Diagrama para inflar ( y desinflar ) correctamente un tanque Sherman inflable.
Viene de aquí:
La doctrina de uso de la unidad de “engaño sónico” (3132nd Signal Service Company Special) en el frente era la siguiente: Debian avanzar con la protección de los ingenieros de combate de la 406, que eran los encargados de la seguridad y la protección de toda la unidad, en este caso, de los vehículos M3A1 “sónico”, además de encargarse de evitar que los curiosos se acercaran demasiado.
Los vehículos debían ser aparcados en posicion de marcha atras, para poder huir rápidamente en caso de problemas, y los altavoces salían de la caja del vehículo accionando una manivela.
Con el altavoz situado en su posición ideal, se dedicaban a difundir el “programa” especificado a la hora y al volumen demandado por la autoridad al mando.
Pero antes de empezar a difundir sus sonidos, un metereologo de la fuerza aérea estadounidense adjunto a la sección de técnica y mantenimiento de la 3132 compañía se dedicaban a analizar los datos del clima ( temperatura, presion atmosferica, tasa de humedad relativa, velocidad y direccion del viento,etc), calculando todas las variantes para conseguir el volumen justo y necesario para que la difusión de las grabaciones fuera lo más parecido a la realidad posible.
Para sus cálculos, el metereologo disponia de un jeep especial equipado de dos mástiles que permitían tomar datos meteorológicos a mas de 9 metros del suelo.
Jeep metereologico.
Tras las pruebas pertinentes, los técnicos de sonido de la unidad descubrieron que, en condiciones ideales, con tiempo despejado y temperatura de entre 20 y 25 grados centígrados, por la noche, podían emitir efectos de sonido realistas hasta más de 20 kilómetros de distancia.
Pero en la práctica, las unidades de engaño sónico rara vez proyectaban su “ruido” mas allá de 6 o 7 kilómetros, la distancia optima para no perder calidad de sonido.
Las tablas de rango de sonido por las que se regían las unidades sónicas cubrían los tres tipos de campo de batalla más ideales para el engaño sónico: terreno plano abierto, terreno llano ligeramente boscoso y terreno llano densamente boscoso.
Por ejemplo, para hacer creer al enemigo que una compañía de tanques Sherman tomaba posiciones en una zona boscosa, los altavoces de los semiorugas M3A1 de la compañía de servicios de señales 3132 difundían hacia las posiciones enemigas los sonidos de una columna de tanques en marcha.Poco más tarde, el batallón de camuflaje 603 se encargaba de desplegar docenas de tanques inflables Sherman en donde anteriormente se encontraban los vehiculos con los altavoces.
Al mismo tiempo, los bulldozers de la 406 compañía de ingenieros de combate dejaban huellas de orugas en el suelo fácilmente identificables por un avión, y la 244 compañía de señales encargados del engaño por radio, difundían falsos mensajes codificados destinados a ser interceptados y fácilmente descifrados por el enemigo.
Todas las transmisiones confirmaban la presencia de una unidad blindada en el entorno físico elegido para llevar a cabo el engaño.
Para acrecentar aun mas el engaño, jeeps y camiones enarbolando las insignias de la supuesta unidad blindada se paseaban por el frente, mientras que falsos policías militares colocaban señales que apuntaban a presuntos campamentos de la citada unidad “fantasma”.
Finalmente, la identidad de los objetivos de la supuesta unidad acorazada les era confirmada a los habitantes de las poblaciones próximas por soldados estadounidenses de lengua suelta, que presuntamente soltaban todo lo que sabían en lugares con gran cantidad de público tras tomar unos cuantos vasos de vino.
Pero, en realidad, no eran soldados estadounidenses, sino actores reclutados por el Cuartel General de Tropas Especiales nº 23 , que se limitaban a difundir un guion previamente establecido para tratar de engañar a los posibles espías enemigos en la zona.
Para evitar la captura por el enemigo de tanto equipamiento valioso y muy sensible en términos de seguridad que representaba cada M3A1, el conductor de cada uno de estos vehículos disponía de un sistema de autodestrucción bajo su asiento, que permitía que, tras tirar fuertemente de una palanca situada bajo el asiento del conductor, 18 cargas explosivas repartidas por todo el vehículo explotaran, con un retardo de 15 segundos que permitirá al conductor alejarse al menos unos metros.
Y, para asegurar el secreto de las operaciones, todos los miembros de la unidad estaban obligados a conservar el secreto sobre sus actividades durante 50 años, bajo pena de ser juzgados en una corte marcial.
Mientras los técnicos de la unidad seguían estudiando la propagación del sonido, usaban su tiempo libre para otro curioso proyecto.
Había llegado a los oídos de algunos de los ingenieros de la unidad que las investigaciones de inteligencia sobre los soldados de infantería japonesa indicaban que casi todos eran campesinos , y muy supersticiosos. Y una de las supersticiones de los soldados nipones era que escuchar el ladrido de un perro significaba la muerte inminente.
Así que los tecnicos se dedicaron a grabar perros ladrando: perros grandes, perros pequeños, en solitario, en manada, etc. La idea era emitir esos sonidos de perros ladrando en direccion a las posiciones que ocupaban los soldados japoneses en el frente del Pacifico, para afectar a su moral e infundirles miedo.
Pero uno de los técnicos se dio cuenta que necesitaban un fondo sonoro, porque no era creíble oír perros ladrando sin otros sonidos del campo.
Un equipo de ingenieros de las fuerzas armadas estadounidenses se desplazó entonces a Panamá, en donde grabaron tres discos repletos de cantos de pájaros y ruidos de animales.
Luego fusionaron los ladridos de perros con los sonidos de la selva, y mandaron las cintas resultantes al Pacifico, en donde no hay constancia de si fueron utilizados o no.
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