Viene de aquí:
Tras tratar de contentar a ambos bandos, los soviéticos finalmente hicieron su elección. El 22 de agosto Chamberlain propuso que el parlamento británico aprobara un proyecto de ley para dar poderes extraordinario al gobierno en cuestiones de defensa, y envió un telegrama a Hitler afirmando que “los pasos que las fuerzas armadas del imperio británico están dando en este momento son más que necesarios para contrarrestar los movimientos militares que se habían reportado desde Alemania," y que la percepción que se tenia en algunos ministerios de Berlin sobre que la posible intervención británica en apoyo de Polonia no seria mas que un apoyo diplomático, era un grave error que podía llevar a funestas consecuencias .
En un segundo mensaje, Chamberlain trato de involucrar a Hitler en unas negociaciones bilaterales entre Polonia y Alemania, pero Hitler replico que Alemania estaba preparada para lidiar con el problema de Danzig y el corredor polaco con una muy generosa propuesta para los polacos. Y, en referencia a la movilización del ejercito británico, Hitler replico que había ordenado la inmediata movilización de las fuerzas armadas alemanas.
Los soviéticos ya habían visto suficiente, y avisaron a franceses e ingleses de que había otro jugador en la mesa, y era el momento de ponerse a jugar. Al día siguiente, dos Cóndor FW 200 de la Luftwaffe despegaban de Berlín con una nutrida delegación a bordo.
El 23 de agosto de 1939, Von Ribbentrop, acompañado de 40 altos cargos del ministerio de asuntos exteriores alemán, fotógrafos, periodistas y traductores, aterrizaba en el aeropuerto de Kodinka, en Moscu, recibiendo una espectacular bienvenida por parte de las autoridades soviéticas.
Ribbentrop a su llegada al aeropuerto de Kodinka.
Ribbentrop fue trasladado rápidamente a la embajada austriaca, donde se alojaría durante su estancia en Moscú El edificio ya había sido visitado por la NKVD, que había agujereado decenas de muros y paredes para llenarlos de micrófonos. Tambien la mayoría de sirvientes de la legación austriaca eran agentes especiales, con los ojos y los oídos bien abiertos.
Ribbentrop y Von der Schulenburg, embajador alemán en Moscú, fueron llevados al Kremlin, donde se reunieron con Stalin y Molotov.
Las conversaciones comenzaron de inmediato, y Stalin, que sabía tenía la mejor posición negociadora, abrió hablando sobre las esferas de influencia. Ribbentrop no perdió el tiempo, y estuvo de acuerdo en ceder a la Unión Soviética los territorios del este de Polonia, Besarabia, parte de Finlandia , Estonia y la mitad de Letonia.
Stalin quedo sorprendido de la facilidad con la que había cedido Ribbentrop, y como es lógico, reclamo incluso mas territorios, incluidos los puertos de Libau y Windau, que básicamente eran la otra mitad de Letonia.
Hitler había dado a Ribbentrop plenos poderes para negociar, pero ante las exigencias de Stalin el aleman decidió consultar a Hitler. La charla telefónica entre Ribbentrop y Hitler apenas duro unos minutos, y cuando Ribbentrop volvió a la mesa, accedió a las peticiones soviéticas.
En apenas una hora de conversaciones, Stalin habia recuperado para la URSS la mayoría del territorio que Rusia había perdido al final de la primera guerra mundial.
Solucionado el problema territorial, las conversaciones se centraron en la posible respuesta británica a una invasion de Polonia. Los enviados alemanes estaban preocupados, aunque hablaron de la supuesta debilidad británica en tierra y aire, y de la superioridad de la flota britanica. Stalin zanjo la cuestión diciendo que Gran Bretaña era débil y solo deseaba que otros países lucharan por ellos.
Ambos participantes estuvieron de acuerdo en que la opinión publica de ambas naciones debía ser cuidadosamente informada de los acuerdos entre ambos, ya que, según Stalin, “ambos países llevaban demasiado tiempo arrojándose cubos de mierda unos a otros “.
La reunión termino con una recepción oficial (en la que ya se permitió la presencia de fotógrafos y algunos periodistas escogidos), aderezada por grandes cantidades de bebidas alcoholicas. Stalin , medio borracho, brindo a la salud de Hitler, y afirmó que la Unión Soviética nunca traicionaría a sus nuevos camaradas.
Stalin, brindando a la salud del Fuhrer.
Además de los términos del pacto que se dieron a conocer a la opinion publica, también se incluían los protocolos secretos, que definían claramente los limites de las esferas de influencia de la URSS y Alemania.
Los protocolos secretos salieron la luz pocos días después de la firma del tratado, aunque su existencia fue negada por la Union Soviética. Se mencionaron en público por primera vez en marzo de 1946. durante los juicios de Núremberg, en el interrogatorio a Rudolph Hess. Allí, los fiscales soviéticos se negaron a que pudieran ser usadas como prueba.
Se publicaron por primera vez en el Manchester Guardian ese mismo mes d marzo, pero no fue hasta que los documentos originales fueron liberados de los archivos soviéticos en 1992 cuando su existencia fue admitida por Moscú.
Diplomáticos estonios y letones ya sabían tan pronto como el día 26 de agosto que el protocolo secreto iba a dividir los estados bálticos en dos esferas de influencia para alemanes y soviéticos. A principios de octubre, Stalin y Molotov amenazaron al ministro lituano de asuntos exteriores Jouzas Urbsys con la invasión de su pais si no aceptaba un acuerdo de mutua defensa con la URSS.
Con tantos conocedores de los términos de los protocolos secretos, es dificil de creer que las noticias o rumores sobre ellos no llegaran a Londres o París.
Cuando la mision negociadora franco-británica solicito una reunión urgente, Voroshilov no respondió hasta el dia 27, en la que se disculpó por el retraso por que había estado "cazando patos en Odessa". Se negó a informar a los negociadores afirmando que no podía hablar por que las condiciones políticas habian cambiado.
Ese mismo día 27 se firmaba en Londres el tratado de asistencia mutua entre Gran Bretaña y Polonia, que contenía el acuerdo entre ambas naciones para asistir militarmente a aquella que fuera atacada por otro país europeo. Tambien incluia un protocolo secreto que especificaba que Gran Bretaña ayudaría a Polonia si era atacada por Alemania, pero ,en caso de ser atacada por otro pais ( la URSS), por ejemplo, se requeriría a ambas partes para reunirse y tomar medidas en común.
Inmediatamente después de la firma del pacto, Alemania envió a Moscú varias solicitudes; la primera, enviar una misión militar a Berlin.La segunda, desplegar un buen numero de tropas a lo largo de la frontera ruso-polaca, para presionar a los polacos por la debilidad de su posición, y obligarlos a ceder a las propuestas alemanas ( la cesion de al ciudad de Danzig y la creación de un corredor que uniera la Prusia oriental alemana con Danzig, consistente en una carretera y una vía férrea.
Por su parte el gobierno soviético solo había visto dos opciones para el futuro : o combatir a Alemania en esos mismos momentos, o combatir a Alemania más tarde. Era una simple cuestión de comprar tiempo, exactamente lo mismo que Chamberlain había hecho en los acuerdos de Múnich.
Así, en las primeras horas del 1 de septiembre de 1939, 60 divisiones alemanas invadían Polonia, con una punta de flecha formada por más de 2.000 carros de combate, 900 bombarderos y 500 cazas. Desde Prusia oriental y Alemania en el norte, y desde Silesia y Eslovaquia en el sur, las unidades germanas rompieron las líneas polacas en numerosos sectores del frente y avanzaron rápidamente sobre Varsovia.
Tras algunas dudas y cierta tardanza, Gran Bretaña y Francia cumplieron con lo prometido y declararon la guerra a Alemania dos días después.
A pesar de la defensa tenaz y heroica de los polacos, que causaron un gran numero de bajas en las fuerzas atacantes, las fuerzas armadas de Polonia fueron derrotadas en un par de semanas. El 17 de septiembre, el gobierno polaco escapaba a Gran Bretaña, y , tras un terrible bombardeo, Varsovia se rendía a los alemanes el 27 de septiembre, dias después que el ejercito rojo invadiera las regiones orientales de Polonia.
El pacto de los diablos daba sus primeros frutos.
The road to Barbarossa, soviet-german relations 1917-1941 – Norman Ridley
The devil´s alliance, Hitler pact with Stalin – Roger Moorhouse
Faustian bargain, the soviet-german partnership – Ian Ona Johnson
No hay comentarios:
Publicar un comentario