia con el gobierno soviético. Y es posible que ni siquiera se intentase llegar a un acuerdo y solo se pretendiera ganar tiempo. Ya en junio, Chamberlain había declarado a un amigo su más profunda desconfianza hacia Rusia. Y quizas ordeno a la delegación conjunta llevar las negociaciones con la mayor lentitud posible, para alargarlas y sobrepasar la temporada de verano, negando asi a Hitler la ventana de oportunidad de invadir Polonia ese mismo año.

  Además, Chamberlain esperaba que la mera presencia de una mesa de negociaciones formada por Rusia, Francia y gran Bretaña bastaría para aplacar las intenciones de Hitler.

  Pero el corto alcance de las conversaciones iba a quedar muy pronto de manifiesto. Polonia iba a ser el centro de las negociaciones, y la primera propuesta del almirante Drax , sugerir a los polacos que permitiesen que un ejercito soviético atravesase territorio polaco en dirección oeste para proteger la frontera polaco alemana, fue rechazada de plano por los polacos, que recordaban la invasión soviética de su patria durante la guerra ruso polaca de 1919 a 1921 ( el primer intento de Moscú para expandir el comunismo hacia el oeste, detenido a las puertas de Varsovia).

https://historiaparanodormiranhell.blogspot.com/2017/12/1920-milagro-en-varsovia-la-primera.html 

  Además, teniendo en cuenta que las regiones orientales de Polonia tenían minorías numerosas de bielorrusos y ucranianos, el gobierno polaco no tenía dudas que, si dejaban pasar al ejercito rojo, ya nunca se marcharían.

  Por su parte, los alemanes, no tenian los escrúpulos de franceses y británicos, y ofrecieron a  los soviéticos ganancias territoriales, a expensa de otras naciones, claro. Los estados bálticos y el este de Polonia siempre estuvieron en la mesa de negociaciones entre rusos y alemanes.

  Y la actitud alemana quedó ejemplificada  en un telegrama de Ribbentrop al embajador alemán en Moscú, a mediados de agosto : “No hay ningún conflicto de  intereses entre Rusia y Alemania. No hay cuestiones territoriales entre el mar Báltico y el mar Negro que no puedan quedar resueltos a satisfacción de ambas partes.”

 

  Aunque Berlín había considerado enviar como negociador a Hans Frank, abogado de  Hitler ( y más tarde gobernador general de Polonia ), finalmente se eligió a Ribbentrop, ya que se consideró que la firma del acuerdo germano-soviético merecía de la firma del ministro de asuntos exteriores.

  Los soviéticos continuaban negociando en secreto con los alemanes, mientras aparentaban negociar con franceses y británicos públicamente.

  Hitler tenía prisa, ya que su planeada invasion de  Polonia había sido inicialmente prevista para el día 26 de agosto, y con el pacto ya firmado podría presentarlo ante los aliados occidentales como un hecho consumado.

  Paralelamente a las negociaciones políticas que se desarrollaban en Moscú también  había negociaciones en Berlín  para lograr un acuerdo económico entre la URSS y Alemania, que terminaría por firmarse en las primeras horas del día 20 de agosto, acuerdo que iba a permitir el intercambio de  materias primas de la Unión Soviética por productos terminados de origen alemán, además de un credito de 200 millones de reichmarks.

  Ese mismo día 20, las noticias que llegaban del lejano oriente contribuyeron a que los soviéticos aceleraran en tomar la decisión de firmar el pacto.

  En las negociaciones con Berlín, Moscú había insistido en exigir a Alemania que terminara con su apoyo militar a la campaña militar japonesa  contra el ejercito rojo en Manchuria.Y ese día 20,  los acontecimientos permitieron que el problema se resolviera por si mismo.

 

  Tras un verano de  escaramuzas en la frontera entre Mongolia y Manchuria, las tropas soviéticas habían lanzado una ofensiva general contra el ejército imperial nipón cerca del rio Khalkin Ghol, buscando una batalla decisiva para expulsar a los japoneses.

 

  La batalla se recrudeció durante los  días siguientes, hasta que las tropas japonesas fueron rechazadas. Y, cuando Stalin estuvo seguro que su frente oriental estaba asegurado, se mostró mas dispuesto a firmar un acuerdo con Alemania para proteger su frente occidental.

  Si la oferta de Hitler de no oponerse a la expansión territorial e la URSS no era lo suficiente atractiva para Stalin, la victoria en Khalkin Ghol  convenció al líder soviético, y los acontecimientos empezaron a desarrollarse con gran rapidez.

  En la mañana del día 21 se produjo la reunión final entre la delegación del almirante Drax y los soviéticos, Pero ninguna de las partes tenía nada importante que aportar, así que las conversaciones se  aplazaron sine die. Esa misma mañana del día 21, Hitler había enviado un telegrama personal a Stalin, en el que solicitaba que Ribbentrop fuera recibido en Moscú para atar los últimos detalles.

  Stalin, acostumbrado  a ser tratado como un patán semianalfabeto por los líderes occidentales, creyó que el telegrama personal de Hitler era una muestra de respeto y reconocimiento, y tardó muy pocas horas en responder, accediendo a que Ribbentrop se presentara en  Moscú el día 23.

  Según Albert Speer, el por entonces arquitecto de  Hitler, que estaba presente en el Berghof cuando Hitler recibió la réplica telegráfica de Stalin, el fuhrer “permaneció en silencio unos momentos, respiró profundamente, y comenzó a  golpear la mesa con los puños, haciendo tintinear las copas y vasos de cristal, mientras decía “ ya los tengo, ya los tengo ".


 

(Continuara…)