jueves, 5 de noviembre de 2020

197 a.c.: Cinoscefalos, el fin de la falange macedonia ( 9ª parte )

 


 Viene de aquí:

 Lo que ocurriera en ambos flancos iba a determinar el resultado de la batalla. Mientras la falange de Filipo seguía empujando a los romanos cuesta abajo, la falange de Nicanor seguía intentando desplegarse mientras trataba de mantener fijado al flanco derecho romano.

  Esta diferencia de “velocidades” de ambos flancos macedonios produjo una gran brecha  entre ambos.


 Solo un tribuno de nombre desconocido se dio cuenta de la posibilidad que se abría para las tropas romanas si lograban aprovechar rápidamente el hueco entre las tropas macedonias.

  Cada legión disponía de media docena de estos tribunos, casi siempre o jóvenes procedentes de familias aristócratas en su primer mando militar, o veteranos soldados de mil batallas que se habían labrado el camino hacia la cima del ejercito romano a base de demostrar su valor y su competencia militar en infinidad de combates.

  Y este tribuno, que lideraban parte de una legión del flanco derecho romano mientras se enfrentaba a la falange de Nicanor, se dio cuenta súbitamente que si miraba a su izquierda podía divisar la retaguardia de la falange de Filipo mientras seguía avanzando cuesta abajo.

  En batalla, se esperaba que los tribunos actuasen usando su propia iniciativa, sin esperar ordenes, y el tribuno lo hizo. Tomó a dos mil legionarios de la reserva y otros 500 de los que combatian contra la falange de Nicanor y los lideró en una carga a través del sector central del campo de batalla para caer de improviso sobre el flanco izquierdo y la retaguardia de la falange de Filipo.

  

  La última cosa que un falangista con una sarissa de 5 metros apuntando al frente quería tener a su espalda era la presencia de un legionario, mucho mejor armado. Y Filipo no había podido poner en su posicion a  los peltastas, la infantería ligera macedonia, que normalmente tenían el trabajo de proteger a la falange de ataques por el flanco.

  Así, la fuerza de flanqueo que el tribuno romano había conseguido reunir (unos 20 manípulos, unos 2500 legionarios en total) estaban combatiendo contra hombres virtualmente indefensos, causando un caos y una consternación en las filas macedonias que iban a inclinar el sentido de la batalla.

  Los falangistas de las primeras líneas sabían que algo estaba pasando en su retaguardia, pero la rigidez de la falange impedía que pudieran hacer algo para remediarlo.Cuando vieron que los legionarios se abrian camino por su retaguardia, los falangistas llegaron a la conclusión lógica: no podían seguir combatiendo contra los legionarios frente a ellos si tambien tenían legionarios en su retaguardia.

 

 Las sarissas habían perdido su utilidad, y lo mejor que podían hacer los falangistas macedonios era soltarlas, y tratar de escapar. Pero, tan pronto como la falange de Filipo empezó a perder efectivos perdió también su férrea formación, y entonces los legionarios del frente se pudieron abrir paso hacia el interior de lo que quedaba de la falange.

  Claramente superados y sin posibilidad de recibir refuerzos en un corto espacio de tiempo, los falangistas de Filipo pusieron sus sarissas en vertical, una costumbre atávica que indicaba que se rendían y abandonaban el campo de  batalla.

  Pero nadie había contado esta peculiaridad a los legionarios, o no les importó. Acostumbrados a combatir a barbaros como los celtas o los galos, los romanos combatían con muy pocas concesiones al enemigo, aunque se estuviera rindiendo.

 Tampoco estaban acostumbrados al concepto de rendición en masa de una determinada unidad. La tradición militar romana no permitía rendirse en medio de una batalla, así que no sabian como reaccionar, y continuaron masacrando a los falangistas, que no hacían ningún esfuerzo por defenderse.

 

 Filipo, que observaba la masacre desde lo alto de la colina junto a su escolta de caballeria, perdió toda esperanza, y  se retiro hacia su campamento. Antes de volver a Macedonia, ordeno quemar los archivos reales macedonios que siempre llevaba consigo, para evitar que los romanos pudieran capturarlos y descubrir información diplomática sensible. Después, envió varios emisarios a Flaminino para entablar negociaciones. Pero Filipo ya sabía que había perdido todas sus posesiones en Grecia.

  Allí, en Cinoscefalos, 8.000 de sus hombres murieron y otros 5.000 fueron capturados.Los romanos solo habían perdido 750 hombres.

  Los términos que Flaminino impuso a Filipo para aceptar su rendición fueron duros, pero podían haber sido mucho peores; una retirada completa de las tropas macedonias de todas y cada una de las ciudades que ocupaban en Grecia, la rendicion de la flota macedonia y el pago de una enorme indemnización.

  Al final, Filipo tuvo que aceptar los terminos impuestos por Roma. Pero había tenido suerte de escapar vivo de Cinoscefalos.

 Tras la victoria romana, la caballería de sus aliados etolios había estado muy cerca de capturar  al rey macedonio, pero en vez de continuar con la persecución de Filipo, los jinetes etolios habian optado por saquear el campamento macedonio, lo que habai dado tiempo a  Filipo para escapar a la captura ,o quien sabe, a la muerte.

  Los etolios habían saqueado tan perfectamente el campamento macedonio que nada quedaba cuando los romanos llegaron a él, lo que provocó cierta tensión entre romanos y sus aliados, tensión que empeoraría en las semanas y meses siguientes.

  Los enviados de Filipo se reunieron con Flaminino en Larissa, y expresaron que el rey macedonio estaba dispuesto a rendirse y entregar las ciudades que anteriormente había conquistado a los etolios.

  Flaminino dijo que aceptaría la rendición de esas ciudades, pero que Farsalia, Larissa,  y otras ciudades pasarían a formar parte del botin de  guerra romano.   Los etolios pusieron el grito en el cielo, ya que consideraban esas ciudades como suyas, y exigieron un arreglo a Flaminino.

  

 Flaminino, que estaba molesto con los etolios (cuya mayor contribución a la victoria en Cinoscefalos había sido dejar escapar al rey Filipo, además de contar a los cuatro vientos que la victoria sobre Filipo habia sido de los etolios con un poco de ayuda de los romanos), no iba a dejar pasar la oportunidad.

 Para un buscador de gloria militar como Flaminino, la actitud de los etolios era una afrente de grandes proporciones, una afrenta que no iba  a olvidar.

 Flaminino ofreció a los etolios la ciudad de Tebas Fitotides, que había quedado práticamente destruida tras la guerra. Faeneas, el strategos de Etolia, protestó argumentando que Etolia se había aliado con Roma   para retomar el territorio que los macedonios habían ocupado.

  Flaminino no iba a desaprovechar la ocasión de vengar la afrenta sufrida, y dijo a los etolios que habían perdido todo derecho a sus ciudades  cuando habían hecho la paz con Macedonia en el año 260 a.c.

Asi,las ciudades etolias habían pasado a control macedonio, y como Macedonia se había rendido a Roma, las ciudades anteriormente etolias también se habían rendido a Roma, y a Roma seguirían perteneciendo.


 

(Continuara…)

No hay comentarios:

Publicar un comentario