lunes, 23 de noviembre de 2020

1917 : Stosstruppen (8ª parte ): Rommel en Caporetto ( II )

"Con los italianos en el frente del Isonzo : la resureccion de los hastati de la antigua Roma"

Viene de aquí:

  A las 2 de la mañana del día 24, las baterías austriacas y alemanas abrieron fuego sobre un sector enemigo de unos 30 kilómetros de longitud. Tras seis horas de bombardeo, los cañones callaron, y las tropas de asalto empezaron a  salir de la linea de trincheras austriacas, la unidad del teniente Rommel entre ellos.

 
El plan original.

  Los asaltantes encontraron poca oposición; el bombardeo había hecho su trabajo, y grupos de aturdidos defensores salían de sus trincheras para rendirse.

  Tras una breve parada para reagruparse,los hombre de Rommel se pusieron en marcha en dirección noreste,hacia las laderas del monte Kolovrat, al oeste del rio Isonzo.Las nuevas tácticas alemanas de infiltración, iban a verse puestas a prueba.

 
Soldados austro-hungaros cruzando el rio Isonzo.

 Cuando comenzó la 1ª Guerra mundial, los soldados todavía combatian a campo abierto, en líneas, en grandes masas de infantes, y en caso de los franceses, con sus coloridos uniformes, ondeando banderas y sables, mientras cantaban viejos himnos de batalla y victoria.

  Pero la tormenta de fuego que surgía de las posiciones enemigas obligó a los soldados a tratar de cubrirse, cavando trincheras, tratando de hacerse invisibles en el funesto paisaje en el que se habían convertido los campos de batalla.

  Pero, a menudo, todavía tenían que salir de sus trincheras para participar en algún gran asalto ideado por algún anciano general, situado a decenas de kilómetros de la línea del frente, que creía que las guerras modernas se iban a  ganar usando tácticas antiguas.

  Así, las bajas eran terribles, y como las defensas cada vez eran más eficaces gracias a la artilleria y las ametralladoras, nunca se producían rupturas del frente que se pudieran aprovechar para grandes maniobras de flanqueo.

  Pero a partir de 1916 habían surgido nuevas tácticas para la infantería. En vez de líneas de infantes había grupos  de infantes, que avanzaban con una combinación de movilidad y una potencia de fuego nunca vista antes en la infantería. En vez de usar solamente infantes con su fusil, se utilizaban ametralladoras ligeras ,morteros ligeros, rifles de francotirador, lanzallamas, etc.

  

 Y, lo más importante, en vez de ataques frontales, se trataba de infiltrarse en las posiciones enemigas aprovechando algún punto débil de la línea defensiva enemiga. La idea era sobrepasar los puntos fuertes del enemigo para luego atacarlos desde el flanco o la retaguardia.

  Los ataques de infantería iban a estar precedidos de tropas de asalto, stosstruppen, que a menudo incluian pioneros, ingenieros de combate. Su misión era romper las líneas enemigas por algún punto débil y avanzar en terreno enemigo todo lo posible dejando que los puntos fuertes del enemigo que quedaban atras fueran eliminados por las tropas que los seguían.

 La velocidad y la sorpresa eran ingredientes esenciales, la resistencia del enemigo debía ser suprimida terminando  con los centros enemigos de mando y comunicaciones, provocando la desorientación y el pánico de las unidades que dependían de ellos.

  La batalla de Caporetto iba a ser una demostración  esas nuevas técnicas, esta vez en el poco conocido frente alpino en las laderas de la cordillera del  Kolovrat entre los días 24 y 26 de octubre de 1917.

  Desde el punto de vista alemán, la cordillera del Kolovrat estaba formada por una serie de montañas que corrían de sudeste hacia el noroeste, siempre subiendo en altitud. El monte Hum, de 900 metros, la colina 1114, la colina 1192, el monte Kuk, de 1243 metros, el monte Mrzli, de 1356 metros, y, finalmente, el monte Matajur, de 1641.

  

  Tomar el monte Matajur era el objetivo primario de alemanes y austrohúngaros. Con el control del monte se controlaría tambien la carretera que comunicaba Caporetto con el norte de Italia.

  La captura del monte Matajur se encomendó al teniente Rommel y sus hombres. Rommel estableció una pauta a seguir. Frente a su primer objetivo, la colina 1114, Rommel dirigió a sus hombres hacia arriba, infiltrándose en la línea defensiva enemiga aprovechando grietas y estrechos caminos para superar las posiciones y atacarlas posteriormente desde la retaguardia y los flancos.

  Tan alta era la velocidad de los hombres de Rommel que aparecían en lal retaguardia de las posiciones italianas sin ser localizados, provocando que pequeños grupos de soldados alemanes consiguieran persuadir a unidades italianas mucho mayores en número para que se rindieran sin hacer un solo disparo.

  

  Según el libro “Infantry Attacks”, obra del propio mariscal Rommel; “no hubo una resistencia organizada por parte de las tropas italianas. Normalmente tomábamos las posiciones hostiles siempre desde la retaguardia. Cuando las dificultades  del terreno lo obligaban, tomábamos las posiciones enemigas atacando por los flancos. Aquellos que no se rendían huían hacia la parte baja de las colinas, dejando sus armas atrás”.

  Y según uno de los biógrafos de Rommel, Ronald Lewin: "los métodos de Rommel en Caporetto muestran el modelo que más tarde emplearía en los desiertos del norte de África: fijar el frente, mantener la batalla fluida con movimientos rápidos y constantes de sus unidades, aproximación a los flancos del enemigo, y un ataque inesperado en donde menos podía imaginarlo el enemigo”.

  La compañía liderada por el teniente Rommel tomaba el monte Matajur a última hora de la mañana de día 26 de octubre. En poco menos de dos días, los hombres de Rommel habían recorrido más de 20 kilómetros de caminos y rutas montañosas, casi siempre hacia arriba más de 3000 metros de ascensión, capturando 150 oficiales y más de 9.000 soldados italianos, a un precio de solamente 6 muertos y 30 heridos.

 
El asalto al Monte Matajur.  

  Moviéndose en armonía con el paisaje montañoso a gran velocidad, los hombres de Rommel se precipitaban desde las cumbres que dominaban sobre los puntos fuertes de las defensas italianas, suprimiendo cualquier resistencia con agresividad y eficacia.

  La experiencia de la batalla de Caporetto, que Rommel ilustra a la perfección en su libro “Infantry Attacks" contrasta con el relato del teniente italiano Carlo Emilio Gadda, del 5 regimiento de alpini.

 
Teniente Carlo Emilio Gadda  

 Estudiante de ingenieria, había abandonado sus estudios para presentarse voluntario en el año 1915, y en la primeras horas  de la batalla de Caporetto, el mismo y un grupo de 30 soldados defendía una posición  en una de las laderas del monte Krn, noreste del rio Isonzo.

  El ataque alemán, del que la unidad de Rommel tomaba parte, había situado a los soldados alemanes en la retaguardia de la posición del teniente Gadda.Una combinación de espesa niebla, la falta de comunicación con el mando italiano y el cansancio de los soldados había dejado al teniente Gadda y sus hombres sin tener conocimiento de la situación  los soldados alemanes hasta que fue demasiado tarde.


 

(Continuara…)

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