viene de aqui :
El teniente de caballería del ejército
francés, Pierre Mairesse Lebrun,intento la fuga el 9 de junio de 1941, cuando se
escondió entre las vigas de una pequeña caseta que se encontraba en la zona de ejercicios.
Teniente Lebrun.
Sus compañeros realizaron toda
una serie de juegos y ejercicios deportivos en una parte de la zona de ejercicios,
para desviar la atención de los guardias
que los custodiaban, mientras Lebrun se ocultaba silenciosamente hasta que los
prisioneros y los guardias que los custodiaban volvieron al castillo.
Pero para mantener en secreto la
ausencia del teniente Lebrun era necesario que el mismo número de prisioneros
que llegaran al castillo fuera igual que el número de prisioneros que había salido
anteriormente de el.
Para ello,habia que manipular el recuento.
Y el sistema empleado por los prisioneros fue ocultar entre el grupo a un oficial belga de muy
pequeño tamaño, el teniente Verkest.
Oficiales belgas internados en Colditz.Seguramente,el teniente Verkest sea el primero por la izquierda,de pie.
El teniente Verkest había sujetado
sus piernas alrededor de los muslos de otro prisionero, mientras otros dos
prisioneros lo sujetaban por los codos en la formación.Despues se había colocado
un ancho abrigo sobre el prisionero y un gran numero de mantas, ocultando al teniente Verkest de la
vista de los guardias que hacían el recuento.Asi, en el recuento a la salida del castillo, habia un prisionero mas de los que los alemanes habían contabilizado.
Cuando el teniente Lebrun se escondió
entre las vigas de la caseta, el teniente Verkest apareció de improviso, y se
unió al grupo de prisioneros normalmente. Y cuando los guardias alemanes
hicieron el recuento antes de salir del parque de ejercicios, contaron el mismo
número de prisioneros que tenían a la salida del castillo.
Cuando los prisioneros volvían al
castillo y no se había producido ningún incidente y ningún prisionero faltaba,
los alemanes hacían sonar una sirena para que todos los puestos de guardia
supieran que no había ninguna novedad.
Ese sonido de la sirena hizo
saber al teniente Lebrun que su truco había tenido éxito, y que ya podía salir
de su escondite, ya que ningún alemán se habia dado cuenta de su ausencia. Lebrun
saltó el muro que rodeaba el parque de ejercicios y se dirigió hacia la estación
ferroviaria de Grossbothen, a diez kilómetros de distancia de Colditz, ya que sabía
que la estación de Colditz siempre tenía presencia policial.
Estacion de Grossbothen.
El teniente Lebrun se había
fabricado un traje gris que había cosido uniendo varios pijamas que le habían llegado
en los paquetes de la cruz roja, tintandolo después con una mezcla de betún y yeso.
Llegó sin ninguna interrupción a la estación de Groosbothen.
Pero allí comenzaron sus problemas.
Lebrun hablaba alemán a la perfección y se dirigió a la taquilla para adquirir
un ticket para Leipzig. Pero el billete de 100 marcos con la efigie del káiser Guillermo II impresa con el que pretendía pagar llevaba fuera de circulación desde
1924.
El taquillero sospechó de Lebrun de inmediato, y llamó al jefe de estacion, que encerró a Lebrun en una habitación
adyacente a la estacion, mientras
llamaba al castillo de Colditz.
Pero en Colditz los alemanes seguian ignorando que Lebrun habia conseguido escapar,y respondieron al
jefe de estación que no, nadie había escapado, todos los recuentos habían sido
normales y no faltaba ningún prisionero. Quizá Lebrun podría haber logrado
engañar al jefe de estación, pero no tuvo paciencia.Forzó una de las ventanas de
la habitación en la que se encontraba encerrado y saltó, con tan mala fortuna
que cayó sobre una anciana, que inmediatamente se puso a gritar pidiendo ayuda.
Rápidamente acudieron el jefe de estación y varios civiles, que retuvieron al
desafortunado teniente Lebrun mientras el jefe de estacion comunicaba de nuevo con Colditz.
Lebrun fue castigado con 21 días
de confinamiento solitario en una celda de castigo.Pero, cuando volvió a su habitación
en el castillo, estaba aun mas decidido a escapar.
Celdas de castigo de Colditz,a la izquierda,sobre la puerta.
El siguiente plan de fuga del teniente
Lebrun era de una simpleza ridícula. Se trataba de saltar la cerca de alambre de
espino de 3 metros de altura que los alemanes habían instalado en el patio de ejercicios,
y luego, saltar el muro de piedra.
En la mañana del 2 de junio, Lebrun y un pequeño grupo de oficiales franceses
pidieron autorización a la Comandancia alemana para caminar y hacer ejercicio en el
parque, entre las 12:30 y las 14.30.Un oficial alemán, un suboficial y tres
guardias vigilaban al grupo, mientras los prisioneros se ejercitaban en el
interior del recinto de alambre de espino.
El grupo de prisioneros se dividió en dos .Uno de los
grupos comenzó a jugar al futbol, mientrs el otro grupo se dedicaba a saltar a
la pídola, un juego en el que uno saltaba sobre otro mientras se avanzaba. En
este grupo se encontraba el teniente Lebrun, que tras unos minutos de observación
de las idas y venidas de los guardias localizó el punto por el que iba a intentar
el salto de la alambrada.
Pidola.
Saltando uno sobre otro, el teniente Lebrun y el teniente Odry fueron acercándose poco a poco al punto indicado de
la alambrada. Al llegar se detuvieron un
momento, respirando fuertemente, algo rutinario para no llamar la atención de
los guardias, que se encontraban a unos 15 metros.
De pronto, Lebrun se alejó unos
metros de la alambrada, mientras el teniente Obry se agachaba y se cogía ambas
manos a la altura de la cintura, formando una especie de estribo. Lebrun salió corriendo,
y con el impulso apoyo su pie en el “estribo”. Con un fuerte tiron, el teniente Odry impulsó a Lebrun al otro lado de la alambrada.
Fotogramas extraidos de la pelicula "The Colditz Story" ,de 1954.
Los alemanes tardaron unos
momentos en darse cuenta de lo que estaba pasando. El oficial grito unas ordenes, y
los guardias amartillaron sus fusiles. Lebrun comenzó a correr en zigzag,
mientras las balas comenzaban a silbar a su alrededor. Llegó adonde una ligerísima
elevación del terreno permitía saltar el muro de piedra con mas facilidad, y
salto rápidamente,corriendo hacia el bosque en dirección a un pequeño
riachuelo,en donde esperaba despistar a los perros que los alemanes solian utilizar para localizar a los fugados.
El oficial alemán a cargo del parque
decidió devolver al resto de los prisioneros al castillo, en vez de saltar el
muro por sí mismo y perseguir al evadido. (Mas tarde sería castigado por su errónea decisión).
La alarma sonaba en el castillo
cuando Lebrun salía del bosque y se ocultaba en un campo de maíz, andando hacia atrás
y volviendo a levantar el maíz que iba aplastando.Decidió ocultarse en el centro del
maizal durante lo que quedaba de día
y empezar a moverse por la noche.
Las siguientes jornadas fueron
simlares, ocultándose durante el día y caminando por la noche en dirección a la
frontera suiza.Tras caminar 80 kilometros,divisó una bicicleta apoyada en la
pared de una granja. Siempre en dirección a Suiza, Lebrun pedaleó más de 300
kilometros, en los que “cambió” de bicicleta en varias ocasiones,debido a los
numerosos pinchazos y averías que sufrió.
Conseguía comida en las granjas,
haciéndose pasar por un obrero italiano.En una ocasión fue interceptado por una
patrulla de las juventudes hitlerianas, a quienes pudo convencer que era un oficial
italiano procedente del frente, que estaba de permiso y había decidido pasar sus
días libres visitando Alemania.
Cercano ya a la frontera suiza,
un anciano alemán perteneciente al Volksturm sospechó de él y le encañonó con su
viejo rifle de la 1ª guerra mundial. Lebrun aprovechó un descuido deL anciano
para golpearle en la cabeza con la bomba de la biciCleta, hasta que le dejo
inconsciente, pudiendo continuar con la huida.
Un par de días después, Lebrun
cruzaba la frontera suiza y se
presentaba a las autoridades, que lo entregaron a la embajada francesa.Desde alli,pasando clandestinamente por la Francia de Vichy,llegaba a los Pirineos y pasaba a España.
Su fuga habia terminado .Exitosamente.
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