martes, 2 de septiembre de 2025

Agripa, la mano derecha de Augusto ( 24ª parte )

 

"La batalla de Actium y la historia de Cesar y Cleopatra", tapiz obra de Willem van Leefdael.

Viene de aquí:

 Durante los siguientes meses, la flota de Agripa patrullo la costa oriental del mar Jónico, interceptando y capturando buen número de lentos transportes que trataban de hacer llegar suministros a las tropas de Antonio desde las costas de Egipto , Siria y Asia Menor.

  Agripa desembarcó un contingente de infantería en Methone, una ciudad costera con fuertes defensas construida por los griegos en el siglo IV a.c. en el suroeste del Peloponeso. 

Fortaleza bizantina en Methone.
 

 A cargo de los defensores de la ciudad se encontraba uno de  los más estrechos aliados de Antonio, Bogudes, rey de Mauritania. Pero Agripa ni siquiera estableció un cerco a la ciudad, la asalto de frente en un ataque sorpresa y la ciudad cayo en sus manos, siendo Bogudes ejecutado.

Denario de plata de Bogudes.
 

  Agripa se dirigió entonces hacia el norte, acosando a los transportes de Antonio y saqueando los asentamientos de Antonio en la costa de Grecia, lo que significaba un serio problema para Antonio.

  Las noticias de la exitosa estrategia de Agripa en el mar Jónico llegaron a oídos de Octavio, que se apresuro a dejar la gobernanza de Roma en manos de  su consejero y amigo Cayo Mecenas, y se dirigió a Brundisium, en donde se habia concentrado  la mayor parte de su ejercito.

  En la primavera del año 32 a.c.  las tropas de Octavio cruzaban el Adriático hasta Corcira. Octavio había intentado desembarcar en Actium, pero una tormenta había obligado a su flota a anclar en Corcira, que se convirtió en base de su flota, desde donde comenzó a enviar navíos en mision de reconocimiento hacia el sur.

  Mientras, Agripa seguía acosando a las fuerzas de Marco Antonio en donde las encontraba, ya fuera en tierra o en el mar. Habia adoptado la misma estrategia con la que Sexto Pompeyo había entorpecido las comunicaciones entre Sicilia e Italia un par de años atrás.

  Usando su flota y sus expertos infantes de marina, Agripa atacaba las guarniciones  y líneas de aprovisionamiento de  Antonio a lo largo de la costa del Peloponeso. Pero su objetivo no era ocupar el terreno, ya que solía abandonar lo conquistado tras dar un par de días de descanso a sus marineros y soldados. Su objetivo era reducir el numero de  tropas de su oponente, interrumpir aunque solo fuera momentáneamente sus líneas de suministro y dañar la moral de las topas de Antonio.

  Preparándose para una batalla decisiva, en primavera Antonio habia movido su flota a las aguas del golfo de Ambracia, instalando un campamento para sus tropas en una  de las lenguas de tierra que cerraban el golfo, muy cerca de la aldea de Aktio (Actium ), al sur de la entrada al golfo.

Golfo de Ambracia.
 

  Midiendo alrededor de 40 kilómetros de largo por 15 de ancho, seguro que el golfo de Ambracia le pareció a Marco Antonio  un lugar adecuado para su flota y la de Cleopatra. Pero, según pasaban los días, la sensación de los marinos romanos y egipcios era que estaban atrapados allí.

  La entrada al golfo desde el mar Jonico, apenas de 700 metros de longitud, con Actium al sur y Michalitsi al norte, formaba un cuello de botella que los navíos de Agripa y Octavio podrían aprovechar.

  Antonio había tomado `precauciones construyendo varias torres de vigía en la entrada al golfo, y había desplegado media docena de galeras de guerra para patrullar la entrada. Había colocado su campamento junto a un antiquísimo santuario dedicado a Apolo, sin percatarse que la costa estaba cuajada de marismas repletas de mosquitos, con lo que las enfermedades ( malaria y disentería) comenzaron a causar estragos  en sus soldados.

  La moral, que al principio de  la campaña de Marco Antonio estaba muy alta, comenzó caer en picado según empeoraban las condiciones de vida de los soldados. Las incursiones de los navíos de Agripa sobre las ciudades costeras también evitaron que las tropas de Marco Antonio pudieran recibir alimentos frescos, imprescindibles para combatir la disenteria y la malaria.

  Así, Antonio se veía obligado a confiar en su administrador, el liberto Teofilos, para que consiguiera grano de las ciudades del golfo de Corinto que aun se mantenían leales.

  Antonio recibió la noticia que el consulado que esperaba recibir a partir del 1 de enero del año 31 a.c. le había sido denegado, y que Octavio había maniobrado en el senado para que el elegido fuera Marco Valerio Mesala Corvino, como cónsul sufecto, acompañando en el cargo al mismo Octavio. Marco Antonio se convirtió desde entonces en un ciudadano normal, sin ninguna autoridad legal para actuar en nombre de Roma.

Marco Valerio Mesala Corvino, estatua en Varsovia
 

  En julio, Octavio, ya nombrado como Imperator Cesar Divi Filius , llegaba a la costa del Epiro, tomando posiciones en las alturas desde las que podía dominar las islas de Paxos y el interior del golfo de Ambracia. Rapidamente fortificó sus posiciones construyendo un alto muro para proteger la bahia de Comarus, en donde iba a mantener su flota.

 Y empezó a sacar trirremes del mar, y usando pieles untadas con aceite de oliva, empezó a mover las naves por tierra  en dirección a las aguas del golfo, con la aparente intención de llevar allí a parte de su flota ( o atraer la atención de Marco Antonio hacia alli )

  Las tropas de Octavio, que disponían de las frías aguas del rio Louros y provisiones recién llegadas de Italia, gozaban de buena salud y una alta moral, y se pusieron a la tarea de transportar los trirremes por tierra con gran entusiasmo.

  Agripa se unió a Octavio, y comenzaron a preparar la estrategia. Sabian que tenían una buena oportunidad de asestar un golpe devastador a Marco Antonio.

  Marco Antonio también lo sabia, y decidió actuar primero. Desplalzo algunas de sus tropas hacia el norte de su posición, para llamar la atención  los octavianos, mientras dirigía su caballería , liderada por Filadelfo, rey de Paflagonia, alrededor del golfo para atacar a las tropas de Octavio desde el este, mientras estaban entretenidas excavando fosos y construyendo fortificaciones.

  El objetivo del ataque de Marco Antonio eran las fuentes del rio Louros, para tomarlas, fortificarlas y privar asi a los octavianos de su valioso suministro de agua fresca.

  En respuesta a la incursión de la caballería de Antonio, Octavio envió varios contingentes tierra dentro con la orden de expulsar a la caballería de Antonio. Un par de días después, la caballería octaviana al mando de Estatilio Tauro, derrotaba a la caballeria de Marco Antonio, provocando la desercion del rey de Paflagonia y sus tropas, y tambien la del rey de Tracia, Roemetalces.

  El movimiento ofensivo de Antonio había provocado que sus tropas se hubieran dividido entre ambos lados del golfo, y Agripa aprovechó el error de Antonio para atacar con su flota  a los transportes de grano  de Marco Antonio que navegaban por el golfo de  Corinto, hundiéndolos sin apenas resistencia.

  Finalmente, a la vista de los vigías de Antonio, los navíos de Agripa atacaron y tomaron Leucas y Patrae, capturando media docena de navíos enemigos.

  Con la ocupacion de la isla de Leucas, al sur de Actium, y con su flota estacionada en la bahía de Comarus, al norte, Agripa podría llevar a cabo un bloqueo efectivo y atacar a cualquier nave de Marco Antonio que intentara entrar o salir del golfo de Ambracia.

  Mientras, en tierra firme, Octavio trataba de provocar a Antonio, desplegando  su infantería en orden de batallal frente al campamento enemigo. Pero Antonio fue cauteloso, y tras un par de intentos, decidió evacuar su campamento del norte del golfo y concentrar sus tropas en el campamento del sur, junto a la localidad de Actium.

  En el cuartel general de Antonio, la presencia de Cleopatra parecía estorbar más que ayudar. Con la situación militar degradándose rápidamente, y con los envíos de grano en manos octavianas, Marco Antonio decidió convocar un consejo de guerra con sus generales, al que también acudiría la reina egipcia.


 

(Continuara…)

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