Viene de aquí:
A su llegada a la estación de
ferrocarril de Colditz, no pasaba mucho tiempo hasta que a los prisioneros se
les presentaba la primera oportunidad para intentar la huida.
Desde la estación al castillo, la ruta transcurría por medio de la población de Colditz, y a la salida del pueblo,
el camino pasaba por el puente sobre el rio Mulde.Tras los primeros intentos
por parte de varios oficiales por saltar el puente y nadar hacia la libertad
(aunque ninguno de ellos logro nadar mas de unos cientos de metros antes de ser
capturado de nuevo), los guardianes alemanes se tomaron muy en serio esa parte
del trayecto y vigilaban a los prisioneros muy de cerca.
El puente sobre el rio Mulde.
A principios de mayo de 1941, dos
tenientes británicos intentaron huir escondidos en dos viejos colchones de paja.
Tras vestirse de civil con prendas militares tintadas e introducirse en los colchones,
los tenientes Peter Allan y John Hyde Thompson fueron trasladados al patio por
sus compañeros. Uno de los colchones fue colocado en un pequeño carro, mientras el otro permanecía en el suelo.
Uno de los guardias se percató
que el colchón colocado en el suelo tenía una forma un tanto granulosa, con
demasiados bultos. Se acerco a él y comenzó a darle patadas. Al darse cuenta
que lo que pateaban sus botas no era paja, el centinela alemán llamo a gritos a
sus compañeros, que abrieron el colchon, sacaron de el al teniente Thompson y
lo llevaron al cuerpo de guardia.
Teniente Peter Allan,segundo por la derecha.
Entre la confusión y los gritos
que siguieron, nadie se dio cuenta que el carro en el que se encontraba el otro
colchón salía por la puerta del Arco transportado por un trabajador forzoso francés,
que siguió empujando el carrito hasta salir de las instalaciones del castillo,sin interrupciones de ningun tipo.
Una vez que se encontraba en
campo abierto, el teniente Allan esperó hasta que el colchón fue arrojado a un vertedero.
Allan permaneció en el interior del colchón hasta que oscureció.
Viajando solamente por la
noche,Peter Allan, que hablaba alemán casi a la perfeccion, atravesó Bohemia y
Moravia hasta que llego a la frontera de Austria.La mayoría del camino lo hizo
a pie, aunque en Bohemia pudo utilizar durante 150 kilómetros una especie de
tranvía.
Al pasar la antigua frontera de
Checoeslovaquia con Austria, un chofer de un automóvil de estado mayor de las SS
se ofreció para llevarle a Viena.
El teniente Allan se dirigio a la embajada de Estados Unidos
en Viena ,donde comenzaron los problemas serios para el huido.Estados Unidos
aun no había entrado en la guerra, y el cónsul estadounidense, que no estaba
seguro que el oficial que pedía asilo político era britanico,se negó a ayudarlo
y lo expulso de la legación.
El cónsul sabia que la Gestapo
estaba intentando introducir en la embajada agentes que hablaban ingles a la
perfeccion, simulando ser oficiales aliados. Si al cónsul se le ocurriera
ayudarlos, entonces los alemanes podrían expulsar a todos los diplomaticos americanos en
Austria, afirmando que los americanos estaban abusando de sus privilegios
diplomáticos ayudando a enemigos de Alemania.
Cansado y hambriento, el teniente Allan sabía que no tardaría mucho en ser capturado por los alemanes, y decidió
entregarse a la policía austriaca, que rápidamente se lo entregó al ejército alemán.
El 31 de mayo, el teniente Allan pasaba de nuevo por la puerta del Arco del castillo
de Colditz, siendo enviado inmediatamente a una celda de aislamiento.
El 24 de junio de 1941 llegó a Colditz un
contingente de oficiales holandeses.Tras la capitulación holandesa en mayo de
1940,15.000 oficiales y altos funcionarios del ejercito y el gobierno holandés
fueron conminados por los ocupantes alemanes a firmar un documento por el que
se comprometían a no oponerse de palabra u obra a los ocupantes. Si lo firmaban,
eran liberados. Solo 86 de ellos se negaron a firmar tal documento, y todos
fueron enviados a Colditz.
Parte de los oficiales holandeses en Colditz.
Muy pronto se hicieron notar. A
pocos días de su llegada,se produjeron 3 intentos de fuga protagonizados por oficiales
holandeses, los tres intentos en la misma zona, el parquecillo situado al norte
del complejo alemán. Aprovechando que los centinelas alemanes que les custodiaban
se quedaban ensimismados presenciando un partidillo de futbol organizado por
los propios cautivos, los escapados aprovechaban para saltar el muro que
rodeaba el parque.
El parque,con el muro al fondo.
El primer intento, el 13 de agosto,
el capitán Dufour y el teniente Smit,ambos del Royal Netherlands East Indies Army ,lograron
saltar el muro sin ser detectados. Sus camaradas del interior del castillo lograron ocultar su
ausencia hasta el recuento de la tarde siguente, aunque fueron capturados el día
16 cuando se encontraban cerca de la frontera con Suiza.
En los otros dos intentos, los
oficiales holandeses lograron saltar el muro, pero fueron capturados en pocas
horas ya que su ausencia fue descubierta en los recuentos.
Tras estos intentos, los alemanes
colocaron un tramo doble de alambre de espino sobre el muro del parque y
habilitaron una puerta de hierro en el mismo, para poder salir rápidamente si
los centinelas observaban algún salto mas.Ademas, colocaron un centinela
permanente en la terraza de uno de los
edificios del castillo, con vista directa sobre el parque.
Por su parte, los holandeses se
pusieron a la tarea de resolver el problema que representaban los constantes
recuentos de prisioneros. Era esencial darle más tiempo a los fugados,cubirir
su ausencia el mayor tiempo posible. Ahí fue donde comenzaron a actuar Moritz y
Max.
Manufacturados por un oficial
polaco a base de yeso y cemento robado a unos trabajadores forzosos que
trabajaban en unas obras de aclimatación de la cantina, Moritz y Max eran unos bustos
que eran usados como los muñecos de un ventrílocuo. Cada uno de ellos poseía un aro metálico en su parte inferior por el que cabía el brazo de un hombre.
Cuando
se salía al recuento, se le colocaba el cuello de una camisa y una corbata, y
se le cosia un capote por los hombros. Sus portadores debían permanecer siempre
en la fila central de la formacion, y en el último momento antes del recuento
se le colocaba una gorra y un par de botas.
Moritz,siempre en el centro de la formacion.
Aunque realizados de manera muy profesional,
los oficiales holandeses eran conscientes que el truco solo funcionaba en
condiciones de luz escasa, y se negaban
a usarlo en los recuentos de la mañana.
Al final, Max fue descubierto a
primeros de diciembre de 1941 cuando se trataba de ocultar otro intento de salto
del muro del parque.
Moritz sobrevivio a la guerra,no asi Max.
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ResponderEliminarTienes toda la razon,voy a ver si cierro un par de temas y termino el asunto Colditz.
ResponderEliminarGracias y saludos.