Viene de aquí :
El batallón de montaña de Wurtemberg, parte del cuerpo de tropas alpinas del ejercito alemán, era una unidad de elite, y estaba formado por 9 compañías ( seis de infantería y 3 de ametralladoras).Formado en 1915, el Württembergische Gebirgs-Bataillon había sido de hecho una unidad standard de infantería a la que se le habia dado entrenamiento suplementario en escalada.Asi que en realidad no era una unidad alpina como las que si poseían los ejércitos francés o italiano.
Los primeros voluntarios para esta unidad habían sido soldados de infantería o caballeria aburridos de sus destinos, o entusiastas de los deportes de invierno.Antes de llegar al frente de Italia, mas de 150 miembros de la unidad ya habían ganado la Cruz de Hierro.
El 24 de octubre de 1917 el batallon formaba parte del flanco derecho de las fuerzas que iban a atacar en dirección oeste partiendo de Tolmein,formando parte de un ejercito combinado de tropas alemanas y del imperio austrohúngaro, con el objetivo de alcanzar el rio Isonzo.
La compañía mandada por el teniente Erwin Rommel, con 200 soldados originarios de la región de Wurtenberg, estaba desplegada al frente de la formación encargada del asalto inicial sobre las posiciones italianas.
La guerra de desgaste en los Alpes Julianos, uno de esos frentes olvidados de la 1ª guerra mundial, llevaba desarrollándose desde mayo de 1915, enfrentado a austrohúngaros contra italianos, enfrentados desde trincheras excavadas en roca, con artillería oculta en cuevas excavadas en la ladera de montañas.
Austria e Italia eran naciones de segundo nivel en el aspecto militar-industrial entre los participantes de la primera guerra mundial. Sus economias poco desarrolladas no podían darle a sus respectivos ejercitos las herramientas necesarias para practicar una guerra “moderna”, una guerra industrializada.
El imperio austrohúngaro de la dinastía Habsburgo era un conglomerado de etnias y pequeñas nacionalidades amenazadas por la agitación socialista en las ciudades y las revueltas nacionalistas en las distintas provincias que formaban el imperio.
Según se decía en Alemania, el imperio alemán estaba tratando de ayudar a un muerto a resucitar. Pero aun así, Alemania no podia permitir que el imperio austrohúngaro cayera, porque entonces deberían enfrentarse en solitario contra Inglaterra, Francia, Estados Unidos e Italia.
Ludendorff, el máximo mando del ejercito alemán había decidido que podía “prestar” a los austriacos ocho de sus divisiones, incluidas las divisiones de montaña. Así, un total de 17 divisiones del ejercito combinado austro-aleman ,unos 140.000 hombres, fueron desplegados para una gran ofensiva entre Flitsch en el norte y Tolmein en el sur. Para el ataque, iban a contar con el apoyo de un millar de cañones y obuses alimentados por más de millon y medio de proyectiles.
En conjunto, la ganancia territorial de las ofensivas del ejercito italiano habían sido de unos 10 kilómetros de meseta pedregosa, que habían costado a Italia un millón de bajas.
Cada kilometro cuadrado conquistado había costado la vida de 5.400 italianos.Cadorna, un arrogante e incompetente militar que habia llegado a lo mas alto del ejercito italiano no por sus méritos en el campo de batalla sino por su pertenencia a una especialmente corrupta clase aristocrática.
Su desprecio por la seguridad y las vidas de los soldados a sus ordenes era incluso alto comparándolo con los ya muy altos estándares normalmente atribuidos a lo ocurrido en los campos de batalla de la 1ª guerra mundial.
Así, la combinación de una disciplina salvaje, un liderazgo mediocre, un equipamiento de segunda clase y un terreno infernal, habían puesto al ejercito italiano al borde del desastre en octubre de 1917.
Los preparativos para la ofensiva austro-húngara se llevaron en el mayor de los secretos, aunque el general Cadorna, pomposamente, se reía de los informes de la integencia italiana que avisaban de concentraciones de tropas en las cercanías del curso alto del rio Isonzo: “los austriacos nunca habían lanzado una gran ofensiva en el Isonzo”, ”llegaba el invierno, y una ofensiva en esas circunstancias sería impensable” , ”no había ninguna necesidad de tomar precauciones especiales”, etc.
La línea defensiva italiana en el alto Isonzo no había sido completada.La mayoría de las tropas se concentraban en la primera línea de trincheras, en homenaje al “espíritu de la contraofensiva”, es decir, preparados para resistir el primer asalto enemigo para contraatacar a continuación. La segunda y la tercera lineas defensivas, imprescindibles para una solida defensa estatica, eran muy débiles.
El comandante italiano del sector frente a Tolmein había ordenado a la artilleria de la que disponía que no debía disparar ni un solo proyectil sin su autorización expresa, ya que debía preservarse el mayor número de proyectiles posibles para otra ofensiva más.
La moral entre las tropas italianas era muy baja, los hombres llevaban ya dos inviernos malviviendo en las heladas laderas de las montañas, y las perspectivas de pasar otro invierno mas allí era nsoportable.En sus hogares, las huelgas y los disturbios se sucedían, como en Turín, en donde los disturbios había causado la muerte de 40 personas.Algunos de los líderes de las revueltas, socialistas y anarquistas, habían sido detenidos y puestos a disposicion judicial, que los había condenado a enrolarse forzosamente en el ejercito y enviados de inmediato al frente alpino.
A su llegada el frente no habían cesado su labor revolucionaria, promoviendo asambleas clandestinas y actos de sabotaje de baja intensidad, tanto que los oficiales italianos, la mayoría perteneciente a la clase media italiana, afirmaban que sus soldados estaban más interesados en la revolución rusa que en defender su propio país.
El plan austro –germano era muy ambicioso en su planteamiento y en sus objetivos.
Caporetto era una pequeña ciudad situada a la entrada de un valle que llevaba directamente a las llanuras del norte de Italia atravesando los Alpes.La pequeña ciudad se encontraba frente a una serie de cumbres dominadas por la mayor de ellas, la montaña Kolovrat ( en la actual frontera entre Eslovenia e Italia, aprox.)
Superar las defensas italianas permitiría a las tropas de los poderes centrales irrumpir a toda velocidad en el valle que llevaba directamente a las llanuras del norte de Italia , o flanquear a las tropas italianas que defendían el curso bajo del Isonzo, forzando a los italianos a retirarse o encarar la aniquilación.
Si todo transcurría como pensaban los altos mandos austro-germanos, el colapso del ejercito italiano podría ser una realidad, y podría precipitar que Italia se viera forzada a pedir la paz.
(Continuara…)
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